Si bien todo se encaminaba a una votación con absoluto consenso, el debate sobre la expropiación del predio donde se produjo la tragedia de 2004 devino en un cruce de acusaciones a partir del discurso final de la autora de la iniciativa, Paula Penacca.
La aprobación de la expropiación del inmueble donde funcionó el boliche República de Cromañón donde en 2004 se produjo la tragedia que costó la vida de 194 personas fue unánime, por 207 votos afirmativos. Pero ese consenso expresado a través del número no se compadece con el final bochornoso que tuvo ese debate.
La media sanción se corroboró en medio de los aplausos de víctimas y familiares de quienes sufrieron la tragedia registrada el 30 de diciembre de 2004 durante un recital de la banda de rock Callejeros. Pero ya en el recinto la concordia se había perdido. Fue a partir del discurso de la diputada autora del proyecto, Paula Penacca (Frente de Todos-CABA), que sobre el final le dio un toque político a su discurso al hablar de cuándo sucedió la tragedia: “En una Argentina que estábamos empezando a levantar, después de otra tragedia como la de diciembre de 2001”, dijo. Y trascartón se refirió a “un gobierno neoliberal que también expulsó a la juventud”, en referencia a la gestión de Mauricio Macri.
Hasta entonces, la única alusión política la había hecho el diputado José Luis Espert, al disparar contra Néstor y Cristina Kirchner, a quienes acusó de haber apañado en su momento a Aníbal Ibarra tras la tragedia. Las expresiones de Penacca parecieron salir en su respuesta.
Ahí estalló la reacción de la oposición, comenzaron los gritos y se perdió definitivamente la calma.
Tras el discurso de Penacca sobrevino el desbande y los diputados de Juntos por el Cambio amagaron con retirarse. Finalmente y entre gritos se quedaron, pero muchos omitieron hacer efectivo su voto y tuvieron que expresarlo ante la consulta de la presidenta del Cuerpo, y en esas circunstancias muchos aprovecharon para expresarse de manera crítica respecto de los dichos de Penacca en particular y el Frente de Todos en general. Y pidieron “disculpas” a los familiares que contemplaban la escena desde los palcos.
Fue el caso del diputado Alvaro González, que recordó que en tiempos de Cromañón era legislador porteño, y señaló: “Le pido a la bancada oficialista que tenga memoria y sean responsables y memoriosos, por los chicos de Cromañón”.
Graciela Ocaña también pidió disculpas “por estar presenciando esta escena”, y agregó: “Hay que tener memoria de lo que fue Cromañón y entender que la corrupción mata”.
Todo entre reproches por una supuesta falta de respeto de la presidenta del Cuerpo al titular del bloque Pro, Cristian Ritondo. “Yo no le falté el respeto al diputado Ritondo, nadie fue censurado en el uso de la palabra”.
La oficialista Blanca Osuna intervino para expresar que “todos y todas sabemos que hay diferencias de pensamientos y queremos acompañar este proyecto y que nos interpelen. En esta Cámara cada uno es libre de decir su posición y debe ser respetado. Esa es la base de la democracia”.
A su vez, Ritondo se reivindicó como autor del proyecto, como tantos otros. Y tras señalar que él estaba en la Legislatura porteña en los tiempos de Cromañón y los años siguientes, recordó “cuando el bloque de la diputada (Penacca) protegía a Aníbal Ibarra, a los chicos no los mató el neoliberalismo… los mató la corrupción de Aníbal Ibarra, que pertenece al Gobierno que hoy gobierna.
Tras la votación, Cecilia Moreau le dio la palabra a Paula Penacca para una cuestión de privilegio, pero ella declinó esa posibilidad. “No voy a hacer uso de la palara porque lo importante es que pudimos hacer”, dijo.
Mientras tanto, oficialistas y opositores se retiraban del recinto y ante la falta de quórum y ya sin temas por tratar, se dio por terminada la sesión.
El incendio de Cromañón es considerado la peor tragedia mundial en la historia de la música rock y una de las mayores tragedias no naturales en la Argentina.
El proyecto fue impulsado, como dijimos, por la diputada Paula Penacca y figuran como cofirmantes a 24 diputados de todas las bancadas. En efecto, la iniciativa cuenta con las firmas de los diputados Cristian Ritondo, Mario Negri, Alejandro “Topo” Rodríguez, Rodrigo De Loredo, Juan Manuel López, Luis Di Giacomo, Margarita Stolbizer, Myriam Bregman, Diego Sartori, Mónica Fein, Romina del Plá, Mara Brawer, Carla Carrizo, Nicolás del Caño, Itai Hagman, Federico Fagioli, Karina Banfi, Maximiliano Ferraro, Tomás Ledesma, Facundo Manes, María Luján Rey, Alejandro Vilca y Leandro Santoro.
