Alderete pide por la industrialización del litio

El diputado oficialista planteó la necesidad de “discutir los temas profundos de Argentina que influyen en la economía”, y denunció que “si hay déficit es porque saquean nuestros recursos”.

El líder de la Corriente Clasista y Combativa y diputado nacional Juan Carlos Alderete (Frente de Todos) remarcó la necesidad de “discutir los temas profundos” del país que influyen en la economía y denunció que “si hay déficit es porque saquean nuestros recursos”, tras lo que pidió por la industrialización del litio.

A través de su cuenta de Twitter, el diputado planteó: “Hay que discutir los temas profundos de la Argentina, lo que verdaderamente influye en la economía”, y denunció que “acá nos quieren hacer creer que el argentino de a pie es el responsable del déficit fiscal. Y la realidad es que si hay déficit es porque saquean nuestros recursos”.

En ese sentido, sostuvo: “Tenemos que tener el control del Litio, de las vías navegables, la marina mercante, puertos, del comercio exterior. Sino es imposible. El déficit está en el acuerdo con el FMI, en las concesiones de explotación a las empresas de las grandes potencias extranjeras que nos saquean”.

Tetaz pidió votar una ley para limitar el déficit

Sostuvo que esa es la causa principal de la deuda. Negó además que Cristina Kirchner hubiera desendeudado al país y dio datos que expresan lo contrario.

Tras condenar los incidentes registrados en las puertas del Congreso y luego reclamar la misma celeridad que el Congreso había tenido para abordar este tema con otros que preocupan a la gente, como la Ley de Alquileres y el proyecto de monotributo, el diputado nacional Martín Tetaz homenajeó al fallecido exlegislador Raúl Baglini, autor de lo que con el tiempo se conoció como “el teorema de Baglini”, que en su momento dijo que “la irresponsabilidad de algunos testimonios, as posturas, algunos votos, en materia de deuda externa, era inversamente proporcional a su responsabilidad política, a su cercanía al poder”.

“Lo cual explica buena parte de los comportamientos que estamos viendo en esta cámara”, destacó.

“Es cierto, se dijo acá que Néstor Kirchner lehabía pagado al Fondo 9.500 millones de dólares… Pero no se dijo que en el mismo año le congelaba las jubilaciones a nuestros viejos; tampoco se dijo que con Cristina le dejaron la deuda más grande a nuestros jubilados, que tuvo que pagar el Gobierno anterior”, comentó, para dirigirse luego al bloque oficialista para señalarles que la actual vicepresidenta durante su gestión de gobierno “no desendeudó; asumió con 179 mil millones de dólares -datos oficiales de deuda-, y se fue con 240 mil millones y sin reservas. Y la verdad es que eso se debe esencialmente a déficit fiscal acumulado, porque es de las pocas presidentas que recibió con superávit fiscal, lo perdió el primer año y lo incrementó en cada uno de los siguientes, dejando un déficit calamitoso que es la causa principal de la deuda”.

Tetaz expresó su deseo porque alguna vez el Congreso se reúna para replicar una ley como la que impulsó para limitar la capacidad de endeudamiento del Gobierno, que ponderó, pero dijo esperar que alguna vez se vote una ley “para limitar el déficit, que es la causa principal de la deuda”.

En un pasaje de su discurso, dijo no entender por qué se pedían 45.500 millones de dólares “si solamente le debemos al Fondo 40.000… Piden un poco más porque el Fondo les presta más barato, porque quieren financiar más déficit,y porque evidentemente van con gusto al Fondo, les gusta y piden más de lo que necesitan”. Martín Tetaz definió a este acuerdo como “malo”, porque “no resuelve ninguno de los problemas estructurales de la República Argentina”, y enumeró: “No elimina el sesgo antiexportador, no recupera la moneda, no le saca los impuestos a la producción; tampoco cambia las reglas laborales para las PyMEs y no elimina la burocracia en el Estado”.

Preocupación de especialistas por la suba del déficit, la emisión, la brecha y la inflación

De cara a las elecciones, la economía tiene cada vez mayores problemas y desafíos.

