Así lo expresó el Colegio de Abogados de CABA, que consideró “injustificable” que el juez federal haya sido nombrado por decreto pese a “su notoria falta de calificación para tan alta magistratura”.
El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires volvió a cuestionar la designación de Ariel Lijo en la Corte Suprema, calificando esa decisión como “triste para las instituciones argentinas”.
“A escasas horas de iniciarse el período de sesiones ordinarias del Congreso, el nombramiento en comisión como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del juez federal Ariel Lijo resulta injustificable”, señalaron.
La citada institución se pronunció más de una vez contra la postulación de Lijo. Lo mismo hicieron numerosas entidades vinculadas al Derecho, en lo que calificó como “una coincidencia asombrosa en algunos casos, dada las diversidades ideológicas de los impugnantes”. Advirtieron que “el abrumador rechazo a Lijo no reconoce antecedentes”, y agregan que “su notoria falta de calificación para tan alta magistratura, tanto técnica como moral, fue puesta en evidencia a lo largo de un año. El Poder Ejecutivo, sin embargo, ha hecho oídos sordos a todas las observaciones formuladas, de manera injustificable”.
Respecto del argumento oficial dado en alguna entrevista periodística respecto de que Lijo es “el único que conoce perfectamente el sistema judicial”, el Colegio considera que “esa afirmación no sólo careció de fundamento, sino que estaba en contradicción con errores graves en que incurrió Lijo en la audiencia en el Senado con relación a la competencia de la Corte Suprema, los que ponían en evidencia su falta de idoneidad para el cargo propuesto”.
Sostiene el Colegio de Abogados que la designación en comisión es “especialmente repudiable una vez que ocurrió hace pocos días un virtual rechazo del Senado a esa postulación”. En efecto, incluido el tratamiento del pliego de Lijo en las sesiones extraordinarias y convocado el pleno del cuerpo, se debió levantar la sesión cuando se advirtió que no se alcanzaría la mayoría exigida por la Constitución.
Por lo demás, consideran “inadmisible” que, en lugar de renunciar a su cargo de juez federal, Lijo solicite una licencia extraordinaria, ante la eventualidad de no obtener más adelante el acuerdo senatorial. Precedentes de la Corte Suprema indican que no se puede mantener esa doble condición, sostiene el Colegio, considerando que “la Corte, en homenaje a su propia jurisprudencia no le debería tomar juramento si el juez no renuncia a la función que hasta ahora desempeñaba”.
El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires expresó su “honda preocupación” en la convicción de que “no habrá desarrollo económico ni seguridad jurídica sin República, y no habrá República sin jueces idóneos y probos, que hagan realidad el imperio de la Constitución y las leyes para todos los habitantes”.