Marginación e inseguridad, dolor evitable

Por Carlos Lionel Traboulsi. El abogado plantea que el Estado debe dar garantías en defensa de los DD. HH. Y afirma que la dignidad “es un derecho natural”.

En los distintos centros urbanos del país, en particular en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, deambulan y se afincan en la vía pública personas sin destino careciendo la mayoría de vivienda, trabajo, asistencia médica, espiritual y quizás vínculos familiares, que no solo son la cara del sufrimiento humano, sino que además muchos de ellos constituyen amenazas reales a la tranquilidad y seguridad pública. Terminan siendo marginales.

Cada tanto aparece algún hecho de sangre o de inseguridad relacionado con el protagonismo de alguna persona que vive en la calle, pero a diario vemos cómo la degradación de la persona (drogas, trata, indigencia, promiscuidad, prostitución, etc.) transita frente a la indiferencia de las mayorías, pero que en definitiva termina repercutiendo en nuestras vidas. 

Es obligación del Estado dar respuesta en protección de los Derechos Humanos y el bien común, por cuanto los derechos de las personas en este sentido devienen de una concepción de la persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios, y por lo tanto su dignidad es portadora de derechos naturales, que los conocemos como derechos humanos.

Estos derechos son anteriores a la construcción de los Estados y, por lo tanto, éstos deben garantizarlos en su integralidad. Asimismo, las Constituciones modernas, en este caso la Constitución Nacional y la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, programáticamente reconocen estos derechos en forma amplia, pero los distintos gobiernos han hecho a lo largo de los años oídos parciales o sordos a estas responsabilidades.

Es por ello que deviene necesario emprender acciones al respecto para evitar que se siga profundizando esta situación de necesidad moral y humana, llegando a la actualidad a la indiferencia del dolor ajeno por parte de los ciudadanos lo que termina actuando como búmeran al poner en peligro la propia seguridad ciudadana.

Debemos empezar a ver, pensar, considerar y sentir nuevamente lo que resulta necesario al prójimo y dar respuesta a ello, por parte de los distintos gobiernos municipales, provinciales y del orden nacional, en particular el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La situación de calle de muchas personas, en ciertos casos puntuales que deben también ser oídos y objeto de respuesta por parte del Estado, afecta a los vecinos en forma directa, en su tranquilidad, seguridad, patrimonio, limpieza y, en casos extremos, puede llegar a poner en riesgo sus vidas.

Chocamos acá con un hecho incontrovertible: la escasez natural de los recursos. La naturaleza -dice Santo Tomás de Aquino- en muy pocas cosas ha provisto al hombre suficientemente (Ver Suma contra Gentiles, Club de Lectores de Librería Acción, libro III, p. 225). Las necesidades son ilimitadas, pero los medios para satisfacerlas son escasos, por definición de la ciencia económica. La economización de los medios no elimina la escasez, pero sí dispone los medios del mejor modo posible dada esa escasez. Luego, es imposible, físicamente, que haya siempre de todo para todos.  Por ello, expresarse de modo tal que parezca que toda persona tiene derecho a recibir mágicamente toda clase de bienes y servicios suena tentador pero irrealizable.

El principio básico es que es un atentado contra la dignidad humana el suponer que la persona tiene derecho a recibir todo sin la mediación de su trabajo y esfuerzo, como si fuera un animal sin inteligencia y voluntad.  Sin dudas, surge aquí la cuestión acerca de qué hacer con aquellos absolutamente incapacitados para cuidar de sí mismos y que no están atendidos por la familia o alguna sociedad intermedia.

Un derecho implica una capacidad jurídica de hacer tal o cual cosa -o no hacerla-, pero una capacidad de hecho de realizarla.  La tan declamada “igualdad de oportunidades” debe entenderse con cuidado. Todas las personas deben ser respetadas en sus derechos, y en ese sentido, la igualdad ante la ley implica necesariamente la igualdad de oportunidades jurídicas para todos. Pero, si “oportunidades” entonces significa cualquier hecho fruto de la diversidad de talentos humanos y/o de la escasez natural de recursos, entonces, otra vez, la “igualdad de oportunidades” es literalmente un imposible que no puede ser necesariamente fuente del derecho.

 Soy consciente del natural desacuerdo que habrá con la negativa a aceptar una expresión tan generalizada, pero los filósofos sólo se arrodillan ante la verdad. Las oportunidades, fruto de la natural desigualdad humana accidental y de la escasez de recursos, son por definición desiguales, lo cual no quita que una sociedad respetuosa de los derechos del hombre brinde mayores oportunidades para todos. Pero “iguales” oportunidades, más allá de la igualdad ante la ley, implicaría que deben ser iguales la salud, las fuerzas, los talentos, la inteligencia y los patrimonios o las fortunas de todos los seres humanos más allá de su igual naturaleza.

Desde luego, nada de lo que digo contradice que, dado el destino universal de los bienes y el derecho a la vida, sea inmoral y hasta antijurídico que existan grandes áreas de la población sumidas en una miseria absoluta (sin asistencia del Estado superaría el 50% la pobreza en la actualidad). Una buena política económica -que en gran parte emerge naturalmente del respeto a los derechos del hombre- implica una progresiva extensión y crecimiento de la cantidad de recursos para toda la población y, como dije, mayores oportunidades, consiguientemente, para todos. Este es un punto central del humanismo cristiano:  la elevación del nivel de vida de toda la población – lo cual no significa un igualitarismo absoluto.

 En definitiva, los ciudadanos nos merecemos respuestas concretas y comprometidas de parte de los funcionarios y la política para evitar la ocupación de la vía pública por personas sin horizonte, que generan situaciones de peligro para ellos y para terceros.  El Estado no puede permanecer ausente y menos aún los funcionarios, trasladando la responsabilidad del cuidado y protección de los “sintecho” y personas con ciertas discapacidadedes en situación de calle a la solidaridad y el compromiso ciudadano de los vecinos.  La función de velar por el respeto y la seguridad de las personas es irrenunciable y obligatoria del Estado para garantizar la igualdad de oportunidades real a la comunidad toda. La marginalidad y la inseguridad son un dolor evitable si se hacen las cosas correctamente sin mirar para otro lado.

La sequia se supera con un proyecto de pais integral 

Por Carlos Lionel Traboulsi, miembro de la Comisión de Derecho del Mar del CPACF. El autor advierte la necesidad de integrar al mar a nuestra matriz productiva industrial de forma definitiva.

La sequía de distinta gravedad en el territorio argentino, avanza afectando más del 65% de la extensión de nuestra geografía, lo que provocará según estimaciones de analistas económicos una pérdida de más de 12 mil millones de dólares en este año 2023. El debate de nuestra clase dirigente se centra en las discusiones y las confrontaciones de planes económicos que son pan para hoy y hambre para mañana, pero que no resuelven los graves procesos de crisis cíclicas que vive nuestro país y que hunde en la pobreza a nuestro pueblo generación tras generación. La Argentina no tiene un problema económico sino un problema financiero por falta de proyecto de país que nos impide tener rumbos ciertos y serios. 

La naturaleza nos está pasando factura y nos está indicando un camino a seguir que tiene que ver con la recuperación de nuestro territorio continental, y para ello es imprescindible dejar de dar la espalda al mar. Volver nuestra vista y atención hacia donde comenzó la vida de la humanidad; allí donde está la respuesta a todos nuestros problemas y reitero, el más urgente que es la recuperación del hábitat terrestre para disfrute de la persona humana y todas las especies. 

Las algas son al mar lo que los bosques al continente, razón por la cual debemos empezar a reemplazar espacios de deforestación, cultivos y desarrollos continentales hacia el mar. Cada espacio que ganamos al mar debe ser un espacio de forestación en el continente. El territorio azul, fuente de oxígeno y vida, está en condiciones de acuerdo a las conclusiones de la segunda conferencia sobre los océanos de Naciones Unidas realizada en Lisboa, Portugal del 27 de junio al 1 de julio de 2022 con solo el 2% de su extensión de sextuplicar la producción de alimentos mundiales, lo que nos permitiría reforestar gran parte del territorio continental y del planeta nuevamente. Asimismo, está en condiciones de multiplicar por 40 la generación de energía limpia que se necesita para el desarrollo. El mar tiene en su vientre desconocido por gran parte de las personas, la solución a los grandes interrogantes humanos, incluso a las cuestiones de sanidad de enfermedades hoy sin cura médica. Pero también es necesario cuidar el mar de tanta depredación y agresividad del ser humano, cuidando distintos ecosistemas y evitando la desaparición de especies. 

Es necesario que la clase política vernácula en particular, instale esta discusión en vistas a las próximas elecciones y juntos llevar adelante un modelo de desarrollo, que llamo Argentina Azul, lo que permitirá una descentralización urbana y poblacional terminando con la pobreza estructural, un impulso agresivo de la industria naval, la recuperación de la marina mercante, el desarrollo de la 

acuicultura, del turismo, entre otros ítems que generarán más soberanía alimentaria, territorial y cientos de miles de nuevos puestos de trabajo, en fin, una nueva visión estratégica de la matriz productiva industrial donde el mar asuma un rol protagónico, siendo los cuatro ejes esenciales del modelo de desarrollo propuesto el Conocimiento, la promoción de la industria genuina del campo, la conquista y explotación del mar y el cuidado del medio ambiente. Recordemos que Manuel Belgrano ya nos decía que las riquezas de un país productor van de la mano de un país navegante. ¿Dónde quedaron estas enseñanzas? 

Debemos defender y proteger nuestros recursos e intereses marítimos, empezando por una nueva legislación donde se tipifique la figura de la “depredación” de los recursos naturales y marítimos lo que permitirá la persecución penal de los buques que depredan en nuestro Atlántico Sud occidental protegiendo así las especies nacionales migratorias y la biodiversidad. Las normas internacionales e incluso la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) y la FAO (Agencia de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura) permiten a los países ribereños la protección y persecución de las depredaciones de sus recursos fuera de las zonas económicas exclusivas. La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada existe, aunque algunos la quieran ocultar o disfrazar para quedar bien con China y seguir haciendo pingues negocios a costas del futuro de los argentinos. 

Más del 70% del planeta es agua. ¿Porque entonces nos llamamos planeta TIERRA y no planeta AGUA? Es hora de darnos este debate con seriedad y profundidad; tomar una decisión trascendente para nuestras vidas, para las generaciones venideras y para el planeta en general, integrando al mar a nuestra matriz productiva industrial definitivamente, siendo parte del debate político para las próximas elecciones presidenciales. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de incorporar el tema a la agenda pública y llevar adelante una política marítima integral e integradora que nos dé presente y futuro por varias décadas. Los planes económicos son los que sustentarán el proyecto de desarrollo y no al revés como nos pretenden inculcar, ¿qué haremos? 

Malvinas y el mundial 

Por Carlos Lionel Traboulsi, abogado, diplomado en relaciones internacionales. El autor advierte los hinchas en Qatar instalaron el tema de la soberanía de nuestras Islas Malvinas.

No solamente el futbol encierra este mundial que se está jugando en Qatar, tan lejos de nuestra tierra, sino que es un fenómeno de instalación planetaria del tema de la soberanía de nuestras Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur a partir del accionar de la selección y de la hinchada nacional que con sus cantos populariza Malvinas y la Argentina dentro y fuera de los estadios. 

Ciudadanos de distintos lugares del planeta entonan los cantos de aliento a la selección nacional de fútbol, repitiendo hasta el cansancio expresiones como: “En Argentina nací, tierra de Diego y Lionel, de los pibes de Malvinas, que jamás olvidaré”; “… doy la vida como lo hicieron los soldados en Malvinas”; “… la que de las Malvinas nunca se olvida…” entre otras muchas. 

Un efecto de concientización mundial, ante la negativa del Reino Unido de sentarse a hablar con nuestro país sobre la soberanía en las Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, está llevando adelante nuestra selección y nuestra gente en Qatar. 

Estoy convencido de que estas acciones desde lo deportivo están generando en el mundo una concientización y un acto de soberanía clara sobre nuestras islas irredentas más potente que todo lo que viene haciendo la diplomacia argentina en décadas, que carece de una política proactiva, continua en el tiempo y autónoma en cumplimiento de la Constitución Nacional en su disposición transitoria primera que establece: “La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”. 

A pesar de esta manda constitucional tenemos funcionarios que plantean la autodeterminación de los isleños, cuando todos sabemos que en las Malvinas hay una población implantada de nacionalidad británica; hay otros que tratan de imponer áreas marítimas protegidas, como la que se conoce como “agujero azul”, que terminan dándole mayor capacidad de explotación de los recursos naturales y consolidación de la usurpación territorial y marítima. 

