Piden apurar el tratamiento del “certificado de inmunidad”

El diputado nacional Martín Berhongaray (UCR-La Pampa) insiste en la necesidad de que se dé pronto tratamiento parlamentario al proyecto de ley de creación de un Programa de Emergencia Sanitaria, que tiene como eje en la entrega de un “certificado de inmunidad” a todas las personas que hayan adquirido el nivel de inmunidad necesario para […]

El diputado nacional Martín Berhongaray (UCR-La Pampa) insiste en la necesidad de que se dé pronto tratamiento parlamentario al proyecto de ley de creación de un Programa de Emergencia Sanitaria, que tiene como eje en la entrega de un “certificado de inmunidad” a todas las personas que hayan adquirido el nivel de inmunidad necesario para repeler un nuevo contagio en el caso de que vuelva a exponerse al virus. Tal certificado habilitará al portador a retomar su rutina laboral, a circular por la vía pública -flexibilizando a su respecto las medidas de restricción establecidas-, con una alta seguridad de que no se va a contagiar ni infectará a terceros.

Berhongaray presentó este proyecto el 15 de abril pasado, y aún no fue puesto a consideración en el plenario ni en comisión.

Para poder acceder al mencionado certificado deberán existir las pruebas clínicas y de laboratorio autorizadas por el Ministerio de Salud de la Nación que demuestren con “evidencia científica” el mencionado nivel de inmunidad.

“En momentos en que aparece cada vez con más urgencia la necesidad de generar alternativas para comenzar a abrir sectores de la economía pero priorizando no incrementar los riesgos para la salud de la población, los especialistas entienden que, de acuerdo a la evidencia disponible hasta el momento, la alternativa propuesta constituye una medida que ofrece enormes garantías en términos sanitarios, probablemente la más segura de todas, y que necesariamente puede funcionar como complementaria de las otras determinaciones que se vayan adoptando al respecto”, señaló Berhongaray.

“Un concepto central asociado a la medida propuesta en el proyecto es el de incrementar la cantidad de pruebas clínicas y de laboratorio sobre la población asintomática con vinculación estrecha a casos confirmados, siguiendo los criterios de segmentación que determine el Ministerio de Salud de la Nación”, agregó.

“Debe darse prioridad en la realización de las pruebas clínicas y de laboratorio al personal de Salud, Fuerzas de Seguridad, bomberos, y todos los que fueron convocados para garantizar actividades esenciales, porque esto les puede permitir desempeñar sus tareas con una seguridad mayor de que no van a incrementar el riesgo de morbimortalidad en la función que ejerzan”, dijo.

“Vale aclarar que si bien entendemos que no existen certezas plenas respecto de la posibibilidad de que pueda volver a infectarse un paciente curado (no es seguro que la Inmunoglobulina G -IgG brinde inmunidad a todos los pacientes), convenimos que las decisiones deben tomarse en función de las reglas, y las reglas se explican por la generalidad y no por las excepciones que puedan presentarse. Indudablemente hoy ninguna medida ofrece garantías totales, pero ésta es sin dudas la que ofrece mayores seguridades en términos sanitarios.”, enfatizó.

“El concepto de inmunidad se encuentra íntimamente asociado a la práctica de la Plasmaféresis (que el gobierno argentino anunció va a comenzar a trabajar), que es básicamente brindar inmunoterapia a partir del suero de pacientes que se han recuperado. En esta práctica hay muy buenos indicios en la actualidad en el mundo. Varios países la vienen explorando con resultados esperanzadores. Y ha dado muy buenos resultados a lo largo de la historia en diferentes patologías: en la Gripe A H1 N1 (en el año 2009), con el  Ébola, y con la Fiebre Hemorrágica Argentina, que en 1960 hizo que disminuya la mortalidad del 30% al 3%.”, remarcó.

“Los asintomáticos -continuó- representan una franja muy grande la población infectada. Por ello la importancia de testear todo lo posible, de acuerdo a criterios de segmentación que permitan ir reconstruyendo la cadena de contagios. Incrementar los testeos siguiendo la cadena de contagios permitirá también detectar un número importante de personas que han cursado la enfermedad sin síntomas y que hoy, dados los niveles de inmunidad que presentan, pueden ser destinatarios de un “certificado de inmunidad” que los habilite a retomar su rutina diaria, siempre tomando los recaudos sanitarios que se establezcan, pero con una mayor tranquilidad de quien nunca curso la enfermedad”, finalizó el diputado radical.

Sugieren implementar el uso de un certificado de inmunidad contra el Covid-19

Como una opción contra la crisis económica, la diputada Lucila Lehmann sugiere utilizar una constancia única, personal e intransferible para personas inmunes, para “beneficiar a más personas de la restricción que padecen todas”.

En momentos que crece la polémica en torno a la extensión de la cuarentena que afecta fuertemente la actividad económica, la diputada nacional Lucila Lehmann, junto con el resto del bloque de diputados de la Coalición Cívica-ARI al que pertenece y otros diputados de Juntos por el Cambio, presentaron un proyecto de ley que tiene como finalidad la creación de un certificado de inmunidad para personas con poco o ningún riesgo de infección de Covid-19.

En los fundamentos del proyecto, Lehmann destaca que existen evidencias científicas y antecedentes a nivel global de estudios serológicos que permiten identificar las poblaciones inmunes al Covid-19 y que, al mismo tiempo, no tienen capacidad de contagiar a otras personas.

En ese sentido destaca que hoy esta evidencia es tan contundente en ese sentido, que se está pidiendo a los ciudadanos que hayan padecido la enfermedad y se hayan curado, que donen suero o plasma para poder ayudar con sus anticuerpos a quienes están padeciendo la enfermedad. “Si puedo donar anticuerpos. ¿Cómo entonces no van a poder circular para realizar tareas básicas y necesarias?”, cuestionó la diputada. 

“Frente a la situación económica imperante en nuestro país, con agobiantes restricciones sin miras de finalización, a la espera de una vacuna contra el virus Covid-19 y existiendo herramientas que permiten relajar el confinamiento, es que proponemos este régimen de licencias sanitarias de inmunidad para evitar mayores daños económicos y sociales, sin poner en juego la salud pública de los argentinos. Es una vía para beneficiar a más personas de la restricción que padecen todas”, destacó.

“Los beneficios son superiores a las desventajas desde todos los puntos de vista, atento que estos ‘licenciados’ podrán trabajar desacelerando la caída de la economía, ser admitidos en las instituciones sanitarias y geriátricos, colaborando de esta manera con la población más vulnerable sin ponerse ni ponerlos en riesgo (‘yo te cuido, vos me cuidas’)”, completó Lehmann.