La condena a la expresidenta sacudió el tablero político y congeló los movimientos de las principales figuras del oficialismo y la oposición. Con el cierre de listas a la vuelta de la esquina, la política nacional entra en una pausa tensa, marcada por especulaciones, reacomodamientos y una campaña que cambia de eje.
La política vernácula entró en shock. No todos los días se condena a una expresidenta y si además es la política argentina más importante del siglo 21, las derivaciones son tan enormes e impredecibles que pusieron en pausa a Javier Milei, Karina Milei, Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner.
El presidente Javier Milei mide si ahora convendrá seguir confrontando ante la opinión pública como lo hacía asiduamente con Cristina.
Y su hermana Karina afina la lapicera electoral al extremo, ya que con la expresidenta como candidata se nacionalizaba la campaña y ahora se abre un interrogante.
Si Máximo Kirchner la suple en la Tercera Sección Electoral, puede darse una confrontación de modelos entre La Libertad Avanza y el kirchnerismo, pero en las oficinas de la jefa libertaria creen que Cristina de ninguna manera es Máximo.
Kicillof armó su partido Movimiento Derecho al Futuro y va directo a la elección provincial del 7 de septiembre sin dubitaciones, pese a la guerra de declaraciones hirientes con que lo aguijonean el kirchnerismo y La Cámpora.
Pero le queda pendiente la tarea más difícil: escudriñar la posibilidad de alcanzar un acuerdo con ese sector hoy muy hostil y con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, otro desafío.
Massa está en una posición incómoda: mantiene su alianza con Cristina y estudia un acercamiento a Kicillof. Pero ambos se observan y recelan.
La fuerza del excandidato presidencial del peronismo (Unión por la Patria) maneja la Legislatura bonaerense, un enclave adverso para el gobernador en el que ni siquiera consiguió que el massismo y el kirchnerismo le aprobaran el presupuesto.
Máximo sabe que no tiene espalda electoral para presentarse en lugar de su madre en la Tercera Sección Electoral, pero igualmente Cristina lo mandó a un raid televisivo para avisarle a Kicillof que no se la harán fácil.
Igualmente la pausa durará poco: en menos de tres semanas –el 9 de julio- cierra el plazo para la presentación de listas para la elección del 7 de septiembre y el 19 de ese mes deben estar las listas.
La contienda provincial será un apronte significativo para la legislativa del 26 de octubre, elección en la que LLA claramente hace foco, mientras a Kicillof le interesa la provincial.
En tanto, Karina necesita una buena elección para sacarse de encima al siempre molesto contrincante interno Santiago Caputo, especialista en taladrar pisos.
Cristina ya para esa época -esté donde esté- sabrá si hay resurrección posible tras su inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Massa también tendrá un panorama sinóptico político claro que le indique si en dos años habrá alguna probabilidad o resquicio propicio para poner nuevamente en marcha un sueño que lo desvela: ser presidente de la Nación.