A pocas horas de la realización de las elecciones primarias, la situación económica del país presenta cada vez más enormes desafíos teniendo en cuenta la realidad de una recuperación que se está mostrando más acotada en estos últimos meses, con un notable aumento del gasto público que lleva a emitir más, generando más presión sobre el costo de vida y sobre el dólar, el cual se empezó a disparar y, tras cartón, hay una caída más pronunciada de las reservas del Banco Central.

Este panorama es una síntesis de la economía en este momento y de la situación que presentará la misma en el período post elecciones, ya que además de corregir los graves desequilibrios macroeconómicos, el Gobierno deberá cerrar la dilatada negociación con el Fondo Monetario Internacional, y ya en el primer trimestre del año, tendrá que cerrar un nuevo acuerdo con el Club de París.

En función de esos desafíos, el primer punto para citar es el déficit fiscal. La situación fiscal del primer semestre mostró número considerablemente sólidos en función de un gasto público que se contuvo e ingresos adicionales que generó la recaudación gracias a precios récord de los granos.

El segundo semestre la situación fiscal se muestra mucho más comprometida, con un gasto público que creció en más de un 12 por ciento en lo que va del año. De esta manera, los especialistas estiman que el balance de las cuentas públicas de este año finalizarán con un déficit que oscilará entre 4,5 y 5,0 por ciento del PBI.

Un segundo punto que ha generado grandes luces de alerta es la emisión monetaria y el ritmo de endeudamiento.  Frente a ese fuerte aumento del gasto, especialmente desde que comenzó el segundo semestre, de cara a las elecciones, el Gobierno tuvo que recurrir a mayor endeudamiento y emisión monetaria, dos factores que aseguran un aumento inflacionario para los próximos meses.

En números concretos, la emisión monetaria de este año se ubica en un nivel del 460 mil millones de pesos, un 35% que el año pasado. A la vez, como se está dificultando el acceso al crédito interno, el Ejecutivo recurrió a más endeudamiento.

Desde principios de año la deuda aumentó en 8.300 millones de dólares, pero a diferencia del gobierno anterior, ese monto está colocado en pesos, aunque al Gobierno se le está complicando las licitaciones y tuvo que recurrir a la colocación de bonos de muy corto plazo en las últimas subastas.

Con respecto a la inflación, al mes de julio, la inflación acumulada en el año se ubica por encima de la pauta del 29 por ciento establecida en el Presupuesto.

En 12 meses el costo de vida aumentó 52%. En julio hubo una “cierta” desaceleración y se ubicó en 3%. Los programas Precios Cuidados y Super Cerca están vigentes, en principio hasta fin de año.

Estos programas sumado al congelamiento de tarifas y de combustibles y el atraso cambiario promoverán otro descenso inflacionario mensual con un piso que se ubicaría hasta las elecciones en alrededor de 2,5%, pero después se prevé una fuerte suba al no poder mantenerse los congelamientos, más la corrección del tipo de cambio oficial y la expansión de la emisión monetaria.

Paralelamente está el capítulo del mercado cambiario, que en estos últimos días se fue “recalentando”. Tras las elecciones se espera alguna suba adicional del dólar, el cual en las últimas jornadas se situó entre 184 y 187 pesos. El Banco Central tiene el enorme desafío de parar la pérdida de reservas, que lleva contabilizada en lo que va de septiembre cerca de 300 millones de dólares.

 Otro ítem esencial es el de la tarifas y los subsidios. Las tarifas de servicios públicos están prácticamente congeladas desde 2019 y van a seguir así hasta noviembre. Este año hubo un incremento acotado en electricidad y gas, pero se descarta que después los comicios se estima que habrá un fuerte ajuste en las tarifas de servicios públicos, especialmente en la energía, un aspecto que implicó una fuerte disputa política que involucró hace tres meses al ministro de Economía, Martín Guzmán y el subsecretario de Energía, Federico Basualdo. Diversos analistas coinciden en que el aumento de los subsidios es insostenible. En la energía tomando lo últimos 12 meses, los subsidios energéticos superaron los 8.000 millones de dólares.

Por otra parte, la economía argentina sigue evidenciando una enorme brecha cambiaria, la cual en estos últimos días osciló entre el 84 y 88%, en tanto que el mercado espera una devaluación del tipo de cambio oficial para después de las elecciones.

