Así se desprende de un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires, en el que se advierte que múltiples edificios y plazas no garantizan el acceso de personas con discapacidades físicas.
El auditor general de la Ciudad por el peronismo, Lisandro Teszkewicz, dio a conocer un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) en el que se evidencian “severas fallas” en la accesibilidad física de los museos y parques del distrito capitalino.
Según se desprende del reciente informe es que uno de los principales obstáculos que se identificaron es la ausencia de regulaciones claras para la adecuación de los museos a los criterios de accesibilidad. La Ley protege el patrimonio histórico y cultural, pero exime a ciertos edificios de cumplirla. Sin embargo, el documento de la AGCBA señala que esta excepción no exime a la administración de generar normativa o acuerdos con Nación para mejorar las condiciones de acceso sin comprometer el valor patrimonial de los edificios.
De esta manera, en relación a los parques y plazas, las glorietas y monumentos, el relevamiento sostiene que no cuentan con estructuras adecuadas para una accesibilidad universal. Otra falla que se muestra es el incumplimiento de la normativa en la construcción de vados y pavimentos a nivel de acera. Las rampas en sendas peatonales no cumplen con las dimensiones reglamentarias, y en varias ubicaciones se identificó la ausencia de baldosas podo táctiles para personas con discapacidad visual.
El informe también destaca que no existen convenios administrativos entre la Ciudad y la Nación que regulen la responsabilidad compartida sobre la accesibilidad. A su vez, las comunas, que deberían tener un rol protagónico en la gestión de mejoras de accesibilidad, no cuentan con mecanismos efectivos de participación en la toma de decisiones.
En ese contexto, Teszkewicz opinó que “a más de dos décadas de la sanción de la Ley N°962, la Ciudad sigue siendo un espacio para pocos, un espacio privilegiado” y remarcó que “el acceso a la cultura no puede ser un privilegio, sino un derecho garantizado para todos y todas las ciudadanas. Esta falta de regulaciones concretas impide que muchas personas puedan disfrutar el acervo cultural de nuestra Ciudad”.
Además, señaló que “no se trata solo de infraestructura, sino de la voluntad política de invertir en negocios, en vez de invertir en políticas públicas inclusivas”.
“Faltan demasiados procesos para lograr el equipamiento óptimo y que la ciudad pueda ser disfrutada como corresponde. Darle más participación a las comunas, quienes son las que más conocen las necesidades diarias de los y las vecinas es esencial. Este informe deja en claro que la accesibilidad física sigue siendo una deuda pendiente. Mientras no se adopten las medidas necesarias, la ciudad seguirá existiendo con barreras invisibles que excluyen y esto refuerza la idea de que no son errores, es un proyecto político”, sentenció el auditor.