A ello se suma la falta de políticas claras de administración de pesca que permite depredación y falta de desarrollo sectorial y regional; falta de reacción ante decisiones y acciones del gobierno ilegal de Malvinas; colaboración en el desarrollo y sostenimiento de los isleños; ausencia de un modelo de desarrollo donde el mar asuma un rol protagónico en la matriz productiva e industrial garantizando la colonización y explotación de esa Argentina olvidada y desconocida que nos garantizará el crecimiento sostenido, sin sufrimiento, de nuestro pueblo y volver a estar dentro de los primeros lugares en el concierto de las naciones. 

Intuitivamente nuestra gente sabe que el cambio está en el mar y por eso al mundo grita que: “Las Malvinas son argentinas”. Esperemos poder disfrutar la obtención de la tercera copa mundial de futbol y al levantar la misma dando la vuelta olímpica ensanchar el pecho de auténtico patriotismo sabiendo que Qatar fue testigo de un acto popular de soberanía sobre nuestras islas, y que el mundo seguramente acompañará los reclamos de soberanía en los foros internacionales con más conocimiento y decisión de la que se tuvo hasta ahora. 

Los economistas son parte del problema  

Por Carlos Lionel Traboulsi, secretario del Partido Demócrata Cristiano. El autor propone un modelo de desarrollo “Argentina Azul”, que impone una nueva visión estratégica, reconociendo que somos un país marítimo.

Frente a la profunda crisis moral, política y financiera que vive nuestra Patria, la mayoría de los políticos y economistas se esfuerzan por hacer la propuesta más beneficiosa para los capitales ciegos e impersonales, como si fueran entes suprahumanos, pensando que, con ello, dichos capitales generaran trabajo y crecimiento.  

Convencidos están que en sus manos está la solución a los problemas de los argentinos, sin advertir que en los últimos 39 años de democracia tuvimos 29 ministros de economía, lo que nos evidencia que estos también son parte del problema mostrándonos una radiografía del país que es un barco a la deriva.  

Tan poco Estado como sea posible y tanto Estado como sea necesario debe ser el norte de la construcción de un proyecto de país; pero, si con el argumento de un proyecto solo se buscan soluciones a corto plazo orientados a beneficiar excluyentemente a los capitales y no al desarrollo de la nación, estamos dando vueltas siempre sobre los mismos problemas que nos dará inevitablemente los mismos resultados, a pesar de poder tener algunos engañosos veranitos.  

Un Estado subsidiario es aquel que promueve a que los particulares puedan desarrollar todas sus virtudes y capacidades, reservándose solo aquello que los particulares no puedan hacer o lo que se defina como estrategias de seguridad o interés nacional.  

Para poder definir una baja de impuestos, una disminución de la ocupación en el sector público y todo aquello que signifique una reducción del gasto público y el déficit fiscal, debemos tener como primera premisa para que y que grado de sufrimiento ello representa en las personas de carne hueso. La experiencia nos dice que todas las propuestas en los últimos 40 años, aunque podríamos ir más atrás, pero quedémonos desde que se recuperó la democracia, significaron sufrimiento e incertidumbre para nuestra sociedad.  

Los políticos latinoamericanos, no solo los argentinos, hemos mentido a nuestros pueblos al salir de los procesos dictatoriales y autoritarios en nuestros países, afirmando que con la democracia se come, se cura, se educa, se tiene bienestar, y la realidad nos ha mostrado que es todo lo contrario. Hoy nos asustan nuevamente la aparición de autoritarismos y populismos, pero la gente no se fija ya en esas discusiones de las clases políticas e intelectuales, sino que reclaman solución a sus necesidades básicas insatisfecha.  

Es por ello que se requiere una gran revolución moral para frenar y si es posible, terminar con la corrupción generalizada; una propuesta y puesta en marcha de un verdadero proyecto nacional que no debe ser bla bla bla, sino serio,  

fundado y realizable, generando las herramientas financieras adecuadas para llevarlo adelante (acá si hablaríamos de reducción tributaria y normas empresariales y laborales, sin perder derechos, acordes a los tiempos), para pensar con esperanza y confianza en un futuro distinto que nos incluya a todos y nos garantice la igualdad de oportunidades dentro de la democracia. La democracia es un ejercicio diario que se aprende todos los días de nuestras vidas y nos debe dar respuestas a los ciudadanos.  

A partir de este diagnóstico es que invito a todas las fuerzas políticas a discutir un auténtico proyecto de país para los próximos 20 años mínimos, terminando con las fantasías que proponen el incesante derrotero por los medios de comunicación de los economistas y de políticos asustadizos que viendo la posibilidad de perder sus posiciones de poder abrazan ideas inconsistentes.  

Mi aporte es el Modelo de Desarrollo Argentina Azul, que impone una nueva visión estratégica, reconociendo que somos un país marítimo, modificando la matriz productiva industrial incorporando al mar como actor protagónico.  

Este Modelo de desarrollo nos permitiría duplicar el PBI, terminar con la pobreza estructural y generar trabajo para todos de calidad y con futuro. Conocimiento, Campo, Mar y cuidado del Medio Ambiente son los pilares esenciales de este Modelo de Desarrollo novedoso y desconocido por la inmensa mayoría de los ciudadanos.  

Si maduramos como sociedad y exigimos este tipo de debates y discusiones tenemos futuro, de lo contrario seguiremos siendo un barco a la deriva donde algunos vivos se queden con todas las riquezas mientras las mayorías sufrirán eternamente y serán cautivas de propuestas populistas que los acallan con un plan a cambio de un voto.  

Greenpeace ¿atenta contra el desarrollo de los pueblos?

Por Carlos Lionel Traboulsi, secretario general PDC CABA. El autor señala que es posible pagar la deuda externa sin retenciones al campo, y sin más aumento de impuestos simplemente explotando nuestros recursos naturales.

Recientemente hemos visto una campaña que Greenpeace junto con enviados de Infobae realizaron en el Atlántico Sudoccidental mostrando como hay buques que depredan, pero terminaron metiéndose en la política interna de la Argentina reclamando el dictado de la ley de Área Marítima Protegida (AMP) a la zona conocida como agujero azul. 

Una zona delimitada más allá de las 200 millas de la zona económica exclusiva pero dentro de las 350 millas soberanas nacionales, en alta mar y en donde nuestro país hoy carece de logística para ejercer el control de un área marítima protegida, máxime teniendo en cuenta que en esas áreas nada se puede hacer, ni siquiera el ejercicio turístico o educativo.  Son zonas que por ley quedan absolutamente vedadas a la actividad del ser humano. 

Esta actitud de Greenpeace de injerencia en la política nacional escudada en la defensa de la biodiversidad marina, implica que solamente la Argentina sería la perjudicada con la creación del AMP ya que tenemos soberanía sobre la plataforma, suelo, lecho marino y de todas las especies sedentarias, mientras que sobre el resto de los recursos naturales no tenemos posibilidad de impedir que los terceros países piratas sigan depredando.  ¿En consecuencia, a quien le sirve el AMP? Solo a quienes depredan, en este caso entre otros al Reino Unido e Irlanda del Norte quienes podrán seguir su depredación dentro de una pecera. 

Ahora bien, vemos que esta ONG, una de las más grandes del mundo, actúa en forma radical generando sospechas de sus verdaderos intereses por cuanto sus acciones solo benefician a las potencias desarrolladas quienes rechazan el desarrollo económico de los países pobres en cuanto a sus recursos económicos bajo argumentos de cambio climático, depredación de fauna, etc. 

Patrick Moore uno de los fundadores de Greenpeace a principio de los 80 descubrió en una conferencia sobre medio ambiente que la ONU celebró en Nairobi, el concepto de “desarrollo sostenible”. Fue cuando constató las dos posturas que existían dentro de los activistas: los de los países desarrollados que se oponían por principio al desarrollo económico, mientras que los de países pobres eran favorables. “Era complicado rebatir sus argumentos”, decía refiriéndose a estos últimos. Y añadía: “una persona bien alimentada tiene muchas preocupaciones, una persona hambrienta solo tiene una”. 

A partir de esta conferencia Moore se dio cuenta de que el verdadero reto era buscar el modo de hacer que los valores ecológicos que habían ayudado a crear sirvieran para hacer mejor la vida de la gente, y esto tenía que ser realizado de manera que no perjudicara al desarrollo económico: “era claramente una cuestión de equilibrio, de difícil equilibrio; no de adherirse dogmáticamente a un principio”. 

En otras palabras, su nueva misión requería ser moderado y constructivo, dos notas que nunca habían caracterizado la idiosincrasia de Greenpeace: “No habíamos tenido problema con la confrontación -habíamos hecho un arte de ella-, pero no éramos buenos cooperando ni consiguiendo compromisos”, afirmaba Moore. 

Greenpeace si fuera auténtica apoyaría el desarrollo sostenible de los pueblos y actuaría firmemente en la lucha por el desarme y en particular por el uso de la energía nuclear bélica.  Un área como las Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur que están militarizadas con base de la OTAN y armamento militar nuclear británico no es objetivo de esta ONG, pero sí la presión para establecer una AMP en una extensión marítima que responde a intereses nacionales para dejarlo en manos piratas. 

Tengamos cuidado con los zorros disfrazados con piel de cordero.  Tomemos conciencia que los recursos naturales son desarrollo económico, trabajo, educación, alimentos y porvenir.  Solo debemos tener en cuenta que el desarrollo debe ser sustentable, esto es, que el medio ambiente y la biodiversidad sea protegida. Cuidar la naturaleza, la Tierra, porque es nuestra casa, más jamás debemos hacer como la parábola del mal administrador de talentos que guardó el talento recibido para cuando el Señor regrese a solicitarle la devolución.  Los bienes naturales están puestos para el uso y disfrute de todos los seres humanos, solo tenemos que usarlos con racionalidad y cuidado para el bienestar de nuestros pueblos. 

Defender la vida y la naturaleza es correcto, no explotarla para que el ser humano sufra y desaparezca es deplorable y detestable. 

El cambio esta en el mar. 

Pautas esenciales para una auténtica reforma

Por Carlos Lionel Traboulsi, secretario general del Partido Demócrata Cristiano CABA. El autor impulsa una nueva propuesta que “marca pautas esenciales para una auténtica reforma”.

En estos días la Cámara de Diputados de la Nación empezará el tratamiento de la reforma de la ley de alquileres en vigencia, que ha sido un auténtico desastre para los locadores y locatarios, no saliendo ninguno beneficiado y generando una auténtica crisis en el mercado de las locaciones para vivienda familiar. 

Lo cierto es que, más allá de ello, pareciera que el debate en Diputados se centrará en cuestiones cosméticas que puedan dar solución al tema en forma temporaria, dejando de lado el verdadero problema de fondo que es la ausencia de viviendas en la Argentina.  Un déficit habitacional de más de dos millones de viviendas que nadie intenta darle respuesta ya que no da rédito inmediato y se necesitan los votos cada dos años. 

Hay un anteproyecto de ley propuesto por Eduardo Jorge Traboulsi (procurador – empresario inmobiliario) que marca pautas esenciales para una auténtica reforma y solución definitiva, pero que encuentra las puertas cerradas de los legisladores quienes creen no necesitar propuestas refrescantes a las remanidas que giran en los despachos. 

La locación inmobiliaria, debe ser definida como una cesión de derechos posesorios temporarios de una propiedad, donde el locador cede al locatario el uso y goce de una propiedad, mediante un contrato en el que intervienen dos partes y en muchas se incorpora un tercero que es el garante fiador, y como tal debe regularse de acuerdo a la importancia de la institución y los efectos sociales que se desprenden de ella. 

Debe crearse un Registro Nacional Público de Locaciones en el que obligatoriamente se inscriban los contratos.  Estos instrumentos deben ser intervenidos por los Corredores Inmobiliarios quienes darán su aval profesional con su firma, sellado respectivo y registración dándole existencia legal a la locación, evitando con ello en primer lugar las ocupaciones ilegales (usurpaciones) y a su vez el cumplimiento de los derechos y obligaciones de las partes. A solicitud de partes para mantenimiento de la propiedad, finalización contractual y/o entrega de la misma, deben extender un certificado ejecutorio que da base para las acciones de desalojo o cumplimiento contractual estableciendo que las acciones judiciales con dicho instrumento no pueden durar más de 30 días. Toda diferencia será superada por el Corredor Inmobiliario quien actúa las veces de mediador administrativo. Esto cambian el concepto ya que el Corredor Inmobiliario estará al servicio de ambas partes contratantes y no como ahora solo del lado del Locador. 

