Parrilli acusó a la oposición de querer “un procurador interino, presionable y sin estabilidad”

El titular de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales defendió el proyecto de reforma del Ministerio Público y dijo que la discusión “no se trata de Rafecas sí, Rafecas no, sino de Casal sí, Casal no”.

oscar parrilli sesion 27 noviembre 2020
En su discurso se refirió también a la "persecución" contra Gils Carbó en el gobierno anterior.

En el comienzo del debate del proyecto para reformar la Ley del Ministerio Público Fiscal, el senador Oscar Parrilli acusó a la oposición de querer “tener un procurador a disposición de ellos, presionable, interino, sin estabilidad y con todas las atrocidades que está haciendo”, en alusión a Eduardo Casal.

Miembro informante del oficialismo, el kirchnerista consideró que con esta iniciativa se está “mejorando una ley que sancionamos nosotros en el 2015”. “Estamos dando certezas, dando seguridades, todos los que se ajusten a la ley no van a tener ningún problema, no van a ser perseguidos”, aseguró.

Para el neuquino “acá no se trata de Rafecas sí, Rafecas no. Se trata de Casal sí, Casal no. Porque muchos quieren que sigan Casal como interino”.

Al recordar que cuando el presidente Alberto Fernández envió la postulación de Daniel Rafecas para jefe de los fiscales, “la oposición dijo ‘ni loco lo vamos a votar'”, Parrilli opinó: “No es que no quieran a Rafecas, quieren a un interino, quieren a Casal, el que le sirvió durante estos dos años”.

En defensa del proyecto, el titular de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales destacó la propuesta para que el nuevo procurador esté obligado a presentarse ante el Congreso y hacer saber cuál será su plan de criminalidad.

En ese sentido, afirmó que varios expositores que concurrieron a dar su opinión coincidieron en que “era necesario que el Parlamento intervenga, colabore y trabaje en conjunto con el procurador para perseguir las actividades ilícitas”.

Por eso, el legislador insistió que hay una “necesidad de que exista un procurador con un plan nacional de criminalidad, y que ese plan sea evaluado por el Congreso, supervisado, y sea exigido su cumplimiento”.

“Esto no tiene nada que ver con una interferencia para decirle ‘usted haga tal cosa en una causa'”, subrayó y, entre otros aspectos, remarcó la reforma para prohibir que el procurador “pueda valerse de la Agencia Federal de Inteligencia para hacer espionaje interno”.

Sobre la duración del cargo del jefe de los fiscales, el senador del Frente de Todos señaló que “la Constitución no habla de que el procurador sea vitalicio”. “Solo hay dos países en América Latina donde el procurador tiene cargo vitalicio, Cuba y Argentina, ahora solo quedará Cuba”, agregó.

Al respecto de los votos necesarios para su designación, un tema que “ha generado algunas suspicacias”, manifestó, Parrilli argumentó que “como ya no es vitalicio no nos parece conveniente que ya no tenga los dos tercios”. “No estamos diciendo que no busquemos los dos tercios. La ley no prohíbe los dos tercios”, aclaró y apuntó que será elegido con “mayoría absoluta, 37 miembros, no mayoría simple como se dijo”.

“Los que dicen que nosotros queremos copar la Procuración se callaban la boca cuando el DNU de Macri le sacaba la autonomía financiera (al Ministerio Público), cuando perseguían a (Alejandra) Gils Carbó, o cuando removían a (Juan Pedro) Zoni”, reprochó.

Y completó diciendo que “nos acusan a nosotros que vamos a hacer, cuando nunca en el pasado lo hicimos, las cosas que ellos hicieron”, como “intentar manipular a la Justicia”, cargó.

También, en su discurso, el neuquino cuestionó a la oposición porque “se alzan voces en defensa de esas leyes” -sancionadas bajo el gobierno kirchnerista-, cuando “todos lo que hoy la defienden, la votaron en contra, en aquel momento”.

Además, defendió que la exprocuradora Gils Carbó fue designada con el respaldo del “92% de los senadores”, y repasó la “despiadada, brutal y feroz persecución” que vivió durante el gobierno de Cambiemos.

“Terminó renunciando, en diciembre de 2017, porque en octubre de ese año, en connivencia con sectores del Poder Judicial, un gran diario publicó el teléfono de su hija, y le empezaron a llover las amenazas e intimidaciones de todo tipo. Finalmente terminó renunciado porque estaba en riesgo y juego no solamente la estabilidad en el cargo, sino la seguridad de su hija y toda su familia”, añadió.

Y criticó que “nombraron como interino a Casal” porque “no les convenía buscar un procurador que representara a todos los sectores políticos”.

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