El jefe de Estado y el presidente de la Cámara baja mantendrán una reunión por videoconferencia a partir de las 17. El último encuentro fue en abril.
Por José Angel Di Mauro
Viviendo tal vez el pico de la pandemia, según han confiado algunos de los más conspicuos voceros oficiales de esta crisis sanitaria, el Gobierno analiza ahora cómo encarar la instancia no menor de arrancar la recuperación cuando el Covid-19 pase a un segundo plano. Por eso la convocatoria hecha al Grupo de los 6 y a la CGT el 9 de Julio en Olivos.
Hubo ausencias, no porque piensen prescindir de ellos, sino porque la escenografía armada en Olivos no daba para reunir tanta gente. La Iglesia, los movimientos sociales, las CTA… ¿Y la oposición? A los ojos presidenciales, estaba representada en los gobernadores no peronistas que estuvieron presentes en esa reunión virtual, de manera remota, claro está. Y el propio Alberto Fernández se ocupó de remarcar su presencia, englobándolos en la mención de “mi amigo Horacio” Rodríguez Larreta, el mandatario opositor con quien mejor sintonía ha encontrado, producto de las obligaciones que impone la pandemia. Y cuya relación exhibe cada vez que con altísimos picos de raiting anuncia desde Olivos una nueva etapa de esta dilatada cuarentena.
Uno del Pro, Horacio Rodríguez Larreta. Muy cercano a Mauricio Macri, lo que le sirve a Alberto Fernández por partida doble: porque el éxito de la cuarentena en términos sanitarios es clave para esta administración que apostó al aislamiento como factor fundamental en esta coyuntura, y porque la incomodidad que genera esa relación en el interior de Juntos por el Cambio, y también -¿por qué no?- en sus votantes, le sirve a quien desvela lograr dividir la oposición. Dicho esto de manera no peyorativa: a todo gobierno eso le viene bien; sin ir más lejos el anterior apostó a eso durante sus cuatro años en el poder.
Otro de la UCR, Gerardo Morales. El gobernador opositor con el que más habla Fernández, después de su “amigo Horacio”. El jujeño sabe que está apuntado por el kirchnerismo por su guerra personal con Milagro Sala. El peronismo en general quisiera recuperar ese bastión en 2023… o antes. Además, sus estrecheces financieras sobredimensionan su dependencia del poder central. Por eso hace equilibrio, porque Morales tampoco quiere inmolarse de cara a 2023, cuando deba dejar el poder provincial. Y cuenta con activos que le interesan mucho a la Casa Rosada en tiempos de números ajustados en las dos cámaras. En Diputados el gobernador jujeño cuenta con dos legisladores que le responden, y otros tantos en el Senado, donde por ahora el oficialismo no tiene los dos tercios. Así y todo, por ahora Gerardo Morales no ha sido llevado al extremo de tener que operar sobre sus legisladores, algo a lo que buscará resistirse.
En este marco es que hay que tener en cuenta que muchas de las medidas a implementar en el post pandemia necesitan de leyes. Por eso es que el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, estuvo presente el miércoles pasado en Olivos, cuando el presidente mantuvo contacto de manera virtual con todos los gobernadores. A ellos se dirigió el líder del Frente Renovador para pedirles el acompañamiento a través de sus legisladores para tres leyes: la ampliación de la moratoria; la negociación de la deuda bajo legislación local, y la ampliación del Presupuesto.
Ese último punto es todo un gesto hacia la oposición, pues el Gobierno podría disponerlo por decreto. Será para destinar más fondos al PAMI, IFE, ATP y la Tarjeta Alimentaria. En principio, la oposición aprobará sin reparos.
Pero no son esos los únicos temas que desvelan al oficialismo de cara al segundo semestre. Lo dijeron voceros gubernamentales sobre el final de la semana pasada, al dejar trascender las medidas que planean para tratar de reactivar la economía cuando se levante el aislamiento. Las mismas incluyen un nuevo blanqueo, elemento complementario de la moratoria ya anunciada y presentada a través de un proyecto de ley.
Para analizar las leyes por venir, el Gobierno convocó para este lunes a las 17 a los jefes parlamentarios de la oposición, otra de las patas que faltó en la foto del jueves pasado en Olivos.
