Más de un centenar de manifestantes participaron por más de dos horas de la “protesta” contra el legislador de Juntos por el Cambio por su voto de hace dos años, y anticiparon que seguirán con esa modalidad contra otros diputados.
Más de un centenar de manifestantes convocados previamente por organizaciones “pro vida” se hicieron presentes en la puerta del edificio donde vive el diputado nacional Facundo Suárez Lastra, en el barrio porteño de Palermo, para reclamarle al legislador “que escuche al pueblo”, con vistas al futuro tratamiento del proyecto de legalización del aborto durante las sesiones extraordinarias.
A medida que iban llegando asistentes al “escrache”, que había sido convocado previamente en redes sociales, y que valió el repudio de legisladores de Juntos por el Cambio -incluyendo al mismo Suárez Lastra-, pero también de la oposición, como así también figuras de todos los sectores y los propios funcionarios nacionales, la pequeña multitud -con mayor preponderancia de gente joven, algunos de ellos con niños en brazos- ocupó la esquina completa donde se ubica el edificio en el que reside el diputado de 66 años junto a su esposa, y parte de la calzada, entorpeciendo por el lapso de una hora y media el tránsito vecinal.
Si bien en esta oportunidad no hubo destrozos de ningún tipo, los manifestantes repartían a los curiosos y a los vecinos que pasaban por allí o que ingresaban o salían del edificio, volantes con el rostro del diputado junto con una imagen de un bebé abortado, en donde podía leerse: “¿Sabías que Facundo Suárez Lastra votó por el aborto?”, en alusión al proyecto de 2018 rechazado por el Congreso Nacional el 8 de agosto de aquel año, pero que contó con el voto a favor de Suárez Lastra.
Consultado a uno de los organizadores que coordinaba a “la juventud celeste” que golpeaba fervientemente los bombos y redoblantes del mismo color sobre los motivos por los cuales eligieron a Suárez Lastra como blanco de la manifestación, éste indicó que “la idea es ir a la casa de todos los diputados que votaron por el aborto en contra de la voluntad popular”, y luego agregó “el pueblo argentino rechaza el aborto, y la función indelegable de los diputados es respetar esa voluntad, para eso fueron elegidos como representantes; por tanto, si desconocen esa voluntad, nosotros nos tomaremos la molestia de llevar esa realidad a su propia casa para que la conozca de primera mano”.
Uno de los oradores que hizo uso del micrófono, de un improvisado pero potente sonido que se escuchaba a dos cuadras del lugar, aseguró que “los escraches a aquellos diputados que no cumplen con su trabajo son una oportunidad única y muy valiosa de entablar un diálogo del pueblo con sus representantes, para que comiencen a escucharlo de una buena vez, y obrar en función del mandato que el mismo pueblo les otorgó”.
Josefina (43), es una comerciante del barrio que se enteró de la movilización por redes sociales y se acercó llevando a su perro labrador consigo. Consultada sobre el motivo de su concurrencia indicó: “Yo voté a este diputado, por lo que creo que es justo que nos escuche. Pensé que iba a tener la dignidad de bajar a hablar con nosotros, pero hasta ahora no bajó. No defiendo para nada el aborto, es un crimen”.
Maricel (28), estudiante de periodismo oriunda de Lanús, que se enteró por el tuit del mismo Suárez Lastra, se sumó a la manifestación “en defensa de las dos vidas”. Consultada respecto del repudio de algunos diputados a la modalidad elegida como “escrache”, indicó “al contrario, creo que el diálogo y la libertad de expresión del pueblo fortalecen la democracia, si no pudiéramos venir aquí a manifestarle al diputado nuestra posición, ¿dónde quedaría la democracia?”.
Zulma (72), una jubilada que pasaba por el lugar, y que también fue consultada respecto a si estaba de acuerdo con el reclamo y con la modalidad de trasladarlo a la misma casa de los diputados, se manifestó a favor: “Esto es lo único que entienden”, afirmó.
Más de dos horas del inicio de la protesta, alrededor de las 18.30 y entre cánticos animados por el orador que llevaba el micrófono la mayor cantidad de veces, y diversas opiniones de vecinos que tomaban la palabra, y habiéndose lanzado algunas bombas de estruendo, se dio por finalizada la manifestación cuando se apagaron los parlantes del sonido, y poco a poco los asistentes comenzaron a desconcentrarse. No sin antes anunciar que en caso de avanzar el debate seguirán con los “escraches”.