Fundamentan la reforma en la necesidad que un nuevo “pacto democrático” reconfigure los 3.216 decretos que dictaduras dejaron en la provincia de Buenos Aires.
Los pasos dados por la “Unidad para la Reparación Histórica Legislativa”, animaron al diputado provincial Walter Abarca a presentar la iniciativa que plantea la necesidad de reformar la constitución.
Se trata de un trabajo que puso el ojo sobre 3.216 normas instauradas durante los cuatro procesos militares desarrollados en el país entre 1955 y 1983.
“La Legislatura hoy tiene una deuda enorme y con esta presentación proponemos repararla”, sostuvo el legislador.
Los decretos en los que se puso el ojo son 3216: 637 correspondientes al período entre 1955 y 1958; 167, de 1962 a 1963; 867 de 1966 a 1973; y 1534, de 1973 a 1983.
“Tenemos más de mil decretos para derogar y otros tantos para trabajar y poder presentar en el marco de una reforma en la Constitución”, aseguró el diputado que transita su tercer mandato como tal, pues ingresó a la Cámara baja en 2011, y no podría ser reelegido en su banca.
Además de la suspensión de los decretos sancionados durante las dictaduras militares, el diputado peronista también agregó que la iniciativa propone “receptar ideas y desafíos de nuestro tiempo”.
En esta línea, Abarca planteó la necesidad de agregar nuevas temáticas en la Constitución bonaerense, como el cuidado del ambiente en la producción, la igualdad de género en las Cámaras legislativas y la elección popular del Procurador General de la Nación, entre otras.
Tampoco está fuera del debate un capitulo que concita mucha atención en la dirigencia provincial cual es el debate sobre la autonomía municipal, “que revalorizó el gobernador Axel Kicillof, según el diputado Abarca que consideró “es importante iniciar una discusión seria”, sobre esta cuestión
La idea es poder rediscutir la Constitución bonaerense con el objetivo de “construir en democracia las normas de convivencia para un nuevo pacto social”, dice Abarca.
En su presentación Abarca consideró que la provincia se rige con una Carta Magna “anacrónica”, con principios instaurados en 1934, más allá de que la constitución bonaerense efectivamente fue rediscutida en 1994, en una Asamblea Constituyente que modificó todas las secciones y partes.
El trabajo de la Unidad para la Reparación Histórica de la Legislatura bonaerense, un espacio que fue refrendo con una resolución legislativa llevó adelante la “titánica” tarea de revisar la totalidad de las normas dictadas por los gobiernos de facto que actualmente siguen vigentes en la Carta Magna provincial.
