El presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala; y las senadoras Álvarez Rivero y Bedia formaron parte del evento que contó con la participación legisladores, expertos, investigadores y referentes del ámbito educativo para reflexionar y debatir sobre el futuro de la educación.
La senadora nacional Carmen Álvarez Rivero (Pro – Córdoba) encabezó este viernes una nueva edición del programa “Hablan los Expertos”, donde destacados profesionales del ámbito científico, pedagógico y eclesial, coincidieron en que “sin formación adecuada de docentes, no hay alfabetización posible”.
El evento contó con el apoyo del Centro de Estudios Civilitas, con quienes recibieron a legisladores, expertos, investigadores y referentes del ámbito educativo para reflexionar y debatir sobre la urgente necesidad de “recuperar” el valor de la enseñanza y el rol del docente en la alfabetización.
A la hora de tomar la palabra en el evento, la senadora cordobesa mencionó que “a cada chico que le enseñamos a leer, le cambiamos la vida”, pero advirtió que “la formación que los maestros necesitan para enseñar a leer y escribir en el aula hoy no se está haciendo, y eso compromete el futuro de miles de niños”.
Presente en el lugar, el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, maimfestó su punto de vista en relación a la materia: “No hay posibilidad de una revolución en la educación si no le damos el verdadero valor que deben tener los maestros”. “No hay revolución educativa sin la conciencia de que los niños deben aprender a leer y escribir en tiempo y forma, y saber leer y escribir es una herramienta de libertad”, cargó.
También participó del encuentro la senadora jujeña Vilma Bedia, quien fue distinguida con un diploma de honor al Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC), por los 100 años de trabajo por la educación argentina, la formación integral de educadores y la vinculación de la escuela católica como ámbito de evangelización de la cultura.
Por su parte, la doctora Ana María Borzone, investigadora del CONICET, propuso la necesidad de poner en práctica un programa integral que incluya habilidades cognitivas y regulación emocional porque “un chico que no puede controlar sus emociones no puede aprender”, indicó. También mostró el uso de tecnologías lúdicas como herramientas pedagógicas fundamentales.
La doctora Vanesa de Mier, investigadora asistente del CONICET, que estudia el desarrollo de la fluidez lectora y el rol de la prosodia en el aprendizaje de lectura, reveló hallazgos y fundamentos científicos, que sustentan la necesidad de reformar la formación docente inicial bajo el enfoque de la “ciencia de la lectura”, enfatizando los avances en neurociencia, que han permitido identificar métodos de enseñanza más efectivos y comprender mejor las causas de las dificultades lectoras. Ella recomendó que “la formación de formadores” de nivel inicial, debe contener psicología del desarrollo, psicolingüística, psicología cognitiva, neurociencias, sociolingüística y psicología educacional.
Asimismo, la licenciada Victoria Zorraquín, magíster en gestión educativa y autora del libro “No Aprendimos Nada”, remarcó: “El cerebro de un analfabeto es distinto del cerebro de un lector” y propuso que donde haya centros de apoyo escolar, se añadan clubes de alfabetización. En un llamado directo a la conciencia colectiva, cerró su intervención con una apelación conmovedora: “Por favor, Argentina, despertemos”.
Desde Chile y de manera virtual, el especialista en tecnología educativa y Magíster por Harvard y Country Lead de Google for Education, Daniel Rebolledo Cormack, presentó, además, herramientas gratuitas para acompañar procesos de alfabetización en entornos digitales.
La jornada concluyó con la exposición del Mons. Jorge Esteban González, obispo auxiliar de La Plata y presidente de la Comisión Episcopal de Educación, quien reflexionó sobre la “necesidad imperiosa de despertar la vocación docente en nuestras comunidades” y recalcó que “hace unas décadas, la docencia era una profesión de prestigio, no sólo implicaba enseñar contenidos, sino también formar ciudadanos, inculcar valores y dejar una huella en cada estudiante. Hoy, las aulas enfrentan nuevos desafíos y cada vez menos jóvenes consideran la docencia como una opción”.