En el marco de un discurso emitido por cadena nacional, el presidente aseguró que en el año electoral mantendrá la motosierra encendida. Destacó su estrechez legislativa para resaltar “la reforma estructural más grande de la historia argentina”, advirtiendo lo que podrían hacer con más recursos disponibles.
En un discurso de algo más de 40 minutos, el presidente de la Nación, Javier Milei, trazó este martes un panorama de lo actuado a lo largo de su primer año de gobierno y anticipó lo que viene para el próximo año.
Año electoral, dicho sea de paso, en el cual advirtió que piensa profundizar el “programa de ajuste”, a diferencia del resto de los gobiernos que en esas circunstancias, dijo, “se dedican a aumentar el gasto público”.
Ya sobre el final de su discurso, Milei anunció que “vamos a hacer una reforma impositiva, una reforma previsional, una verdadera reforma laboral; una reforma a las leyes de seguridad nacional, una profunda reforma penal, una reforma política, y otras tantas reformas que el país se debe hace décadas”.
Durante su mensaje emitido desde la Casa de Gobierno, rodeado de todo su gabinete, Milei anunció que pondrá en marcha un esquema de competencia mediante el cual “todos los argentinos podrán utilizar la moneda que quieran en sus transacciones cotidianas”. Aclaró que “esto quiere decir que desde ahora, cada argentino va a poder comprar, vender y facturar en dólares, o en la moneda que considere; exceptuando el pago de impuestos que por ahora seguirá siendo en pesos”.
“Hace exactamente un año, teníamos una economía completamente maniatada de regulaciones que le complicaban la vida a todos y ahuyentaban cualquier tipo de inversión”, señaló en la primera parte de su mensaje. Al día de hoy, agregó, “ya eliminamos más de 800 normativas, a razón de más de 2 por día. Así, abrimos los cielos, desregular el transporte terrestre, eliminamos los precios máximos y las prohibiciones de exportación. Derogamos la ley de góndolas, eliminamos los excesos de SADAIC y las sociedades de gestión colectiva, habilitamos internet satelital y aumentamos la competencia en el sector de medicamentos”.
Sobre las leyes claves de esta gestión, señaló que “si consideramos la Ley Bases y el DNU en su conjunto, hemos hecho la reforma estructural más grande de la historia, ocho veces más grande que la de Menem”.
Agregó que “hace exactamente un año, teníamos la nefasta Ley de Alquileres, que hacía caer la oferta inmobiliaria y subir los precios de alquiler muy por encima de la inflación. Hoy, los contratos de alquiler son acuerdos libres entre partes, la oferta de inmuebles no para de crecer y el precio promedio de alquiler cayó hasta un 30% en términos reales”.

El presidente aseguró que “hemos cumplido el rumbo que nos trazamos y una ratificación de que nuestros próximos objetivos serán también una realidad. Porque hace exactamente un año, había un gran escepticismo en el debate público y en los medios acerca de si nuestro gobierno podía tener éxito. En el mejor de los casos, decían que no teníamos la experiencia, la capacidad ni el poder político necesario para cumplir nuestros objetivos”. Agregó que “en el peor de los casos, que nuestro gobierno no iba a durar ni tres meses, y muchos esbirros de la casta intentaron hacer realidad este vaticinio por la fuerza bruta”.
“Así y todo, logramos estabilizar la economía y evitar la catástrofe a la que nos dirigíamos. Y con únicamente el 15% de los diputados y 10% de los senadores, hicimos la reforma estructural más grande de la historia argentina”, señaló, para advertir en tono de campaña que “si pudimos hacer tanto con todo el mundo en contra, imagínense todo lo que podemos hacer con viento a favor. Podría ir el doble de lejos, el doble de rápido. Podría pasarme un año entero describiendo las cosas que cambiaron en este último año, pero no quiero hacerlos perder tanto tiempo, porque otra cosa que cambió en estos 12 meses fue dejar de mirar hacia atrás para empezar a mirar hacia adelante”.
En otro pasaje aseguró que su equipo está terminando en estos días “una reforma impositiva estructural que reducirá en un 90% la cantidad de impuestos nacionales y le devolverá a las provincias la autonomía impositiva que nunca debieron haber perdido. Así, el año próximo veremos una verdadera competencia fiscal entre las provincias argentinas para ver quién atrae más inversiones”.
Proyectos ya tratados
En materia de seguridad, anunció que propondrá “una ley de reiterancia para que los presos reincidentes paguen más caro volver a equivocarse”. En rigor, ese proyecto debía tratarse en la última sesión que no tuvo quórum en Diputados, donde el tema más destacado era ficha limpia, pero la iniciativa tendiente a terminar con “la puerta giratoria” para los delincuentes figuraba en el temario.
“También vamos a impulsar una ley antimafia, a imagen y semejanza de la ley RICO, que liquidó el crimen organizado en Estados Unidos hace 50 años”, señaló Milei. Este proyecto ya tuvo media sanción en Diputados y tiene dictamen en el Senado, que no se reúne desde hace más de dos meses.
Anunció también que “haremos realidad la baja de la edad de imputabilidad, de manera que quien sea lo suficientemente maduro como para cometer un delito, sea también lo suficientemente maduro como para sufrir las consecuencias”. Ese tema fue largamente tratado durante este año en comisiones de la Cámara baja, pero no llegó a ser dictaminado.
Por otra parte, el presidente anunció que “vamos a reformar la Policía Federal para convertirla en una agencia federal de investigación criminal, aumentando su eficiencia operativa, su profesionalización, su tecnología y su capacidad para combatir delitos tanto nacionales como transnacionales”.
Asimismo impulsará una unidad antinarcoterrorismo en la Triple Frontera en coordinación con los otros países que integran el Mercosur.