La iniciativa que lleva adelante Coca-Cola Argentina busca aumentar la tasa de captación de agua de la zona para preservar la cuenca intermedia del río Suquía.
El proyecto que llevan adelante Coca-Cola Argentina, Fundación Avina y la ONG El Cuenco en un área protegida de Córdoba busca aumentar la tasa de captación de agua de la zona para preservar la cuenca intermedia del río Suquía, de la que se nutren los 1,3 millones de habitantes de la capital provincial.
En 2013, apenas un año después de haber iniciado sus trabajos en la zona, los investigadores detrás del proyecto de conservación hídrica de la Reserva Natural de la Defensa La Calera, en Córdoba, se dieron cuenta de un detalle paradójico: para cuidar el agua, primero tenían que ocuparse del fuego. “Cada vez que se produce un incendio, el área afectada queda sin vegetación y luego no puede absorber las lluvias como corresponde”, explicó a Journey Javier Bernasconi, Coordinador General de la iniciativa que busca proteger ese auténtico pulmón verde que funciona como “esponja” para el mantenimiento de una cuenca estratégica de la que se nutre la ciudad de Córdoba, el segundo centro urbano más importante del país.
En una zona con tantos incendios forestales como son las Sierras Chicas, donde se ubican las 13.500 hectáreas de la reserva natural, el tema del fuego no es menor. “Conseguir que el área tenga una mayor capacidad de captación de agua significa mejorar sus posibilidades como reservorio y que, además, pueda liberarla progresivamente y no de forma drástica generando inundaciones”, explicó Marcos Karlin, quien junto a Javier es uno de los responsables de El Cuenco, la ONG a cargo de la puesta en marcha de este proyecto de reabastecimiento. La iniciativa se realiza en articulación con Fundación Avina y gracias al apoyo de Coca-Cola Argentina, en el marco del compromiso de la Compañía por el cuidado del agua.
Con el aporte de tecnología, maquinaria y una estrategia basada en la interacción permanente con los bomberos locales, los resultados del programa son elocuentes: un año después de iniciado, las hectáreas afectadas por focos de incendios se redujeron de 1.500 a apenas 2 hectáreas al año siguiente. En 2020 las condiciones climáticas impactaron fuerte en la provincia y elevaron esa cifra, pero el trabajo permanente ayudó a minimizar el impacto. “Son beneficios ocultos, acciones invisibles. Todo el mundo está en condiciones de detectar un incendio, pero su supresión es algo que no se puede ver”, señaló Javier.