En una exposición de poco más de una hora, el ministro de Economía apuntó a la herencia recibida y garantizó: "No vamos a permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica".
Por Carolina Ramos
Ante la mirada atenta de la oposición y de importantes referentes sociales, gremiales y empresariales, el ministro de Economía, Martín Guzmán, sostuvo que “hay una voluntad firme de pagar la deuda, pero el problema es que no hay capacidad para hacerlo”, y adelantó que la propuesta que realizará a los acreedores en las próximas semanas “no será amigable ni agresiva, sino sostenible”.
En una exposición que duró poco más de una hora, Guzmán describió la “profunda crisis económica y social” que atraviesa el país y apuntó a la gestión anterior, aunque sin chicanas y sin siquiera nombrar al expresidente Mauricio Macri. Apoyado en anotaciones manuales, el funcionario mostró soltura y se llevó aplausos del Frente de Todos en dos pasajes de su discurso.
Además, marcó algunos de los objetivos macroeconómicos del gobierno de Alberto Fernández y consideró “factible” alcanzar el equilibrio fiscal en 2023, a la vez que sostuvo que “para poder pagar la deuda, Argentina tiene que crecer, y para poder crecer se tiene que quitar de encima el peso de una deuda que asfixia”.
“El país padece una carga de deuda insostenible, que de no resolverse profundizaría el descalabro macroeconómico y el desarrollo que el país venía experimentando”, advirtió Guzmán ante más de 130 diputados presentes, de espaldas al estrado principal, desde donde Sergio Massa condujo la sesión.
El ministro sostuvo que hay que resolver el problema de la deuda “de la forma más ordenada posible”, y así “sentar un ejemplo a nivel mundial”. “Lo primero es alcanzar una solución sostenible: que el resultado que se alcance en la reestructuración le permita a la Argentina crecer y sostener en el tiempo ese crecimiento”, explicó.
“Está claro que con estos números va a haber frustración por parte de los bonistas”
Por eso, aclaró que la propuesta que realizará a los tenedores de deuda tendrá que ser “sostenible” porque “se ha venido pagando deuda con reservas, pero eso no puede durar mucho tiempo porque se acaba”.
Enfatizó luego que “esta es una crisis en la que todas las partes tienen responsabilidad: Argentina; los bonistas -que decidieron apostar cubriéndose de riesgo y cobrando tasas altas por si la cuestión iba mal-; y el FMI, que realizó el préstamo más grande de su historia, que no se utilizó en absoluto para aumentar la capacidad productiva del país, por el contrario, se utilizó para pagar deuda en una situación insostenible, y para financiar la salida de capitales”.
En otro orden, observó que “no es realista ni sostenible” pensar en una reducción del déficit fiscal este año, pero sí consideró “factible” alcanzar el equilibrio fiscal en 2023, y “converger unos años después a un superávit fiscal primario de entre 0,6% y 0,8% del Producto”.
“Se han hecho promesas rimbombantes y se han tomado compromisos que no se pueden cumplir. Si queremos ponerle fin a los ciclos de endeudamiento recurrentes, tenemos que plantear compromisos que sí se puedan cumplir”, subrayó el responsable de la cartera económica.
Y agregó: “Está claro que con estos números va a haber frustración por parte de los bonistas, pero nos tenemos que sentar todos sobre la base de responsabilidad sobre la base una cuota de realismo, para evitar que sea una pérdida para todas las partes”.
Para Guzmán, “la misión no es solo resolver una crisis de deuda de forma aislada, sino sentar las condiciones para un proceso de desarrollo sustentable, en el cual Argentina se ponga de pie y crezca en el tiempo”.
Al referirse al trato que se tendrá con los bonistas, aclaró que “no hay por qué tratar mejor” a los bonos y letras en dólares bajo legislación extranjera que a los que se sujetan a la legislación nacional, pero dijo que “cuidar la ley argentina es fundamental”.
Los aplausos del Frente de Todos llegaron cuando el ministro garantizó: “No vamos a permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica. El sendero fiscal monetario y financiero es un sendero que definimos nosotros”.
“Todo este equipo defenderá en forma plena los intereses del pueblo argentino”
“Todos vamos a tener que definir de qué lado estamos. Nosotros ya lo definimos: estamos del lado de la gente”, sentenció, en otro de los pasajes más celebrados, y llamó a “generar las condiciones para decir ‘nunca más’ a los ciclos de sobreendeudamiento que destruyen oportunidades, que generan angustia y generan profundos desequilibrios sociales”.
Hacia el final, luego de las preguntas de la oposición, aseguró: “Nosotros tenemos el control de la situación. Argentina no está permitiendo que haya condicionalidades al programa económico que se está implementando”. “No tengo dudas de que todo este equipo defenderá en forma plena los intereses del pueblo argentino”, cerró.
Tal como había prometido, Juntos por el Cambio no se pronunció en el recinto, sino luego en una conferencia de prensa. Massa buscó dejar en evidencia al interbloque y le cedió la palabra al jefe del Pro, Cristian Ritondo, quien aclaró que la bancada no haría uso de su tiempo.
