La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires conmemoró este jueves el “Día Internacional de los Trabajadores”, el cual se celebrará el próximo 1 de mayo, y expresó su adhesión a todas las actividades que se realicen en ese marco.

Durante la sesión ordinaria de esta semana, la Casa puso en debate un texto conjunto que surgió a raíz de los proyectos impulsados por los legisladores Claudio Romero, Mercedes de las Casas, Daniel Del Sol, María Luisa González Estevarena, Paola Michielotto (VJ), Matías Barroetaveña, Maia Daer y Claudio Ferreño (FdT).

En los fundamentos del texto recientemente aprobado, los legisladores recordaron que el 1 de mayo se “toma como referencia por los sucesos ocurridos a finales del siglo XIX en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, en donde el movimiento obrero comenzó a exigir el cumplimiento efectivo de la Ley Ingersoll, aprobada en 1868 por el presidente Andrew Johnson y en la que se establecía la jornada laboral de ocho horas, puesto que para aquel entonces, las jornadas laborales eran de 16 hs diarias aproximadamente, de lunes a lunes y en condiciones inhumanas”.

Al mismo tiempo que precisaron que “los obreros, insatisfechos por la inobservancia de los empresarios y las organizaciones laborales y sindicales se movilizaron el 1° de mayo de 1886 y alrededor de 300 mil trabajadores iniciaron la huelga” e indicaron que “Chicago era la segunda ciudad más poblada de los Estados Unidos y recibía un gran flujo de inmigración interna y externa aunque las condiciones laborales eran descriptas como paupérrimas”.

Además detallaron que los días siguientes hubo masivas movilizaciones: el 2 de mayo se congregaron unas 50 mil personas y la concentración fue disuelta a la fuerza por la policía local; al días siguiente los reclamos se extendieron y todo se agravó cuando un grupo de rompehuelgas comenzó una batalla campal contra los presentes; los agentes actuaron de inmediato y abrieron fuego sobre la gente, causando 6 muertos y cientos de heridos. El día 4 en medio de una nueva jornada de revueltas, un artefacto explosivo estalló frente a los policías causando un muerto y varios heridos.  Por tal motivo, la policía abrió fuego y mató a un número desconocido de trabajadores. Posteriormente se declaró el estado de sitio y el toque de queda.

El 21 de junio de 1886 se iniciaron los juicios contra 31 responsables y 8 de ellos fueron juzgados después de un proceso irregular, apoyado por el poder empresarial y la prensa. De los declarados culpables, tres fueron encarcelados y cinco enviados a la horca. Finalmente en los últimos días de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada laboral de 8 horas, resultando un punto de inflexión para el movimiento obrero a nivel mundial.

Actualmente la jornada limitada de trabajo es un derecho extendido de los trabajadores, entre otros, pero la historia de los Mártires de Chicago demuestra que los derechos de los trabajadores no son fáciles concesiones si no el resultado de la organización y de las disputas que dan los trabajadores al interior del orden social. “Por eso, conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores es una manera de expresar el apoyo a los trabajadores y sus organizaciones en su pugna por conquistar nuevos derechos y mejorar sus condiciones de trabajo y de vida”, aseveraron los diputados porteños.

Por otro lado, los legisladores recordaron que “la irrupción del Coronavirus a nivel mundial alteró la organización del trabajo como comúnmente se conocía. En muchos casos, quienes no cumplían tareas esenciales se reconvirtieron en teletrabajadores. Para otros, el empleo quedó en suspenso. Lo cierto es que la gran mayoría de los rubros sufrieron transformaciones”.

“La situación laboral durante la pandemia se volvió muy complicada e incierta, como sucedió en otras pandemias de siglos atrás. Sin embargo, antes los trabajadores carecían de derechos y estabilidad mientras que hoy, si bien el impacto del Covid-19 afectó considerablemente el trabajo de la sociedad en su conjunto, la situación es indudablemente más favorable que en el pasado. El teletrabajo se expandió como nunca antes, e interpela un nuevo orden mundial respecto al mismo. Por lo tanto, es menester de quienes ejercemos la función pública brindar las herramientas necesarias para ayudar y facilitar el acceso a los nuevos métodos de trabajo, respetando los derechos de los trabajadores”, sentenciaron.