Inauguraron una muestra sobre el conflicto en Ucrania en la Legislatura porteña

Fue presentada por el radical Marcelo Guouman (UCR-Ev) y busca mostrar el impacto de la guerra con Rusia desde la mirada de los niños.

A un año del inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el jefe del bloque UCR-Evolución (UCR-Ev), Marcelo Guouman, inauguró en la Legislatura porteña la muestra fotográfica “¡Mamá, yo no quiero guerra!, que busca mostrar el impacto de la guerra desde la mirada de los niños.

En la presentación también estuvo presenta la embajadora de Polonia, Aleksandra Piatkowska; el embajador de Ucrania, Yurii Klymenko; la psicóloga especialista en niñez y adolescencia, Marta Dávila; y a la periodista, Carolina Amoroso.

 La muestra es un proyecto de archivo polaco-ucraniano preparada por dos mujeres: Dorota Sadowska, de la Universidad de Varsovia y la profesora,  y Olha Kulinich, de la Universidad Nacional de Taras Shevchenko de Kiev, que tiene como objetivo mostrar la crueldad de la guerra a través de los ojos de los niños y las niñas.

La realización fotográfica muestra la similitud de lo vivido y expresado, a través de dibujos, por los niños polacos durante la ocupación de la Alemania Nazi y la Unión Soviética de Polonia en la Segunda Guerra Mundial y los niños ucranianos en el actual conflicto con la Federación de Rusia.

En ese contexto, el radical afirmó que “desde la Legislatura porteña, convocamos a los protagonistas más cercanos del conflicto bélico más importante que hoy tiene el mundo para tratar de escuchar, para que nos cuenten qué ocurre en ese espacio de la tierra desde la perspectiva que esta casa propone” e indicó que “este enfoque tiene que ver con lo que expresó la Legislatura en febrero del año pasado. Hoy el tema que nos convoca pone el énfasis en los niños de la guerra y para nosotros esa visión es extremadamente importante porque nos pone en una situación de sensibilidad extrema”.

Mientras que Piatkowska afirmó que “esta guerra y muchas otras en el pasado causaron y causan muchos daños a la sociedad con enormes daños psicológicos. Y las víctimas más inocentes de las guerras son los niños. Y sobre esos niños queremos hablar hoy y presentarles la muestra ‘Mama, yo no quiero guerra’. Tanto los dibujos de niños polacos como los de ucranianos tienen muchos sentimientos conmovedores como la violencia, destrucción y persecución. Que esta muestra nos haga reflexionar sobre las guerras sin sentido”.

Después fue el turno de Yurii Klymenko, embajador de Ucrania. “A marzo de 2023, más de 1395 niños resultaron heridos en Ucrania debido a la agresión rusa contra mi país. Cada día, Rusia mata o hiere a cinco niños. Al menos 474 fallecieron y más de 900 resultaron heridos por agresiones de diversa gravedad. Durante el último año, 3126 instituciones educativas resultaron dañadas por bombardeos y 438 de estos edificios están destruidos. La estadística es muy aterradora. Rusia está deportando a los niños de los territorios temporalmente ocupados”, explicó angustiado por la situación y resaltó que “casi 3 millones de personas y 12 mil niños han sido desplazados por la fuerza rusa. Nuestro Estado exige el retorno de los niños llevados ilegalmente a Rusia. Esto requiere una respuesta firme de la ONU y de la comunidad internacional”.

En tanto Dávila precisó que “situaciones violentas de tamaña agresividad generan traumas acumulativos. Las personas que consiguen sobrevivir se enfrentan a consecuencias devastadoras. Muchos pierden parte de su salud mental. La experiencia de vulnerabilidad y de peligro puede marcar en profundidad el psiquismo de las personas y en particular de los niños”.

Por último, hizo uso de la palabra la periodista Carolina Amoroso. “El 62% de los ataques con misiles que se han perpetrado en territorio ucraniano han tenido como centro a objetivos civiles. Hablamos de los niños en la guerra, que ya presupone un infierno. Pero hablamos de los niños en una guerra que tiene en la base de su fundamento, a mi humilde interpretación, la negación y la supresión de la identidad de un pueblo. Y es importante entender eso, también, para entender la complejidad que tiene hoy un papá o mamá ucraniana para explicar qué está pasando y por qué tienen que ir a un refugio, que durante el último año un niño ucraniano ha pasado más de 900 horas en un refugio”, completó.

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