El profesor de la Universidad de Oxford criticó las actitudes individualistas de algunos gobiernos y también hizo foco en la necesidad de cambios dentro del capitalismo para encarar la nueva normalidad post Covid.
En la última jornada del 56° Coloquio de IDEA, el académico británico Paul Collier advirtió en su exposición que se viven “tiempos peligrosos” ante la polarización observada en muchos países y planteó la necesidad de comenzar a “escucharse mutuamente y dialogar”, con el fin de encontrar soluciones a los problemas comunes con “propósitos y responsabilidades compartidas”, en el marco de la pandemia.
“El diálogo es el recurso secreto de la Democracia, que tiene valor en el proceso igualitario de escucharse en un ida y vuelta entre pares. Hay que aprender a salir del individualismo y reconocer que hay obligaciones comunes. No sirve gritar con la voz más fuerte, hay que empezar escuchando al otro para poder generar una comunidad exitosa con responsabilidades compartidas”, sostuvo el catedrático.
Collier reconoció que esta “polarización” se ve en sociedades como la Argentina, e inclusive con mucha fuerza en los Estados Unidos, y planteó la necesidad de “reconocer que tenemos obligaciones comunes y no hay una sola verdad, y tenemos que entendernos desde la posición de cada uno, porque todos estamos atados moralmente a los demás”.
El académico abordó otras de las dificultades que enfrenta en la actualidad el mundo con la lucha entre los imponen ideas pragmáticas y los populismos, y en ese contexto se mostró enemigo de las posturas ideológicas extremas.
Dijo que los populistas “diagnostican los problemas pero no ofrecen la solución, al creer que tienen un modelo que funciona para siempre”.
El catedrático sostuvo que no existe “la utopía de derecha o de izquierda”, porque el mundo es “mucho más complejo de lo que podemos entender”, y son necesarias posturas más flexibles, a la vez que calificó a los defensores de la ideología y el populismo como “vendedores de humo”.
No dudó en calificar como uno de los protagonistas de esta postura al actual gobierno estadounidense, entre otras administraciones.
Además, abogó por la existencia de emprendedores sociales, que generan un “mundo más saludable”, que incluya a todos en el marco de un dinamismo más pragmático de los problemas globales.
“El populismo pierde credibilidad rápido y las ideologías que se cierran en su sola idea chocan irremediablemente contra un muro”, afirmó Collier.
En cuanto a la “nueva normalidad” producto de la pandemia, Collier dijo que la “codicia del individualismo” en el marco del capitalismo ya no funciona, y planteó la necesidad del regreso a la vida “comunitaria” como pilar fundamental para las soluciones que plantea la nueva etapa que se avecina post Covid.
Una de la crisis que deja como secuela esta pandemia es el desempleo y la pobreza, y sobre ello el británico se centró en la necesidad de respuestas en común entre Estado y empresas, para resolver esas problemáticas urgente, y abogó por “políticas públicas activas y dinámicas” y mucho trabajo en equipo y redes.
Habló de “crear confianza rápidamente”, proteger el trabajo y apoyar la formación y la creación de nuevas ideas de desarrollo comunitario, y a los jóvenes, fundamentalmente para evitar que dejen sus países en búsqueda de supuestos mejores horizontes.
“Las empresas deben generar mejores oportunidades para el futuro con propuestas tentadoras, y usar como ejemplo la idea de los chinos que regresan a su país, no tanto por una mejora económica en el presente, sino porque consideran que su país en este momento tiene más futuro que los Estados Unidos, hay que transmitir la idea de prosperidad para los jóvenes”, planteó.
El rol de estas empresas fue también un eje fundamental que encaró Collier en su exposición, y allí sentenció que los empresarios deben cambiar el paradigma y comenzar a pensar en “objetivos a largo plazo”, donde se apueste más a “proteger el empleo y no pensar en la ganancia inmediata”.
“Hay que generar un espacio de bien común entre empresario y fuerza de trabajo que se imponga sobre las utilidades a corto plazo, porque ese cambio beneficiará a ambas partes en aras de un importante propósito en común”.
Como ejemplo, contó cómo en algunos países empresas que eligen este modelo realizan en paralelo a su negocio otro que tiene relación con el financiamiento de emprendimientos sociales, para resolver las urgencias de las comunidades donde conviven.
También planteó la necesidad de reconstruir polos productivos en lugares más descentralizados para optimizar el crecimiento de muchas ciudades que antes fueron punto esencial de industrias o empresas, en un buen ejemplo de potenciar economías regionales.
Collier planteó la importancia de articular políticas públicas junto a las empresas, haciendo centro en la formación de trabajadores y el acceso a las nuevas tecnologías, al sostener que la gran “tragedia de los últimos años es ver cómo unos pocos se beneficiaron con este progreso, pero a la vez dañaron a muchos más que quedaron marginados”.