Cuánto hubo de verdadero y falso en el discurso presidencial

El trabajo surge del chequeo realizado por Chequeado en base a las afirmaciones hechas por Javier Milei en la apertura de sesiones del Congreso.

El equipo de Chequeado, con la ayuda de especialistas en diversas temáticas, la colaboración de la tecnología e inteligencia artificial y la participación de la comunidad, realizó el chequeo colectivo en vivo al discurso del presidente Javier Milei durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso y contrastó en tiempo real sus afirmaciones.

Esta es la lista de las frases chequeadas al momento y su calificación:

  1. “6 de cada 10 argentinos son pobres”

Es   APRESURADO 

El presidente se refirió a un dato del informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA, el cual indicó que en enero de 2024 la pobreza afectó al 57,4% de la población. En el estudio se aclara que la cifra se deriva de un “ejercicio de simulación”. Esto implica que no proviene de un nuevo relevamiento, sino de estimaciones realizadas a partir de los datos recopilados en el tercer trimestre de 2023. Según los últimos datos del INDEC, correspondientes al primer semestre de 2023, la pobreza afectaba al 40,1% de la población.

  1. “En los últimos 123 años la Argentina tuvo déficit fiscal en 112 de ellos”

Es   VERDADERO

El país registró déficit fiscal financiero (es decir, la diferencia entre los gastos corrientes de un Estado y su recaudación de impuestos, incluyendo el pago de intereses de la deuda) en 112 años de los últimos 123. Los datos surgen de una serie histórica realizada en base a cifras del economista Orlando Ferreres y del Ministerio de Economía de la Nación.

  1. “Un tercio de los trabajadores formales son pobres”

Es  APRESURADO 

No existen datos oficiales ni alternativos que muestren la situación actual, tras la devaluación y el aumento de precios que se registró entre diciembre de 2023 y febrero de 2024.Los datos del INDEC de 2023, últimos disponibles, registraban un 15% de los trabajadores formales vivía en hogares por debajo de la línea de la pobreza.

  1. “El sector privado formal se encuentra congelado, hace 12 años no produce un solo puesto de trabajo nuevo”

Es  VERDADERO

Si se tiene en cuenta el crecimiento poblacional de este período -como recomiendan los especialistas-, la cantidad de asalariados del sector privado formal se redujo en un 6% en los últimos 12 años.

  1. “En Rosario se logró disminuir en 2 meses casi un 60% el homicidio doloso en la vía pública en las zonas controladas por las fuerzas federales”

Es   EXAGERADO 

Los datos presentados el último jueves por el Ministerio de Seguridad de la Nación muestran que, en el primer bimestre de 2024, tras la implementación del Plan Bandera en Rosario, los homicidios dolosos en la vía pública en zonas controladas por las fuerzas federales cayeron un 50%, cifra menor a la mencionada por el Presidente.

  1. “Hace 120 años la Argentina tenía uno de los 3 PBI per cápita más altos del mundo”

Es  FALSO 

Según datos históricos publicados por la serie Maddison, en 1904 la Argentina se ubicaba en el puesto 10 -no el puesto 3- entre 42 países analizados si se tiene en cuenta el valor del PBI per cápita por Paridad de Poder Adquisitivo.

  1. “La mitad de los chicos de tercer grado no entienden qué leen”

Es  VERDADERO

De acuerdo con un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación publicado en abril de 2023, el 46% de los alumnos de tercer grado no saben lo que leen. Es decir, el porcentaje es similar al citado por Milei.

  1. “El ajuste ha sido realizado mayormente sobre el sector público nacional”

Es   ENGAÑOSO

De acuerdo con los datos oficiales, los gastos primarios cayeron un 40% real en enero de 2024, en comparación con igual mes de 2023. Esto coincide con la afirmación del Presidente. Sin embargo, esto último afecta también al sector privado, ya que los sectores más afectados por los recortes fueron las prestaciones sociales y los subsidios. Esto fue omitido por Milei.

  1. “Llegamos al superávit tanto primario como financiero en nuestro primer mes de gobierno”

Es  VERDADERO

De acuerdo con la información oficial, en el primer mes del año 2024 el sector público nacional registró un superávit primario de $ 2.010.746 millones y un superávit financiero de $ 518.408 millones.

  1. “(Tenemos) una sociedad con cifras récord de indigencia”

Es   FALSO 

Si se toman los datos del Cedlas, de la Universidad de La Plata, y de la UCA, los datos muestran que las cifras actuales de indigencia no son récord, al contrario de lo afirmado por el Presidente.

  1. “La pobreza se ha multiplicado por 10 en los últimos 50 años”

Es  INSOSTENIBLE

Diferentes especialistas coinciden en señalar que no es posible comparar los datos de pobreza actuales con los de la década del 70, debido a las diferencias metodológicas utilizadas y las distintas canastas de consumo que se emplearon en las diferentes épocas.

