El legislador de Republicanos Unidos dialogó con Parlamentario acerca de su rol dentro de la Legislatura, algunos de sus proyectos más importantes, el ataque a la vicepresidenta de la Nación y la crisis que atraviesa la Argentina, entre otros puntos.
El diputado de Republicanos Unidos y hombre de confianza de Ricardo López Murphy en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Roberto García Moritán, participó de un mano a mano con Parlamentario en donde dialogó sobre todo: sus proyectos legislativos, las críticas que recibe del Frente de Todos (FdT) y las expectativas de Juntos por el Cambio (JxC) para los comicios del año que viene.
Además reflexionó acerca del intento de magnicidio que vivió la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, al señalar que “hay una cuestión de violencia en la sociedad que está muy ligada a los problemas de la Argentina. Una sociedad pobre, desamparada, que tiene hambre, que vive los problemas de la inflación con desesperación porque lo poco que ganan no les alcanza para vivir y sus hijos no pueden ser bien alimentados. Y que no encuentra respuestas a través de la política porque ésta le dio la espalda”.
Por otro lado, el legislador analizó la crisis económica que atraviesa la Argentina, aunque consideró que no es una solución dolarizar. “Creo que la dolarización es una idea producto de esos momentos cuando uno está muy sobrepasado por la crisis. Yo sigo soñando con una moneda fuerte, el mundo descubrió que el mejor negocio es exportar tu moneda”, advirtió.
-¿Cómo está llevando a cabo esta etapa cómo legislador? ¿Es lo que esperaba?
-Estoy bastante entusiasmado con esta experiencia legislativa. Yo creí que me iba a aislar un poco de la calle, de los problemas de la gente, del día a día, de lo que vine en serio a representar. Y por suerte, quizás porque supe armar buenos equipos, encontré un gran equilibrio que me permite comprender que para hacer un camino a la política, este paso es necesario. Desde acá (N. del R.: su puesto como diputado) se entiende mucho sobre cómo se estructura la política pública. Agradezco esta oportunidad porque, claramente, mi perfil es mucho más ejecutivo: soy un tipo de acción, mi mundo es la PyME.
Pero lo entiendo como lo que es. A partir de acá, la política va a ser parte del resto de mi vida profesional. Es el paso necesario para todo lo que espero poder hacer y para convertirlo en mi profesión.
- Desde que asumió su banca presentó numerosos proyectos que tuvieron una amplia repercusión en los medios, uno de ellos fue su pedido para demoler el edificio del Ministerio de Desarrollo Social. ¿Cree que de esa manera se logrará mejorar la circulación en la Av. 9 de Julio?
-Sí, definitivamente. En principio porque no sólo ese edificio está en el medio de la 9 de Julio, además tiene adentro al Ministerio de Desarrollo Social, que es el lugar que centraliza a los movimientos sociales cuando hacen sus protestas -hubo más de 600 marchas- y genera que este daño se profundice más. Conocemos de sobra el impacto negativo que tienen estos piquetes en la calidad de vida de todos los ciudadanos.
Me parece que ese edificio debería estar donde la gente lo necesita, en algún municipio del conurbano, como Matanza, cumpliría una función social mucho más acorde a los objetivos.
La 9 de julio es una Avenida que une el norte con el sur de la ciudad, tiene 22 carriles y a la altura de Moreno se hace un embudo con el tránsito y dificulta mucho la circulación vehicular. Hace que los argentinos tengan una vida más compleja. Perdemos tiempo de producir, perdemos tiempo para vivir, para estudiar y para lo que tengamos que hacer por el tránsito.
Sobre los cruces que generó, entiendo que el kirchnerismo tiende a sobrecargar las discusiones de simbología. Este proyecto no tiene nada que ver con los gestos, como legislador porteño mi único objetivo es mejorar la vida de los ciudadanos y de todos los que quieran venir a la Ciudad a estudiar, pasear en familia o trabajar.
