Una senadora por Tierra del Fuego presentó una denuncia penal por lesiones, amenazas y agresión sexual contra personal de seguridad del Senado, en medio de una disputa institucional con la vicepresidenta Victoria Villarruel.
La senadora nacional de Fuerza Patria Cándida Cristina López dio la nota el viernes pasado en la sesión de jura de los senadores nacionales. En primer lugar, por haber sido la que juró con más acompañantes (nueve personas la acompañaron en el momento de la jura, cuando habían acordado que no fueran más de tres); y después, por haber roto el protocolo al efectuar expresar un prolongado juramento en el que invocó a los 30.000 desaparecidos.
La senadora fueguina juró por su provincia, las Islas Malvinas y los 30.000 desaparecidos, deletreando el número dígito con dígito.
Y este lunes radicó una denuncia penal luego de un violento episodio ocurrido en su intento por recuperar objetos personales de su despacho en el Senado. Según la legisladora, el conflicto se originó tras la decisión de la vicepresidenta Victoria Villarruel de cambiar la cerradura, colocar una faja en la puerta y retirar la placa identificatoria del lugar que López había comenzado a ocupar.
Según el entorno de la senadora de Unión por la Patria, el episodio de la jura que protagonizó ella marcó el inicio de una tensión política que derivó en la intervención directa de la Presidencia del Senado.
De acuerdo con la denuncia, el viernes pasado Villarruel ingresó al despacho junto a personal de seguridad, ordenó el cambio de cerradura y colocó una faja en la puerta, dejando en el interior pertenencias de la senadora, entre ellas su computadora personal. “Que la vicepresidenta ingrese de manera ilegal al despacho de otro senador nacional es un ataque de extrema gravedad institucional”, sostuvo López.
Este lunes, tras no recibir respuesta a sus llamados y mensajes, la senadora se presentó en el lugar con un cerrajero para recuperar sus objetos. Personal de seguridad le cerró el paso, lo que derivó en un forcejeo, del que la senadora resultó con lesiones que, indicó, el médico del Senado constató: en su tobillo y el brazo derecho.
Para López, el episodio vulnera la autonomía del Poder Legislativo: “Los dueños del Senado son los senadores, no la vicepresidenta. Ninguna autoridad puede impedir que un legislador acceda a su lugar de trabajo”, indicó la representante de Tierra del Fuego, que recordó que el despacho en cuestión había sido traspasado por el senador salteño saliente Sergio Leavy, en línea con prácticas habituales entre bloques.
La denuncia penal quedó radicada contra los agentes involucrados y apunta también a la responsabilidad política de la vicepresidenta. “Si se permite que una autoridad castigue a un senador por su postura, mañana se podrá hacer lo mismo con cualquier representante. Es un mensaje muy peligroso para la democracia”, concluyó López.