Corrientes y la Argentina en llamas. ¿Era posible evitarlo?

Por Ximena García. La diputada radical santafesina detalla la crítica situación correntina y cuestiona a un gobierno que a su juicio actúa tarde, lento e ineficientemente.

Las imágenes que llegan desde Corrientes son desesperantes, tanto por la magnitud de los daños ambientales y económicos como también por la certeza de que eran previsibles. ¿Podríamos haberlos evitado completamente? Seguramente no, ya que en Corrientes, como en muchos lugares del país, por las escasas lluvias, las altas temperaturas y el cambio climático se generaron las condiciones para la proliferación de incendios, que en este caso, arrasaron con más de 800 mil ha.

Lo que sí podría haber sucedido es que las condiciones naturalmente desfavorables nos encuentren preparados, con un programa ambiental serio, sin extremismos, que nos posibilite cuidar al ambiente, pero también permita el desarrollo productivo.

La problemática de los incendios no es nueva, en 2020 y 2021 se consumieron casi 1.5 millones de ha, afectando principalmente al humedal “Delta del Paraná”, la Patagonia, Córdoba y otras 14 provincias. El fuego no distingue áreas protegidas, parques nacionales ni humedales.

Es importante recordar por qué estamos donde estamos: el Gobierno, con el riesgo latente de incendios, redujo en 2021 el presupuesto del Servicio Nacional de Manejo del Fuego en un 42,9%, lo mismo ocurrió con los recursos destinados a la protección de desastres y al Sistema Federal de Emergencias. También limitó a la mitad las horas de vuelo para el sistema aéreo de lucha contra el fuego y los fondos para capacitar agentes.

Frente a las recientes críticas, el Gobierno anunció un aumento en el presupuesto del Ministerio de Ambiente, pero los fondos girados nos dejan dudas acerca de su veracidad. En todo caso los recursos estaban pero no llegaron a Corrientes.

El kirchnerismo respondió con la modificación de la ley de manejo del fuego de manera exprés e ideológica, pero nada cambió. La situación de descontrol actual no pudo sorprender al gobierno, ya que se había declarado la emergencia ígnea e hídrica en todo el país.

Desde JxC presentamos pedidos de informes y citaciones a funcionarios para conocer el accionar frente a los incendios y el cumplimiento de las Leyes de Protección Ambiental,  Manejo del Fuego y Bosques. También consultamos sobre el Sistema de Alerta Temprana y Evaluación de Peligro de Incendios y el funcionamiento del COFEMA. Exigimos la completa ejecución presupuestaria y la intervención de la justicia para hallar a los responsables.

No recibimos más respuestas del oficialismo que dejar caer el estado parlamentario de nuestro proyecto de Ley de Humedales, que contaba con un dictamen consensuado, y que busca proteger y alentar el uso sustentable de estos ecosistemas. ¿Dónde quedaron las promesas y discursos ambientalistas?

Seguiremos insistiendo. Volveremos a presentar el proyecto de Humedales, así como otras iniciativas que buscan redireccionar recursos existentes hacia las Asociaciones de Bomberos Voluntarios, protagonistas en los desastres a los que asistimos, para que puedan estar preparados ante la necesidad de actuar.

Nada será suficiente si el Gobierno nacional sigue corriendo detrás de los problemas, con desidia y mezquindad política. Si los recursos estaban, entonces faltó gestión, interés y previsión. El ministro Cabandié culpa a los productores que lo han perdido todo y se preocupa por las críticas del ex presidente Macri en vez de dialogar con el gobierno de Corrientes y llevar la ayuda a tiempo. Su falta de empatía y su irresponsable conducción del ministerio son ofensas contra el pueblo correntino, pero también contra toda la Nación. Es hora de imaginar cambios profundos en la política ambiental del FdT.

Que la sociedad civil esté movilizada juntando donaciones para apoyar a los bomberos que combaten el fuego nos resulta esperanzador, pero a la vez desnuda la ineptitud de un gobierno que actúa tarde, lento e ineficientemente. El cambio climático es un hecho, y los incendios serán un escenario cada vez más frecuente. Deberíamos haber estado mejor preparados, esperemos que todas las pérdidas, hoy incalculables, sean el puntapié para que la ineptitud y la mezquindad política nunca más guíen el accionar de un ministro. Necesitamos que dejen de improvisar ante el desastre, el ambientalismo de cotillón del FdT quedó una vez más al desnudo.

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