Desde los primeros días de febrero se puso en marcha el dispositivo para ir definiendo las comisiones permanentes en ambas cámaras bonaerenses, pero aún no están las resoluciones que las formalizan.
Los senadores y diputados de la provincia de Buenos Aires no logran los consensos mínimos que resultan necesarios en los cuerpos colegiados legislativos. Sin esos mínimos acuerdos el sistema está prácticamente paralizado.
Innumerables iniciativas presentada por miembros de las diferentes bancadas aguardan su correspondiente estudio en las comisiones respetivas, mientras que las escasas sesiones que se realizan solo consideran proyectos sobre tablas, acordadas en la Labor Parlamentaria.
Las necesidades urgentes del presente, nacional y provincial, no dejan mayor tiempo para las cuestiones que podríamos definir como importantes, de tal forma que ahora se está erosionado las endebles bases de las instituciones democráticas que podrían contribuir a sembrar más dudas sobre la perdurabilidad de la mismas.
La adjetivada descripción de este presente de la Legislatura provincial pretende advertir a los anticuerpos para así activar los músculos defensivos de una actitud democrática que se corresponda; porque no es menospreciando los tiempos y los espacios institucionales que se fortalece el sistema sino todo lo contrario.
Empero, no se descarta, que tal vez, haya en la dirigencia una valoración positiva del “desencuentro”, del “no acuerdo”, sobre una especulación interna respecto de las lógicas internas de los grandes conglomerados con representación parlamentaria. Una maniobra con cierta justificación pragmática, que estaría atentando de todas formas con el cabal funcionamiento institucional.
Entonces ahora sí, el Senado y la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires está desde el mes de febrero intentando conformar las comisiones permanentes que establece su reglamento interno. Comprenden un total de 26 en el Senado y 46 en Diputados.
No obstante, al tiempo que los diputados como los senadores “dicen” que ya están definidas todas las comisiones, las respectivas resoluciones no están publicadas y tampoco estaría rubricadas por las autoridades correspondientes.
En esta nota Parlamentario se hace eco del cúmulo de borradores y filtraciones informales que circulan por los pasillos legislativos, mientras las negociaciones, que resultan un primer paso, para el ordenamiento general del Poder legislativo provincial continúan.
En principio en el Senado la polémica se instaló sobre el reparto general y cómo quedaban distribuidas las comisiones teniendo en cuenta la paridad entre el FdT y Juntos, de 23 a 23, que se presenta en el recinto.
También siempre hay un interés especial en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos; además suscita la atención de los senadores las Comisiones de Legislación General y la de Presupuesto e Impuestos.
Lo que más suena respecto de estas tres comisiones es que sería 2×1 a favor del oficialismo que en rigor reclama las tres.
Las conversaciones indican que el oficialista FdT se quedarán con la presidencia y mayoría de ACA, mientras que las comisiones se repartirían en números iguales entre las dos únicas bancadas que habitan el recinto.
Hubo un intento de establecer una regla general de que aquel espacio que tenía la presidencia de comisión no tuviera la mayoría, pero finalmente habría sido descartado.
En las últimas horas ganó terreno la posibilidad de que el oficialismo se quede con mayoría y la presidencia de la Comisión de ACA, que seguiría en manos de Enmanuel González Santalla. Pero no se habría podido avanzar mucho más que esto.
En Diputados las conversaciones continúan a todo vapor, pero el corte que se puede hacer por estos momentos indica que se avanzó en un reparto general de 25 presidencia para el FdT, 20 para Juntos, y 2 para bancas independiente. Aunque ahora serían tres presidencias para bloques independientes si no se modifica el esquema.
Entre las comisiones denominadas “de revisión” o “embudos” de los proyectos que llegan al recinto está la de Asuntos Constitucionales y Justicia, que presidirá la diputada del FdT Susana González; Presupuesto e Impuestos, Juan Pablo De Jesús; y Legislación General, comandada por el massista del FdT Rubén Eslaiman.
Estas tres comisiones más otras 21, quedaría para el FdT; aquí enumeramos el resto de las comisiones que tendrían un diputado del oficialismo como presidente: Salud Pública, Educación, Trabajo, Asuntos Municipales, Políticas Sociales, Derechos Humanos, Servicios Públicos, Energía y Combustibles, Asuntos Agrarios, Deporte, Tierras y Organización Territorial, Seguridad y Asuntos Penitenciarios, Juventud, Colegio Profesionales, Comunicación, Mujer, Clubes y Asociaciones Civiles, Turismo; Intereses Marítimos, Portuarios y Pesca; y Niñez, Adolescencia y Familia.
En tanto, hay una comisión que se computaría como FdT que pertenecería a una bancada que se supone filo oficialista pero independiente, Unidad para la Victoria, compuesta por la diputada Débora Indarte, que presidiría Ambiente y Desarrollo Sostenible. Sucede que el número general circula desde antes que se conformará este monobloque, formalizado en la última sesión.
Las 20 comisiones que serían comandadas por un diputado de Juntos son: Ciencia y Técnica, Obras Públicas, Derechos del Usuario y el Consumidor, Industria, Asuntos del Conurbano, Asuntos Regionales y del Interior, Asuntos Culturales, Comercio Exterior, Prevención de Adicciones, Asuntos Cooperativos y Vivienda; Producción y Comercio Interior, Asuntos de las Personas con Discapacidad, Reforma Política y del Estado, Mercosur, Igualdad de Oportunidades, Género y Diversidad, Relaciones Parlamentarias, Adulto Mayores, Recursos Naturales y Libertad de Expresión.
Por último, Martín Domínguez Yelpo, de Espacio Abierto Juntos, comandaría la comisión de Transporte y el diputado Fabio Britos, del bloque 17 de Noviembre, tendría la presidencia de Previsión y Seguridad Social.