Ofició de miembro informante el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, el pampeano oficialista Hernán Pérez Araujo, quien celebró en primer lugar el consenso alcanzado con el dictamen en ambas comisiones para la expropiación de los dos inmuebles en cuestión. “Este proyecto es producto del trabajo de las organizaciones de víctimas sobrevivientes y de familiares de víctimas fatales, del que creo que es el hecho más luctuoso de nuestra historia democrática reciente”.
“El Estado debe hacerse cargo no solo de la reparación de los daños, sino también de una obligación que viene imponiéndose de manera internacional que es la reparación simbólica”, enfatizó.
El legislador oficialista recordó la elocuencia percibida en el trabajo realizado en las dos comisiones que trataron el tema. “Fue muy elocuente en el trabajo en las dos comisiones el uso de la palabra de dos sobrevivientes de esta masacre que tristemente recordamos: Belkis Contino y Nicolás Papola, que nos hicieron partícipes del sentimiento de víctimas sobrevivientes, como familiares de víctimas fatales vienen padeciendo desde el 30 de diciembre de 2004 a la fecha”.
“En mi caso, y como muchos de nosotros, formo parte de una generación que vivió en carne propia lo que sucedió esa noche”, comentó en otro pasaje, puntualizando que “todos tenemos algún conocido o familiar que resultó víctima fatal o sobreviviente” de esa tragedia.
Pérez Araujo justificó la decisión de expropiar comparándola con otros casos registrados en otras partes del mundo y concluyó remarcando que algo así “no puede quedar solo en la reparación pecunaria, sino también debe ser simbólica”.
A continuación, María Luján Rey habló como diputada, pero sobre todo desde la experiencia de haber estado del mismo lado que hoy están los familiares de las víctimas de Cromañón, por haber sido ella una de las caras visibles de lo que representó la lucha por la Tragedia de Once.
“En este país se viven con intensidad a veces cosas que son irrelevantes y se relativizan cosas importantes”, arrancó la diputada del Pro, que habló de “una masacre, un crimen social, un crimen en el que murieron 194 jóvenes, en el que quedaron destrozadas familias… El dolor se convierte en enfermedad y así, durante años, las víctimas de Cromañón siguieron aumentando”.
María Luján Rey habló de padres, madres, hermanos, amigos, que “empezaron a buscar justicia; un camino que deben cursar las víctimas, aunque el sentido común nos dice que ese camino deberían transitarlo otros y las víctimas realizar el duelo”.
Tras recordar la Tragedia de Once, la diputada resaltó por su experiencia que “todos debieran entender que estas luchas son para toda la vida”. Y en esa lucha, dijo, “nos seguimos acompañando y no solamente compartimos marchas, aniversarios: compartimos la necesidad de tener en claro qué pasó y sobre todo que no se olvide por qué pasó. Para que en un futuro no vengan otros funcionarios corruptos, otros organizadores de shows que arrastren a nuestros hijos a la muerte”.
A su turno, Romina del Plá habló de un largo camino de lucha, porque en este país cada una de las masacres ha sido el resultado de una larga superposición de acciones donde se ha despreciado íntegramente la vida de las personas. En el caso de Cromañón está claro que se ha combinado de un modo tremendo, tanto el negocio privado, como el accionar de los funcionarios que bajo todos los mecanismos de la corrupción, de los negociados, del sostenimiento del negocio, han permitido esta masacre”.
Desde la otra vereda habló José Luis Espert, para quien el proyecto que dijo que apoyaría “es de una enorme sensibilidad social. La expropiación de un inmueble donde sucedió, desde mi punto de vista, la mayor masacre de nuestro país”.
Luego de señalar que las víctimas de Cromañón “deben ser honradas”, Espert consideró “apropiado avanzar en la expropiación de este inmueble, tal como en muchas partes del mundo donde han ocurrido tragedias también se han expropiado esas propiedades. Las familias lo merecen y anticipo mi voto afirmativo”.
A continuación, Espert le dio un toque político al considerar que “este espacio tiene que ser un espacio de memoria colectiva de la corrupción que hubo en torno a Cromañón”. Le apuntó en primer lugar al entonces jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, y a “los padrinos de él que guardaron silencio. Hablo de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner… Cuatro días tardaron en abrir la boca sobre lo que había pasado”.
Dijo esperar que con esta ley el Frente de Todos se redima de “la vergüenza de ese silencio” que atribuyó a la intención de “defender sin decirlo a su delfín”, en referencia a Ibarra, de quien recordó que fue abogado de la actual vicepresidenta en la causa del memorando con Irán, y también legislador porteño del espacio que hoy gobierna.