El Registro Nacional Público de locaciones con la participación de los Colegios de Corredores Inmobiliarios garantizará que las operaciones de oferta y tasación tengan transparencia y cumplan con las necesidades sociales de locatarios y locadores, emitiendo un certificado de publicidad de tasación que deberá adjuntarse al contrato.  

Deberá crearse asimismo un fondo fiduciario de garantía inmobiliaria con el aporte del 2% de Estado y el 1% en cabeza del locador y otro 1% por parte de los locatarios sobre el valor mensual del canon locativo a los fines de ser destinado, por un lado, a garantía de cumplimiento de los contratos evitando el mercado negro de garantías propietarias y los compromisos de favor, como así, la ingrata tarea de los inquilinos en la búsqueda de las mismas, evitar los depósitos y los meses adelantados, y por otro lado, los fondos serán destinados a la construcción de viviendas para ser puestas en el mercado locativo, incorporándose esas viviendas en la cartera de oferta de los corredores inmobiliarios, incorporándose los cánones que se cobren de ellas al fondo fiduciario de garantía.  

Las viviendas construidas con el fondo fiduciario podrán ser otorgadas en propiedad definitiva a sus ocupantes luego de haber ocupado, aportado, mantenido la misma en condiciones ininterrumpidas durante el plazo de 30 años. 

El Registro Nacional Público de locaciones tendrá entre otras funciones dar publicidad del acto locativo; emitir certificados para obtener exenciones impositivas para los locadores mientras funcione la locación para vivienda familiar; obtener créditos blandos para efectuar reparaciones y mantenimiento de las unidades arrendadas; obtener los locatarios créditos para abonar alquileres por desempleo o compensar ingresos por el lapso de 6 meses.  

Esta propuesta que ha sido acercada a varios legisladores no solamente generará confianza y seguridad en el mercado de alquileres tanto para locadores como locatarios, sino que garantizará a los inquilinos el acceso a una vivienda digna sin mayores costos, que con el paso del tiempo podrá ser adquirida en propiedad definitiva. 

Argentina es unitaria

Por Carlos Lionel Traboulsi, dirigente del Partido Demócrata Cristiano. El autor considera que los argentinos debemos darnos una profunda discusión respecto a lo que significa el federalismo.

El federalismo no se declama es una forma de vida, no de relato político para encubrir enfrentamientos entre sectores de poder a fin de construir posicionamientos de ventaja de unos frente a otros. 

Se puede ser porteño y auténticamente federal, y ser del interior del país y profundamente unitario.  

Lo primero a tener en cuenta es la transparencia y el compromiso de pensamiento en el accionar. Esto es lo más difícil, y lo que termina echando por tierra cualquiera buena intención declamada, ya que, en el fondo, solo son argucias políticas para usufrutuar la grieta en la sociedad, y lo que, en definitiva, permite mantener resguardada la cuota de poder. Como se dice comúnmente la “quintita propia”. 

Vemos como hoy están en juego los subsidios al transporte en la CABA, tratando el Gobierno Nacional de sacarse de encima una brasa muy caliente producto de las imposiciones establecidas por el FMI para arribar a un acuerdo, donde en realidad, por haber perdido incomprensiblemente dos años para ello, termina siendo un contrato de adhesión, quedando como siempre en el relato kirchnerista los logros en beneficio del crecimiento económico y del bienestar del Pueblo. 

Esta necesidad de quitar subsidios, traerá consecuencias políticas al Ejecutivo Nacional quien maneja las tarifas del transporte público de la Ciudad y del conurbano. Como no quieren asumir ese costo, intentan traspasar la competencia del transporte a la Ciudad para que asuma el costo político, pero agravándolo aún más, intentando hacer una nueva confrontación falsa federal, colocando a la Ciudad como la que se ve beneficiada en perjuicio de nuestros hermanos del interior. “El interior subsidia a la Ciudad y no lo podemos permitir”, este es el mensaje. 

Lo cierto es que en el medio como siempre, están las personas. Están los cientos de miles de trabajadores que a diario deben usar el transporte público para ganarse el pan. Recordemos que diariamente entran más de un millón cuatrocientos mil personas provenientes de la PBA a la Ciudad para trabajar. Si no hay un acuerdo de tarifas entre Ciudad y PBA, esas personas pagarán un importe de pasaje cuando ingresan a la metrópolis y otro muchísimo más caro cuando regresan a sus hogares. ¿En definitiva, quienes son los perjudicados? Es necesario llevar adelante un diálogo y buscar un acuerdo entre Nación, PBA y CABA priorizando el beneficio de las personas en general dejando de lado los intereses políticos sectoriales. 

La autonomía de la Ciudad no puede ser una herramienta usada por el Ejecutivo nacional para confrontar políticamente con un partido que está en la oposición, sino que siempre debemos tener en cuenta el beneficio de las personas.  

En el caso concreto de la autonomía porteña, que va de la mano del auténtico federalismo, es imprescindible que las competencias de la Ciudad sean completas, no solo en lo que a “gastos” se refiere, sino también en lo que a “generación de recursos” compete.  

En este sentido entre otras competencias hay que darle a la Ciudad la Inspección General de Justicia (IGJ), como tienen las otras provincias; incorporarla a la empresa “Hidrovía Federal Sociedad del Estado” (que llamativamente se la dejo afuera) y proceder a la devolución del Puerto de la Ciudad de Buenos Aires, a fin de ser parte de una nueva visión estratégica Argentina donde el mar sea el cambio, entre otras cajas nacionales, que quedaron al uso discrecional de Balcarce 50.  

Recordemos, por ejemplo, que el Puerto de Buenos Aires es el único puerto federal, mientras el resto de los puertos de la Argentina han sido descentralizados a las provincias y municipios.  

El federalismo es darle a cada uno lo suyo, sin inmiscuirse ni apropiarse de sus recursos y potencialidades, permitiendo el desarrollo genuino de cada provincia, región y sus habitantes; tener armonía como las cuerdas de la guitarra, cada una con su particularidad, pero juntas son un instrumento capaz de hacer una música maravillosa. El federalismo también se sustenta en la solidaridad. Contribuir las provincias y regiones más ricas con las que menos tienen, para ayudarlas a llevar adelante un desarrollo genuino y que acompañen al conjunto de la nación en el crecimiento. Ser federal es pensar en todos como integrantes de una misma familia, ya que más familia, es menos violencia y más futuro.  

No seremos jamás federales si seguimos confrontando desde la necedad política; si continuamos manteniendo un sistema de coparticipación donde el Estado se apropia de los recursos provinciales y donde la presión tributaria obliga al ciudadano que produce tener un “socio bobo” que lo lleva a la quiebra. 

La discusión de los subsidios al transporte en CABA es la punta del iceberg. Los argentinos debemos darnos esta profunda discusión: “Queremos ser un país auténticamente federal, o bajo la hermosa música del federalismo mantener un sistema de poder “unitario” que cambia de manos según el partido político al que le toca gobernar en turno”.  

¿Ecoterroristas?

Por Carlos Lionel Traboulsi. El autor se refiere a la polémica abierta en torno a la exploración hidrocarburífera a 300 km de la costa de Mar del Plata.

Frente al decreto del Ejecutivo Nacional 900/2021 estableciendo reducción de regalías solicitadas por las permisionarias de la explotación del área CAN_100, (a la altura de Mar del Plata) a las empresas YPF S.A., EQUINOR ARGENTINA BV SUCURSAL ARGENTINA y SHELL ARGENTINA S.A., sobre acuerdos existentes de gobiernos anteriores, se empezaron a generar alzamiento de voces que confrontan los recursos naturales y la pobreza en nuestro país bajo el argumento de explosión ambiental que atacará la vida e intereses de los argentinos, en especial en el caso que nos ocupa, a los marplatenses. 

Es una manipulación interesada lo que se dice, seguramente en forma ingenua por algunos portavoces, y decididamente no en otros que responden a intereses concretos. Tenemos una extensión marítima donde hay recursos incalculables y hay que explotarlos cuidando el medio ambiente como premisa central.  

Recursos que pueden dar respuesta a la pobreza y marginalidad que azota a nuestro pueblo, sin necesidad de hipotecar el futuro de las generaciones vendieras, sino todo lo contrario, dejándoles un país amigable con el medio ambiente con una clara postura de defensa del techo de la casa común, es decir la madre Tierra. 

La exploración hidrocarburífera que está concesionada, es el primer paso que luego continuará con la explotación, de ser positiva la búsqueda, y ésta se hará a más de 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata, es decir que de la costa no se verá nada.  

Es claro que esta concesión está o deberá estar enmarcada dentro de un plan general de energía a mediano y largo plazo.  

Los grupos ecologistas o verdes, son importantes para abrir los ojos de los ciudadanos y generar agenda pública, pero se convierten en un gran problema cuando se transforman en “eco terroristas” por ser intransigentes al diálogo, a las evidencias científicas y a la búsqueda de consensos.  

Cuando desde la ecología pretenden con argumentos no comprobables o caprichosos infundir terror a la sociedad, logrando que los recursos no se exploten y que grandes mayorías se sumerjan en la pobreza y marginación perdiendo sus futuros de vidas, pierden el sentido de ser movimientos cívicos que luchan por el cuidado del ambiente buscando un modelo de sociedad donde las personas puedan vivir en plena comunicación con la naturaleza y los demás seres humanos, para ser funcionales a políticas de centros de poder hegemónicos que se encargan de depredar los recursos del planeta logrando pingues ganancias. 

¿Quiénes son los que más impulsan e invierten en movimientos ecologistas en el mundo? Los ingleses, holandeses, etc., precisamente quienes nos están depredando en el mundo los recursos originarios naturales, en particular en nuestro atlántico Sud occidental en la zona de Malvinas, pero sobre ello guardan silencio. No vemos movimientos ecológicos en el mundo, y menos en Argentina que repudien y lleven adelante acciones contra el desarrollo de la explotación petrolera británica offshore Tullow Oil en la cuenca de Malvinas Oeste iniciada en 2010.  

Tampoco, siendo la plataforma continental de Malvinas (200 millas) un área declarada “Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur” (ZPCAS) aprobada por resolución 41/11 del 27 de octubre de 1986 en Naciones Unidas con la participación de todos los Estados con Zonas Económicas Exclusivas en el Atlántico Sur, hemos visto dedo alguno acusador que se levante ante el avance del Reino Unido incrementando su armamento en las islas usurpadas para servir de logística a la depredación ictícola y nuclearizar una zona estratégica geopolítica, sumado a la construcción de un puerto en Georgias del Sur y el anuncio de hacer otro en Malvinas. Pero claro cuando los argentinos queremos explotar nuestros recursos el mundo se viene abajo. 

Hay que abrir los ojos y no dejarse llevar por slogans ni tremendismos, sino que, como dije antes, teniendo como premisa el cuidado del medio ambiente explotar nuestros recursos para beneficio de nuestra gente.  

Brasil, nuestro hermano y socio latinoamericano, hábilmente hace unos años inició una fuerte carrera de extracción de los recursos hidrocarburiferos. Ciudades como Río de Janeiro, Buzios, etc., tienen sus costas con torres de Petrobras (empresa estatal brasilera), incluso con plataformas que son de las más grandes del mundo, generando en este último año inversiones por más de 44 mil millones de dólares para construcción de plataformas petroleras. No hemos visto ningún turista que haya dejado de querer viajar a Brasil. No se afectó el turismo y aún menos el medio ambiente. 

Sepamos ser equilibrados, explotando nuestros recursos, pero cuidando el medio ambiente. No seamos funcionales con quienes sólo quieren depredarnos y dejarnos en la miseria. Discutamos y busquemos consensos en el cuidado del medio ambiente, acciones posibles de exploración y explotación de recursos, regalías que deben quedar en el país, entre otros ítems. Argentina debe cambiar su visión estratégica y el mar es el oro de los tiempos que vienen. 

Hay que aprovechar las décadas que quedan de uso de combustibles fósiles frente a la reducción mundial por el calentamiento global y el reemplazo por energías renovables, en los cuales también tenemos oportunidad de tener liderazgo. 

