Cristina reclamó que el Estado recupere el control de las políticas sociales
Cuestionó que con 7% de desempleo haya 1.300.000 planes sociales, y afirmó que “el peronismo es laburo, no es depender de un dirigente barrial que me dé el alta y la baja”. Explicó qué significa tener la lapicera y cerró su discurso con esta frase: “Ganar las elecciones para no cambiar nada, mejor quedarse en la casa”.

Al encabezar un acto organizado por la CTA de los Trabajadores en Avellaneda, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner defendió el valor del Estado ante el “ataque formidable” que atribuyó a sectores neoliberales. Por el contrario, lo consideró “imprescindible”. Negó que el déficit fiscal sea el causante de la inflación, y afirmó que “con esta desocupación del 7% deberíamos tener menos planes sociales”.
Cristina habló a continuación de Jorge Ferraresi y Hugo Yasky, a la sazón anfitriones del evento: uno por ser intendente en uso de licencia de Avellaneda, y el otro jefe de la CTA organizadora del acto. La exmandataria comenzó su mensaje a las 17.19 y se extendió por más de una hora.
Arrancó diciendo que le había parecido que el 20 de junio era “un día muy especial” para ese acto y acotó que Yasky “con buen criterio” planteó que no había que titular el encuentro como “recordando” a Manuel Belgrano, sino hablar de la vigencia del prócer. Cómo pensaba sobre la producción, el trabajo… la deuda externa. Vean si no está vigente su pensamiento”, señaló la vicepresidenta que dijo desconfiar “de los que no les gusta recordar el pasado. Será porque además no le gustan las cosas que hicieron durante el pasado”.

“Yo no tengo problemas con el pasado, ni con el peronismo. En nuestra propia historia encontramos las claves, decodificamos y podemos atisbar lo que puede pasar. Solo de ese modo, podemos actuar en el presente, con el conocimiento del pasado y la estrategia del futuro”, añadió.
Cristina habló de la caída del Muro de Berlín. “El mundo se cayó para los dos lados en el 89”, advirtió, refiriendo luego que “el mundo cae para el lado del capitalismo (…) Convencieron al mundo de que el comunismo era malo”, de ahí que los países comunistas quisieran entonces poder disfrutar de los beneficios del capitalismo. “Si vamos a hacer capitalismo, hagámoslo en serio para todos y todas, con acceso a la vivienda, a la comida, a la educación para todos y todas, sin exclusiones”, ironizó.
Alertó que el Estado vive “un ataque formidable”, a partir de quienes “todos los días que el Estado es una porquería y no sirve para nada”. Sostuvo que por el contrario a su criterio “el Estado es imprescindible, sin lugar a dudas” y que “la reducción al mínimo del Estado es solo un ejercicio y sirve para quedar bien en discursos de ocasión”.
“En esta Argentina, los mismos que durante todo el tiempo van a los canales de televisión para decirnos que el Estado es culpable de todo lo que nos pasa, son los mismos que nos dicen que en realidad la inflación la produce el déficit fiscal”, señaló la vicepresidenta, que aclaró que no haría “una apología del déficit fiscal”, sino que estaba analizando las causas de la inflación.
“Ojo, ya en la Argentina teníamos una inflación que es histórica y casi integra nuestro ADN, de décadas”, puntualizó.
Dispuesta a hablar del déficit fiscal, Cristina mostró planillas del G20, donde por ejemplo se ve a la Argentina en el 13° lugar, precedida por países importantísimos con “muchísimo más déficit que nosotros”. Con Estados Unidos primero y por lejos.

