La oposición le propinó al Gobierno una severa derrota que no podrá completar

Mientras el presidente se oxigenaba en Estados Unidos y analizaba un reseteo de su gobierno, en el Congreso se aprobaba una Boleta Unica que frenarán en el Senado con la estrategia de ignorarla. Los diálogos de Massa con Alberto Fernández y la irrupción de Daniel Scioli que ilusiona a gobernadores.

Por José Angel Di Mauro

Tan segura estaba de que se impondría en el recinto, que la oposición tenía al principio disposición a postergar una semana el tratamiento del proyecto de Boleta Unica de Papel, dejándole al oficialismo la posibilidad de habilitar una sesión sobre temas que le interesaran, pero eso sí, consensuados. Sin embargo se decidió finalmente no dilatar el tema y convocaron a sesionar el miércoles pasado, bien temprano.

La niebla del lunes los asustó y el martes revieron el horario del inicio de la sesión pidiendo reprogramarla para las 14. El cambio fue oportuno, pues la niebla que persistió al día siguiente obligaba a reprogramar vuelos y aterrizajes; como así también afectaba a los diputados que venían por vía terrestre. No fuera cosa de complicar el quórum, después de la luz de alarma que había encendido la baja por Covid del jefe del bloque radical, Mario Negri.

Así y todo, 17 minutos tardaron en reunir los 129 diputados necesarios para arrancar la sesión en la cual la oposición en su conjunto le propinó al gobierno de Alberto Fernández la primera derrota en una sesión. Porque no cuenta como victoria el traspié del oficialismo con el Presupuesto 2022. La oposición -salgo algunos que seguramente sí- insiste en que nunca quiso dejar al Gobierno sin Presupuesto y que eso fue algo que Máximo Kirchner provocó -tal vez deliberadamente, nadie lo sabe- en su último arrebato como jefe de bancada.

El Frente de Todos pensaba contrarrestar el efecto BUP con una sesión al día siguiente, “con temas que sí le interesan a la gente”, como es el alivio fiscal para monotributistas y autónomos: un universo de casi 5 millones de personas que aguarda ansiosa esa ley. Sin embargo debió postergarla para esta semana por la ausencia del presidente de la Cámara, Sergio Massa, autor además del proyecto que establece dicho beneficio.

La fecha de esa sesión estuvo en duda desde que el lunes se supo que el presidente había invitado a Massa a formar parte de la comitiva oficial en la Cumbre de las Américas. El titular de la Cámara baja quedó en contestar y terminó viajando. El sábado había discutido con Alberto Fernández, que le ofreció ese día reemplazar a Matías Kulfas al frente del Ministerio de Desarrollo Productivo. El tigrense, que varias veces sonó al frente de un “superministerio” que incluso contuviera Economía, respondió que solo aceptaría una oferta de ese tipo, y el presidente terminó designando a Daniel Scioli.

El ahora renunciante embajador en Brasil no dudó en aceptar. Hacía rato que sonaba como eventual recambio en el gabinete nacional y esta oferta le representa la posibilidad de volver a repensarse como precandidato presidencial para 2023. Alberto, que no abandona esa ilusión para sí, lo sabe, pero debe adaptarse a las circunstancias, que es lo que mejor le sale, por otra parte. Necesitaba alguien con suficiente volumen político, y por eso es que había pensado originalmente en Massa.

Los gobernadores peronistas también necesitan alguien con quien poder ilusionarse con mantener el poder en 2023, y Scioli alimenta esa esperanza. Lo sabe Massa que no ha superado un enojo que comparte con su esposa con el exgobernador desde que en 2013 un prefecto ingresara a su casa en un country con fines de robo.

Es un secreto a voces que Massa aspira a convertirse en la alternativa en 2023 y no le hace gracia el regreso de Scioli con renovada fe y esperanza. Con todo, el presidente de la Cámara ya había dado señales de diferenciación cuando tomó distancia del acto por el centenario de YPF. Mientras el presidente y su vice se reencontraban, Massa dejaba su lugar vacío en Tecnópolis y se mostraba en Moreno en la habilitación de una red cloacal, junto al ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis; su esposa y presidenta de AySA, Malena Galmarini, y la intendenta local, Mariel Fernández.

Sergio Massa en Moreno, el día del acto por YPF en Tecnópolis.