Por otro lado, Argentina tiene que llevar adelante una planificación indispensable del conocimiento y recursos del lecho marino, el fondo del mar y la extensión marítima con sus riquezas como visión estratégica de defensa y desarrollo. Es un área donde incluso las nuevas visiones militares de los países desarrollados la contemplan. La conquista del fondo del mar es prioritaria, incluso más que la conquista del espacio.  

El mar es el cambio que la Argentina busca y reclama, no asustemos a nuestro pueblo y no renunciemos al progreso de la mano del cuidado de la Madre Tierra. 

¿Quién respeta la voluntad popular?

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano CABA se señala a la oposición por la posibilidad de que se apruebe un nuevo consenso fiscal.

Recientemente el Congreso Nacional rechazó el proyecto de Presupuesto 2022 enviado por el Ejecutivo Nacional por las inconsistencias que llevaba el mismo. Ni lerdos ni perezosos mostrando un manejo del poder exquisito, el Gobierno Nacional impulsó el Consenso Fiscal 2021 como forma de eludir al Congreso Nacional, bajar subsidios y desplazar la carga tributaria a las provincias para que el costo lo afronten los gobernadores.  

Esta acción política de Alberto Fernández no es ni más ni menos que burlar las competencias originarias constitucionales de la Cámara de Diputados de la Nación, donde están en apariencia nuestros representantes, y establecer por vía indirecta una nueva andanada de impuestos que deberán soportar el bolsillo de todos los argentinos desde los que más tienen hasta los que no tienen para comer. 

Casi todos los gobernadores firmaron este lunes 27 de diciembre el Consenso Fiscal que faculta a las provincias a subir y crear nuevos impuestos, y lo grave de ello es que la firma lo ha sido con el respaldo de oficialistas y opositores. El presidente sale fortalecido dentro del Frente de Todos y utilizará el pacto para mostrar iniciativa y consenso político frente a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). 

“Trabajamos construyendo acuerdos con las provincias, atendiendo la diversidad y las necesidades de nuestro extenso país con una mirada federal. Por tercer año consecutivo vamos a firmar el Consenso Fiscal con todos los distritos excepto CABA”, expresó De Pedro remarcando el rechazo de Horacio Rodríguez Larreta, continuando con la confrontación política en vez de dar una solución al reclamo de los porteños. 

El Consenso Fiscal 2021 —que se aplicará a partir del año próximo— les permitiría a las provincias crear nuevos impuestos, como, por ejemplo, un “impuesto a la herencia” y también incrementar otros, como las alícuotas de ingresos brutos de algunas actividades. Sin embargo, en Casa de Gobierno aseguran que se trata de una “armonización tributaria”.  

Lo cierto es que nuevamente se ve burlada la voluntad popular por un equipo de funcionarios que en vez de trabajar buscando formas de consenso que impliquen verdaderamente beneficios para los ciudadanos, se ponen de acuerdo para seguir profundizando el gasto y la presión tributaria en beneficio de la política.  

¿Y a esta altura tenemos que preguntarnos qué hace la oposición? Vemos que los gobernadores radicales quienes con ínfulas recientemente declamaron que son el futuro en miras a 2023, domésticamente ahora acuerdan con el Gobierno Nacional en el “consenso del poder” dando la espalda a los trabajadores, a la clase media, a los jubilados, a los pobres, al conjunto del pueblo que hoy reclama vivir con dignidad. 

¿La oposición es o se hace? ¿Tiene capacidad de enfrentar en un solo bloque al Frente de Todos o también son parte de un relato que de día se pelean y de noche duermen en la misma cama? Los argentinos necesitamos certezas y terminar con las mentiras, con los engaños y con los versos.  

También el Ejecutivo autorizaría un copago del 9% para las prestaciones de las prepagas, y ello no es otra cosa que un aumento solapado e imposible de medir por el organismo que tiene dicha responsabilidad, es decir el INDEC. Esta dificultad de mediación significa que tendremos más inflación, pero los índices nos dirán que ello no es así, que es una sensación inflacionaria. 

El dirigente histórico democristiano dr. Jorge Alberto Lorenzut, asesor económico, en forma reiterada viene sosteniendo la necesidad de la baja del IVA para la medicina y salud pública, pero nuevamente en vez de pensar en la gente pensamos en la “casta política” y su perpetuidad. 

El 14 de noviembre los argentinos masivamente votamos. Más del 70% rechazando el rumbo en general del Gobierno nacional; se votó una oposición para que nos represente, pero los hechos están demostrando que no están a la altura de las circunstancias. ¿Se les escapó el impuesto a los bienes personales, ahora se les escapará la aprobación del consenso fiscal 2021? ¿Quién respeta la voluntad popular? ¿Estaremos ante una oposición fantasma? 

Los argentinos queremos recuperar la confianza en nuestra clase política, pero debemos colaborar nosotros como políticos en ayudar para recuperar esa confianza, dejando al descubierto desde quienes no tenemos cargos de gestión o legislativa lo que sucede, y llevando adelante con sus acciones y con los votos aquellos que tienen esa responsabilidad. El Congreso tiene oportunidad de rechazar este mentiroso consenso. Hay tiempo todavía, por lo menos somos muchos que estamos dispuestos a aportar y esperanzados en un frente opositor que haga lo que dice y promete. 

Esta es la oportunidad de empezar a terminar con la corrupción en la argentina

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano CABA se refiere al rechazo de la ley de Presupuesto, y sostiene que se trata de una “oportunidad histórica”.

La importancia y trascendencia del voto, herramienta fundamental de los ciudadanos como socios de una gran empresa que se llama Estado Nacional, para avalar o no las gestiones de sus autoridades, nos ha dado la primera satisfacción a la mayoría accionaria, es decir a nosotros como ciudadanos de a pie. 

El rechazo del proyecto de ley de leyes, esto es el presupuesto 2022, con argumentación clara, precisa y contundente por parte de la oposición, nos muestra la utilidad de nuestro voto para defender los intereses del conjunto, para aspirar al bien común frente al intento de avasallamiento y prepotencia de sectores que han quedado envueltos en la política del siglo XX donde todo era secretismo y acuerdo de cúpulas cuando de los temas “plata” se trataba. 

Esta situación en la que se encuentra el oficialismo producto del rechazo del proyecto de ley, le da la oportunidad de elaborar un nuevo proyecto de presupuesto serio, creíble, transparente, consensuado y que marque un rumbo claro de crecimiento de nuestro país.  

Un Presupuesto que priorice cuestiones de inversión, producción, trabajo y fortalecimiento de nuestra soberanía en particular en la inmensa extensión de la plataforma continental, nuestro mar, océano Atlántico, islas Malvinas y extensión a la Antártida sin olvidarnos de los pasos al Océano Pacífico, fuente de recursos y trabajo genuino, dejando de lado los conceptos de gastos asentados en el clientelismo político y en la tozudez ideológica militante. 

Por otro lado, y como reza el Art. 75 inc. 8 de la Constitución Nacional, es la oportunidad que los legisladores procedan a aprobar o desechar la cuenta de inversión de todos los años anteriores. Recordemos que la obligación del Congreso es aprobar un Presupuesto General de Gastos e inversión anualmente que envíe el Gobierno Nacional, pero también tiene otra obligación importantísima que es la de aprobar o desechar las cuentas de inversión, es decir cómo y dónde se usó el dinero presupuestado y si se usó según las previsiones. 

Desde el año 2014 hay una inacción por parte de los legisladores nacionales quienes no han tratado las cuentas de inversión por diversos motivos; solo en el 2016 se rechazó ese período. Es el momento de tratar los periodos que quedaron en la nebulosa y poder avanzar con el tratamiento de este nuevo proyecto de presupuesto que deberá enviar el Ejecutivo con la tranquilidad de haber cumplido la responsabilidad de analizar las cuentas de los años anteriores fijando pautas claras para el nuevo presupuesto a analizar.  

Las cuentas cada vez se tornan menos transparentes y se alejan del control del Congreso de la Nación, es decir se aleja de nuestros representantes y por ende se imposibilita que los ciudadanos sepamos qué es lo que pasa. Esto permite que cada funcionario manifieste y sostenga públicamente un relato que lo más probable esté alejado de la realidad, pero los ciudadanos nos vemos impedidos de conocer la verdad. Hoy tenemos la oportunidad de tener Senadores y Diputados que están capacitados en discutir y analizar un presupuesto en representación de los argentinos, es hora entonces de exigir que se haga.  

Es necesario además la participación ciudadana y que se abran inmediatos canales para ello aprobando leyes que obliguen a la información del pueblo en forma clara, transparente y sencilla; explicando cómo se conforman los presupuestos generales de gastos y recursos y como se gastan los mismos antes de la actuación constitucional que le cabe al Congreso.  

Esta es una deuda de la democracia que su implementación permitirá avanzar contra la corrupción.  

Muchos sectores en la vida pública hay que controlar, pero éste es esencial y el más sensible, porque de él dependen los recursos y su correcta utilización para que el resto exista y funcione. 

Una bocanada de aire puro nos ha dado el debate en comisión y en el recinto por parte de los diputados nacionales sobre el proyecto de presupuesto 2022, como así su rechazo, por las gravísimas inconsistencias, como también por los artículos agregados a último momento que solo vislumbraban la apertura de un grifo discrecional de dinero en manos del Ejecutivo Nacional para disciplinar voluntades y lograr levanta manos compulsivos.  

No desaprovechemos esta oportunidad histórica, y que la regla de que toda escoba nueva barre bien se desvanezca y se potencie la convicción que los valores y principios en la lucha de la defensa de los intereses del pueblo son irrenunciables. 

Queremos los argentinos volver a creer y tenemos necesidad de crecer, ya que la asfixia de la población es generalizada, sin distinción de clases sociales, y lo asevera no solo los índices técnicos fríos de pobreza e indigencia, sino la irrefutable realidad de nuestros ojos cuando observamos a nuestro alrededor al prójimo desamparado y hacia dentro de nuestros hogares cuando somos protagonistas de la imposibilidad de llegar a cubrir todos nuestros gastos y necesidades. 

Es la oportunidad de empezar a terminar con la corrupción en la Argentina y construir juntos la Nación que anhelamos y merecemos. ¡Este es el primer paso para empezar a caminar, caminemos! 

Como argentinos, ¿queremos terminar con la corrupción?

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano CABA destaca la necesidad de desplazar la discrecionalidad política en cuestiones que afecten el erario público.

Los ciudadanos somos socios de “de una gran entidad” que se llama Estado Nacional.  No debemos ser indiferentes ante las cuentas públicas ya que somos parte de ellas. Tenemos derecho a exigir rendiciones de cuentas transparentes y comprensibles, como así también ejercer el control ciudadano, ante la indiferencia de los Legisladores, sobre los recursos que hemos aportado para recibir bienes y servicios de calidad. 

Recientemente reclamaba la falta de fondos suficientes para el ejercicio y control de nuestra soberanía en la inmensa extensión de la plataforma continental, nuestro mar, océano Atlántico, islas Malvinas y extensión a la Antártida, sin olvidarnos de los pasos al Océano Pacífico en el proyecto de Presupuesto General 2022 enviado al Congreso de la Nación. 

El Art. 75 inc. 8 de la Constitución Nacional nos dice que corresponde al Congreso fijar anualmente el presupuesto general de gastos y cálculo de recursos de la administración nacional en base al programa general de gobierno y al plan de inversiones públicas y aprobar o desechar la cuenta de inversión. 

Es decir que la obligación del Congreso es aprobar el Presupuesto General de Gastos e Inversión anualmente que envíe el Gobierno Nacional, pero también tiene otra obligación importantísima que es la de aprobar o desechar las cuentas de inversión, es decir cómo y dónde se usó el dinero presupuestado y si se usó según las previsiones. 

El Pueblo no gobierna ni delibera sino por medio de sus representantes, pero ¿qué pasa cuando nuestros representantes no cumplen con su obligación?   ¿Qué pasa con ese mandato tácito de representación?   Obviamente se quiebra y debiera recuperar el ciudadano su representación directa producto de la inacción o de la misma corrupción. 

Desde el año 2014 –más allá de períodos de décadas anteriores- hay una inacción por parte de los legisladores nacionales quienes no han tratado las cuentas de inversión; solo para el año 2016 se rechazó -recién durante el corriente año 2021- la rendición de cuentas del ejercicio por parte de la Comisión Parlamentaria Mixta Revisora de Cuentas de la Administración Nacional, que también tiene a su cargo evaluar el correspondiente dictamen de la Auditoría General de la Nación (AGN).  ¿Cómo se puede aprobar un presupuesto sin saber si el anterior fue debidamente ejecutado?  Esto permite claramente la corrupción.   

