Por Jorge Lorenzut. El dirigente del Partido Demócrata Cristiano de la CABA se refiere al tratamiento de la modificación a la Ley de Impuesto a los Bienes Personales en el Senado.
En el Senado de la Nación se está tratando una modificación a la Ley de Impuesto a los Bienes Personales, que eleva los mínimos no imponibles a partir de los cuales se comienza a tributar. La iniciativa responde a una necesidad de no hacer caer dentro de esa tributación a personas que no tiene real capacidad contributiva, por lo que merece ser considerada.
El problema es que el art 52 de la Constitución Nacional indica expresamente que las iniciativas en materia de contribuciones son resorte exclusivo de la Cámara de Diputados. Esta no puede ni debe tratar un proyecto que, al ser iniciado en la otra Cámara, es pasible de nulidad.
Corresponde entonces que trate por propia iniciativa una medida similar.
La cuestión tiene aristas políticas, porque si el Senado empieza a legislar forzando sus atribuciones, en caso de un resultado electoral el 14 de noviembre que otorgue una mayoría distinta a cada Cámara, el actual oficialismo puede basarse en este precedente para intentar seguir legislando cuestiones muy discutibles, como ser las retenciones al agro, y otras contribuciones, creándose un conflicto de poderes dentro del Congreso.
Es por ello que lo sensato es congelar en Diputados el envío del senado y no reconociéndole poder de insistencia, y aprobar un proyecto propio, que contemple la equidad de la cuestión.
La justicia debe obtenerse de acuerdo a las normas y no forzar la interpretación de las mismas, a fin de que quede preservada la coherencia institucional de la república.