Austin destacó la importancia de avanzar en una ley de etiquetado frontal de alimentos

En el Día Mundial de la Alimentación, la diputada radical destacó la importancia del proyecto que impulsa para promover la nutrición saludable y frenar la epidemia de la obesidad.

En el Día Mundial de la Alimentación, la diputada nacional Brenda Austin (UCR) marcó este viernes la importancia avanzar en el Congreso con una ley consensuada de etiquetado frontal de los alimentos, que obligue a informar los ingredientes de los productos ofrecidos en las góndolas, como herramienta para promover la alimentación saludable y frenar la epidemia de la obesidad.

“Desde hace años convivimos con un problema de salud que sigilosamente se acrecienta y no es asumido como una prioridad en la agenda pública. Hablamos de la obesidad que, según la OMS, ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Es un flagelo que se ha extendido en todo el mundo, afectando a la población más vulnerable”, indicó la diputada radical por Córdoba respecto a este vacío normativo que aún tiene la Argentina.

En este sentido, remarcó que el elevado consumo de alimentos procesados con altos niveles de nutrientes críticos junto al sedentarismo, tienen una “incidencia decisiva” en el sobrepeso, la obesidad y el desarrollo de enfermedades crónicas asociadas, como diabetes, hipertensión, que incluso figuran entre los principales factores de riesgo de morbilidad y mortalidad entre pacientes de Covid-19.

El pasado 6 de marzo Austin presentó para regular el etiquetado frontal de advertencia de alimentos destinados al consumo humano con el objetivo de brindar información simple y de fácil comprensión, de manera complementaria al rotulado nutricional actual. Se trata de una propuesta para garantizar el efectivo acceso a la alimentación saludable, favoreciendo la autonomía y la toma de decisiones de consumo verdaderamente informadas.

La iniciativa prevé, además, restricciones en torno a la publicidad y ofrecimiento de estos productos a fin de proteger a niños, niñas y adolescentes, quienes son especialmente vulnerables a ser persuadidos por las estrategias de marketing de productos de bajo valor nutricional.

El proyecto de ley fue acompañado por los diputados Claudia Najul, Soher El Sukaria, Roxana Reyes, Gabriela Lena, Federico Zamarbide, Lidia Ascarate, Aída Ayala, Héctor Stefani y Graciela Ocaña. La discusión de una propuesta consensuada se encuentra ahora en el Senado de la Nación y luego se trasladará a la Cámara de Diputados.

El Día Mundial de la Obesidad fue proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1979 para concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial. Según datos oficiales, la Argentina no es la excepción a la tendencia mundial: en los últimos 20 años disminuyó el consumo de frutas y hortalizas en un 41% y 21%, respectivamente, mientras que el consumo de jugos en polvo y gaseosas se duplicó. A su vez, los niños, niñas y adolescentes presentan patrones alimentarios menos saludables: el 50% consume dos o más bebidas azucaradas por día y, en comparación con los adultos, consumen el doble de productos de pastelería o de copetín y el triple de golosinas. Las consecuencias se reflejan en el preocupante nivel de exceso de peso que afecta, sin distinciones, al 41 por cientos de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años.

“Una diversidad de factores confluye en la construcción de los patrones alimentarios, pero uno de los más relevantes y urgentes para abordar es la falta de información junto a las concepciones erróneas sobre el valor nutricional de los alimentos. Debemos preguntarnos si los ciudadanos y ciudadanas entendemos la información de las etiquetas nutricionales y si estas son lo suficientemente claras. Los datos muestran que no. En la Argentina, sólo 3 de cada 10 personas lee las etiquetas, y de éstas únicamente la mitad las entiende”, indicó Austin.

En línea con las recomendaciones internacionales, países de la región como Chile, Perú, Uruguay y México han implementado el etiquetado frontal de advertencia en alimentos y bebidas. Consiste en la presentación en la cara principal del envase de símbolos que indican cada nutriente crítico que se encuentra en exceso en la composición del alimento.

“La Argentina no puede permanecer en el atraso. Hoy se comercializan productos con declaraciones que los asimilan a ´alimentos saludables´, mientras en otros países presentan rotulado de advertencia por exceso de grasas saturadas, sodio o azúcares. En distintas oportunidades se intentó avanzar, aunque el Congreso todavía adeuda una política activa para contrarrestar esta problemática”, completó la diputada.

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