¿Por qué tanto revuelo con las elecciones concurrentes en CABA?

Por Graciela Ocaña. La diputada nacional se manifiesta a favor de la decisión tomada por Horacio Rodríguez Larreta y asegura que hay “una controversia que no debiera haberse producido”.

Hoy quiero abordar un tema que protagoniza las primeras planas: las “elecciones concurrentes” ¿Por qué generaron tanto revuelo? En el contexto en el que estamos viviendo, preferiría que el eje de nuestros debates sean otros, pero no deja de ser importante e interesante entender cómo elegimos a nuestros representantes.

Voy al grano: en la Ciudad de Buenos Aires las elecciones se hacen, por Ley, con boleta única. Puede ser de papel o electrónica.

Esto se ratificó en 2018 con la sanción del nuevo Código Electoral, un paso más en la autonomía porteña. Es decir: no se puede votar con las típicas boletas. Fue un Código que se aprobó con muchísimo consenso: 49 de 60 diputados lo votaron.

Por este motivo, para estar a derecho, las elecciones locales (jefe de Gobierno, legisladores, comuneros) se deben hacer por boleta única. Es la norma. A nivel nacional, lamentablemente continúa el sistema tradicional con las mil y una tiras de papel.

Hago un paréntesis: con la “elección concurrente” no se modifican los días ni se generan confusiones. Ya se han llevado adelante en más de 6 provincias, y en todas ellas el sistema funcionó sin problemas.

Además, los candidatos de Juntos por el Cambio nos comprometimos a impulsar la Boleta Única para las elecciones nacionales ¿Por qué ahora rechazaríamos lo que aseguramos en nuestra campaña? Estoy convencida de que, al momento, es la forma más transparente, sencilla e inclusiva para elegir candidatos.No solo les vemos las caras, también terminamos con el arrastre de las “listas sábana”. Y un plus: es mucho más económico para las arcas públicas.

Lo más lógico fue que el jefe de Gobierno ratificase que las elecciones se mantengan igual: no se puede cambiar las reglas en base a preferencias particulares, y mucho menos por encima de las leyes. Por este motivo se trata de una controversia que no debiera haberse producido.

Como funcionarios y como ciudadanos, debemos predicar con el ejemplo. Debemos defender nuestros consensos y nuestras instituciones democráticas. Las elecciones no son de los dirigentes o partidos, son de todos los argentinos.

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