Con Boca y River fuera del Mundial, el equipo económico no seguirá transpirando al ver cómo miles de fanáticos gastan afuera un bien que aquí escasea. Por estos lares, el que por ahora no se va al descenso es el presidente, aunque juegue solo, insulte al árbitro y pida el VAR cuando le conviene. Los mercados esperan el entretiempo de octubre para saber si el “siga-siga” del Fondo deviene en tarjeta roja o en prórroga.
Entonados como estamos por ser campeones del mundo, sin duda el desenlace de la participación de los dos equipos más grandes del país en el Mundial de Clubes representó un duro golpe para la autoestima futbolera argentina. En la previa -como corresponde tratándose de nosotros-, circularon especulaciones de todo tipo antes de disputarse los últimos partidos de la primera -y única- ronda de Boca y River. Así, se sugirió que Gianni Infantino pudiera intervenir para darle una manito a nuestros equipos, dado el espectáculo especial -y único- que brindaron ambas hinchadas en Estados Unidos.
No es que en la FIFA sean ejemplo de rectitud, pero nada de eso sucedió. A lo mejor prevaleció otro tipo de presión, en este caso del gobierno de Trump, a instancias de Javier Milei y el “Toto” Caputo, para que por el contrario eliminaran a los dos grandes, y frenar así esa sangría de dólares por parte de miles de hinchas…
Es chiste, claro está, pero es que por más que el presidente Milei diga lo contrario y él y su equipo económico se enojen con los que hablan del fuerte déficit de dólares que enfrenta la Argentina, la realidad es que el mismo ya quintuplica lo acordado con el FMI. Solo en el primer trimestre, el déficit de cuenta corriente fue de u$s 5.191 millones, cuando el acuerdo con el FMI preveía un rojo de apenas u$s 2.700 millones para todo el año.
Aunque se indignen en lo más alto del poder, este desbalance se explica en gran parte por un tipo de cambio atrasado, que incentiva el turismo al exterior y el aumento de importaciones. En ese marco, el sector de “viajes” fue el más deficitario, con un rojo de u$s 3.464 millones.
El Fondo Monetario teme que el esquema actual no sea sostenible, especialmente tras el final de la cosecha gruesa, fuente clave de divisas. La estrategia de financiarse con deuda también genera dudas sobre su viabilidad a largo plazo.
Expertos como Christian Buteler advierten que el tipo de cambio está “atrasado artificialmente” y que el Gobierno “no tiene dólares”. La pérdida de reservas en el primer trimestre fue de u$s 6.550 millones, lo que obliga a depender de organismos internacionales para sostener el equilibrio externo.
En este contexto el viernes concluyó una visita de revisión del Fondo Monetario, que obviamente corroboró el incumplimiento de la meta de acumulación de reservas. Tal vez por eso ese mismo día el Banco Central compró divisas, contradiciendo la premisa de que solo lo harían cuando el valor del dólar tocara la banda inferior, o sea los mil pesos. De todos modos, ha trascendido que el Fondo prefiere no estirar la cuerda antes de las elecciones. No quieren repetir con Milei la experiencia que tuvieron con Macri en 2019. Por eso -y para seguir con las metáforas futboleras- harán “la gran Lamolina” (siga-siga) y pasadas las elecciones de octubre se pondrán más duros.
El oficialismo está confiado en teñir de violeta el país en octubre, pero particularmente le interesan las elecciones en provincia de Buenos Aires, que vendrán por partida doble y obviamente el resultado del 7 de septiembre condicionará lo que pueda suceder en octubre. Más allá de las negociaciones que siguen avanzando con el Pro -de las que hablaremos más adelante-, La Libertad Avanza tiene decidido usar para la campaña a su mejor candidato, obviamente Javier Milei.
Así es que el presidente arrancó la campaña el miércoles pasado, en el marco del congreso de La Libertad Avanza celebrado en La Plata, donde Milei desgranó una catarata de insultos hacia el gobernador Axel Kicillof, al que entre otros calificativos definió como “pelotudo”, “limitado”, “pichón de Stalin” y “burro eunuco”. Es su manera de hacer política que, según sus cercanos, “no va a cambiar, porque lo llevó hasta donde hoy está”. Otros dirán que en realidad consolida a los propios, pero aleja a los moderados, que se supone son mayoría. Pero “mal no le va”, como insisten sus defensores y así seguirá entonces.
Milei se dirigió especialmente a Kicillof, ya sin mencionar a Cristina Kirchner. Fuera de carrera la expresidenta, el gobernador la ha reemplazado como rival de LLA. Es a quien desde hace tiempo se dedica a denostar José Luis Espert, candidato prácticamente confirmado por La Libertad Avanza para encabezar en la provincia en octubre y convertirse en lo que fue Manuel Adorni en la Ciudad de Buenos Aires. Se viene el “Espert es Milei”, aunque para el mes de septiembre, con elección de diputados y senadores provinciales, concejales y consejeros escolares, con boletas sin imágenes ni colores, deberán que buscar un atractivo especial.