Las cuentas cada vez se tornan menos transparentes y confiables, alejándose del control sustancial del Congreso de la Nación, es decir se subestiman por parte de nuestros representantes y, por ende, se imposibilita que los ciudadanos sepamos qué es lo que pasa.  Esto permite que cada funcionario manifieste y sostenga públicamente un relato que lo más probable esté alejado de la realidad, pero los ciudadanos nos vemos impedidos de conocer la verdad.  Sin ir más lejos se habla del gran endeudamiento durante el gobierno de Mauricio Macri, pero se pasa por alto que en dos años de gestión del Kirchnerismo de Fernández se gastó más de 35 mil millones de dólares.  Es decir, proporcionalmente más que el gobierno anterior.  ¿Quién controla, quien nos representa a los ciudadanos que somos los que con nuestro trabajo y sacrificio pagamos la fiesta? 

Es necesaria la participación ciudadana y que se abran inmediatos canales para ello, aprobando leyes que obliguen a la información del pueblo en forma clara, transparente y sencilla, explicando cómo se conforman los presupuestos generales de gastos y recursos y cómo se gastan los mismos antes de la actuación constitucional que le cabe al Congreso.   

Esta es una deuda de la democracia que solo alienta a la corrupción.   

Hay muchos sectores trascendentes en la gestión pública susceptibles de controlar, pero éste es esencial, porque de él dependen los recursos y su correcta utilización para que el resto exista y pueda cumplir con las funciones asignadas.   

Obsérvese que se mandó en el mes de Setiembre pasado un proyecto de presupuesto 2022 al Congreso de la Nación que quedó totalmente desactualizado e impedido de tratar producto de la inflación y del famoso “plan platita” que fue utilizado para intentar no perder las elecciones de medio tiempo del pasado 14 de noviembre. 

Deben establecerse sanciones ejemplares para las autoridades que no cumplen con las fechas de presentación de los presupuestos generales, para con los legisladores que no cumplen con el mandato de la representación aprobando o rechazando las rendiciones de cuentas y establecer normas claras y precisas para que todos los ciudadanos podamos involucrarnos como socios principales en la marcha de las cuentas del Estado Nacional. Hay que desplazar la discrecionalidad política en cuestiones que afecten el erario público. 

Demos decididos pasos, encaremos mancomunadamente acciones reales y serias para terminar con la corrupción en la Argentina si es que verdaderamente así lo queremos y exigimos. 

¿Hay decisión de entregar nuestros recursos marítimos?

Por Carlos Lionel Traboulsi. El autor advierte que el Gobierno está ignorando nuestra soberanía sobre los intereses nacionales y recursos estratégicos marítimos y fluviales.

La Argentina está en una situación muy delicada donde los índices económicos son negativos, la situación social muy crítica y la inseguridad totalmente desbordada, nada nuevo para el lector. 

Frente a esta situación objetiva, el Gobierno nacional no tiene un plan adecuado para poder marcar un rumbo creíble y posible que permita a los argentinos recuperar la esperanza y encauzarse sin grieta hacia un porvenir promisorio. 

Muy por el contrario, hay una miopía tan grande que, teniendo la posibilidad de llevar adelante un modelo de desarrollo sustentable e innovador, sin darse cuenta o lo que puede ser más grave con conciencia plena de ello, lo boicotean entregando nuestras riquezas y futuro a manos extranjeras. 

El cambio está en el mar. Una nueva visión estratégica de la matriz productiva donde el mar se erija en forma protagónica junto con el conocimiento, la industria genuina del campo y el cuidado del medio ambiente es el camino. 

Ahora bien, cuando analizamos el proyecto de presupuesto nacional 2022 en estudio en el Cámara de Diputados de la Nación, herramienta esencial que determina el rumbo y metas de un gobierno, observamos que las partidas destinadas a una implementación de políticas con perspectivas de género ascienden a algo más de dos billones de pesos, una cifra que equivale al 3,4% del Producto Bruto Interno (PBI). Estas partidas tienen el eje en el fortalecimiento de la infraestructura de cuidados y la inclusión de mujeres y diversidades en sectores estratégicos de la economía. 

Este proyecto de ley madre ubica a las mujeres y diversidades ya no solo como destinatarias en las medidas de protección ante la crisis del Covid y situación económica, sino también en la estrategia de recuperación y desarrollo. 

En teoría suena muy promisorio, pero en la práctica advertimos que para el desarrollo logístico destinado al cuidado y protección de nuestros intereses nacionales y recursos estratégicos marítimos se destinan cinco mil quinientos millones de pesos, menos de los seis mil quinientos millones de pesos que destina la Provincia de Buenos Aires en el plan “platita” para que los chicos que egresan de la escuela secundaria puedan disfrutar de su viaje de fin de curso 

Es decir que un sector esencial de la economía como es el mar, se deja al cuidado de los depredadores piratas que anualmente se llevan más de cuatro mil millones de dolares, ya que la Armada Argentina con esta partida podría patrullar un día a la semana durante los 365 días del año. 

La ceguera de la gestión del gobierno permite que ocho billones de pesos, 4 veces más de lo destinado a políticas de género, se la lleven los barcos depredadores de nuestro Atlántico Sud Occidental. 

El panorama es poco alentador, se quiere beneficiar a las mujeres para que sean parte protagónica en el desarrollo económico, pero se les impide el acceso a los beneficios de nuestros recursos e intereses estratégicos marítimos y fluviales, lo que convierte ese abultado dinero destinado a esas políticas con perspectiva de género en cajas negras para la actividad militante y política, terminando en definitiva perjudicando el desarrollo e inclusión real en la economía de las mujeres. 

Necesitamos un Presupuesto Nacional que marque y permita rumbos de crecimiento económico que genere puestos de trabajo genuinos e ingresos reales para dar dignidad a las personas construyendo un sistema de igualdad de oportunidades. 

Sin posibilidad de crecer e inversión la Argentina es inviable, convirtiéndose las políticas de perspectivas de género que tienen como horizonte genuino la igualdad y protagonismo de las mujeres, en meros relatos para que políticos y funcionarios sigan viviendo de la “teta” del Estado a costa de la ya exagerada presión tributaria que una parte reducida de la sociedad viene soportando. 

Una gran Argentina olvidada a la que le damos la espalda nos está esperando para que varones y mujeres en igualdad y paridad de oportunidades recuperemos la esperanza y seamos protagonistas en la construcción de la gran Nación que nos ubicará, nuevamente, en los primeros lugares de los países más ricos del planeta. Solo hace falta decisión política y llevar adelante como política de estado el desarrollo de nuestro mar y dejar de lado el relato ideológico. 

Listas negras en democracia, peligrosa y descabellada represión cultural

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano de CABA sostiene que las listas no tienen otro objetivo que “perseguir a quienes pensamos distinto”.

El pasado 12 de junio se publicó una seudoinvestigación mal intencionada y alejada de la verdad que según sus propios autores llevó dos años de trabajo y estudio para llegar a la fecha con una página donde se puede destejer una red de nexos y relaciones entre militantes, dirigentes políticos, organizaciones, iglesias y figuras púbicas a las que acusan de formar parte del “avance cada vez más evidente de la llamada reacción conservadora en la argentina y en el mundo, un movimiento con actores en algunos casos identificables con claridad y en otros, de más difícil clasificación”. 

Este trabajo realizado por las periodistas Ingrid Beck, Soledad Vallejos, Florencia Alcaraz, Juan Elman, Paula Hernández y Paula Rodríguez fue financiado por la International Planned Parenthood, la mayor empresa abortista del mundo y que ha impulsado y financiado en nuestro país la campaña a favor de la ley de aborto distribuyendo dólares para diversos sectores de la sociedad a fin de impulsar la ley. 

Esta supuesta investigación periodística no es más que una “lista negra” en democracia persiguiendo y tratando de amedrentar a quienes no piensan como el imperialismo materialista cultural que pretende deconstruir nuestra cultura y la cohesión social basada en la fortaleza de la familia y la defensa de valores esenciales como la vida desde la concepción pasando por todas las etapas de la persona hasta su muerte natural. 

Se mezclan en la lista diversas personas y organizaciones, aprovechando para pretender ensuciar la imagen de iglesias que nada tienen que ver con la política partidaria, que defienden la vida, la familia y los valores de la dignidad de la persona humana desde hace más de dos mil años, y de partidos políticos como el demócrata cristiano que tiene una historia basada en la defensa de los derechos humanos, la defensa del sistema democrático, la amistad cívica y el respeto a la dignidad de la persona humana. 

¿Cómo puede pretender descalificarse a dirigentes de la DC cuando es un partido que ha tenido en épocas difíciles de nuestra Patria al “Padre de la Plaza de Mayo” como es reconocido Augusto Conte, quien siempre defendió la vida desde la concepción y la defensa de la familia? ¿Cómo querer de un plumazo artero de mercenarios de la prensa pagados por dineros sucios del asesinato de millones de personas por nacer en el mundo mancillar testimonios de inclaudicable lucha por la democracia, la vida y los derechos humanos de dirigentes como Carlos Auyero, Horacio Sueldo, Esio Silveira, José Antonio 

Allende, Mario Marturet, Rina Zuki Leiva, Eduardo Elías Traboulsi, Arturo Ponsati, Salvador Busacca, Enrique De Vedia o Guillermo Frugoni Rey entre tantos otros? 

Se coloca el mote de “antiderechos” a quienes defendemos los derechos inalienables de las personas, de todas las personas sin distinción, frente a quienes se autodenominan defensores de los derechos pretendiendo establecer supuestos derechos que conllevan a la destrucción de la cohesión social, buscando desvanecer la fortaleza de la familia, el respeto a la vida desconociendo la existencia de la personas desde la concepción y generando situaciones de confrontación entre el varón y la mujer profundizando la división social con el autoritarismo de la imposición de un mal llamado lenguaje inclusivo. 

Estas listas negras generadas en democracia no tienen otro objetivo que perseguir a quienes pensamos distinto y que por tener el aval de las mayorías populares que lamentablemente son silenciosas, hacernos “desaparecer” de los medios de comunicación, de la política, de los espacios culturales y de todo ambiente donde pueda haber alguien que sea influenciado por nuestro pensamiento de libertad y defensa irrestricta de la dignidad de la persona humana. 

Esperemos que el gobierno nacional, la Justicia y las entidades representativas de los medios de prensa y comunicación, como así la sociedad en su conjunto, repudien claramente estas acciones, abramos los ojos hacia donde nos quieren llevar y juntos, seamos capaces de construir una sociedad que nos respete e incluya a todos sobre un proyecto de nación en común. 

La pesca puede ser muerte

Por Carlos Lionel Traboulsi. El dirigente del Partido demócrata cristiano CABA alerta sobre el enorme daño que puede causar ser indiferente ante el avance de la pesca ilegal en el Atlántico Sudoccidental.

La Argentina tiene por delante distintos desafíos, uno de ellos y quizás el más importantes es el desarrollo de una cultura del encuentro basada en una auténtica revolución moral que nos permita llevar adelante políticas de estado cuyo objetivo sea la construcción de caminos de prosperidad y crecimiento. 

Una nueva visión estratégica incorporando a la matriz industrial productiva actual al mar como actor protagónico, nos permitirá generar los ingresos suficientes para poder generar trabajo y desarrollo para todos los argentinos. 

Las riquezas del mar y el desarrollo poblacional y urbano de nuestra costa son inmensos, pero también su protección soberana y ecológica es esencial. 

No escapa al entendimiento general que la sobre explotación de los recursos ictícolas genera modificaciones irreversibles en el ecosistema generando en forma muy rápida la muerte de nuestros mares y eso es lo mismo que decretar la defunción de la humanidad. 

Estamos siendo testigos últimamente gracias a la atención que le están prestando los medios de comunicación, de la gran cantidad de buques extranjeros en el mar argentino frente al Golfo San Jorge. 

El agua es la que genera la vida y si esa agua muere dejando de ser apta para la cadena de desarrollo biológico de la vida, estamos en un gran problema. 

Hoy la pesca en el mundo, y la Argentina no es ajena a eso, está en manos de un sistema industrial y comercial sin límites. La pesca ilegal se extiende a todos los océanos y mares, en particular en nuestro atlántico sudoccidental donde más de 400 buques en forma permanente amparados por el Reino Unido y la indiferencia de nuestras autoridades, generan una depredación de más de un millón de toneladas de pescados y mariscos al año. 