-Según su perspectiva, ¿por qué no se pueden controlar la cantidad de manifestaciones y cortes de calles que hay a diario en la Ciudad?
-Porque en esta “colisión de derechos”, siempre ha prevalecido el derecho a la protesta por encima del derecho de vivir en paz, del derecho de transitar, del derecho a producir. Esto tiene que ver con preferencias sociales que son entendibles, pero tienen sus momentos. Creo que hoy la gente entendió que la dinámica debe ser otra.
Hoy por hoy, la situación socioeconómica en la Argentina -que tiene a uno de cada dos ciudadanos debajo de la línea de pobreza, a más de cuatro millones de personas que viven en la marginalidad, cuatro mil villas miseria, a siete de cada diez jóvenes que se quieren ir del país, a seis de cada diez chicos que no terminan el secundario en la provincia de Buenos Aires- hace que tengamos que reordenar las prioridades. Y llegó el momento de solucionarlo. Era entendible que se respetara este derecho, era fundamental, pero debemos encontrar un poco más de equilibrio.
- Cómo co autor de proyectos que buscan incorporar la tecnología blockchain a los programas de asistencia social y en procesos de compra o venta de bienes y servicios, ¿considera que es una tecnología que llegó para quedarse? ¿Podría ser un sistema efectivo para terminar con los punteros políticos que manejan los planes sociales?
-El Blockchain no sólo te garantiza que no se alteren los documentos, sino además que la operación esté a la vista de todos y se convierta en pública. Es decir, agrega transparencia. La tecnología avanza a velocidades cada vez mayores, y es difícil poder anticipar si ésta va a ser la tecnología que pueda resolver los problemas y si ya está por nacer una mejor. No obstante, creo que es una tecnología necesaria en este momento, sobre todo para resolver cuestiones que no necesitan tanta intermediación. Queremos un servicio directo, eficiente, menos costoso para que, quien necesita apoyo, lo reciba sin intermediarios.
-Por otro lado, ¿qué análisis puede realizar acerca de la situación política, social y económica que atraviesa la Argentina?
-Al país lo veo muy mal. Peor que nunca. Creo que la Argentina se supo destacar por su enorme generosidad, por su cultura, por su visión liberal en defensa de minorías y ha dado un montón de derechos que, en su momento, fueron importantes para convertirnos en pioneros de una mirada más moderna.
Esto muestra a la Argentina como un país de evolución, pero nos confundimos en el camino y adquirimos muchos “derechos”, olvidándonos de nuestras obligaciones. Parece que ahora, a partir de muchos malos ejemplos, tenemos que empezar a recuperar la idea de que cada facilidad que la vida nos da se tiene que devolver con gratitud al político. En realidad, cada acto de generosidad que tiene el Estado con distintos sectores, se tiene que devolver con esfuerzo, y ese esfuerzo no es siempre económico sino que a veces tiene que ver con gestualidades. Por ejemplo, si yo recibo un subsidio porque en algún momento lo necesito y no lo puedo pagar en términos económicos, debo comprometerme con la educación de mis hijos, acompañándolos de mejor manera. Tenemos que hacer un esfuerzo adicional todos, porque la mitad de nuestra población se encuentra debajo del límite de pobreza. La Argentina es productora de alimentos para 400 millones de habitantes y hay gente que muere de hambre.
- ¿De qué manera se podría llegar a salir de esta situación?
-Lo primero -e indispensable- es asumir que tenemos un problema. Empecemos por eso y, después, hablemos de los problemas sin sentir que por criticar uno está odiando, cuando es todo lo contrario. Yo amo a mis hijos, pero cada vez que les tengo que poner un límite les digo que no. Y eso no es para que ellos vivan peor, todo lo contrario, es para que ellos vivan mejor. El orden es un factor determinante para el progreso: no puede haber progreso en una sociedad sin leyes.
-Hace algunos días la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, aseguró que es necesario repensar la autonomía de la Ciudad. ¿Qué opinión le merece esto?
