En una actitud de absoluta irresponsabilidad, los diputados de Juntos por el Cambio asistieron al Congreso Nacional pretendiendo sesionar de forma presencial. Ello en un claro ataque a las mínimas normas de cuidado y prevención dispuestas en el contexto de la crisis sanitaria que vivimos. Arriesgan no solo su salud, sino la de los legisladores que razonablemente están dispuestos a debatir bajo la modalidad virtual. Pero también, es una afrenta al conjunto los trabajadores legislativos y sus familias.

A los fines de evitar lo que nadie quiere (el colapso del sistema de salud), no debemos permitir que la demagogia y el cinismo de algunos hagan proliferar los contagios.

Con un discurso acusadamente violento, convocaron a una fallida manifestación que tristemente se tradujo en disturbios, al tiempo que quisieron instalar la idea de que, de no asistir el resto de los bloques, estaría en riesgo la República. Esto es falso. El oficialismo siempre estuvo para defender los intereses de las mayorías en el Parlamento.

Con la infantil consigna de “se debate presencial o no se debate nada” estamos ante un claro intento de obstruir el funcionamiento adecuado de nuestras instituciones. Su interés radica en condicionar el debate parlamentario únicamente a los temas que les interesan. Porque, vale decir, entre otras cosas se oponen a que los 12 mil argentinos más ricos hagan una contribución por única vez al Estado con el gravamen a las grandes fortunas. O parecen estar a favor de que en el Poder Judicial nada cambie.

Diputados y Diputadas, no se escondan más tras discursos de ocasión y argumentos falaces que engañan y confunden a la sociedad. Las sesiones virtuales demostraron ser más que efectivas para el desarrollo de la función legislativa. Así ocurrió en los parlamentos del mundo.