La diputada nacional dialogó con parlamentario.com respecto de la posibilidad de encabezar la lista de candidatos a la Legislatura porteña, la situación de la Ciudad y las causas por las que se llegó a los cien mil muertos a causa del Covid 19.
Con las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) a la vuelta de la esquina, la diputada nacional del Frente de Todos (FdT) por la Ciudad de Buenos Aires, Gisela Marziotta, dialogó con parlamentario.com sobre el armado de las listas y su posible arribó a la Legislatura porteña.
Si bien su deseo personal era el de ser la primera candidata a diputada nacional por el FdT, la periodista manifestó que “las candidaturas no son desafíos personales” y que la construcción de las nóminas deben realizarse con el “consenso y la generosidad de todos los que integran este frente”.
Además, la precandidata se refirió a los desafíos que la Ciudad de Buenos Aires deberá enfrentar en la post pandemia, las causas que llevaron a que la Argentina tenga 100 mil muertos por Covid 19 y la gestión que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, realizó durante la emergencia sanitaria.
-Tras el cierre de alianzas, los diferentes frentes se encuentran trabajando en el armado de sus listas y teniendo en cuenta que su primer mandato como diputada está llegando a su fin. ¿Aspira a encabezar la lista de diputados nacionales?
- Trabajo para que el Frente de Todos haga una gran elección. Creo que fue un año muy complicado. De 18 meses de gobierno, 15 fueron con la peor crisis sanitaria internacional. Ahora que con las vacunas estamos empezando a salir, tenemos que estar mucho más enfocados en la reconstrucción de Argentina, que tras cuatro años de macrismo quedó arruinada. Y enfocarnos en la postpandemia implica encarar el despegue hacia una Argentina productiva, bajar la pobreza, y avanzar hacia una sociedad más equilibrada y justa.
- Otro posible candidato para encabezar esa lista es Leandro Santoro, quien está próximo a finalizar su mandato como legislador porteño. ¿Se sentiría cómoda si desde el espacio que representa le pidiera que encabece la lista para la Legislatura porteña?
-Los peronistas entendemos que las candidaturas no son desafíos personales. Integramos un proyecto colectivo. Creo que las listas deben ser construidas con el consenso y la generosidad de todos los que integran este frente. Personalismos y vanidades deben quedar de lado.
-Teniendo en cuenta ambas posibilidades, ¿usted preferiría volver a competir por la Cámara baja o la Legislatura? ¿Qué le presenta un mayor desafío?
-La política es una vocación. Quiero estar donde pueda ser más útil al proyecto nacional. No es una cuestión de cargos. Me gusta trabajar para mejorar la realidad en la que vivo. Pero la política es una actividad que se hace en conjunto. Y confío en el proyecto político en el que participo.
Me gustó ser candidata a vicejefa de Gobierno e hicimos una gran elección. Me encanta estar en campaña, conversar con vecinos/as, recorrer y conocer a fondo los problemas que afectan a los diferentes sectores.
-Tengo entendido que usted y María Eugenia Vidal fueron compañeras de colegio. ¿No sería interesante que dos ex compañeras se enfrenten en los comicios?
-Quiero aclarar que no fuimos compañeras de curso, solo fuimos a la misma escuela y ella estaba en un año más grande que yo. Es un hecho anecdótico.
Si llegamos a competir en estas elecciones estaremos representando dos proyectos políticos bien diferentes y contrapuestos.
-Por otra parte, ¿cómo ve a la Ciudad? ¿Cuáles cree que son los principales desafíos a abordar una vez superada la pandemia?
-La Ciudad tiene varias deudas. La pandemia puso en evidencia la necesidad de contar con espacios más saludables. Más verde y menos cemento. También de mejorar respecto a cómo tratamos la basura. Esto implica tener más estaciones de reciclado. Empezar a pensar en una economía circular, que no compre-use y tire sino que haya un consumo y producción más responsable.
La urbanización de los barrios vulnerables debe ser trabajada en conjunto con los vecinos que los habitan. No una imposición de arriba hacia abajo. Y que esos barrios se integren con los otros barrios de la Ciudad.
La educación, que es un derecho constitucional, debe verdaderamente incorporar a los y las niñas. Nadie debe quedar afuera. El problema de falta de vacantes no puede continuar.
Y el trabajo, no hay una verdadera política de desarrollo productivo. Los comerciantes y las pymes tienen gran espíritu emprendedor pero es necesario una ciudad amigable con las actividades económicas. Gestionando incentivos y ayudando cuando las crisis complican. Porque son la principal fuente de trabajo y siempre se han defendido a fuerza del esfuerzo personal pero ninguna señal desde el Estado porteño que los promueva y ayude.