La invitación a viajar con él a Los Angeles fue parte del operativo de contención desarrollado por el presidente con Massa. Sirvió para analizar juntos alternativas para esta administración. El diputado le habló de hacer, sino un relanzamiento de la gestión, al menos un reseteo. Se verán en los próximos días los resultados de los diálogos mantenidos en el exterior, donde como toda administración en problemas sus protagonistas suelen encontrar un remanso.

En esas charlas Massa le reiteró a Fernández que el proyecto de renta inesperada no tiene ninguna posibilidad de avanzar en la Cámara de Diputados, razón por la cual insiste en no entender el sentido de enviarlo. Está claro que es para confortar al electorado propio, sin otro provecho ni esperanza. Es lo mismo que sucede, por ejemplo, con una suba de retenciones, que el presidente insiste en reivindicar, para desconsuelo de su ministro de Agricultura que no se cansa de descartar tal posibilidad. Ni qué decir con la ampliación de la Corte. Nadie le encuentra el más mínimo sentido a esa costumbre presidencial de reivindicar causas perdidas, gastando tiempo y esfuerzos, y desnudando a la vez sus propias carencias. La única explicación que le encuentran los propios es el deseo permanente de enviar gestos hacia el Instituto Patria. Que no son correspondidos, por otra parte.

Es la misma justificación que se le encuentra al discurso presidencial en la Cumbre de las Américas. Alberto Fernández habló más como presidente pro témpore de la CELAC, que como mandatario de la Argentina. Será el precio que debe pagar por ese sillón que tanto se esmeró en conseguir. Lo cierto es que -algunos por entusiasmo, otros por compromiso- en el Frente de Todos fue ponderado su mensaje, que como tantas otras cosas poco tiene que ver con el pensamiento original que se le conocía.

El presidente argentino en la Cumbre de las Américas. (Foto Presidencia de la Nación)

Tan previsible era la victoria opositora con la Boleta Unica que en el bloque oficialista no se entusiasmaron en que la niebla la postergara. Como mal trago que era, lo mejor era superarlo cuanto antes y dar vuelta la página. No es un tema cerrado y para ser ley debería aprobarlo el Senado, donde eso no va a suceder. Allí manda Cristina Kirchner, asentada en una mayoría virtual que el oficialismo construye con aliados permanentes, aunque esta vez uno de ellos vaya a defeccionar. Igual, en este caso no se trata de ganar la votación sino de conseguir la mayoría especial que necesita este proyecto por tratarse de una ley electoral. En Diputados necesitaba una mayoría agravada de 129 votos y consiguió 132; en el Senado hacen falta 37 y no los tiene.

Juntos por el Cambio es un interbloque de 33, que sumará los votos de la cordobesa Alejandra Vigo (esposa del gobernador Schiaretti) y el rionegrino Alberto Weretilneck. Le faltarían dos más y a lo sumo tendría a la riojana Clara Vega, que no se ha expedido, pero que no se inclinará por la afirmativa si su voto es decisivo. Sí o sí la oposición necesita votos de integrantes del Frente de Todos, a sabiendas de que hay al menos tres oficialistas que están a favor de la Boleta Unica: el jujeño Guillermo Snopek, que en noviembre de 2021 presentó un proyecto muy similar al aprobado en Diputados; Ernesto Kueider, que como ministro de Gobierno de Entre Ríos impulsó la boleta única a nivel provincial; y el correntino “Camau” Espínola, que no tiene un gobernador al cual responder y se ha pronunciado a favor del cambio.

El primero de ellos preside la Comisión de Asuntos Constitucionales que debe encabezar el debate en esa Cámara, y el segundo está alineado con el presidente. Ninguno se va a inmolar para propinarle una derrota a su gobierno.

Pasará seguramente como en 2016, cuando el entonces gobierno de Cambiemos logró la aprobación de la Boleta Unica Electrónica en la Cámara baja y en el Senado la entonces oposición no habilitó jamás el debate. Será una devolución de gentilezas de lo que sucede en Diputados con los proyectos cristinistas que salen del Senado.

Emilio Monzó fue clave en la búsqueda de consensos para la media sanción en Diputados.