“El déficit no es necesariamente causante de la inflación, pero Estados Unidos tiene la maquinita para imprimir dólares y varios portaaviones”, afirmó.
“No estoy hablando de lo que es bueno y lo que es malo, estoy tratando de encontrar las causas por las que tenemos esta inflación única en el mundo: por el déficit fiscal no es”, enfatizó.
En otro pasaje habló de una empresa alimentaria a la que no identificó, tuvo entre 2019 y 2021, antes de pagar impuestos, una ganancia de 421%. Nuestro país es, afirmó, “el tercer país evasor” de impuestos en el mundo. Es además “el tercer país en formar activos en el exterior”, en una alusión directa a proyecto impulsado por el kirchnerismo para pagarle al fondo con la plata fugada al exterior. “Los grandes problemas de Argentina se resumen en la escasez de dólares y la economía bimonetaria”, remarcó.
En ese marco y en referencia a las dificultades para contar con dólares se quejó de la existencia de “un festival de importaciones” en la Argentina, al que reclamó “controlar y administrar” desde el Gobierno, cosa que a su juicio “no estaría sucediendo”.
Para dar una idea, sostuvo que “en la Argentina 600 empresas explican el 75% importaciones y el otro 25% lo explican 24 mil empresas. Eso quiere decir que no es tan difícil controlar esto y se deben dar estrategias para ello”.
En ese sentido pidió “articular” el accionar de la AFIP, la Aduana, el Ministerio de la Producción y el Banco Central. Cumplir esas funciones es lo que consideró significa la frase “usar la lapicera” que ella usó ya varias veces en referencia al presidente de la Nación.
No faltaron referencias de Cristina Kirchner hacia los jueces en general y la Corte en particular. Dijo que “los jueces y los fiscales aparecieron en el mundo de las importaciones y entre enero de 2021 y marzo de 2022 salieron del país 1.847 millones de dólares de importaciones autorizadas por jueces y fiscales a través de amparos”.

En ese sentido señaló, irónica: “Donde hay necesidad de dólares habrá un juez y un fiscal para darles dólares a los importadores; pero si la necesidad es del pueblo, no hay derecho; no hay justicia, no hay fiscal y no hay jueces”. Fue una clara referencia a dichos del vicepresidente de la Corte Suprema Carlos Rosenkrantz, respecto de lo cual insistió: “Si la necesidad es de los poderosos hay jueces, fiscales, defensores, lo que sea necesario. No hay Poder Judicial en Argentina, hay un partido judicial”.
Tampoco faltaron alusiones al Gobierno anterior: fue cuando atribuyó la inflación al “endeudamiento criminal de los 4 años del macrismo”, período en el cual “se aplicaron todas y cada una de las políticas que quería el sector privado”.
Cargó contra los dirigentes de la oposición que tras gobernar cuatro años, dijo, “ahora miran para otro lado, como el perro que volteó la olla, y hacen como que no tuvieron nada que ver”. También responsabilizó al FMI y a los empresarios que “dicen que no tienen nada que ver con la formación de precios y la inflación”.
Tras asegurar que “la unidad del Frente de Todos nunca estuvo en discusión”, la emprendió contra el diputado Javier Milei, que calificó a Domingo Cavallo como el mejor ministro de Economía. Si es así, dijo, “estamos para el suicidio colectivo, onda Guyana, onda Jim Jones”.
Ya sobre el final se refirió a Carlos Tomada como “un gran ministro de Trabajo” que ella tuvo, y lo repitió varias veces. Advirtió entonces que hay apenas un 7% de desempleo, pero “tenemos un millón 300 mil planes. Hay algo que va a haber que revisar, porque con esta desocupación del 7% deberíamos tener menos planes sociales”.
Aclaró que podía hacer esa definición pues “puedo pararme frente a cualquier argentino para decirle que fuimos nosotros los que creamos la Asignación Universal por Hijo”. Y afirmó que “el Estado nacional debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación de las políticas sociales, que no pueden seguir tercerizadas”.
“A mí no me gusta que me quieran convencer de que eso es peronismo; el peronismo es laburo, es trabajo, el peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta y la baja, y sobre todo las mujeres, que son las más explotadas, son las que más las basurean en prácticas misóginas machistas”, precisó.
Cristina Kirchner insistió en “que el Estado recupere en nombre de los que nos dieron vida, Perón y Evita… si Evita los viera, mamita”.
Y ya concluyendo dijo que le había gustado algo que Hugo Yasky había expresado sobre “la relación de fuerza”. “Si San Martín hubiera pensado en relación de fuerzas, ¿quién cruzaba la cordillera de los Andes? Si Belgrano hubiera pensado en la relación de fuerzas, ¿quién hubiera hecho el éxodo jujeño?”.
“Este país existe porque hubo hombres y mujeres que no pensaron en la relación de fuerzas cuando hubo que pensar las cosas que había que hacer…
Creo que debemos apelar a nuestras mejores ideas, convicciones y acciones, como aquella como cuando aquí mismo, en Avellaneda, hace 5 años tuvimos cuando fundamos Unidad Ciudadana”, señaló, asegurando que “fue un buen nombre y una buena experiencia, por eso hoy somos gobierno. No olvidemos de dónde venimos, por qué ganamos”. Y cerró: “Ganar las elecciones para no cambiar nada, mejor quedarse en la casa. Así que lo que creo es que debemos apelar a lo mejor nuestro, y sobre todo hablar mucho con la gente, explicar”.