Pero lo grave no es solo lo que ello significa en dinero valuado en más de cuatro mil millones de dólares, sino lo que significa en esa cadena de vida que se destruye. Ese millón de toneladas anuales implica muchísimas más toneladas de pesca incidental que termina siendo descartada. La pesca de descarte mata ballenas, delfines, tiburones, focas, variedad de peces, etc. que son regresadas al mar sin vida. La ausencia de estas especies destruidas en la cadena de equilibrio marino que son esenciales, genera una interferencia tal que hasta los corales sufren extinción. Se destruye la trama trófica. En Argentina solamente se descartan unas 500 mil toneladas al año. 

Si los peces en sus distintas especies desaparecen y se modifica la regla que el más grande se come al más chico, la ausencia de alimentos va destruyendo a las distintas especies generando la perdida de oxígeno de las grandes extensiones de agua que son el pulmón más importante del planeta. 

Esta situación solo nos lleva a la muerte como especie humana. Son conclusiones impactantes y extremistas, pero no estamos lejos de este apocalipsis si los gobiernos no toman decisiones firmes frente a la pesca ilegal, las mafias, piratas, traficantes, mercenarios, etc. que conviven dentro de este submundo de la pesca, tan o más peligroso y agresivo que el narcotráfico y la trata de personas. 

Debemos generar políticas adecuadas para proteger nuestros recursos y la sustentabilidad real de la explotación pesquera, haciendo realidad un recurso que hoy está en manos de extranjeros en forma ilegal y que los argentinos necesitamos. Debemos generar políticas de estado adecuado a ello, modificación del código penal, conformación de una gran unidad latinoamericana trabajando en el cuidado de nuestros mares como países ribereños asociados con los países de África Occidental, logística adecuada para impedir la depredación pesquera extranjera, continuar con las zonas y épocas de veda, zonas de protección, observadores, inspectores, etc. 

No engañarnos con sellos de calidad y de no pesca de descarte que se coloca en los envoltorios de los productos marítimos en el mundo que tienen solo un fin lucrativo, ya que ellos son de incierta comprobación por cuanto en la mayoría de los casos queda en manos de la honestidad de los capitanes de barco que están en gran número sujetos a la voluntad de sus empleadores para mantener el trabajo. Hay falta de observadores e inspectores en alta mar y los que hay se les dificulta la tarea, siendo público en muchas partes del mundo la desaparición de estos funcionarios durante las travesías. 

No somos conscientes del daño que nos estamos causando, tanto desde el punto de vista económico al darle la espalda al mar, como al permanecer indiferentes con el daño monumental que se está haciendo en nuestro Atlántico Sudoccidental que todavía está a tiempo de ser recuperado. 

Argentinos, la patria somos todos y debemos garantizar la vida y los recursos para nosotros y para las generaciones venideras. 

Ni yankis, ni marxistas… chinos

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano CABA advierte la importancia de llevar adelante una política internacional “de multilateralidad y comercio abierto en resguardo de nuestros intereses”.

Es una realidad que ya no se puede ocultar a pesar que muchas administraciones en nuestro país quisieron hacer la vista gorda permitiendo el negocio de varios funcionarios y privados dejando nuestros recursos pesqueros para el disfrute de algunos en detrimento de nuestro pueblo.  

La Argentina necesita tener una logística adecuada para enfrentar la depredación de nuestros mares y la imposición autoritaria del Reino Unido que fue avanzando en zona de disputa hasta más de 2 millones de kilómetros cuadrados de mar que son nacionales alrededor de nuestras Islas Malvinas. En este extenso territorio azul no solo emite permisos de pesca ilegales usufructuando esos recursos, sino que se asocia con España para ingresar nuestros productos sin aranceles a la Unión Europea y permite asimismo la explotación ilegal de varias flotas de diversos lugares del mundo.  

Necesitamos tener una política internacional de alianzas estratégicas que se sustenten con un acuerdo americano de protección de nuestros mares, llevando a una unidad de paz y explotación de los países del sur como únicos facultados para la explotación del atlántico sur. América y los países de África occidental deben trabajar juntos, al igual que el Mercosur, Chile, Uruguay y los Estados Unidos en protección de los recursos del atlántico sur, el pacífico y la Antártida. Argentina debe ser eje en la construcción de estas alianzas de cooperación y seguridad marítima.  

Hoy Estados Unidos nos está ofreciendo la ayuda con patrulleros marítimos, en particular con el buque USCGC que está participando de la operación Cruz del Sur a fin de trabajar coordinadamente con la Armada y la Prefectura Naval en resguardo de nuestros intereses. Es necesario para evitar la depredación del mar argentino construir asociaciones regionales de seguridad marítima y contrarrestar la pesca ilegal como así operaciones de inteligencia que otras naciones hacen, pero sorpresivamente nuestra Cancillería lo rechaza.  

Los acuerdos de cooperación son formas de fortalecer nuestra soberanía ante el avance desmedido del Reino Unido sobre lo cual nada se dice y hace. Otro de los temas que se mantiene adormecido para que nuestra gente no se involucre. Políticas activas de Estado son necesarias para recuperar nuestra soberanía plena en las Islas Malvinas, pero también para ejercer  

nuestra soberanía en el Atlántico Sudoccidental. La creación de organismos o comisiones como estamos acostumbrados no son el camino, si estos, solo sirven para tomar el té inglés una vez cada 15 días.  

Hay que terminar definitivamente con los posicionamientos ideológicos y entender la imperiosa necesidad de pensar, planificar, coordinar y gestionar con coraje la construcción de un destino de bienestar para todo nuestro pueblo desde una nueva visión estratégica donde el Mar tenga un papel protagónico en la matriz industrial y productiva.  

La construcción de un bloque con China, Rusia, Cuba y Venezuela son ideológicamente dentro de la coalición de gobierno más fuertes que las relaciones con nuestros hermanos latinoamericanos y en particular con los Estados Unidos. Las flotas chinas y asiáticas fundamentalmente depredan nuestras riquezas marítimas, van por el control de la hidrovía Paraná Paraguay por donde pasan más del 75% de nuestras exportaciones, ya están instalados en nuestra Patagonia y nos están colonizando con el control de la salud pública frente a la pandemia con la no probada vacuna Sputnik V. Seguramente otras injerencias chinas en nuestro país se me están olvidando como los fondos permanentes en Yen en nuestras reservas. No debemos entregar nuestras riquezas y futuro a nadie menos a un único bloque político. Debemos llevar adelante una política internacional de multilateralidad y comercio abierto en resguardo de nuestros intereses.  

Hay que terminar “los negocios y los condicionamientos ideológicos”. Debemos pensar y actuar en forma patriótica. Argentina para los argentinos, tanto el continente como los más de 6.500.000 kilómetros cuadrados de territorio azul. Ahí está la salida de la crisis económica, laboral, productiva, de inversión y de falta de esperanza de nuestro pueblo. Solo con políticos y funcionarios comprometidos con nuestra nación y honestos será posible. No se vive de relatos ideológicos y doctrinarios. Hay que ir a las cuestiones conducentes.  

Las urnas están cerca, terminemos de votar profundizando la grieta y demos nuestro apoyo a propuestas concretas y a testimonios de vida comprobables. No hay margen para seguir rifando nuestras vidas y el futuro de nuestra patria.  

La política del tero

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del partido Demócrata Cristiano CABA sostiene que el Gobierno “asusta on el virus para mantenernos ocupados y por otro lado se intenta adelante un proyecto de país que no es acompañado por las grandes mayorías”.

¿Hablaremos alguna vez los argentinos de frente, con la verdad y dejando de hacer relatos para justificar, o, mejor dicho, para ocultar nuestros errores y trasladarles las culpas a los otros?  

Estamos viviendo una época de pandemia donde todos debemos cuidarnos y el mensaje del gobierno nacional está orientado en ese sentido. Pero al mismo tiempo que se nos dice que hay que cuidarse el Gobierno construye agenda política para confrontar a la sociedad y obligar a la ebullición popular saliendo a las calles en grandes masas sociales.  

Pareciera que se asusta con el virus para mantenernos ocupados y por otro lado se intenta adelante un proyecto de país que no es acompañado por las grandes mayorías. La política del tero, grita en una parte y coloca los huevos en otra.  

Tema expropiaciones, avance sobre la justicia, corrupción con libertad de delincuentes, ataque a la clase media, aborto, jubilaciones, ahora la prohibición de exportar maíz, quite de fondos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dólar, retenciones, ataque a la Corte Suprema de Justicia de la Nación buscando su ampliación o un órgano judicial de igual jerarquía que juzgue los casos que la Corte no acepta, intento de vulneración de la libertad de prensa, uso del dinero del Estado como propio, etc. etc.  

Un proyecto político confrontativo que mientras se le pide a la sociedad cuidarse, por el otro lado las vuelcan a las calles con las protestas de repudio o apoyos. Lo cierto es que el gobierno no tiene voluntad de transitar una pandemia en forma tranquila y de unidad, sino que trató en gran parte de la extensísima cuarentena, transformar la argentina con medidas que esperaban no fueran movilizadoras de las mayorías, no calculando que la idiosincrasia de los argentinos no es precisamente la sumisión, más allá de no ser un pueblo violento. Abrazamos la democracia y veneramos la libertad, y esas dos razones son suficientes para no aceptar el atropello.  

Hubo error de cálculos, y ahora se quiere trasladar las culpas a los jóvenes que cansados están intentando recuperar su libertad y sus vidas. Ahora es el momento de colaborar con las familias para que haya protocolos que permitan orden y distanciamiento, sin necesidad de perder nuevamente los contactos sociales y afectivos. Pero no se puede apelar a la responsabilidad de adolescentes y jóvenes ya que son rebeldes por naturaleza, tienen ejemplos desde  

el poder pésimos y saben que el virus los afectará, pero no es tan mortal como se decía, y eso los envalentona aún más.  

La culpa no es del chancho sino de quien le da de comer, y el gobierno nacional debe asumir sus culpas, errores y avasallamiento de la democracia en momento que la sociedad debía estar cuidándose en forma aislada o de distanciamiento. Quisieron jugar con el oportunismo político y legislativo de no contar con presión social, avanzaron, y lograron la presencia masiva del pueblo en la calle que hoy es imposible retornarlos a sus cauces de distanciamiento.  

A todo ello debemos sumarle que es necesario trabajar y recuperar la economía. El esfuerzo realizado ha sido muy grande y lo logrado ha sido desocupación, cierre de industrias, pobreza, marginalidad, ausencia de educación, inflación, inseguridad, pérdida de valores, desesperación por no tener un futuro en el horizonte de recuperación mínima de lo perdido. Esto es culpa del Gobierno nacional que partiendo del relato de lo negativo del gobierno anterior en un año de gestión nos sumió en uno de los momentos más difíciles y comprometidos de la historia argentina.  

Sino empezamos a hablar con la verdad y dejamos de lado el relato con fines electoralistas, la argentina va al suicidio, y espero que el pueblo no lo permita.  

Las urnas están a la vista, sepamos dar una respuesta valiente dejando de lado los corazones partidarios, las prebendas planeras, y votemos un parlamento que esté a la altura de las circunstancias. Un Parlamento que sea freno de cualquier intento trasnochado de hacer un país gobernado por una autocracia populista con pobres cautivos del Estado que les sostengan en las urnas y sin futuro para la clase media. Un territorio sin bandera ni horizonte que las mayorías repudiamos.  

Que empiece a tronar el escarmiento compatriotas para hacer viable la Argentina.  

Convocatoria al “pacto argentino”

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano CABA llama a “hacer un alto en esta carrera auto destructiva”, a fin de consensuar todos aquellos puntos que nos permitan avanzar en la planificación de un país que nos integre.

Frente a los hechos públicos y notorios que marcan un empobrecimiento del pueblo y una confrontación entre pensamientos políticos, agravados por los últimos acontecimientos de quita de fondos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, avance con la aplicación de más impuestos, ajuste a los jubilados, aborto, reforma judicial, etc. es ineludible que hagamos un alto en esta carrera auto destructiva y nos sentemos en torno de una mesa, sin exclusiones, a fin de consensuar todos aquellos puntos que nos permitan avanzar en la planificación de un país que nos integre, contenga y nos garantice futuro a todos. 