Factótum junto a Silvia Lospennato de la aprobación en Diputados, Emilio Monzó ha estado manteniendo contactos en el Senado para tratar de encontrar los votos que permitan la aprobación, mas eso es complicado. Y tampoco preocupa demasiado a Juntos por el Cambio, que se da por satisfecho con la media sanción. “Vamos a sacar la ley en 2024, con la nueva conformación del Senado”, dijo confiada una fuente legislativa ante este medio. Basándose en la Ley 23.821, que en su artículo 1° dice: “Todo proyecto de ley sometido a la consideración del Congreso que no obtenga sanción en una de sus cámaras durante el año parlamentario en que tuvo entrada en el cuerpo o en el siguiente, se tendrá por caducado. Si obtuvo sanción en alguna de ellas en el término indicado, éste se prorrogará por un año más”.

Así las cosas, la media sanción le da vida hasta 2024, cuando si cambia la administración, esos tres senadores ya no estarían comprometidos con un gobierno. En cambio debería rehacerse todo el camino de nuevo si en cambio el proyecto fuera rechazado por el Senado.

“El discurso del presidente dilapida la confianza internacional de nuestro país”, cuestionaron desde JxC

El interbloque opositor emitió un comunicado expresando su descontento con los dichos de Alberto Fernández en la Cumbre de las Américas en el cual defendió las “dictaduras” de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Tras el discurso que brindó el presidente de la Nación, Alberto Fernández, en su participación en la Cumbre de las Américas, en la ciudad de Los Ángeles, EE.UU., en el que lamentó que “no todas las naciones estén presentes”, y abogó por una Latinoamérica “unida y sin exclusiones” al cuestionar la exclusión de Venezuela, Cuba y Nicaragua, el interbloque de Juntos por el Cambio emitió un comunicado señalando que “el discurso del presidente hace más daño a una política exterior sin rumbo” y lo acusaron de desaprovechar “una nueva ocasión para promover oportunidades de crecimiento y desarrollo”.

“Las expresiones de Alberto Fernández en Los ángeles ponen a nuestro país en un lugar donde los argentinos no queremos estar, banalizando las amenazas que enfrentan nuestras democracias”, cuestionaron y criticaron: “Desaprovechando una nueva ocasión para promover oportunidades de crecimiento y desarrollo”.

Además, se refirieron a la defensa que hizo el jefe de Estado a las “dictaduras” de Venezuela, Cuba y Nicaragua que “nos aleja vergonzosamente de nuestros valores irrenunciables, como la democracia, los derechos humanos y la libertad” que son “principios con los que los países de las Américas nos hemos comprometido”.

“Mientras cuestiona y pone en duda las reglas de instituciones claves para el funcionamiento del sistema hemisférico, que eligen a sus representantes conforme la voluntad de los países que las integran, encarna una voz que no tiene nada que ver con los valores e intereses nacionales de la Argentina”, denunciaron desde la principal bancada opositora.

Y señalaron que “el discurso del presidente hace más daño a una política exterior sin rumbo, inconsistente, que desconcierta al mundo y dilapida la confianza internacional de nuestro país”.

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Valdés: “Ojalá sea la última Cumbre en la que el país que invita decide quién participa o no”

Desde Los Ángeles, donde acompaña a Alberto Fernández, el diputado oficialista destacó el discurso presidencial y se refirió a la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Desde Los Ángeles, a donde viajó como parte de la comitiva presidencial que fue a la Cumbre de las Américas, el diputado nacional Eduardo Valdés aseguró que Argentina llegó “con una gran responsabilidad” como es la de “representar a los países de la CELAC”.

“El presidente trabajó para plantear las distintas voces del continente. Es muy importante plantear el por qué de las ausencias, diciendo que el silencio de los ausentes aturde. Ojalá sea la última cumbre donde el que invita tenga la potestad de decidir quién participa y quién no”, enfatizó, en referencia a la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

En declaraciones a radio AM 530, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara baja destacó el discurso del presidente: “Alberto (Fernández) logró plantear todos estos temas en su intervención, con firmeza y respeto. Luego, Cuba mandó un mensaje muy importante después del discurso, igual que Venezuela. Cuando Alberto saluda a (Joe) Biden al finalizar sus palabras, éste le dijo que espera su invitación a la cumbre de la CELAC. Tal vez se transforme en el encuentro plural que no pudo ser esta Cumbre de las Américas”.

