En un video cargado de simbolismos, CFK refirió el destrozo de su ventanal, pero sobre todo al Fondo
Recordó a través de un video al que le puso su voz en off el papel del FMI en la Argentina y que ella lo mantuvo durante su gestión “fuera del país”.

La violencia registrada este jueves en derredor del Congreso de la Nación alcanzó un ventanal de las oficinas de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. El hecho fue mencionado en el transcurso de la sesión, primero por un diputado oficialista y luego citado por legisladores de la oposición que también repudiaron ese episodio.
Lo cierto es que la exmandataria se pronunció puntualmente sobre ese hecho a través de un video de gran manufactura que se inicia con la imagen de piedras ingresando por la ventana rota de su despacho. Con la voz en off de la titular del Senado, es el primer pronunciamiento suyo tras la media sanción del acuerdo con el FMI. Y el título puesto para el video difundido a través de las redes sociales de la expresidenta es bien sintomático: “Otra vez… inmensa pena”.
¿Acaso se refiere Cristina a la violencia de 2017 en esa misma plaza, cuando las protestas contra la reforma previsional? Nada que ver. Cristina habla del regreso del Fondo Monetario Internacional y sus revisiones técnicas trimestrales.
“Hoy es 11 de marzo. Ayer por la tarde, cuando la Cámara de Diputados iniciaba el tratamiento de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para financiar el préstamo que Mauricio Macri solicitó a ese organismo por 57 mil millones de dólares, estábamos en mi despacho en la presidencia del Senado, en el Congreso de la Nación, el senador Oscar Parrilli, la senadora Anabel Fernández Sagasti, el diputado Máximo Kirchner y quien les habla”, se indica en el video.
Por lo pronto, Cristina Kirchner habla de sus senadores más cercanos, y puntualiza dónde estaba su hijo este jueves, mientras se desarrollaba la sesión de Diputados donde su nombre era permanente referido por los legisladores de la oposición, que hacían hincapié en su ausencia.
Cristina se refiere a continuación a las protestas realizadas en torno al Parlamento, no de manera crítica sino referencial: “En ese momento en la Plaza de los dos Congresos se desarrollaba una multitudinaria movilización política en contra del plan económico del Fondo Monetario, ocupaba toda la plaza y la Avenida de Mayo hasta la 9 de Julio. Unos minutos después de que en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Entre Ríos comenzara una quema de las iniciales del Fondo Monetario Internacional con neumáticos, un pequeño grupo de manifestantes inició una intensa pedrada contra el Congreso”, señala, hasta ahí naturalizando una lógica protesta contra el FMI.
Luego refiere los incidentes: “Las imágenes que ahora estás viendo son las de mi despacho después de las piedras. Paradójicamente fue mi despacho el que atacaron”.
A continuación, Cristina deja una sentencia llamativa para el destino de la media sanción que debería ser completada en los próximos días en la Cámara alta, al destacar que ella “mantuvo fuera del país al Fondo Monetario Internacional, cumpliendo el legado de mi compañero Néstor Kirchner”.
“El despacho de quien hizo frente a los fondos buitre, quien mantuvo fuera del país al Fondo Monetario Internacional, cumpliendo el legado de mi compañero Néstor Kirchner, y que además construyó con su decisión el Frente de Todos, que permitió derrotar a Mauricio Macri. Paradójicamente, o intencionalmente…”, precisa la voz de CFK.
Y agrega: “Antes de vicepresidenta y presidenta fui varias veces senadora de la Nación pero siempre fui y seré una militante política.
Me tocó ver, desde la recuperación de la democracia en 1983 escenas de violencia siempre vinculadas a ese organismo y sobre todo a las políticas que imponía a los distintos gobiernos. Hoy como nunca, recordé las palabras de Néstor respecto del Fondo Monetario Internacional, cuando decía ‘siempre actuó como promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor en el pueblo argentino’”.
El mensaje termina con una sentencia destinada seguramente a retumbar en Balcarce 50: “Otra vez… inmensa pena”.