El auditor general Lisandro Teszkiewicz dio a conocer un informe de la Auditoría General de la Ciudad, en el que se alerta sobre carencias que afectan a “la eficiencia y transparencia en la gestión de la institución”.
El auditor general de Unión por la Patria (UP) Lisandro Teszkiewicz dio a conocer un informe elaborado por la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) en el que se advierte sobre “serias deficiencias” en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, las cuales afectarían a “la eficiencia y transparencia en la gestión de la institución.
Según precisó el auditor, se identificaron “problemas críticos” que comprometen la operatividad y el buen manejo del museo. Al mismo tiempo que alertó sobre la ausencia de una estructura orgánica formalizada, lo cual genera confusión en los roles y responsabilidades dentro de la institución. “Esta falta de claridad repercute negativamente en la eficacia de la toma de decisiones y en la rendición de cuentas”, sostuvo el peronista.
“No es la primera vez que se detectan este tipo de irregularidades en las sucesivas gestiones del Pro en la ciudad. La norma modifica permanentemente los organigramas creando espacios de autonomía, que pareciera generar la liberación de los funcionarios de sus obligaciones. Por ejemplo, para la gestión de este museo crearon una unidad de proyectos especiales, habilitando un manejo que colabora con la falta de controles y una discrecionalidad ajena a todo tipo de normativa, impiden el resguardo y seguimiento del gasto de los fondos de la institución”, continuó el funcionario.
Al mismo tiempo que señaló que el informe detalla que se encontraron irregularidades en la gestión financiera: la imputación de gastos no está adecuadamente documentada, indicando falta de controles internos efectivos. El informe además resalta un desequilibrio en la distribución de los gastos presupuestarios. La principal actividad del programa “Actividades culturales” representa solo el 17% del gasto total; mientras que las actividades de conducción y apoyo, ocupan el 83% restante del presupuesto total. Según expresan los propios auditores en el informe, evidencia “un reflejo presupuestario que no guarda relación adecuada con la estructura, naturaleza y acciones del Programa y una incorrecta imputación del gasto”.
En cuanto a la gestión de las concesiones comerciales del museo, se observó un desorden significativo, los contratos para la explotación del bar y la tienda de recuerdos no están formalizados correctamente, y los registros de los pagos son incompletos o inexistentes. Esta falta de transparencia en las transacciones comerciales pone en riesgo los ingresos propios del museo, que son vitales para su sostenibilidad financiera.
También se encontró un incumplimiento en el registro de bienes culturales, así como una falta de cobertura de seguro adecuado para las instalaciones del museo. En este sentido, el informe menciona y advierte sobre un potencial riesgo por la falta de seguridad originada en las carencias de cuidado en alguno de los edificios que integran el museo. “Por el carácter compartido del edificio, los ventanales que dan al edificio lindero y los antecedentes de intrusión, el espacio utilizado por el museo no cuenta con buenas condiciones de seguridad”, sostuvo Teszkiewicz.
Finalmente, las deficiencias en la integración de sistemas de registro y gestión, así como en la comunicación institucional, reflejan una falta de modernización y coordinación del museo con otras áreas del Ministerio. “Las observaciones son tantas y en todos los frentes que resulta escandaloso. Para tener una idea ninguno de los 14 expedientes de contratación directa, ni de los 28 de contratación menor contiene remito, factura, ni afectación definitiva del gasto, el convenio del Bar estaba vencido, el de la tienda de recuerdos sí formalizar, no hay registro del pago del Canon de la tienda, hay trabajadoras y trabajadores sin legajo o con legajo incompleto. Llegando al extremo, el Museo ni siquiera tiene un seguro de responsabilidad civil comprensiva y de incendio para sus instalaciones”, añadió el auditor.
Por lo que Teszkiewicz concluyó precisando que “el resultado del informe no es ajeno a la generalidad de la gestión cultural del Pro en la Ciudad. Si algunas cosas funcionan es merced a la buena voluntad de quienes día a día ponen al hombro en las instituciones para cumplir el importante rol que tienen en nuestra sociedad. Por lo tanto, es indispensable un cambio rotundo para terminar con los vicios de gestión que se han instaurado en las sucesivas administraciones macristas que reproducen prácticas poco transparentes e ineficientes, respecto de la utilización de los recursos públicos”.