Por otro lado, el legislador oficialista consideró que el papa Francisco “estuvo presente en el discurso de Alberto porque su liderazgo es central para encontrar los mejores momentos de la región, como cuando (Barack) Obama y Biden le pidieron en 2014 que medie entre Estados Unidos y Cuba”.

“Francisco y Biden tienen una relación importante. Cuando asume Francisco se opone a la invasión de Obama a Siria. Biden y (John) Kerry luego lo van a ver por la mediación con Cuba. Hoy lo tenemos presente en nuestros planteos, ligados a tender puentes y opuestos a la idea de (Donald) Trump de construcción de muros”, agregó.

Consultado sobre los futuros alineamientos del país en el mapa geopolítico, Valdés afirmó que “Argentina tiene una política exterior multilateral activa. Nunca censurará a nadie. Tenemos ahora un encuentro con los BRICS, de parte de China, en la que vamos a participar. También (Alberto Fernández) irá al G7 en calidad de presidente de la CELAC, junto con países africanos y asiáticos. No corresponde que no le demos lugar a todos los países que quieran participar en los diálogos multilaterales”.

Massa participó de la bilateral Fernández-Trudeau

Durante el encuentro se habló sobre el potencial del vínculo económico y comercial entre nuestro país y Canadá.

El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, participó este jueves de un encuentro junto al presidente de la Nación, Alberto Fernández, con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en el marco de la segunda jornada de la IX Cumbre de las Américas.

Durante la reunión bilateral se dialogó acerca del potencial del vínculo económico y comercial entre ambos países, y sobre avanzar en una agenda común en los sectores energético y agroalimentario.

Previo al encuentro, ambos jefes de Estado brindaron una declaración conjunta a la prensa. “Para mí es un enorme honor volver a verlo, sé que tenemos ideas muy parecidas sobre lo que nuestras sociedades están demandando”, señaló Alberto Fernández, y agregó: “Nos preocupan los derechos de las mujeres, el cambio climático, los problemas de la igualdad. Tenemos por delante, a partir de esa comunidad de ideas, mucho por hacer”.

Por su parte, Trudeau celebró “tener la oportunidad de profundizar la amistad que nos une sobre las Américas, poder colaborar y también hablar acerca de cómo mejorar las inversiones en nuestro hemisferio para que nuestros ciudadanos puedan seguir creciendo”.

Los mandatarios analizaron la posibilidad de generar inversiones conjuntas para la producción de fertilizantes, cuyo desarrollo redundaría en favor de la seguridad alimentaria. Repasaron, en ese marco, el trabajo que realiza la empresa Profertil, cuyos principales accionistas son YPF y la canadiense, Nutrien.

En cuanto a la transición energética, Fernández y Trudeau intercambiaron experiencias en torno al potencial de cooperación para la producción del hidrógeno que tienen ambos países, en la medida en que cuentan con recursos naturales para convertirse en líderes globales de esta forma de energía limpia.

Asistieron al encuentro, además del titular de la Cámara de baja, Sergio Massa; el ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero; los secretarios General de la Presidencia, Julio Vitobello, y de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; y el jefe de Gabinete de Asesores presidenciales, Juan Manuel Olmos.

Mientras que, por parte de Canadá, participaron la ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly; el asesor en Defensa y Política Exterior, Dan Costello; la asesora en Asuntos Estratégicos, Andrée-Lyne Hallé; el asesor en Asuntos Políticos, Oz Jungic; la asesora Elise Wagner; y el asesor del Departamento para las Américas, Michael Grant.

El presidente invitó a Massa a viajar a la Cumbre de las Américas

Si el presidente de la Cámara de Diputados viaja a Estados Unidos, se postergaría la sesión prevista para el jueves.

El titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, estuvo este lunes por la mañana en la Casa Rosada, reunido con el presidente de la Nación, Alberto Fernández. Dialogaron sobre lo sucedido el fin de semana en el que el presidente resolvió desplazar al ministro de Desarrollo Productivo y reemplazarlo por Daniel Scioli, y en ese marco trascendió que el mandatario invitó a Massa a acompañarlo a la Cumbre de las Américas.

