Danza de nombres en el oficialismo para encontrar conducción en Diputados

En oficialismo busca el equilibrio entre los distintos sectores que lo componen para definir la conducción de la legislatura que viene.

Las primeras especulaciones surgieron tras las elecciones general y en la previa de la segundo vuelta del sistema de balotaje, despejada esa incógnita, y ante la derrota nacional, en la provincia los movimientos son frenéticos. 

Los movimientos que comenzaron a desplegarse en la legislatura de la provincia de Buenos Aires tienen varias dimensiones; el primero, por supuesto es político, el reposicionamiento de las fuerzas y los nuevos liderazgos que están emergiendo en los diferentes espacios políticos y bajo que conceptos emergerán.

El gobernador Axel Kicillof siempre guardó una prudente distancia con la casa de las leyes, nunca encontró la sintonía ni tampoco se mostró preocupado por ello; hubo dos ministerios, desde el principio, que lo apuntalaron para establecer puentes con de la legislatura, un territorio que quedó en manos de jefes territoriales del conurbano provincial, básicamente.

La presidencia de la Cámara de Diputados es el principal sillón de la negociación, en virtud que la titularidad del Senado será ejercida por la flamante reelecta vicegobernadora Verónica Magario.

La definición del presidente de Diputado empieza por compensar esa situación dentro del oficiales, las compensaciones siguen con las demás autoridades de Cámara, entre todos los espacios, y del bloque político, en el caso del oficialismo.

Es decir, La Matanza se cobró con Magario, queda la primera sección pidiendo pista y los sectores, el massismo, la Campora, el denominado pejostismo territorial, del conurbano primero y luego del interior y los incondicionales del gobernador, “los musiqueros”, por aquellos de las nuevas canciones.

Además, elegir un presidente de Diputados es, en alguna medida, elegir un representante político, de todos los espacios que tiene representación parlamentaria, ante el ejecutivo provincial, pero efectivamente también, en ocasiones, puede suceder que se imponga un representante del Ejecutivo ante los diputados. Recordemos que los diputados eligen “su” presidente por mayoría, es “un primus inter pares”, que está en orden de sucesión del primer mandatario del Ejecutivo.

Además, la definición de la presidencia de Diputados, como así también de las demás autoridades, tienen en esta coyuntura histórica un contexto particular que decididamente estaría incidiendo de formar significativa: el Caso “Chocolate” Rigau.

De todas formas, surgieron las especulaciones y los primeros nombres propios que se tiraron a los leones como posibles presidentes de la Cámara joven aparecieron ligados a los dos sectores emergentes del armado político electoral de la provincia.

Por un lado, los nombres que podrían estar emparentados con el gobernador y/o algún aliado directo incondicional del mismo. En ese sentido, el nombre de la diputada Lucia Iañez, una platense que tiene dos años de gestión de muy buena sintonía fina con el Ejecutivo.

Iañez acredita buena relación con el electo intendente Julio Alak, pero también con el actual vicepresidente el diputado Carlos “Cuto” Moreno, ambos padrinos políticos de la diputada. Ella por su parte supo ingresar al círculo de mayor confianza del gobernador Kicillof.

Por el otro lado, el avezado legislador provincial de relación directa con el ex candidato presidencial de UP Sergio Massa, Rubén Eslaiman, también actual vicepresidente de la Cámara y un hombre que hizo un largo recorrido dentro de la casa, es un nombre que naturalmente se impone, por su perfil componedor y de consenso, algo que también hay que tener en cuenta en una Cámara que puede estallar en varios bloques.

Entre una candidata que algunos ven con falta de experiencia, mientras que otros ven el desgaste que erosiona al experimentado, aparece un tercero en discordia que tiene un recorrido político con característica necesarias para el cargo en cuestión.

El rereelector intendente de Almirante Brown Mariano Cascallares, que a su vez fue electo diputados en 2021, y pidió licencia como intendente pero que volvió a ser candidato en 2023 y se impuso, genera cierta tranquilidad en los jefes territoriales del conurbano y buena impresión en la oposición.

Pero claro, el detalle de la doble condición, intendente y diputado, y todas esas cosas, es algo que resulta difícil de explicar. De hecho, como la Cámara no sesionó desde abril, Cascallares aún no obtuvo su licencia como diputado, tal como expresó que haría para ser candidato.

La licencia debe ser aprobar por el Cuerpo con mayoría agravada, dos tercios del mismo, un trámite que parece sencillo, pero no tanto si se lo mira desde el punto de vista del consenso que requiere. 

Otro nombre que aparece en el horizonte oficialista para comandar Diputados es el de Facundo Tignanelli, un diputado camporista que quedó en el banco de suplente entre el 2021 y 2023, pero que ahora ingresaría en reemplazo del elector intendente de Lomas de Zamora y actual presidente de la casa, Federico Otermín.

En su primera estadía Tignanelli supo conducir la bancada del oficialismo con algún oficio, y es un hombre de confianza del jefe del PJ bonaerense Máximo Kirchner, lo que no es poca cosa. Atenta su postulación porque sería Matanza-Matanza el legislativo.      

Así las cosas, todo parece indicar que seguirán apareciendo nombres para cubrir el máximo cargo que un legislador puede aspirar dentro del Poder Legislativo provincial, de hecho, ni siquiera está clara la posición del gobernador respecto de su interés de poner un referente que le responda o dejar que los diputados lo definan, de la mismo forma que los propios diputados tampoco saben fehacientemente que hacer ante semejante panorama.

Por último, solo a título de mención y como tarea pendiente de cronistas, diremos que habrá mucha conversación con la oposición sobre como cubrir el resto de los cargos y sobre la tradición de la doble firma instituida en la casa, a los efectos administrativos, una de las cuales le correspondería a la principal bancada opositora que acompañe al oficialismo.

La Legislatura porteña ratificó a sus autoridades

Emmanuel Ferrario, Martín Ocampo y Roy Cortina fueron reelectos como vicepresidentes de esa Casa. Desde el FdT insistieron en que la segunda vicepresidencia le corresponde a la primera minoría.

En el marco de la sesión extraordinaria de este viernes, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ratificó a sus autoridades para el 2023, dándole cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 86° del Reglamento Interno de esa misma Casa.

De esta manera, el Parlamento porteño designó como vicepresidente primero al diputado de Vamos Juntos (VJ), Emmanuel Ferrario; como vicepresidente segundo al legislador de la Unión Cívica Radical – Evolución (UCR-Ev), Martín Ocampo; y como vicepresidente tercero al diputado del Partido Socialista (PS), Roy Cortina.

Es así que las tres vicepresidencias volvieron a quedar en manos de diputados del oficialismo, pese a que desde el Frente de Todos (FdT) denunció nuevamente que no se respetó la representación de la Cámara en la designación de las autoridades, dado a que el peronismo es la primera minoría y no obtuvo la vicepresidencia segunda.

Cabe recordar que Ferrario, Ocampo y Cortina fueron oportunamente designados el 7 de diciembre de 2021 como autoridades, mediante la Resolución N° 223/2021 de la Legislatura de la Ciudad.