Por último la salud y la seguridad, esto es muy importante. Saber que el sistema de asistencia médica está preparado para asistir a los vecinos exige poner en valor el trabajo del personal médico. Incluidos los enfermeros que fueron muy perjudicados al no reconocérseles su función en el sistema. Según la ley impulsada por el Ejecutivo porteño sobre profesionales de la salud de la administración pública, están incluidas las disciplinas como medicina, antropología, kinesiología, nutrición, fonoaudiología. Pero la enfermería está excluida de esa ley. Y son indispensables, ha quedado en evidencia en esta pandemia el compromiso con el que asumieron la lucha contra el Covid y los riesgos que corrieron. También se debe mejorar la infraestructura y la provisión de los insumos
Con la seguridad hay que desnaturalizar que circular por la ciudad signifique que te roben el celular, o te golpeen para sacarte la cartera. Poder disfrutar de tu casa, o salir a trabajar sin sentir que estas arriesgando tu vida o tus bienes. Y para ello es necesario de verdad armar estrategias de prevención y contención del delito.
-¿Qué opinión le merece la gestión de la pandemia que ha realizado el jefe de Gobierno porteño?
-Creo que hubo un primer momento en que el miedo a esta pandemia desconocida provocó que todos los gobernantes buscaran unificar criterios. Y la ciudadanía valoró mucho esa comunión entre dirigentes de diferentes partidos. Sin embargo, a medida que la crisis sanitaria avanzó, también surgieron algunas mezquindades. Eso de “no querer quedar pegado” con medidas antipáticas.
Fue el caso del debate en torno a las clases, por ejemplo. Todos coincidíamos en que la escuela presencial es fundamental. Pero llegamos a tener 30 mil contagios por día. Había que tomar una medida estricta. Y ahí me da la sensación que a Larreta le ganó su costado ambicioso o especulativo. Y decidió tomar medidas que significaran mayor popularidad para sí mismo, en lugar de tomar partido por la salud del pueblo.
La prueba es que cuando arrancó la vacunación masiva y los casos bajaron un poco, también en el resto de las provincias y en PBA se retornó a las clases presenciales. Nadie quiere los chicos fuera del sistema escolar habitual. Se hizo mucho circo con el tema en la Ciudad.
-Hablando ya a nivel nacional, hace unos días se llegó a un triste hito: superamos los 100 mil muertos por. ¿Por qué se llegó a esta situación? ¿Cree que desde el Ejecutivo se pudo haber hecho algo más?
-Siempre nos debemos hacer esa pregunta, porque ayuda a mejorar para el futuro. Pero es contrafáctica. Todos los gobiernos del mundo fueron aprendiendo sobre la marcha acerca de este virus totalmente desconocido. Una sola muerte ya es dolorosa. Es una historia de vida truncada, es una familia dolida.
Pero desde el Gobierno nacional siempre se vio un gran compromiso por salvar vidas. Por priorizar la lucha contra la pandemia; por asistir a los más vulnerables; por rápidamente mejor infraestructura de salud, conseguir respiradores, comprar las vacunas. Tanto desde el área de salud como de desarrollo social han sido maximizados los esfuerzos para asistir a la población. Y me siento segura frente a un gobierno que se la jugó sin claudicar, pese a las presiones de los grandes grupos económicos o de sectores de la política de la oposición para que cambie el rumbo en función de otros intereses ajenos al bienestar general.
Alberto Fernández mostró una coherencia desde el primer momento en favor de la salud de los argentinos y también resguardando el trabajo.
-Por último, el país está atravesando una situación sanitaria, económica, social y educativa muy compleja. ¿Cuáles serán los desafíos que la clase política tendrá por delante en la post pandemia para reconstruir y reactivar la actividad en la Argentina?
-Argentina tras cuatro años de Cambiemos, quedó gravemente endeudada, con alto índice de pobreza y las pymes fundidas. La pandemia profundizó todos esos problemas. Sin embargo, se empieza a ver un despegue, una salida. Se pudo renegociar una parte de la deuda y comenzaron a reactivarse algunos sectores industriales, pero el comercio y el trabajo necesitarán de un fuerte impulso. Y bajar los niveles de pobreza exigirá distribuir.
El foco debe ponerse en lograr un despegue productivo, integrando todos los sectores de la producción. Como dijo el presidente Alberto Fernández, debemos repensar la lógica que determina que es más importante el gerente financiero que el de producción, encaminarnos hacia un sistema social y económico "más equilibrado y justo". Pensar el futuro con una perspectiva federal.
No será ni con magia ni con la suerte, los remedios para combatir la pobreza son la inversión y el empleo. Y para ello es indispensable un país previsible, ordenado y estable. Ya comenzamos ese camino de la reconstrucción argentina. Y en estas elecciones reafirmaremos esta mirada. Ya nadie quiere retroceder.