En nombre del Interbloque Federal, que preside Eduardo “Bali” Bucca, el bonaerense Jorge Sarghini advirtió sobre la falta de un “programa económico integral”. “Al FMI solo le interesa un programa que le garantice que va a cobrar. Nosotros queremos ver un programa económico que haga sustentable ese pago con la necesidad de resolver la pobreza, la indigencia, la desocupación, la caída del Producto, el cierre de fábricas y la alta inflación”, dijo.
Sarghini continuó: “Le hemos dado al Gobierno los instrumentos necesarios para que empiece. Tenemos confianza en que se va a negociar poniendo el interés nacional por sobre todo. Le pedimos que en ningún momento se aparte de la visión de que vivimos en un país donde el 40% de la población es pobre y la indigencia llega a niveles que nos interpelan. Si el resultado es el adecuado, el país será el ganador”.
El más duro fue Nicolás Del Caño, quien junto a su par del Frente de Izquierda Romina Del Plá exhibió un cartel con la leyenda “No al pago de la deuda”. El diputado preguntó al ministro si “coincide” con las afirmaciones de la vicepresidenta Cristina Kirchner acerca de que “el acuerdo con el FMI es ilegal”, algo que Guzmán no respondió.
“El rechazo y el repudio solo lo hemos sostenido desde el Frente de Izquierda. No se puede pagar esta deuda que es ilegal e ilegítima”, insistió Del Caño.
Alma Sapag, del Movimiento Popular Neuquino, aseguró que su provincia “tiene en el subsuelo los dólares que necesita el país”, en alusión al yacimiento de Vaca Muerta, mientras que José Luis Ramón, del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, apuntó a recuperar el papel del Congreso en los procesos de negociación de la deuda.
“Hoy estamos padeciendo una deuda que se tomó sin seguir ningún procedimiento de información al Congreso. De no llegar a un acuerdo con los bonistas y el FMI, nuestro país podría entrar en default. Por eso es necesario que se ponga en marcha la comisión bicameral que estudie la deuda de Argentina”, propuso.
En ese sentido, Guzmán ratificó el compromiso de que se constituya, una vez iniciado el período ordinario, la Comisión Bicameral de Control y Seguimiento de la Deuda Externa, el ámbito donde el Poder Ejecutivo debe rendir cuentas sobre los avances del proceso.
Por el Frente de Todos no habló su jefe, Máximo Kirchner, sino el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, quien salió al cruce de los cuestionamientos sobre la falta de un Presupuesto. “¿Cuánto ponemos en el rubro ‘Intereses de la deuda’ cuando haya que establecer cuánto hay que gastar en materia de intereses en 2020 y 2021”, se preguntó.
Guzmán señaló al inicio de su presentación que el tema de la deuda es “de una importancia fundamental para el futuro de Argentina”, donde “se vive una profunda crisis económica y social”.
Al describir ese estado de situación, precisó que “en los últimos dos años, 460.000 argentinos han entrado en la indigencia; la pobreza aumentó del 28,6% en 2017 al 35,4% en 2019 y sigue escalando, más de 2.000.000 de personas han caído bajo la línea pobreza”.
Además, señaló que el Producto cayó en tres de los últimos cuatro años y que la inflación llegó al 52,9% en 2019, además de “un brutal crecimiento de la deuda pública bruta, del 52,6% del Producto Bruto en 2015 al 88,8% en 2019, sin que haya un crecimiento concomitante de la capacidad productiva del país”.
Como consecuencia, indicó el ministro, “se fuerza al Estado a contraerse y eso implica que al haber menos capacidad para impulsar la demanda, se produce menos en la economía en su conjunto”, lo que genera además “una alta incertidumbre”, y a su vez “el sector privado también se empieza a contraer”.
“Los que más sufren estas crisis son las personas en estado de mayor vulnerabilidad”, advirtió, y por eso remarcó la necesidad de “sacarse de encima esa carga de deuda que no se puede pagar”. Sostuvo que “esta es la consecuencia del fuerte colapso de un esquema económico que en un momento generó optimismo en los mercados internacionales pero está muy lejos de ser exitoso”.
Para superar esta crisis, según el funcionario, “necesitamos tener una moneda propia confiable” ya que “el peso es excesivamente volátil”, y “necesitamos recuperar la capacidad de invertir y la capacidad de ahorro en la moneda propia”. También habló de “hacer que los dólares se pongan al servicio de la producción”.
La foto de Guzmán en el recinto no solo mostró a diputados de todo el arco político, sino también a funcionarios, gobernadores, dirigentes sindicales y empresarios. En el ala derecha del estrado principal se ubicaron los ministros Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Claudio Moroni (Trabajo).
También estuvieron la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca; la titular de la AFIP, Mercedes Marcó Del Pont; y los senadores Jorge Taiana y Sergio “Oso” Leavy, del Frente de Todos.
Los palcos se llenaron de invitados especiales. Aportaron al cupo sindical el camionero Hugo Moyano; los titulares de la CGT, Carlos Acuña y Héctor Daer; y Andrés Rodríguez, de UPCN. Otros de los presentes fueron Cristiano Ratazzi (Fiat Argentina); Jorge Brito (Banco Macro); Daniel Funes De Rioja y José Urtubey (UIA).