Mar de fondo por la sesión del martes 5 pedida por Juntos por el Cambio
Fue pedida por Juntos por el Cambio, entre otras cosas para derogar la Ley de Alquileres, pero necesita del aporte de otras bancadas para el quórum y después los 2/3 para aprobar cualquier proyecto. Malestar de otros sectores por decisiones “inconsultas”.

Termina el primer mes de sesiones ordinarias en la Cámara baja con más carretel en el debe que en el haber. Apenas una sesión -maratónica, eso sí-, generada por imperio de las circunstancias -la amenaza del default- y que dejó mucha tela para cortar pues marcó una división tácita en el seno del oficialismo. Pero solo dos comisiones se han constituido desde el recambio legislativo. Y si se tiene en cuenta que el trabajo en las comisiones es el eje fundamental de la labor legislativa, nada más claro para graficar el estado de parálisis en el que está sumida la Cámara de Diputados.
Se afirma semana a semana que en la siguiente esa situación se revertirá, pero ya esos anuncios no los cree nadie. Todo es un reflejo de lo que sucedió con las fracasadas sesiones extraordinarias, donde el Gobierno mandó un ambicioso listado de iniciativas de las cuales no pudo ser tratado ni una.
Apenas dos comisiones se han constituido desde el 10 de diciembre pasado y ambas fueron por la necesidad de tratar el aval al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Las discusiones sobre el resto continúan empantanadas y la responsabilidad por ello se le endilga tanto al oficialismo como la principal oposición. Es verdad que Juntos por el Cambio pretende hacer valer la victoria electoral conseguida en las legislativas de noviembre pasado y de ahí que reclame más presidencias; también es cierto que el oficialismo tiene sus propios problemas: con la división generada en el bloque Frente de Todos tras la renuncia de Máximo Kirchner, está opinado el reparto de las comisiones.
De hecho, también hay objeciones en torno a la conformación del propio bloque oficialista. Tras la salida del hijo de los Kirchner, presentaron sus renuncias la vicepresidenta Cecilia Moreau y la secretaria Parlamentaria Paula Penacca, aunque el nuevo jefe del bloque, Germán Martínez, las ratificó verbalmente. Lo cierto es que es el cargo de la diputada camporista el que más de uno objeta. Se trata de un puesto clave y es insólito que en el debut del santafesino Martínez al frente del bloque su secretaria Parlamentaria, que es quien debe encargarse de recolectar los votos, votara en contra.
Previsible, tratándose de una dirigente de La Cámpora que responde obviamente a Máximo Kirchner, pero más que suficiente que precisamente por ello se imponga un cambio. En aras de la armonía de un bloque muy revuelto, de momento la resolución de ese tema ha sido postergada.
La sesión del 5
En ese marco es que Juntos por el Cambio busca hacerse cargo de la agenda y es por eso que pidió una sesión especial para el 5 de abril. Solo dos temas han sido pactados para esa jornada, pero más que emblemáticos: la derogación de la Ley de Alquileres, que fue uno de los temas enarbolados en la campaña electoral a pesar de haber sido originalmente impulsada por Cambiemos cuando era gobierno, y la emergencia por los incendios en las provincias de Corrientes y Misiones. La pregunta del millón es si tendrán quórum, aunque se infiere que ese no sería el motivo principal de la movida opositora, sino dejar expuesto al oficialismo con su ausencia y forzar a pronunciarse con sus actos al resto de la oposición.
Es lo que han dejado trascender los convocantes aun antes de la formalización de este pedido de sesión que se conoció oficialmente el viernes pasado. Allí queda claro en las firmas el mapa variopinto de la convocatoria, que parece destinado a conformar a todas las partes internas: allí figuran los presidentes de los bloques principales de JxC, Cristian Ritondo, Mario Negri y Juan Manuel López, pero también los de los otros espacios que conforman el mosaico de la principal oposición, incluidos monobloques: Rodrigo de Loredo, Margarita Stolbizer, Ricardo López Murphy y Carlos Zapata, entre otros.
Son 116 los miembros de JxC y a ellos se sumarán los 4 libertarios. Así lo confirmó el fin de semana José Luis Espert, que si bien no puede hablar en nombre de Javier Milei, va de suyo que ambos sectores estarán. El primero pidió sumar un proyecto propio: en tren de derogaciones, quiere avanzar también con la Ley de Abastecimiento.
Con 120 diputados supuestamente confirmados entonces, estarían faltando 9 para arrancar una sesión que después necesitaría de los 2/3 de los votos para aprobar algo sin dictamen. El interbloque Federal tiene 8 y bien podría ser la llave para la sesión, pero nada indica que estén dispuestos a sumarse. Su presidente, Alejandro “Topo” Rodríguez expresó a parlamentario.com sus diferencias con la actitud de los principales bloques de la Cámara. “Ese estilo de no conformar comisiones, pero convocar a una sesión especial sin que nada pueda concretarse puede convertirse en un mamarracho”, resumió el legislador bonaerense, que reclamó que “los dos grandes bloques tienen que ponerse de acuerdo de una vez, dejando ya la irresponsabilidad y permitiendo que toda la Cámara pase a trabajar de inmediato en una agenda acordada. Todo lo demás, es humo”.

Puntualmente respecto de la Ley de Alquileres que la principal oposición quiere ahora derogar, pero que también el Frente de Todos rechaza, señala Rodríguez: “Macristas y kirchneristas son los responsables del pésimo resultado que viene demostrando la ley de alquileres. Lo único que falta es que ahora se vengan a hacer los salvadores”.
No habría caído bien en el resto de la oposición que Juntos por el Cambio se cortara solo pidiendo una sesión especial sin buscar consensuar con los bloques “del medio” para buscar los votos que garantizaran esa sesión. Peor, la señal de querer dejarlos expuestos opera exactamente en sentido contrario. Una señal para asegurar la sesión sería abrir el temario para que los otros sectores pudieran sumar proyectos al temario y poner sus firmas en la convocatoria. De lo contrario, vale la analogía escogida por “Topo” Rodríguez: “Es puro humo”.
En este marco es que el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, se moverá esta semana con los jefes parlamentarios de la oposición, pero sobre todo los sectores del medio. El llamador será la Ley de Alquileres, que tal cual adelantó el viernes desde Salta pedirá suspender por 90 días, durante los cuales se pondrían a trabajar con una comisión para elaborar una norma que reemplace a la actual.
Lo cierto es que ya las inmobiliarias adelantaron sus reparos respecto de una derogación de la ley vigente, que terminaría dejando todo en un limbo por tiempo indeterminado.
Esa convocatoria de Massa podría garantizar que los bloques que necesitaría Juntos por el Cambio para poder sesionar el martes 5 no se plieguen a esa movida “llevados de las narices” por la principal oposición, tal la figura que deslizaron desde el oficialismo. Consultados por parlamentario.com, referentes de otro bloque clave como es el de Provincias Unidas, confiaron que están “abiertos al diálogo” con ambas partes y anticiparon que están trabajando en un proyecto propio de Ley de Alquileres. Y aclararon están conversando con los dos sectores.