  1. “Hemos duplicado el monto de la Asignación Universal por Hijo”

Es  VERDADERO, PERO

El valor de la AUH pasó de $ 20.661 en diciembre de 2023 a $ 41.322 en enero de 2024. Esto representa un aumento nominal (es decir, sin contemplar los efectos inflacionarios) del 100%, tal como afirmó el Presidente. Sin embargo, si se tiene en cuenta la evolución de la inflación en enero y febrero, el incremento real del poder de compra del beneficio fue del 40,5%.

  1. “Desde que llegamos al gobierno, hemos comprado en el mercado cerca de US$ 9 mil millones”

Es   VERDADERO

Según datos oficiales, entre el 11 de diciembre de 2023 y el 1 de marzo de 2024, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) compró divisas por US$ 8.595 millones, una cifra levemente inferior a la mencionada por el presidente.

 

El discurso completo y textual de Javier Milei ante la Asamblea Legislativa

Ante la Asamblea Legislativa, el presidente hizo un repaso de la herencia recibida, detalló las medidas implementadas hasta el momento, anticipó cuáles serán los próximos pasos a seguir en materia legislativa y convocó a los gobernadores a firmar el Pacto del 25 de Mayo.

Diputados y senadores del Congreso de la nación, gobernadores, ministros de la Corte Suprema de Justicia, Embajadores y quienes nos acompañan hoy en este recinto, nos reunimos aquí como marca la Constitución nacional para comunicar el estado de nuestra nación a todo el pueblo argentino que nos está mirando a lo largo y a lo ancho de todo el país. En el día de hoy se cumplen exactamente 82 días desde que asumimos el desafío de conducir la nación en lo que es posiblemente el momento económico más crítico de su historia. Luego de más de 100 años de insistir con un modelo empobrecedor y habiendo olvidado casi por completo las ideas que hicieron grande en nuestro país, los últimos 20 años han sido particularmente un desastre económico, una orgía de gasto público, emisión descontrolada que tuvo como resultado la peor herencia que ningún gobierno en la historia Argentina haya recibido jamás. De hecho los déficits gemelos que heredamos alcanzaron los 17 puntos porcentuales del PBI, muchos de los datos económicos de la herencia que recibimos son públicos desde el día 1 en que tomamos el mando del país: cinco puntos de producto de déficit fiscal en el tesoro y 10 puntos de déficit fiscal generado por el Banco Central, sumando un total de 15 puntos de déficit consolidado; una deuda descomunal con importadores y organismos multilaterales de crédito que nos dejaban al borde del default; reservas netas negativas en el Banco Central por 11,200 millones de dólares; precios de energía y transporte reprimidos en algunos casos hasta un quinto de su valor real y el dólar con una brecha del 200% entre el oficial y el Paralelo; una emisión desenfrenada en los últimos años de gobierno por 13 puntos del PBI, sumados a los más de 15 puntos del PBI que se habían emitido. Durante los primeros tres años de gobierno a su vez durante la primera semana de diciembre la inflación minorista corría un ritmo del 3700 por ciento anual durante la segunda se aceleró al 7500% anual. Mientras que para aquellos que consideran que estos números son una fantasía la inflación del 52% mensual en mayorista implicaba una inflación anual del 17,000%.

Números que cuadraban de modo perfecto con el sobrante monetario y el potencial de emisión derivado de los pasivos remunerados del BCRA. Entiendo que algunos políticos suman con dificultad, salvo que se trate de la propia. Por lo que pedirles que computen una función de crecimiento geométrico es un oxímoron para aquellos que no la han visto, no la ven y no la verán.

Nada de todo esto es nuevo. Sin embargo el desastre no termina ahí, en la medida que auditamos la administración pública nacional y se van metalizando algunos síntomas rezagados del caos económicos que nos dejaron, vamos conociendo en mayor profundidad el tamaño de la crisis que heredamos. Una crisis que está presente en todas las dimensiones de la vida de la sociedad. Tal vez el indicador más descarnado de la herencia que hemos recibido lo conocimos recientemente al haberse hecho público el dato de que cerca el 60% de los argentinos se encuentran por debajo de la línea de pobreza. Sin embargo para algunos pareciera que la pobreza apareció de un día para el otro. Les comento que el salario real resulta de la productividad marginal del trabajo y que la misma viene dada por la acumulación del capital. Por eso la tan mentada frase de combatiendo al capital atenta contra la inversión, reduce el stock de capital por habitante y como consecuencia de ellos los salarios reales. Esta locura la que nos ha llevado el populismo ha hecho que el salario promedio en dólares al tipo de cambio paralelo -porque el precio es al que hay-  sea de $300 cuando la década de los 90 había llegado a los 1800 dólares, en moneda de hoy serían $3000. Esto es el populismo nos quitó el 90% de nuestros ingresos, llegando a un nivel de locura tal donde un tercio de los trabajadores formales son pobres.