Según fuentes consultadas, Massa quedó en confirmar entre este lunes y martes, pues está viendo el tema de la agenda parlamentaria de esta semana y su ordenamiento. Recordemos que hay una sesión confirmada para este miércoles, convocada por la oposición para tratar el tema Boleta Unica de Papel, y había intención de que el oficialismo convocara a una sesión para el jueves, para tratar el proyecto de ley de Alivio Fiscal para Pequeños Contribuyentes y Autónomos que impulsa el jefe de la Cámara baja junto a otros legisladores del oficialismo y la oposición.

Massa podría no estar en la sesión solicitada por la oposición, pero sí querría estar en la del día siguiente, que en caso de que el tigrense decidiera viajar a Estados Unidos, se postergaría para la semana que viene.

La invitación del presidente, igual que la extensa charla de este lunes, se inscribiría en una búsqueda de contención del líder del Frente Renovador, que estaría molesto con la designación de Daniel Scioli en el gabinete nacional. Recordemos que la familia Massa tiene un viejo rencor con el exgobernador bonaerense desde el robo en su domicilio por parte de un agente de Prefectura.

Una cumbre para defender la democracia 

Por Nancy Sosa, periodista. A colación de la novena Cumbre de las Américas que se llevará a cabo este mes, la autora considera que se perderá otra vez la oportunidad de dar una señal para que este lado del mundo “se encarrille hacia un propósito de vida, valedero y loable”.

La novena Cumbre de las Américas que se llevará a cabo este mes en el oeste de los Estados Unidos, Las Vegas, no tendrá ni un punto de comparación con la primera, realizada en Miami en 1994 donde se puso de manifiesto la absoluta unipolaridad norteamericana. Tanta agua ha pasado bajo el puente que hasta la elogiada multipolaridad construida durante tantos años en el lapso de veintiocho años también se pondrá en duda a la luz del crecimiento chino y su arma estratégica conocida como la nueva Ruta de la Seda. 

En aquella primera cumbre los problemas giraban en torno de la consolidación de las transiciones democráticas en las Américas luego de erradicar aparentemente en forma definitiva los regímenes militares y explorar las coordinaciones entre los países para combatir el terrorismo 

El mundo cambió demasiado en las últimas tres décadas, y lo hizo a una velocidad nunca vista, aunque los mismos problemas que se trataron en las ocho cumbres intermedias persistan sin miras de ninguna solución. Tan es así que en la agenda de este encuentro previsto para el 6 de junio no figura, inexplicablemente, el tratamiento del incremento de la pobreza en el continente, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. 

Tras recibir el castigo de la pandemia el escenario global se inscribe en un mar de incertidumbres. Y la agenda de la cumbre apenas si esboza como temas predominantes la defensa de la democracia, los infaltables derechos humanos en el hemisferio, la migración irregular, el cambio climático y los esfuerzos para garantizar un crecimiento equitativo. 

Con una frialdad superlativa en la agenda se desprenden subtemas como la lucha contra la corrupción, la integridad en la administración pública, las políticas de datos abiertos, el fomento de las tecnologías emergentes, la lucha contra el lavado de activos y los delitos tributarios. Como puede verse, han desaparecido cuestiones relevantes, a mi juicio, como es la lucha contra el narcotráfico, la reducción de la pobreza que avanza aceleradamente en todo el continente, el fenómeno de la inflación generalizada a causa de la guerra declarada por Rusia a Ucrania, y los desniveles educativos en las naciones con economías comprometidas. 

Es verdad que la Cumbre de las Américas es un ámbito privilegiado para alcanzar consensos, pero da la impresión de que este año la agenda viene lavada y en un contexto complejo, sobre todo para el sistema democrático que pretenderán defender y en cuyo escenario se libran batallas electorales donde 

las apariciones de figuras antisistema causan estupor, pero no llegan a conmover los cimientos de la única organización que mantiene la titularidad de la ciudadanía en su conjunto. 

En todo el planeta emergen nuevos políticos, algunos díscolos, otros osados, unos extremistas, tal vez una izquierda o una derecha que aspira a cosechar votos de los descontentos contra la típica franja política cuyo máximo pecado es repetir una y mil veces las mismas fórmulas que, al final, solo causan desencanto. 

