El camino recorrido por el vocero presidencial, devenido a primer candidato a diputado porteño en las elecciones del 18 de mayo.
Iba a ser la periodista de chimentos Marina Calabró, pero fue Manuel Adorni, el ácido tuitero que conquistó a Javier Milei para ungirlo vocero presidencial desde el 10 de diciembre de 2023.
Ahora su mesa política, encabezada por su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei -quien lo fue apoyando cada vez más en la gestión-, decidió que sea el primer candidato libertario en la Ciudad de Buenos Aires, en la primera elección que La Libertad Avanza encarará desde la Casa Rosada.
Actividad dual
Adorni afrontará una actividad dual. Por ahora seguirá siendo vocero presidencial (una práctica política que los libertarios en campaña reprobaban de los otros) y, a la vez, se trenzará en la arena electoral inesperadamente con el hasta hace muy poco compañero de ruta en la misión de difundir las bonanzas del ideario mileísta: Ramiro Marra, hoy afuera de La Libertad Avanza, virtualmente deportado y quien competirá ahora por otro espacio.
También lo esperan otras espadas mediáticas de buena cepa como Silvia Lospennato, primera candidata del jefe de Gobierno, Jorge Macri; Leandro Santoro, el radical peronista que ya compitió e hizo una buena elección dos años atrás; y el exjefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
De esa forma, el adelanto electoral de Macri a mayo -algunos en el Pro aplauden y otros por lo bajo refunfuñan- motorizó que la elección para suceder a los legisladores en CABA tuviese una atracción singular y gravitante.
Y que cada partido pusiese a sus primeras espadas, al ser CABA un ensayo electoral considerable para medir fuerzas el Pro y LLA, aunque podrían terciar las huestes de Santoro
En LLA consideran que si la elección en la provincia de Buenos Aires es la “madre de todas las batallas” (casi el 40% del padrón electoral), la de CABA es una “elección capital”, por el impacto político que tendrá de cara al futuro electoral para oficialismo y oposición.
Sin alternativa
Adorni no quería postularse, pero lo obligaron. No le dieron alternativa.
Es que estaba muy cómodo como parte integrante del Gabinete y hasta últimamente formaba parte del séquito en los viajes de Milei.
Ni bien asumió el 10 de diciembre de 2023, el vocero presidencial dejó sin circuito informativo a su segundo, Eduardo Roust -un consultor de trayectoria más bien en el peronismo-, quien cansado de no tener información que difundir se fue a los pocos días.
Después tuvo un entrenamiento fuerte con el secretario de Prensa, Eduardo Serenellini -amigo del jefe de Estado-, en realidad por errores de este novel funcionario, quien lo embistió erróneamente y no midió las consecuencias.
Y tras casi un año de enfrentamientos sin sentido, debió irse, y Adorni absorbió sus funciones.
A esa altura ya se había ganado la extrema confianza de Milei, quien lo empezó a llevar en su comitiva a actividades en CABA, las provincias e incluso el exterior.
Su labor como portavoz presidencial era valorada por el “triángulo de hierro” que integran los Milei con el virtual premier Santiago Caputo (ahora para éste ya no tanto).
Y también por la mayoría de los integrantes del Gabinete y el staff político de LLA en el Congreso.
Tan es así que Karina Milei fue la que rápidamente lo eligió como su favorito entre Serenellini y él, y además le dio rango de ministro, con lo cual participaba de las reuniones del Gabinete nacional.
Su relación con la prensa fue ambivalente, ya que muchas veces se lo tragó el personaje y eso le hizo perder respeto y consideración ante un sector de los acreditados en Casa Rosada.
Algunos ya no iban a sus shows/conferencia de prensa.
Adorni showman
El estilo showman -para el cual no se preparó- que impuso en las conferencias es polémico: poca información y mucha manipulación.
Su estilo inicial serio cambió por uno controversial, con etiquetas políticas a algunos periodistas y ridiculización de ellos en las redes sociales.
Tal cual lo hace el presidente Milei -nunca dio una conferencia de prensa y sólo atiende a periodistas amigos-, el ahora primer candidato a diputado porteño por LLA -que vive en un country en el Gran Buenos Aires- pareciera considerar que la prensa debe estar al servicio del Gobierno.
No entienden una prensa libre.