Javier Milei descerrajó cantidad de groserías contra el gobernador bonaerense.
Al final de ese acto celebrado en La Plata, el presidente Milei posó rodeado de la primera plana libertaria: su hermana Karina, por supuesto a su derecha; justo detrás Espert; y el armador bonaerense Sebastián Pareja a su izquierda. Estuvieron los ministros Luis Caputo, Federico Sturzenegger, Patricia Bullrich y Cúneo Libarona. También, por supuesto Manuel Adorni, asomando su rostro a esa primera fila que contó con la presencia del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Detrás, pero bien visibles, el intendente exPro Diego Valenzuela, María del Pilar Ramírez y las diputadas Carolina Piparo, Juliana Santillán y Patricia Vázquez, asomándose esta última en posición casi de primera fila. El dato de esta última es que ella sigue integrando el bloque Pro, pues a diferencia de su jefa directa Patricia Bullrich no se afilió aún a LLA. Aunque integra el grupo de miembros de esa bancada que quieren dar cuanto antes el salto, posiblemente haciendo una escala previa en el bloque Futuro y Libertad de los también bullrichistas Gabriel Chumpitaz y Verónica Razzini, que dejaron hace un tiempo el bloque que conduce Cristian Ritondo.
A propósito del jefe de esa bancada, sigue encabezando las negociaciones con los libertarios, junto al cada vez más violeta Diego Santilli, con la consigna bajada por Mauricio Macri de alcanzar el acuerdo más digno posible. La propuesta que supuestamente se adecuaría mejor a ese parámetro sería la de 3 diputados nacionales en puestos “salibles” y un reparto 70-30 en las listas municipales donde gobierne el Pro. No es lo mejor para un partido amarillo que expone en esta elección 7 diputados nacionales, pero es al menos similar al acuerdo que tuvo Pro con el Frente Renovador en las elecciones de 2013, cuando el mascarón de proa era Sergio Massa y el macrismo hizo las veces de partenaire.
Más allá de las prevenciones de Mauricio Macri, afligido por ver reducido sustancialmente su bloque en el Congreso, la preocupación máxima es la de los intendentes que temen terminar en situación adversa en sus concejos deliberantes, a sabiendas de que más de una vez los concejales libertarios les han jugado en contra en este año y medio. Tener un Concejo adverso es la pesadilla de todo intendente, pues es sinónimo casi de destitución a plazo fijo.
Varios de esos intendentes están tentados por aceptar la sugerencia de Emilio Monzó, expresidente de la Cámara baja en tiempos de Cambiemos, cuyo mandato vence este año. Armador histórico del Pro que llevó a Mauricio Macri al poder, el hombre de Carlos Tejedor volvió a reunirse con el exmandatario para ofrecerle esa alternativa electoral, a sabiendas de que hay un importante caudal electoral que reniega de los extremos.
La idea sería reflotar algo cercano a lo que fue Juntos por el Cambio. Macri quedó en pensarlo, pero sigue a priori inclinado por jugar con los libertarios, temeroso de las críticas de quienes vayan a endilgarle un eventual triunfo peronista.
Hablando del peronismo, ahí el principal escollo en la negociación es Máximo Kirchner, que mantiene una tesitura como la que tuvo en el tiempo que le tocó presidir el bloque del Frente de Todos: un tiempo olvidable para ese oficialismo que tuvo al frente a alguien de un perfil que se hubiera adaptado a un gobierno con mucho poder, sin necesidad de negociar. No era el caso. En la última reunión del PJ, fue vocero del kicilloffismo el intendente de Ensenada Mario Secco, quien bregó por “la unidad, que es lo que nos piden todos los compañeros”. Unidad “para defender a Cristina”, agregó, aunque dejó claro que las listas se definirán en otro lado.
Guillermo Francos durante su presentación interrumpida en el Senado. (Foto: Comunicación Senado)
Quien no estuvo en esa foto de LLA en La Plata fue Guillermo Francos, que para ese momento ya no estaba en el Senado dando su informe, pues se había ido intempestivamente pasadas las 15, luego de que una senadora fueguina de UP lo llamara mentiroso y se negara a retractarse. El jefe de Gabinete ya había avisado un día antes que quería una sesión corta, que no se estirara más allá de las 15; de ahí que cuando imprevistamente se levantó para irse muchos imaginaron que no quería faltar al convite en La Plata, al que en realidad no fue.
Pero más picante que la exposición de Francos fue la reunión del día anterior, en Diputados, de la Comisión Investigadora $LIBRA. El nivel de los datos que se conocieron ese día dan cuenta de la necesidad de que avance esa investigación, que sin embargo y ahora más que nunca será frenada por el oficialismo. Por eso es que varios diputados otrora dialoguistas ahora ven con buenos ojos la posibilidad de avanzar con el juicio político contra Javier Milei, aunque sea de manera testimonial.