Nadie sabe hoy adonde tiene que ponerse, en qué lugar están las ideas señeras que le marquen un camino menos fangoso que el que viven o vivieron por los fracasos de gestión que apenas si dejan margen para un mandato de cuatro años y ninguna reelección. Es así como surgen “figuras nuevas”, “antisistemas”, propagando ideas más locas que cuerdas. Podría aceptarse, sin prejuicio, las nuevas modalidades de candidatos calificados de audaces; sin embargo, con el correr de los días en campaña o en gestión, dejan al descubierto que tienen más ganas que experiencia en el arte de gobernar. 

Hay varios presidentes de naciones latinoamericanas denominados “nuevos” que, a poco de asumir, resienten sus apoyos y las manifestaciones callejeras los dejan como a Adán en el paraíso, y con la defraudación a flor de piel en la sociedad. No solamente la clase política debe aprender a refrescar sus ideas y sus propuestas, también las ciudadanías están expuestas a la reconsideración de sus elecciones, particularmente cuando eligen “todo lo contrario” porque están hartos de lo conocido. 

Si se trata de defender la democracia en la IX Cumbre de las Américas, sobre este tema tendrá que salir un “paper” acorde con el sugestivo quilombo que están armando estas figuras dedicadas a diferenciarse de las “castas” políticas, con ofrecimientos electorales que rayan con el delirio y se convierten en bumerang por su inexperiencia. 

Pero cabe aquí reflexionar sobre las causas de esos lucimientos que enardecen a las generaciones que comparten sus mismas cualidades, las del delirio y la inexperiencia. Las tradicionales expresiones partidarias recibieron, hace un buen rato, sus respectivos certificados de defunción y no se dieron por aludidas. No obstante, han tenido el buen tino de armar coaliciones en algunos países para sortear el atolladero. 

Sin darse cuenta -aunque por momentos les destellan las viejas mañas- se volcaron hacia lo que se conoce como el “poder horizontal”, en desmedro de la vieja verticalidad con la que se habían manejado durante siglos. Les cuesta asimilar el nuevo esquema, pero es la falta de poder de cada partido la encargada de decirles que solo de esa forma podrán llegar de nuevo a un gobierno. Ocurre en particular en Argentina, pero no es en la única. 

Para sostener esa transversalidad cuentan con una sola herramienta, tal vez la más sana: el consenso. Requiere aceptar la diversidad, enfrentar los debates 

internos, competir entre ellos sin ningún temor, llevar adelante un solo plan orgánico y gobernar entre todos los miembros de la coalición. 

Estados Unidos es quizás el que en peores condiciones se encuentra en este proceso de transformación de la política, a nivel mundial. Su exagerada bipolaridad interna, Demócratas vs. Republicanos, es el signo de un atraso insensato en un país donde alguna vez hubo un imperio. Las dictaduras en Cuba, Venezuela y Nicaragua atrasan aún disfrazadas de populismo. Los populismos de derecha e izquierda están perdiendo el sentido democrático y exhiben por ambos flancos debilidades en la gobernabilidad. 

Las consecuencias esenciales de estas deformaciones son los enormes porcentajes de pobreza generados por políticas erráticas, caprichosas e ideologizadas al divino botón que obnubila a los gobernantes y los lleva a nivelar económicamente hacia abajo. Víctimas del flagelo de la inflación los pobres han perdido la esperanza de tener un proyecto personal, desesperan con la pérdida de su poder adquisitivo, se desangran en busca de un trabajo digno, se excluyen por obligación del sistema educativo, y se quedan sin metas. 

Y algo peor les sucede: quedan a merced de la manipulación de los narcotraficantes, de los delincuentes que circulan a la deriva para cazar a sus víctimas que, con suerte, a veces escapan de la muerte. La pobreza se ha vuelto un caldo de cultivo para la distribución de la droga por falta de trabajo y rumbo, barrios enteros quedan en manos de la runfla oculta en las zonas de emergencia por la complicidad manifiesta de las fuerzas de seguridad y de la política a la que financian. 

Con solo esos dos temas el sistema democrático ya tiembla porque se ha declarado incapaz de subsanar esos y otros males cotidianos. 

Nada de todo esto se verá en la novena Cumbre de las Américas, y se perderá otra vez la oportunidad de dar una señal para que este lado del mundo se encarrille hacia un propósito de vida, valedero y loable.