El legislador del FIT se reunió con trabajadores metalúrgicos, con quienes dialogó acerca de la salida de Matías Kulfas de la mencionada cartera. “Se corren entre el albertismo y el cristinismo pero al final todos defienden los intereses de Paolo Rocca”, aseveró.
El diputado porteño del Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad Gabriel Solano se refirió a la polémica que se despertó tras la salida del ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, del Gobierno y afirmó: “El Gobierno cambia de Kulfas a Scioli, todos amigos de Techint”.
Solano fue a Siderca para charlar con los trabajadores metalúrgicos y, desde allí, dio declaraciones a los medios locales al respecto del cambio de gabinete del gobierno entre Kulfas y Scioli.
“Se corren entre el albertismo y el cristinismo pero al final todos defienden los intereses de Paolo Rocca. A Kulfas se lo comió la pelea entre buitres por el negocio millonario del gasoducto Néstor Kirchner, que sigue paralizado. Cierto es que Alberto Fernández y el ministro de economía, (Martín) Guzmán arreglaron el desembolso millonario cenando con el propio CEO de Techint”, comenzó el diputado porteño.
Asimismo, agregó: “También hay que desenmascarar a Cristina Fernández y decir que la empresa LEASA, que armó las licitaciones a la medida de Techint, es dirigida por todos los funcionarios que responden a la vicepresidenta. Los acuerdos de CFK con Techint son de larga data y atravesaron todos sus gobiernos. Por su parte, Daniel Scioli tampoco es trigo limpio, hasta recién fue embajador del país en Brasil y no está para nada ajeno a estos negocios. Es claro que el ascenso de quien fue el candidato de Cristina en 2015 y hoy representa un punto de unidad entre la vice y el Presidente es un conocido defensor de las corporaciones”.
Finalmente, Solano concluyó: “Mientras Techint hace negocios millonarios y saquea los recursos del país interviniendo en las importaciones de los laminados y comiendo de todo el negociado que representa Vaca Muerta, los trabajadores de Siderca tienen paritarias por debajo de la inflación y más del 30% de la planta son contratados. Todo este cuadro dentro de la fábrica es garantizado por la burocracia sindical de la UOM, que a su vez es tributaria del kirchnerismo”.