La estrategia del presidente Milei para frenar la ley de ficha limpia terminó en un escándalo político y judicial. Ni el establishment ni la Corte compraron su actuación, y el supuesto pacto de impunidad con Cristina quedó desbaratado tras el fallo que inhabilitó a la exmandataria.
La pantomima del presidente Javier Milei para impedir que el Congreso votase la ley de Ficha Limpia, que deja afuera de las elecciones a los postulantes que tienen condena, no la creyó ni el establishment ni la Corte Suprema, que el martes hizo trizas el acuerdo Milei-Cristina para que nadie sea encarcelado.
El pacto entre ambos líderes nació ya con la asunción del jefe de Estado, el 10 de diciembre de 2023, y establecía que ninguno de ellos iría preso por ningún motivo y que tampoco se tocaban los bienes.
Ambos líderes rechazaron siempre la existencia de ese acuerdo atípico entre mandatarios, pero algunos episodios abonaron esa teoría, especialmente todo el tratamiento y camino pedregoso que tuvo el proyecto de ley de ficha limpia.
Siempre se dijo que esa iniciativa legislativa era un traje a medida de Cristina Fernández de Kirchner y las insólitas y peculiares marchas y contramarchas de Milei abonaron esa suposición.
El año pasado el Gobierno impidió el tratamiento en la Cámara de Diputados y la repercusión fue tan negativa que Milei llamó a la diputada del Pro Silvia Lospennato, motorizadora del proyecto, para decirle que lo mejoraría.
Pero en el tratamiento de este año en el Senado la actuación tipo comedia dramática de La Libertad Avanza fue peor, ya que dijeron tener los votos para la aprobación, pero dos legisladores misioneros aliados pegaron una voltereta e hicieron caer la iniciativa.
Ese papelón causó estupor en el establishment, que le bajó el pulgar al presidente en materia de transparencia, con el argumento de que “es igual que todos” los expresidentes.
Incluso la poderosa cámara argentino-estadounidense Amcham dio a conocer un inusual duro comunicado contra la actuación del jefe de Estado en ficha limpia.
Por eso, el establishment fue tomando nota de esos dislates y desatinos, y el martes la Corte Suprema -cabeza del Poder Judicial- alzó su voz e hizo trizas ese acuerdo condenando e inhabilitando a Cristina Kirchner para ejercer cargos públicos.
El ingrediente novedoso y peligroso de esta saga es que el lunes a la noche, en el programa de Joni Viale por TN -del grupo Clarín-, cuando se hablaba de una cierta duda de la Corte para fallar, el periodista les dijo, en tono admonitorio: “Señores de la Corte: trabajen, trabajen”.