Juventudes en la mira

Por María Eugenia Catalfamo. La senadora nacional por San Luis sostiene que este año “será clave” para avanzar en propuestas concretas que redundará en beneficios para las juventudes.

Como muchos de ustedes saben, mi representación en el Senado de la Nación busca hacer foco en las juventudes de nuestro país, en sus diversas formas de enfrentar los problemas que las convocan a diario y de sortear las dificultades que se les presentan cuando intentan hacerse de un espacio propio que las contenga.

Las y los jóvenes en Argentina son un cuarto de la población total, más de 10 millones de habitantes. Su importancia y peso para decidir la conformación de gobiernos y cuerpos legislativos son cada vez mayores. Sin embargo, persiste el interrogante acerca de cómo representar a las juventudes cuando tenemos la responsabilidad de ocupar cargos públicos y diseñar políticas para atender sus necesidades y generar las condiciones que permitan su desarrollo.

Una de las claves es abrir la agenda e intentar comprender las distintas maneras de ser joven, a partir de cómo son vividas y explicadas por quienes en la práctica se consideran jóvenes. Esto incluye experiencias tan variadas como las ganas de cambiar el mundo, asociadas a la vitalidad propia de la edad y a valores como la empatía y la solidaridad, pero también frustraciones, contradicciones en la construcción de la identidad y, en muchos casos, la desconfianza y apatía frente a los canales tradicionales de participación política. Las y los jóvenes somos todo eso y mucho más, sobre todo cuando ponemos en juego nuestra creatividad, que nos caracteriza como generación para encarar cualquier plan o lucha que nos interpele.

Por eso hablamos de juventudes en plural, para poner el foco en la diversidad de experiencias y visibilizar las desigualdades y diferentes condiciones socioculturales, económicas, históricas, étnicas, identitarias y territoriales, entre otras, que definen las problemáticas que nos atraviesan.

En el ámbito legislativo, los desafíos son muchos. Aún tenemos pendiente el debate sobre una ley nacional de Juventudes que establezca sus derechos, los deberes del Estado y las pautas para la implementación de políticas públicas transversales, además de la creación de un andamiaje institucional que se mantenga más allá de los cambios de gobiernos, para lograr consolidar ejes de gestión que se transformen en una verdadera política de Estado. Desde la recuperación de la democracia, todos los espacios políticos han tenido iniciativas de este tipo, por lo que podemos asumir que habría un consenso tácito respecto de la necesidad de llenar este vacío legal que hoy existe en la Argentina.

Este año será clave para poder avanzar con una propuesta concreta que redundará en beneficio de todos los pibes y pibas de nuestro país y será el puntapié inicial para luego ir por más medidas complementarias que atiendan demandas específicas como el acceso al primer empleo, la primera vivienda, la terminalidad educativa, los consumos problemáticos, la educación sexual y la planificación familiar, entre otras.

Representar implica comprender a las y los jóvenes y seguir abriendo puertas, para que todas y todos puedan ejercer sus derechos e involucrarse en los ámbitos sociales que los interpelen. Más allá de las distintas caracterizaciones que podamos hacer de las juventudes, lo que está fuera de discusión es que se trata de actores centrales e impostergables en cada contexto histórico.

Catalfamo manifestó que acompañará el proyecto “pensando en el crecimiento del país”

La senadora nacional del FdT destacó la necesidad de “construir un país con desarrollo nacional, popular, democrático e inclusivo”.

En el marco del tratamiento del Proyecto de Sostenibilidad de la Deuda Externa, la senadora nacional por San Luis María Eugenia Catalfamo señaló que va a apoyar este proyecto “pensando en que es un primer paso para solucionar los problemas de deuda externa que tenemos” y, sobre todo, “pensando en la posibilidad que todos juntos, como argentinos, podamos construir un país con desarrollo nacional, popular, democrático e inclusivo que lleve al crecimiento de nuestro país en general pero también al crecimiento de cada una de nuestras provincias”.

Además, puso especial énfasis en resaltar que “nuestra provincia tiene una visión particular respecto a este tema. En San Luis no tenemos deuda de ningún tipo y es por eso que el Gobernador dio a conocer claramente nuestra opinión y reiteradas oportunidades mencionó que se trata de una deuda odiosa”. 

Y enseguida citó los dichos de Alberto Rodríguez Saá: “La deuda odiosa es la que ha pedido o adquirido una dictadura, es la que ha tomado un gobierno corrupto o la deuda externa que se aplica para pagar déficit. Cuando se pide dinero y no se sabe dónde se aplicó o cuando se pide plata para hacer algo y no se hace. Qué hospital, qué escuela, qué vereda, qué alcantarilla o qué árbol se plantó con la deuda externa: Ninguno”, consideró.

También fustigó a la última gestión del gobierno nacional al remarcar que “el nivel de ineficiencia, de irresponsabilidad y de poco compromiso con el pueblo argentino por parte del gobierno de Mauricio Macri es nunca antes visto. La deuda que se tomó ni si siquiera se utilizó para impulsar obras de infraestructura, reactivar el tejido productivo o favorecer el consumo interno sino que fue destinada, exclusivamente, a la especulación financiera”, concluyó la legisladora.