Dicho blanqueo no tendrá reparos en el Parlamento: todo Gobierno impulsa el suyo y, en mayor o menor medida, cuenta con el apoyo de las oposiciones. Más allá de polémicas que puedan generarse por cuestiones puntuales: el blanqueo de Cambiemos, sin ir más lejos, marcó el quiebre definitivo de la relación entre Mauricio Macri y Sergio Massa, cuando este último se negó a incluir a los familiares de funcionarios.
Otro de los temas anunciados para el post pandemia es una reforma previsional, o mejor dicho la aprobación de una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, luego de que a través de la ley de emergencia se suspendiera a fines del año pasado la aprobada en diciembre de 2017 en medio de serios incidentes en derredor del Congreso y en el interior incluso del mismo.
Viene trabajando sobre el tema una comisión bicameral mixta que debe proponer para antes de fin de año una nueva fórmula que reemplace a la anterior. La misma es presidida por el diputado oficialista entrerriano Marcelo Casaretto y ya realizó ocho reuniones de manera telemática. En Olivos quisieran apurar la aprobación de una fórmula definitiva y no tener que volver a suscribir por decreto nuevamente en septiembre el nuevo aumento para el sector previsional. Se verá si llegan.
Lo cierto es que para analizar las leyes por venir, el Gobierno convocó para este lunes a las 17 a los jefes parlamentarios de la oposición, otra de las patas que faltó en la foto del jueves pasado en Olivos. Ya había habido charlas para tal fin y como siempre el encargado de llevarlas adelante fue el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. El tigrense tuvo contactos el miércoles pasado con referentes de la oposición, para sondearlos sobre un encuentro este lunes. Estarán todos los jefes legislativos de la oposición... menos los de Juntos por el Cambio.
Según la información a la que accedió parlamentario.com, la reunión tendrá cinco ejes: habrá una evaluación de la cuarentena y la situación sanitaria; se tratará la ampliación presupuestaria para sostener las políticas de ingreso; el proyecto de moratoria para todos los sectores afectados; la deuda soberana bajo legislación local, con un mismo tratamiento que la ley New York; y el diálogo para el acuerdo de reconstrucción post pandemia.
La última reunión entre Alberto Fernández y la oposición fue el 17 de abril, primera etapa de esta dura cuarentena que ya pasó los cien días. En esa oportunidad estuvieron con el presidente Sergio Massa, sentado a su derecha; Máximo Kirchner, a la derecha del presidente de la Cámara baja; Fernando “Chino” Navarro, en su rol enlace legislativo, aunque ese cargo esté hoy muy desdibujado, y Martín Guzmán, a la izquierda del mandatario. Al ministro de Economía desde Juntos por el Cambio le advirtieron esa vez sobre la falta de una ley de Presupuesto, a lo que Guzmán contestó que aún no estaban dadas las condiciones para el envío de un proyecto, ante la enorme “volatilidad” en los mercados y la necesidad de cerrar antes el acuerdo con los bonistas por la deuda. El tema volverá a ser tratado cuando esta reunión se realice, pero ya con la evidente convicción de que no habrá Presupuesto 2020, y comenzarán a hablar en cambio del proyecto que el Ejecutivo deberá mandar al Congreso antes del 15 de septiembre.
En esa última reunión entre el presidente y los jefes opositores, Mario Negri le pidió al titular de la cartera económica que se presentara ante la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la Deuda Externa. El ministro se mostró de acuerdo con asistir, pero nunca lo hizo. Por el contrario, esa comisión que preside el jefe del bloque Frente de Todos en el Senado, José Mayans, se reunió para decidir iniciar una investigación sobre la deuda externa tomada en tiempos de Macri.
Cristian Ritondo y Mario Negri pidieron también por la demorada creación del Consejo Económico y Social. Fernández les dijo que él tenía pensado enviar esa ley para discutir políticas de Estado, y que iba a evaluar el tema, pero el mismo sigue estando pendiente.
Ese encuentro estuvo circunscripto a los jefes legislativos de la Cámara baja. En el Senado manda Cristina Kirchner y la relación de fuerzas es muy distinta a la de Diputados. La titular de la Cámara alta solo recibió al jefe del interbloque Juntos por el Cambio cuando le presentó el protocolo elaborado por la presidencia del cuerpo para sesionar de manera virtual en el Senado, y no se atendió entonces el reclamo de Luis Naidenoff para que las sesiones fueran de manera mixta, como en Diputados.