Bien temprano el propio oficialismo pampeano salió a reconocer el domingo la sorpresiva derrota que le asestó Juntos por el Cambio. parlamentario.com fue el primer medio en anunciarlo, y ese dato anticipó lo que a la postre terminó confirmándose a nivel país: la fuerte derrota del Frente de Todos en estas PASO.

Que perdiera el oficialismo en un distrito como el pampeano, donde a priori el peronismo asoma como casi invencible, era todo un dato. Máxime cuando se juegan allí tres bancas para diputados y otras tantas del Senado. Es claramente uno de esos distritos donde el resultado hace diferencia.

Muchos medios enfatizaron la importancia del resultado haciendo hincapié en que se trataba de la primera derrota del peronismo en esa provincia. En efecto, el resultado es de suma importancia por lo ya expuesto, pero no es la primera vez que sucede una caída del peronismo pampeano en una elección. En rigor este resultado tiene un antecedente muy parecido que pasamos a describir.

La sumatoria de las listas de Juntos por el Cambio el domingo dio 48,82%, contra 38,16%. Más de diez puntos de diferencia. Pero en 2017, justamente hace cuatro años, sucedió algo similar en las PASO, cuando el 13 de agosto el Frente Cambiemos La Pampa registró un 49,15% contra el 38,5% del Partido Justicialista.

Esta vez cinco listas compitieron en la interna de Juntos por el Cambio; en 2017 fueron tres. Esa vez el PJ tuvo una interna entre cinco listas, aunque este año hubo lista única.

La cuestión es que en las elecciones generales el Partido Justicialista dio vuelta la elección, de manera muy ajustada: se impuso por 45,42% contra 45,39% del Frente Cambiemos La Pampa. ¡Apenas 3 centésimas! Solo 76 votos hicieron la diferencia, que se tradujo en un diputado más, pues como este año, entonces había tres bancas en disputa. El único diputado que sumó entonces Cambiemos fue Martín Maquieyra, el mismo diputado del Pro que hoy busca su reelección.