El formoseño asume el liderazgo formal del PJ tras la condena de la dos veces presidenta, en un intento por reorganizar el peronismo frente al impacto político y judicial que sacude al kirchnerismo.
El senador nacional José Mayans es el primer heredero político de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien lo entronó como sus ojos y oídos al frente del PJ nacional para encarar la confrontación que se viene con el encarcelamiento de la líder kirchnerista.
El estupor y confusión duró apenas 48 horas en el espinel peronista: Cristina, pese a estar aturdida y lastimada por el histórico fallo del martes 10, rápidamente confió en su timonel del Senado nacional para encausar el desmadre generado por la condena judicial.
A esta altura de su carrera política, Mayans -electo senador nacional en 2001 y reelecto en cascada hasta 2029- es un experimentado capitán de tormentas en la Cámara alta, donde fue vicejefe y ahora jefe de interbloque y fiel, sumiso y obediente ejecutor de las decisiones de Cristina.
Es, además, un hombre de extrema confianza del interminable gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, y de buena relación con el atomizado y ecléctico mundo peronista de las provincias.
No había tampoco mucho para elegir de sus espadas más cercanas y dóciles: del senador Oscar Parrilli ya se sabe lo que piensa y Eduardo “Wado” de Pedro es pope de la cuestionada agrupación La Cámpora, e igualmente la mendocina Anabel Fernández Sagasti.
Mayans aceptó bravíamente el desafío y pergeñó un encuentro de dirigentes del PJ con los minúsculos partidos aliados, aunque se mancó en el camino porque desplazó del convite al gobernador bonaerense Axel Kicillof, pero incluyó al otrora “traidor” Ricardo Quintela.
Quintela intentó una patriada federal de dirigentes peronistas el año pasado para sacar al kirchnerismo de la conducción del PJ, pero al final, sin apoyos gravitantes, desistió sin pena ni gloria.
El jueves fue la primera reunión como heredero de Cristina en el PJ y ahí planearon una variedad de reuniones de apoyos para la expresidenta con intendentes, gobernadores, fuerzas gremiales y sociales, como asimismo una campaña internacional para denunciar "persecución" y "proscripción" electoral.
A la par, el flamante presidente “en ejercicio” del PJ, desplegó su artillería dialéctica al considerar la condena a Cristina como “directamente un misil dirigido a la persona que representa a un sector político importante del país, cuando se postuló como candidata" a diputada provincial para el 7 de septiembre en territorio bonaerense.
La famosa frase peronista -una de tantas- “Cámpora al Gobierno, Perón al Poder” es de 1972 cuando el expresidente de facto, Alejandro Lanusse, después de 18 años de proscripción de ese partido, convocó a elecciones que ganó Héctor Cámpora, bajo ese lema.
Meses más tarde renunciaba Cámpora y Juan Perón, ya vuelto a la Argentina, ganaba las elecciones presidenciales.