Por Cata Cabana, historiadora. Con motivo de un nuevo aniversario del Día de la Independencia, la autora repasa los procesos de conformación del nuevo Estado.
En este nuevo aniversario de nuestra declaración de independencia, es imperioso detenerse a reflexionar sobre la importancia de ese proceso, suceso y hecho histórico.
Cuando hablamos de historia, de algo acontecido en el pasado, a veces lo hacemos de forma abstracta; es decir: olvidando que fue realizado por hombres y mujeres de aquel entonces.
Una de las formas sencillas de relatar es a través de un protagonista, pero… ¿qué sucede con todos aquellos que acompañaron ese momento?
Es probable que todos sepamos cómo se llegó a aquel 9 de Julio de 1816, después de las batallas heroicas de los héroes de la Patria.
Lo que tal vez no tomemos en consideración es la cantidad de fracasos y derrotas que hubo en el camino. Lo interesante es que, a pesar de todo aquello, no había lugar para la frustración: la Patria era el proyecto a cumplir.
El principal objetivo era salir del mando español, no volver a depender de ninguna corona del Viejo Continente; sin embargo, esto no era tarea sencilla… y no sólo por las fuerzas enviadas desde Europa, sino por el poco apoyo que recibía el proyecto por parte de Buenos Aires.
Los Generales como San Martín, Belgrano y Güemes dejaron de recibir apoyo alimentario y económico por parte de la capital del Virreinato, pusieron de sus propias fortunas los recursos, eran los “contra patricios”.
El enemigo no era sólo Europa, lo eran también las familias patricias que no acompañaban la gesta independentista, liderada por Patriotas (una grieta heredada desde 1810).
No todo Buenos Aires era así. En la casa de Mariquita Sánchez de Thompson se realizaban tertulias políticas que acompañaban las ideas de independencia. Una mujer de palabras y cartas tomar.
Las Provincias Unidas del Río de la Plata firmaron la declaración de independencia el 9 de julio de 1816 en Tucumán. Firman las Provincias de la Unión, donde figuran Cochabamba, Tarija, y otros territorios que hoy no forman parte de la República Argentina. Otra curiosidad: invocan al Eterno que preside el Universo… ¿será el Gran Arquitecto del Universo?, sabiendo de las logias masónicas que lideraban los movimientos ideológicos de aquel entonces.
La independencia se declara, pero debe ser reconocida por otro para que exista como tal. Para ello, había que definir el proyecto a seguir: ¿quién iba a gobernar?.
El proyecto de Belgrano incluía un descendiente del imperio Inca. De todos los proyectos presentados, ninguno llegó a puerto. A partir de 1816 se abre un nuevo proceso, el de conformación del Estado, pero esa… es otra historia. Por ahora, ¡Viva la Patria! y a defender la independencia.