Mi querida mariposa

Mientras el país lidia con una economía que no termina de arrancar, la expresidenta vuelve a ocupar el centro del ring con una narrativa que mezcla épica, victimización y cálculo electoral. La marcha del miércoles, el tono de su discurso y los movimientos judiciales reavivan la polarización, benefician al oficialismo y complican al peronismo. En paralelo, los datos económicos muestran señales mixtas y la incertidumbre se cuela en el horizonte electoral.