Aludió también a que muy cerca de esos inmuebles que se van a expropiar se desató “la mal llamada tragedia de Once, (que tuvo) 52 personas muertas y 789 heridos. Por lo tanto este nuevo espacio que se va a construir debería ser un espacio que nos invite a todos a reflexionar que la corrupción en el Estado mata”.
“Ojalá este predio no sea profanado como la ESMA lo fue por parte de la Secretaría de Derechos Humanos, que realizó allí la muestra ‘Neoliberalismo Nunca Más’, emparentando las ideas liberales que han hecho próspero al mundo con los asesinos de la dictadura”, dijo, pidiendo que ese espacio “no se profane, que no sea partidista, sino que realmente se le rinda culto a los que fallecieron”, y concluyó pidiendo “nunca más a la corrupción”.
A su turno, Myriam Bregman agradeció a los familiares y sobrevivientes “que nos mostraron cómo se consigue justicia”. “Muchas gracias por haber tenido el coraje y la valentía por haber enfrentado a los sucesivos gobiernos a un Estado siempre presente para poner trabas”. Y concluyó recordando el canto popularizado en “esas marchas que acompañamos tantas veces: ‘Ni la bengala, ni el rock & roll, a los pibes los mató la corrupción”.
Al adelantar el acompañamiento del interbloque Federal al proyecto, Alejandro “Topo” Rodríguez consideró que esa aprobación “será una acción que ayude a desocultar Cromañón, porque 18 años después sigue estando allí, oculto, privadamente ajeno, cerrado”.
“No hubiésemos llegado hasta aquí si no hubiese sido por ese trabajo sabio de los familiares, de los sobrevivientes, de las amigas y amigos. Ellos han alcanzado un logro que no abunda”, resaltó, valorando el acompañamiento alcanzado en la Cámara baja. “Para que esta intención sea realidad efectiva, no solo basta con aprobar la ley: tenemos que trabajar estos días para asegurar que una partida presupuestaria respalde la intención que lleva esta ley y no termine en una mera intención”.
A su turno, el presidente del bloque radical, Mario Negri, expresó el reconocimiento de toda la Cámara “al obstinado, persistente y silencioso camino emprendido para que este día ocurra”.
“Un día difícil en el recuerdo y la memoria de muchos”, remarcó el legislador cordobés, que consideró esa tragedia como “un antes y un después en la historia argentina”. Detalló a continuación la “trampa mortal” en la que quedaron atrapados los concurrentes al boliche de Cromañón esa noche, y habló de “corrupción, desidia, gesto heroico de jóvenes que volvían a rescatar a los que pidieran”.
“Hoy 18 años después venimos a arropar aquel lugar donde el dolor se hizo carne”, agregó el jefe del bloque UCR, para quien “nada es inevitable: aquella noche también es evitable”.
En un mensaje leído, Negri agregó que “venimos a cuidar de la memoria”, una memoria que “ha sido protegida en buena medida estos 18 años, por ustedes, familiares, amigos de las víctimas, redes que disparaban, organizaciones que se creaban, sobrevivientes que siguen imaginando un futuro con aquel pasado. Ellos han ayudado a mantener viva la sensación de justicia y memoria”.
Cerró la extensa lista de oradores la autora del proyecto aprobado, Paula Penacca. La diputada camporista arrancó destacando el papel de los familiares, que –dijo- “han construido todo ese dolor tan profundo de las pérdidas en lucha”
Aclaró que la suya no era una frase hecha, “porque tenemos como pueblo una tradición en ese sentido”, y comparó esa lucha con la de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. “En esa lucha han encontrado muchísimos obstáculos –afirmó-. Además, tuvieron la capacidad de construir consensos en esta Cámara y que este sea un proyecto transversal también nos hace mejor como representantes del pueblo”.
Hasta ahí, puro consenso. Pero ahí la emprendió contra “los medios hegemónicos”. Penacca afirmó que los familiares y víctimas “tuvieron que también plantarse frente a la estigmatización de los medios. Después de lo que sucedió, los grandes medios construyeron un montón de mentiras sobre lo que sucedió allí”.
Comentó que todos los que tienen su edad tienen algún conocido que en esa época se tuvo que ir del país “a probar suerte, a buscar un futuro distinto. Y sí, allá, los diputados y diputadas que quieren sacar rédito de este debate me dicen: ‘como ahora’. Y yo les digo sí, por eso es importante que lo traigan ahora. Porque también esta es una Argentina que estamos teniendo que levantar”.
“Y estamos teniendo que levantar esta Argentina porque igual que en el 2001 se impuso hace unos años un Gobierno que con un modelo económico neoliberal también expulsó a la juventud; también expulsó a los científicos y científicas de nuestro país… También impuso un modelo de país en el que no entramos todos y todas”, enfatizó, desencadenando la reacción airada de la principal oposición.