Una situación de pandemia en este año 2020 que nos obligó al aislamiento, ahora al distanciamiento, mañana a vivir en forma distinta a la que estábamos acostumbrados, nos formula un claro mensaje: estamos en este mundo de paso y en cualquier momento ya no estamos. Somos finitos, vulnerables y mortales, aunque nos llamemos Gardel, Perón o Maradona. Esto nos conmina a pensar en ser cada día más felices y lograr la integración de todos en esa felicidad individual, familiar y comunitaria. 

La grieta no es producto de acciones del presente, comienza ya en 1536 y continua a lo largo de las décadas bajo esa sensacional descripción que tanto Sarmiento en el Facundo como Juan Bautista Alberdi en Las Bases nos describen como “civilización y barbarie”. Por lo tanto no hay achaque de origen a nadie, sino responsabilidad por el futuro de todos. 

Otros pueblos a lo largo de la historia tuvieron la suficiente valentía y humildad para poder encontrar espacios de encuentro. Los argentinos tenemos las agallas y la capacidad suficiente para poder hacerlo también. Un pueblo y país pobre con un territorio rico es inaceptable que no nos interpele a sentarnos y sobre la base de la amistad cívica encontrar puntos de encuentro. Es imprescindible elaborar un “Pacto Argentino” que permita desarrollar en conjunto y acordar sobre los puntos esenciales a ejecutar como políticas de estado para los próximos 100 años. 

Un acuerdo sobre la base de la cultura del encuentro; retomar la concepción del gobierno de las mayorías con respeto a las minorías; compromiso de respeto a la vida de cada uno de los argentinos nacidos y por nacer y la erradicación de toda violencia; irrestricto respeto a la división de poderes consolidando la independencia de los mismos; la educación y conocimiento como base esencial para salir de la pobreza; respuesta a la pobreza estructural; política poblacional con descentralización territorial armónica e inteligente; freno a la corrupción pública y privada con medidas ejemplificadoras estableciendo asimismo nuevos tipos penales que impidan los engaños de campaña; modernización de las reglas laborales y de la actuación de los gremios sin vulnerar los derechos de los trabajadores; reforma tributaria integral con disminución de la carga y cantidad de impuestos con sistema progresivo de aplicación; planificación de una matriz productiva industrial exportadora integral, incorporando al mar como nueva visión estratégica; determinación con acciones concretas para la recuperación del ejercicio pleno de la soberanía argentina en todas sus áreas territoriales y marítimas, especialmente en nuestro atlántico sudoccidental, islas y adyacencias evitando la depredación ictícola y el avance geopolítico del Reino Unido y de otras potencias extra continentales. 

Desde estas líneas lanzo la idea, espero que alguien desde el poder recoja el guante. 

El relato oficial de los derechos humanos

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano CABA sostiene que “no es constitucional ni moralmente aceptable el impulsar un proyecto de ley de aborto”.

El proyecto que envía el Ejecutivo Nacional al Congreso de la Nación para establecer por ley el aborto en la Argentina bajo un nombre mentiroso de “interrupción legal del embarazo” ocultando su verdadero significado que es “abortar” (terminar, no interrumpir), ya que luego de hacer el aborto no podemos continuar con la gestación, lo hace invocando un inexistente mandato asumido por el Estado Argentino en materia de salud pública y derechos humanos. 

Efectivamente para seguir su argumento del artículo Primero del proyecto, pretende crear una nueva clase de derechos humanos, que es el derecho humano de las mujeres y de personas con otras identidades de género con capacidad de gestar.  

Según las Naciones Unidas los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición.  

Los derechos humanos son innatos a la persona y anteriores a la existencia del Estado, esto es que no es una concesión graciosa del Estado al ser humano, sino que es un atributo propio de la persona por su dignidad y esencia de tal.  

El primer derecho humano sin el cual el resto de los derechos carece de sentido es el derecho a la Vida. Esta vida para la legislación argentina constitucionalmente y en todo su cuerpo normativo vigente comienza en la CONCEPCIÓN.  

Por lo tanto, el presidente de la Nación al sostener en el artículo Primero del proyecto de ley que envía según él en cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres y de los gestantes, está inventando una clasificación de derechos humanos para violentar el derecho humano esencial de todas las personas humanas que es el derecho a vivir. Se está apropiando para un relato militante de los derechos humanos, desvirtuando su sentido y alcance.  

El siglo XXI permitió la irrupción de un derecho humano esencial que las redes sociales despertaron y llevaron a superficie que es “La Verdad”. Hoy no se puede “relatar” tan fácil e impunemente como se pretende en la redacción de este proyecto cuestionado.  

Los derechos humanos son tales que no pueden ser puestos en discusión, equivalencia o comparación, y acá en la norma proyectada el Ejecutivo Nacional pretende colocar por encima del derecho de todo ser humano a la vida el “supuesto y específico” derecho humano de mujeres y personas gestantes para impedir la vida de un tercero.  

No contento con ello nos habla que es por un tema de salud pública, pero lo cierto que la salud implica el cuidado de la vida y sanación de las dolencias de las personas. Llevar adelante un aborto significa que una persona muere y otra corre riesgos su vida o su salud de acuerdo a los antecedentes científicos e incluso pudiendo perderla, ya que no hay tratamiento quirúrgico alguno seguro, de allí que para la extracción de una simple muela es necesario  

suscribir un consentimiento informado para saber cuáles pueden ser las consecuencias de ese procedimiento.  

Por tanto, vemos que no es cierto que sea un tema de salud pública ni menos de derechos humanos.  

Ahora bien, el artículo analizado termina diciendo “… a fin de contribuir a la reducción de la morbilidad y mortalidad prevenible”. De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación en el año 2018 fallecieron por embarazos terminados en aborto 35 mujeres, sin distinguir entre los abortos espontáneos y los procurados. Una vida es importante, pero ¿cuántas miles de vida se pierden y se perderán con una liberalización del aborto? ¿Se justifica violentar los derechos humanos de las personas por nacer por la negativa caprichosa del Estado a llevar adelante políticas públicas activas que garanticen la vida de todos los argentinos?  

La respuesta es clara y contundente. No es constitucional ni moralmente aceptable el impulsar un proyecto de ley de aborto, mintiendo en las razones, ocultando el verdadero sentido ideológico y militante que es la reducción del gasto público y profundizar la desertización poblacional de nuestro país y la banalización de la familia y la muerte. Jubilados y los pobres que engendran hijos son gastos innecesarios para ciertos gobiernos.  

La Argentina necesita una ley poblacional que lleve la cantidad de habitantes a no menos de 100 millones de personas armónicamente distribuidas en todo el territorio nacional para ser un país viable económicamente. Sin embargo, pensamos en cómo matar a los nuevos argentinos. Es hora de afrontar la realidad con decisión y coraje compatriotas.  

Mujer factor de cambios

Por Carlos Lionel Traboulsi. Para el secretario general del partido Demócrata Cristiano CABA con la pandemia emergió un nuevo actor político: “mujeres anónimas que hasta hace poco solo pensaban en el bienestar de sus grupos familiares”.

10 meses de gobierno y 7 meses de aislamiento social obligatorio con limitación de la libertad de circular, trabajar, amar, educar, sociabilizar, han dejado al descubierto una Argentina desconocida para muchos pero que existía, y un futuro, que, de saber aprovecharlo, puede ser promisorio.  

Las políticas de lucha contra la pandemia del Covid 19 han fracasado. Quedó ratificado que la premura del Poder Ejecutivo Nacional en tomar decisiones restrictivas a la sociedad fue como respuesta a la planificación que mostraba el Jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires y no producto de un adecuado análisis y estudio de la situación. La pelea política por sobre la construcción ciudadana. 

La impericia y desidia frente al ingreso a nuestro país por Ezeiza de los ciudadanos que potencialmente distribuirían el virus por todo el país fue evidente, actuando solo la Ciudad con el uso de hoteles que fue criticado fuertemente desde varios sectores. De ahí en más pareciera que la Nación va a la saga de la Ciudad hasta tomar una actitud de desentenderse de la situación, ya dejando de lado el rol de capitán del barco que hasta hace unas semanas tenía el presidente, enfocándose a hacer anuncios de gestión y confrontación con la oposición, con color a campaña para intentar recuperar imagen positiva en miras a las elecciones del año próximo. Vacuna, inflación y elecciones pareciera el trípode de la política nacional y el “control” de la Justicia la obsesión de la vicepresidente. 

La fotografía actual se completa con una clase política gobernante y de oposición que representa una sociedad machista y antigua, donde a pesar de las grandes inversiones en políticas de equidad entre el varón y la mujer, las decisiones y fotos importantes pasan por las caras protagónicas de los varones. Frente a ello un sector feminista, militante, minoritaria y con rasgos fascista que se vale del poder para, desde la inversión de grandes sumas de dinero público y privado, arengando la amenaza de discriminación y violencia de género, trabajan en deconstruir la cultura y los cimientos de una sociedad humanista con valores buscando la confrontación con el varón en una innecesaria lucha de destrucción de la autoestima varonil.  

Frente a ello, emerge un fenómeno nuevo que desde las redes sociales va construyendo un novedoso tejido social y revolucionario que pretende sustituir la visión antes dicha por una sociedad donde valores como la vida, la libertad, la seguridad, la justicia, la salud, la educación, la familia, el trabajo, la unidad, entre otros, son el camino a seguir.  

Este reclamo, que se está tratando de invisibilizar a pesar de su contundencia queriéndole dar tinte partidista opositor, viene mayoritariamente de una clase media y de una clase postergada estructuralmente liderado por “mujeres” anónimas que hasta hace poco solo pensaban en el bienestar de sus grupos familiares. Con valor y con coraje la mujer ganó la calle y está poniendo el cuerpo para afrontar lo que considera un atropello y peligro de su futuro y de quienes ama. Como la leona de la manada saco su carácter para colocar las cosas en su lugar. No es una confrontación entre patriarquismo y feminismos, sino una propuesta de transitar juntos mujeres y varones, en definitiva, todos los seres humanos, sin distinción ni discriminación, por la senda del bienestar, soñando con una patria que nos contenga y proyecte futuro para todos.  

La pandemia fue el despertar de un sector de la sociedad que por su naturaleza nos devolverá la alegría de vivir y soñar. Esa mujer que es madre, hija, profesional, trabajadora, ama de casa, prenda de unidad y luchadora por lo que ama, sin pedir permiso se adueñó de la calle y va por más. Prestemos atención a este fenómeno pandémico, esto es promisorio.  

Un nuevo horizonte: la Argentina Azul

Por Carlos Lionel Traboulsi. El dirigente del Partido Demócrata Cristiano Argentino advierte la importancia de desarrollar la explotación sustentable de los recursos marinos nacionales.

Las urgencias electorales de medio tiempo en la Argentina hacen que los políticos piensen en lo que reditúa votos y no en la planificación necesaria que el país requiere para dar solución a los gravísimos problemas estructurales y en particular, en lo que a la matriz industrial productiva energética se refiere, que está centrada en forma casi excluyente en nuestro territorio continental.  

Dejar de dar la “espalda” al mar es encontrar nuevos horizontes de desarrollo y bienestar de nuestro pueblo. Si al 10% de desocupados que nos regaló el año 2019 se le suman los efectos de la pandemia del Covid 19 (potenciados por la falta de medidas económicas adecuadas) es previsible que la desocupación y la miseria se incrementen a porcentajes máximos históricos, superando la crisis mundial de 1930 y las distintas pestes vividas. Hay que buscar un nuevo horizonte.  

De la misma manera que tenemos un comité de epidemiólogos trabajando en esta crisis inédita, el Gobierno, con humildad y grandeza, debe convocar a distintos equipos interdisciplinarios pensando en la salida de este aislamiento social obligatorio. Entre estos equipos el de economistas y políticos que piensen y planifiquen el día después es imprescindible.  

Las confrontaciones y luchas intestinas del oficialismo no pueden prevalecer sobre el bien común de los argentinos, por lo que es imperioso una decisión del Ejecutivo nacional en este sentido. La Argentina sale de la mano de todos o seguiremos cayendo en el precipicio de la frustración y la miseria.  

La explotación sustentable de los recursos marinos (la economía azul es un objetivo de programas de planificación espacial marina de más de 70 países que promueven legislación, administración y fondos al desarrollo de los espacios marítimos, en particular, biotecnología y energía renovable de los océanos  

Una de las noticias recientes es la Estrategia “Mar Portugal”, que pretende extender sus derechos de soberanía hasta el centro del Atlántico Norte. Los nuevos territorios incluirían vastas áreas de lecho marino y subsuelo. Además de beneficios económicos, el proyecto portugués apunta a recuperar una antigua identidad como potencia marítima: de concretar sus aspiraciones, sería una nación con 3,8 millones de km2 de territorio y sólo el 3% en tierra firme.  

