Los seis diputados de La Libertad Avanza que quedaron en el ojo de la tormenta por la visita que hicieron a militares condenados por delitos de lesa humanidad presentaron este martes los descargos requeridos por las comisiones de Peticiones, Poderes y Reglamento y de Asuntos Constitucionales. Todos menos uno.

Sobre el final de la reunión y a pedido de diputados de la oposición, se hizo lectura de todos los textos remitidos al plenario.

El único diputado que no envió un descargo fue Beltrán Benedit, apuntado tanto por Lourdes Arrieta como por Rocío Bonacci como el organizador de la visita y a quien luego le reclamaron explicaciones.

En tanto, Guillermo Montenegro y María Fernanda Araujo presentaron el mismo escrito, de apenas una carilla. “Desde nuestra función como representantes del pueblo, estamos profundamente comprometidos con los valores de la libertad, justicia y derechos humanos que nuestra Constitución Nacional y los tratados internacionales reconocen y protegen”, comenzaron.

Sobre la visita, justificaron que estuvo destinada a “observar de primera mano las condiciones de las instalaciones del centro penitenciario, y escuchar a las autoridades del penal, al personal médico y a todos los profesionales del mismo, lo que así hicimos”. “En ningún momento buscamos interferir en procesos judiciales ya concluidos por la justicia o en curso, en un pleno convencimiento del respeto a la división de poderes”, señalaron.

Para ambos, “cualquier versión respecto de los hechos acontecidos fuera de estas líneas es totalmente ajeno a nuestra persona. Creemos que la tolerancia democrática implica admitir todas las ideas, incluso cuando éstas son contrarias a las propias”. “Entendemos que nuestra actividad se haya tornado polémica, pero nuestro interés principal es y ha sido la garantía de la Constitución Nacional”, expresaron.

“Seguiremos defendiendo la libertad de todos los diputados de esta Cámara para ejercer su rol constitucional, aún, cuando no compartamos sus posiciones. Defendemos y promovemos los derechos humanos. Bregamos por el resguardo del sistema republicano, siempre”, concluyeron.

Por su parte, Alida Ferreyra dijo que asistió en su “carácter profesional, como abogada penalista” para abocarse “a la situación del estado de las unidades de detención”; también “por motivos humanitarios, a fin de constatar la vigencia del artículo 18 de Constitución Nacional, como garantía de no transformar las ‘unidades carcelarias’ y las ‘penas’ en una especie de tormento para los reclusos, priorizando el concepto de seguridad por encima del castigo y la mortificación”.

“En función de mi labor legislativa, como receptora de inquietudes políticas y de proyectos de distintos sectores de la sociedad, lo cual, no puede ser objetado y puesto en tela de juicio, por cuanto, la libertad del legislador y su trabajo legislativo, tiene sustento en el bloque federal de constitucionalidad”, agregó y aseguró: “No existe razón alguna para recibir sanción alguna, por cuanto, no infringí norma alguna”.

En su descargo, Rocío Bonacci manifestó: “No tengo nada que ocultar -y demostraré que mi conducta es irreprochable-; tampoco corresponde que se me someta a un ‘proceso’ injusto y contrario a la ley, ya sea porque no se especifica debidamente cuál es el ‘cargo’ que debo contestar, o que se reiteren indefinidamente”.

“No tuve intención de concretar, ni concreté, visita o contacto alguno con internos de dicho complejo procesados y/o condenados en causas por delitos de lesa humanidad”, afirmó la santafesina y recordó que repudió y rechazó “los dichos que, públicamente, dieran algunos integrantes de ese grupo de cinco diputados y diputadas nacionales con relación al sentido y alcance del referido encuentro”. “Llegué a comprender la gravedad institucional de la visita de los diputados oficialistas a los presos en el pabellón de lesa humanidad, un hecho inédito, hasta donde se sabe, y que no fue aislado, toda vez que -según supe con posterioridad al hecho, en sí, de la visita- desde febrero existieron reuniones o acciones preparatorias entre 13 diputados de mi bloque, con abogados y funcionarios judiciales en actividad o retirados, con distinto grado de participación y responsabilidad”, aseveró.

Bonacci se desligó de formar parte de ese grupo de 13 “que organizaron estas excursiones, o debatieron iniciativas relacionadas con el tratamiento de las penas impuestas a estos presos”.

Además, pidió que “la investigación no se transforme en una ‘caza de brujas’, como indudablemente se hizo en mi contra, al desplegarse una persecución sesgada y oscura, que no ha tomado en cuenta la verdad, que evidencia mi ajenidad e inocencia en ‘la cuestión’”.

En su descargo, Arrieta se quejó: “No se ha garantizado en forma alguna, el derecho de defensa ni la actividad probatoria de ninguna de las personas que fueron mencionadas, por lo que mal pudiera tomarse alguna resolución en virtud de las contestaciones que a vuestro requerimiento se formulan”.

Insistió en su disposición de que se cree “una comisión especial tal y como fuera sugerido para llevarle claridad al pueblo argentino”. En ese sentido, se mostró a favor de que “se investigue el episodio: cómo se gestó, quiénes participaron, quiénes impulsaron esta visita; con qué fines, si hubo financiamiento o no” y que “se brinde la posibilidad de aclarar y exponer pruebas”.

“Poco tengo para agregar de lo que ya se dijo en relación a la visita a la unidad penitenciaria de Ezeiza. Con esto me refiero, a mi entender, ninguna de las personas que concurrimos sabíamos la identidad de las personas que se encontraban privadas de su libertad en ese momento, salvo el diputado Beltrán Benedit, quien fue el organizador de la visita y quien, haciéndose público el caso, se guardó al silencio. Sin embargo y puertas adentro, criticó la tibieza del Poder Ejecutivo o se jactó y avaló dichos sobre sus vínculos con la ministra Patricia Bullrich, el Jefe del Servicio Penitenciario, o de una integrante del Consejo de la Magistratura de nombre Agustina Díaz Cordero”, apuntó. Reiteró que fue “engañada” y dedicó unos párrafos sobre Alfredo Astiz, de quien dijo llegó a sentirse intimidada.