-Pienso que está desesperada, que está buscando siempre enemigos. Es un poco lo que hablábamos recién, sobre cómo se resuelven los problemas en la Argentina: asumiendo que tenemos un problema, no echándoles la culpa siempre a un tercero. La Ciudad de Buenos Aires es un blanco fácil para el kirchnerismo, que siempre fue constante y sistemático en su búsqueda de generar la dicotomía Unitarios-Federales y el conflicto, pero sin asumir su responsabilidad en las enormes dificultades que atraviesan los argentinos. Nunca está de más recordar que, desde Duhalde hasta hoy, gobernaron 16 de los últimos 20 años.
- ¿Qué análisis puede realizar acerca del ataque contra CFK?
-El ataque que sufrió la vicepresidenta es algo que repudio totalmente, al igual que cualquier hecho de violencia. Estuve en Rosario hace muy poco, junto con un grupo de PyMEs y empezamos a hablar de los problemas que tienen para llevar adelante sus negocios. Uno me decía "acá en Rosario es muy complicado porque el tema de trámites es complejísimo. Los juicios laborales te vuelven loco. El tema impositivo, la presión fiscal. Te llaman por teléfono los mafiosos y te piden plata, te tiran tiros en tu local", todo con el mismo tono de voz. Como si fuera normal. Como si un juicio laboral estuviera en el mismo grado de normalidad que alguien que pasa por tu local, tirándole tiros.
Hay una cuestión de violencia en la sociedad que está muy ligada a los problemas de la Argentina. Una sociedad pobre, desamparada, que tiene hambre, que vive los problemas de la inflación con desesperación porque lo poco que ganan no les alcanza para vivir y sus hijos no pueden ser bien alimentados. Y que no encuentra respuestas a través de la política porque ésta le dio la espalda. Además, conviven con los narcos y viven con inseguridad. Eso es lo que genera violencia y ese es el problema que tenemos que empezar a resolver.
- Ya con la mirada puesta sobre los comicios del año que viene, ¿apuesta por un crecimiento de Republicanos Unidos en todo el país?
-Definitivamente, apuesto a que Republicanos Unidos crezca en todo el país y creo que lo va a hacer. En la actualidad tenemos importantes referentes que están haciendo un gran trabajo en comunicación y en sus distintos puestos ejecutivos. Además, en la Legislatura el partido se está destacando muy bien. Creo que la obligación subsiguiente es salir a disputar todas las posiciones de poder, para seguir representando a nuestro electorado, a nuestros afiliados, y marcar el camino que nosotros consideramos que va a solucionar muchos de los problemas que estuvimos conversando.
"Sueño con una moneda fuerte"
-¿Usted está de acuerdo con dolarizar la economía del país? ¿Cree que será beneficioso?
-Creo que la dolarización es una idea producto de esos momentos cuando uno está muy sobrepasado por la crisis. Yo sigo soñando con una moneda fuerte, el mundo descubrió que el mejor negocio es exportar tu moneda. De hecho, muchos de los problemas geopolíticos que existen entre las grandes potencias es por definir en qué moneda comercia el mundo.
Yo no quiero bajar a la Argentina de esa disputa. Nosotros fuimos potencia económica hace no muchos años. Mi abuelo vivía en esa época. Creo que el país puede, aunque tardemos 70 años en recuperarnos, volver a ser un país que sea protagonista en términos políticos y económicos en el mundo.
En principio debemos comprender que las cosas se resuelven con tiempo, con agendas, con programas, con planes. No con improvisaciones, sin una mirada y un camino definido. Me parece que necesitamos un programa que vuelva a poner a la Argentina en la agenda de los temas importantes del mundo.
Confianza en 2023
-¿Cree que Juntos por el Cambio podría imponerse en las elecciones del 2023?
-Sí, por supuesto. Estoy convencido. Va a ser una victoria que, espero, sea lo suficientemente arrolladora, como dice Ricardo López Murphy, como para poder hacer los cambios estructurales que la Argentina necesita para resolver los problemas de fondo.