El gobierno socialista de Antonio Costa creó en 2015 el “Ministerio del Mar”, con autonomía total para gestionar los recursos de pesca, marina mercante y todos los asuntos marítimos. Nosotros venimos proponiendo la creación de la Agencia Nacional de Intereses y Recursos Estratégicos Marítimos.  

El corazón del plan es conseguir que el 50% del PBI portugués sea generado por actividades marítimas. Para ello, Lisboa ya tiene en marcha diferentes iniciativas, que van desde el capital humano a la infraestructura, con un equilibrio entre el desarrollo de las comunidades costeras y las inversiones internacionales.  

Portugal también procura adecuar su política de defensa en los mares, para conseguir capacidad de respuesta, seguridad e inspección y con dotación de buques, aeronaves y sistemas modernos de vigilancia.  

El área marítima, además de espacio de transición, alberga mucho valor en sí mismo. Lisboa ya investiga la minería oceánica para extraer zinc, cobre, cobalto, oro, plata, manganeso, metales para alta tecnología (como platino, paladio, osmio y rodio) y tierras raras (como lantano, escandio, terbio o cerio).  

En el mismo camino hace unos días el presidente Macron de Francia después de 30 años designa un Ministerio del Mar en igual línea que el portugués.  

Son claros ejemplos de cómo los países, más allá de las ideologías, se reinventan porque hay una decisión política de planificación.  

Si no hacemos acciones concretas de ejercicio de soberanía podremos con el tiempo perder parte de ese territorio, como por ejemplo los dos millones de kilómetros cuadrados de la plataforma continental de nuestras Islas Malvinas, como también las adyacencias antárticas. La inmensa mayoría de nuestra sociedad no está en conocimiento de este problema.  

La pandemia puede ser una oportunidad. La Argentina Azul es uno de los caminos que no podemos dejar de explorar y desarrollar. Es hora de que este Gobierno nos convoque a quienes podemos llevar adelante esta planificación, en coordinación con todos los sectores interesados en la materia. Una planificación vertical de abajo hacia arriba, empezando por los municipios, provincias, regiones, Estado, comunidad educativa, científica, naval, aeronáutica, de seguridad, defensa, gremial, empresarial, políticas y todas las que fueren necesarias para hacer realidad esta Argentina Azul que hoy solo existe para los depredadores extranjeros.  

Salir de la cuarentena mirando al mar

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano de CABA advierte la importancia de que el país adopte un perfil productivo e industrial que desarrolle la plataforma marítima nacional.

Es necesario ser audaz en el desarrollo de un perfil industrial integrador que pueda dar mano de obra a los más de 5 millones de desocupados que tiene la Argentina y generar divisas suficientes para hacer frente a nuestras obligaciones externas e internas y terminar de arrastrarnos en el lodo de la desesperanza.

La Argentina post cuarentena necesita redefinir cuál será su perfil industrial y productivo para, a partir de allí, establecer pautas claras y concretas de crecimiento y desarrollo que den trabajo a los millones de desocupados que venimos arrastrando, más los nuevos que dejará esta fatalidad, que superarán los cinco millones de desocupados en total, como así dar respuestas a la falta de generación de divisas.

Un perfil industrial y productivo “integrador” es el sustentado en la integración verdadera y novedosa de los sectores agrícola, ganadero y minero culturalmente arraigados en nuestro Pueblo, con la incorporación de la explotación de los recursos marítimos, con agregado de tecnología y manufactura que permita el incremento del valor de lo producido por la incorporación de la mano de obra y conocimiento nacional, orientado fundamentalmente hacia aquellos productos que nos permitan una mayor competitividad e incluso “exclusividad” en el marco exportador, como así, en el desarrollo naviero mercante y en el área de seguridad marítima en consorcios regionales internos y de ser necesario con países del continente, en particular los del Mercosur, tanto con capitales y conocimiento públicos como privados.

Esta nueva forma de pensar la Argentina nos permitirá el desarrollo industrial y productivo de nuestra plataforma marítima, ejerciendo en forma efectiva la soberanía marítima prácticamente hoy abandonada a su suerte y, a su vez una explotación racional y pautada de los productos del mar y de la plataforma continental nos permitirán generar fuentes incalculables de riquezas. No debemos olvidar que estamos en una posición estratégica de protagonismo y valor por cuanto con la hermana República de Chile somos una punta de lanza inserta en el gran continente de agua del planeta (mares océanos) y esperanza de la humanidad, cuando los recursos y espacios de la tierra comiencen a escasear.

Esta redefinición del perfil industrial y productivo generará asimismo una importante inversión pública y privada en ciencia y tecnología para permitir el desarrollo adecuado en las áreas respectivas que hagan al desarrollo nacional (infraestructura, energía, comunicaciones, software, informática, transporte en general e industria naval en particular, etc.) a fin de lograr un autoabastecimiento como soporte de la actividad industrial y una ruptura de la dependencia externa. El objetivo hacia el autoabastecimiento sustentable es esencial en esta propuesta, el que será factible concretar respetando ciertas premisas de la mundialización, como ser el no cerrarnos dentro de nuestras fronteras, ni pretender afectar derechos de otras naciones, sino buscando nuestro propio espacio.  

El perfil industrial/productivo integrador propuesto, permitirá al país lograr beneficios comparativos en el intercambio mundial que realice y crecer en forma permanente y sostenida, dando respuesta a la ausencia de trabajo genuino y a la generación de riquezas y capitales nacionales, que su ausencia, nos agobian desde hace décadas a los argentinos.

Nuestro territorio tiene una extensión aproximada de 2.78 millones de kilómetros cuadrados, y la extensión marítima es de aproximadamente 1.8 millones de kilómetros cuadrados, casi otra argentina continental. El mirar hacia el mar con visión estratégica, esperanza y coraje, sin descuidar nuestro territorio continental, es la salida que tenemos a la vista, pero que nuestros pre conceptos culturales no nos dejan ver.

La vida te da sorpresas

Por Carlos Lionel Traboulsi. El secretario general del partido Demócrata Cristiano de CABA analiza el panorama político, y el desarrollo del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

Cuando el 10 de diciembre de 2019 hubo recambio de gobierno nos encontramos con relatos sobre la descripción del pasado enervado por el toque interesado ideológico y una épica de como trabajarían para terminar con los pobres, la falta de trabajo, el estancamiento de las empresas, la ausencia de inversiones para desarrollar nuestra industria y conocimiento; como se terminaría con la especulación cambiaria, con el atropello de la banca especuladora, contra los aumentos injustificados de precios, en fin un gobierno que demostraba una impronta de venir a sentar en la mesa del progreso a los que menos tienen y que han quedado fuera de toda política de los últimos años.

Lo cierto que nunca pudo esbozarse siquiera un programa de gobierno, solo destacándose como política de estado el trabajo contra el hambre que por desgracia tampoco dio resultados positivos visibles. Frente a esta situación de ausencia de ideas aparece la epidemia, luego declarada pandemia por la OMS del Covid 19 y como por arte de magia el Gobierno empezó a lograr sobre la base del miedo la diagramación de un proyecto de país que no sabemos si estaba latente pero que por su audacia no había sido difundido o frente a las circunstancias, el ala más extrema de los K en el gobierno, empezaron a empujar para su concreción.

Es así que el Ejecutivo nacional empieza a concentrar poder delegado por los ejecutivos provinciales y en forma inexplicable por la Legislatura nacional y el Poder Judicial quienes entraron en etapa prácticamente de inacción. El país empezó a funcionar por Decretos de Necesidad y Urgencia que apuntan a la consolidación del sector cautivo del peronismo que son los marginados y pobres dependientes del estado, aumentando los subsidios y ayudas económicas y alimenticias en millones de beneficiarios.  

Por otro lado, si bien se fueron haciendo anuncios, lo cierto es que la industria y el comercio no han sido beneficiados, solamente algún espejito de color perdido se les ha mostrado. Esto ha significado en la práctica que nuestra matriz industrial y comercial esté en estos momentos en una situación de zozobra donde muchas desaparecerán antes o inmediatamente después de terminado el aislamiento social obligatorio. Ningún poder del estado renuncio a cobrar tasas, contribuciones o impuestos, todos siguen de la misma manera mostrando su voracidad. La banca continúa con su ausencia de ayuda masiva a las PYMES y asfixiando con sus usureros intereses. El sistema financiero no ha tenido piedad ni durante esta pandemia, siguiendo con tasas exorbitantes y reclamos de pago a los usuarios de las distintas herramientas financieras y de créditos (tarjetas y demás instrumentos). El aislamiento social obligatorio cada vez más sacó de escena a cuentapropistas, monotributistas y autónomos, quienes no han tenido una sola muestra de condescendencia hacia ellos.

En definitiva, se va consolidando un proyecto de país donde muchos pobres reclaman lo que por derecho les corresponde y la clase media va dejando de existir como tal, alejándose los extremos dentro de ella hacia los que son ricos directamente y los que, como se dice comúnmente a partir de ahora la “apechugan”. A esos ricos hay que exprimirlos y sacarle todo lo que se pueda para que dejen de ser ricos y terminar con la especulación. No es parte de una reforma tributaria sino de un proyecto de país no escrito, pero bien estudiado.

Frente a esta situación de encierro y pauperización de los bolsillos argentinos, el gobierno toma la única medida que tenía proyectada que es declarar el default (aunque técnicamente hay tiempo todavía para que ello no suceda). La única carta de triunfo para que el default no suceda es que los acreedores acepten lisa y llanamente la propuesta argentina. Ojalá que así sea, pero es muy difícil. Si el default se concreta es claro que junto con todo lo anterior será un cóctel terrible de sufrimiento para nuestro pueblo donde solo la podrán llevar adelante quienes sigan viviendo del estado, siendo el mejor empleo el empleo público o estar dentro del sistema asistencial.

Los tejidos de contención desaparecerán ya que los gremios cada vez tendrán menos fuerza laboral que los respalden creciendo el poder estatal, incluso con la idea de estatización de bienes, servicios y empresas; y la familia gracias a la ideología de género perderá definitivamente su impronta siendo nuestros hijos militarizados en la idea de comunitarismo materialista.

Ahora a este proyecto, le falta la parte represiva para que la gente terminada la cuarentena, a pesar que el miedo seguirá y eso dará algunos meses más para que no haya movilizaciones importantes, pueda ser acallada en sus reclamos. Que mejor forma de empezar a crear nuevas formas de terror que ya están instaladas en la conciencia de todos los argentinos en una situación de caos. Si, la mejor forma de lograr ello es abrir la cárceles de todo el país y con los delincuentes en la calle y el comienzo de la troperías la gente no querrá salir de sus casas y reclamará “mano dura” al gobierno quien en forma paternalista asumirá el compromiso de terminar con ese caos auto creado y aplicará el rigor de la ley, pero contra jueces que no cumplan sus órdenes y contra quienes levantemos nuestras voces de quejas, sirviendo esa mano rescata de las cárceles también como “maras comunitarias”. Muestra de ello es el ya en funcionamiento cyberpatrullaje que la ministra de Seguridad anunció recientemente y el control de una buena parte de los medios de comunicación que solo trasmiten el relato oficial.  

Que nos queda por consuelo, nada, ni siquiera espiritualmente podemos encontrar una voz presencial ya que se nos impide practicar el culto, salvo por medios informáticos.  

¿Hay esperanza? Seguro que sí. La vida nos da sorpresa, pero esas sorpresas dependen de nuestro compromiso y de nuestra lucha. No debemos abandonar nuestra concepción de Nación ni nuestra construcción de patria y rechazar cualquier intento de querernos cambiar nuestra idiosincrasia. Argentina es clase media, es respeto por los pobres y una política de ascenso social permanente basado en el trabajo y la educación, como así en la integración de toda su gente; es respeto de la dignidad de la persona humana. Es una tierra de paz y bonanza que tenemos que recuperar, solo empezando con cumplir la Constitución Nacional y terminar con la corrupción de nuestra clase dirigencial. No queremos ser Venezuela ni ningún país comunista. Un proyecto de país que nos caracterice por no ser ni yanquis ni marxistas, integrado a Latinoamérica siendo parte de la globalización, como se solía decir pero que han, parece, olvidado, es posible. Si estás de acuerdo no te rindas.