Si se abstenían, como deseaban, por falta de quórum no podía votarse en el Senado el proyecto sobre la crisis en Bolivia. Federico Pinedo les pidió entonces que votaran el rechazo.
A la hora del cierre del debate en el Senado sobre la crisis en Bolivia, el bloque Cambiemos tuvo que hacer un gesto hacia para evitar la caída de la sesión.
Primero, como al principio de la sesión legisladores del radicalismo intentaron convencer a sus pares de la oposición para incorporar cambios en el proyecto, incluyendo parte del texto alternativo propuesto por el oficialismo, pero se encontraron con el rechazo de sus pares. A pesar de que incluso el senador Carlos Caserio aclaró que había partes como la del compromiso con la Cláusula Democrática de la OEA y el Protocolo de Ushuaia del Mercosur que hubieran podido incorporar. Pero la decisión ya estaba tomada.
Así, la decisión de la mayoría de los senadores del oficialismo era la de abstenerse, mientras que Federico Pinedo y Esteban Bullrich se inclinaban por votar en contra. Eran 10 los senadores que se abstenían, pero como esa posición no se computa, se caía la sesión por falta de quórum.
“¿Cuántos votos faltan?”, preguntó el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. Seis, le aclararon. Para sortear la situación, Pinedo pidió entonces que “6 abstinentes” cambiaran su posición para votar en contra, quedando aclarado que “poíticamente” ya habían anticipado su abstención. Rápidamente se plegaron al cambio de postura el Roberto Basualdo, Gladys González, Humberto Schiavoni y Alfredo De Angeli. Faltaban dos más, y Pinedo les preguntó a varios radicales que, uno a uno, se negaron a pasar de la abstención al rechazo.
Intervino el kirchnerista Marcelo Fuentes, que recordó que habían votado ya las abstenciones con el acuerdo explícito de que podrían votar luego sin que se cayera la sesión. Y ante la postura inamovible de los radicales, laudó Pinedo, ordenándole a las senadoras Silvia Giacoppo y Silvia Elías de Pérez que votaran en contra, pues constaría que en realidad su decisión había sido abstenerse.
Sin embargo, a la hora de votar, no lo hicieron, y Pinedo tuvo que insistirles. Finalmente, la senadora jujeña y su par tucumana cumplieron en votar como sus colegas del Pro, y el rechazo sumó 8 voluntades. Las abstenciones se redujeron a 4, y como no suman para el quórum, si hubieran sido 6, como se indicó al principio, no hubiera alcanzado para votar el proyecto.