Por último, con respecto a la actividad económica,  en el comienzo de 2021, con una fuerte ritmo de la actividad, se pensó que la economía recuperaría en todo lo perdido en el año pasado, es decir un 10 por ciento. En el Gobierno estiman que la recuperación sería entre 7% y 8%, pero la realidad demuestra que en esta segunda parte del año se empezaron a ver cifras de recuperación más acotadas. Lo mismo ocurre con el consumo de la población, que mejoró pero que se observa como muy difícil poder recuperar todo lo que se perdió el año pasado.

Qué consecuencias económicas esperan con las restricciones

Estiman que las medidas impuestas como consecuencia de la segunda ola se ralentizará la economía y habrá mayor déficit fiscal y emisión monetaria.

El rebrote de la pandemia y las medidas restrictivas adoptadas para hacer frente a este situación ha provocado que el mercado y diversos analistas coincidan en que el objetivo de llegar a cerrar el año con un déficit fiscal del 4,5 por ciento del PBI resulta muy difícil de alcanzar, al tiempo que se prevé que habrá un incremento en la emisión monetaria.

Este tema es motivo de evaluación entre los funcionarios del gabinete económico y los funcionarios técnicos del Fondo Monetario Internacional, en las conversaciones que siguen manteniendo para arribar a un acuerdo de facilidades extendidas.

El dato no es menor, ya que la situación fiscal, que mostró una mejora considerable en los últimos tres meses, comienza a evidenciar un cierto deterioro nuevamente y en especial si se proyecta el panorama de corto plazo.

Precisamente, en el Presupuesto para este año, el Gobierno fijó una pauta de déficit del 4,5% del PBI, complementado por un crecimiento económico del 5,5 por ciento.

El panorama venía bastante a favor de los objetivos del Gobierno y particularmente las metas establecidas por el Ministerio de Economía, pero las restricciones que se implementaron en abril y que continuarán ponen en de nuevo una gran dosis de incertidumbre sobre la evolución de la economía local.

En concreto, los especialistas esperan una clara desaceleración de la mejora económica, que se observaría con más nitidez a partir de mayo y junio, con lo cual se va a erosionar la recaudación impositiva.

De esta manera, con una menor recaudación impositiva sumado a la mayor asistencia que tendrá que hacer el Estado a distintos sectores económicos se percibe que la meta de reducción del déficit para este año no se cumplirá, al tiempo que se espera un aumento de la emisión monetaria, lo cual impactaría en el mediano plazo en la cotización del dólar y en la inflación.

Por otra parte, diversas entidades y especialistas vienen advirtiendo por el fuerte aumento de la deuda remunerada del Banco Central, lo que incide en el déficit cuasifiscal.

La deuda remunerada del Banco Central en concepto de letras de liquidez (leliq) y pases pasivos representa el 124% de la base monetaria, casi el doble del 63% del 10 de diciembre de 2019.

El cálculo fue dado a conocer por la Fundación Libertad y Progreso, en un informe en el que alertó que “el monto de deuda remunerada representa un pago de intereses mensual de casi $100.000 millones”, una “bola de nieve” que, además, es “equivalente a emisión futura” en la medida que no hay otros recursos para hacer frente a sus vencimientos.

La misma Fundación remarcó que la actual gestión del BCRA duplicó la deuda remunerada.

“La magnitud de dichos pasivos es tan grande que incluso supera a la base monetaria exactamente en 1,24 veces. Todo esto en un contexto donde el último dato de inflación fue un elevadísimo 4,8% mensual para marzo y enciende las alertas para los próximos meses”, añadió el informe.

Al respecto, el economista jefe de la fundación, Iván Cachanosky, advirtió que “el principal problema de la deuda remunerada es que es equivalente a emisión futura”.

“Es muy simple, los depósitos de la gente están respaldados hoy en gran medida por las Leliqs y no por pesos. Por lo tanto, si las personas comienzan a demandar esos pesos, los bancos tendrán que devolverle las Leliqs al BCRA y la entidad se verá obligada a emitir”, indicó.

En ese sentido, alertó sobre el “círculo vicioso” que se genera cuando “la bola de nieve de la deuda remunerada crece tanto”.