Esto es un dato desgarrador que revela crudamente la brutalidad de la herencia que hemos recibido y los estragos que ha producido el famoso modelo del estado presente. De ser el país más rico del mundo cuando abrazamos las idead de la libertad a ser un país donde seis de cada diez argentinos son pobres, mientras la mayoría de los políticos como muchos de ustedes son ricos. A esta tragedia de la pobreza que se ha multiplicado por 10 en los últimos 50 años se le suman como problemas adicionales deudas sociales y problemas profundos en todas las dimensiones de la vida argentina. Una sociedad con cifras récord de indigencia y que al mismo tiempo nunca en su historia repartió tanta asistencia social como ahora. Donde buena parte es asistencia funciona como botín de guerra para organizaciones de izquierda que le roban la plata a quienes dicen defender y atenta contra aquellos que la producen.

Una sociedad con un mercado laboral donde el sector privado formal se encuentra congelado, que producto de la rigidez y sus altos costos laborales hace 12 años no produce un solo puesto de trabajo nuevo, mientras el empleo público y el trabajo informal son lo único que crecen. Y como si fuera poco un sistema previsional quebrado que cuenta cada día en menos ingresos en proporción a sus gastos y que en los últimos 10 años incorporó casi cuatro millones de beneficiarios sin aportes a través de moratorias que son una afrenta moral para todos aquellos que durante toda su vida cumplieron con su responsabilidad. Los jubilados, víctimas de esta herencia continúa atados a una fórmula que quisimos cambiar porque pulveriza sus ingresos en un régimen de alta inflación a causa del gobierno pasado, y que si no fuera por la recomposición discrecional de los bonos que estamos llevando adelante hubiera redundado en una pérdida de hasta 40% de su poder adquisitivo. De hecho el uso recurrente de bonos compensatorios es una clara muestra de lo mal diseñada que está la fórmula y que la misma requiere ser modificada de manera urgente de modo tal que los jubilados no sean víctimas de los desaguisados de la política.

En materia de seguridad nos encontramos con una sociedad abandonada a su suerte, ciudades enteras reales del narcotráfico, las calles tomadas por el cabo y el desorden. Ambos generados por las organizaciones de izquierda en su afán de extorsionar constantemente a los distintos gobiernos, un caos que la política alimentó durante los últimos 20 años para beneficio propio. Frente a ellos una fuerzas de seguridad maltratadas y pisoteadas por los gobiernos anteriores que los ataron de manos y les impidieron cumplir con su trabajo, poniéndose del lado de los delincuentes. Ejemplificado en el absurdo de soltar presos durante la pandemia.

En lo que respecta a la educación una crisis que ya arrastra décadas que es cada vez más profunda y que ha redundado en que hoy la mitad de los chicos de tercer grado no entiende que leen en Argentina y el 70% no puede resolver un problema de matemática básica. Esta es la realidad actual del país con más premios Nobel de la región, que supo ser en su pasado un faro de calidad educativa. El analfabetismo incipiente es a nuestra educación lo que la inflación es a nuestra economía. En el plano de la educación superior la creación de universidades se ha convertido en un negocio más de la política y en los profesorados e institutos de formación docente proliferan currículas educativas de izquierda, abiertamente anticapitalistas y antiliberales en un país en el cual lo que se necesita en más capitalismo y más libertad.

En materia de salud un sistema empujado hacia una crisis de desabastecimiento causada por la política comercial irresponsable del gobierno anterior que dejó a médicos pacientes y familias sin stock de insumos médicos de todo tipo y en particular de medicamentos especiales como los oncológicos. Todo esto en el medio de la farsa el estado te cuida durante la pandemia, donde si hubiéramos hecho las cosas como un país mediocre hubiéramos tenido 30.000 muertos de verdad, mientras que tuvimos 130,000 con el dolor enorme que eso significa.

Nos vendieron la idea de que el Estado trabaja como un seguro, pero en la vida real, cuando el siniestro ocurre, defaultea. En términos técnicos, eso ocurre cuando se roban la prima, tal como se puede inferir de un Estado que todo lo hace muy mal.

En el plano de la Defensa heredamos un ejército desfinanciado y hasta desprestigiado por el propio Estado, sin los recursos ni la preparación para hacer frente a los desafíos de un mundo en constante cambio y cada vez más alejado de la Paz. Como si fuera poco, esta debacle nacional nos está llevando cada vez más a la irrelevancia en el concierto de las naciones; volviéndonos incapaces de proteger nuestro propio territorio y obligándolos a arrastrarnos ante los países más cuestionados del mundo.

Esta es la realidad que nos dejaron a nosotros que somos por derecho e historia uno de los países más importantes del mundo. Un país que hace 120 años tenía uno de los tres PBI per cápita más alto del mundo y recibía inmigrante de todos los confines del planeta. Detrás de todos estos males nos encontramos con un Estado nacional inoperante, quebrado y que no puede ni siquiera cumplir con sus funciones básicas. Un Estado que hace todo y todo lo hace mal, generando perjuicio en cada aspecto de la vida social en que se entromete. Tal como señalara Milton Friedman, nada bueno del estado se puede esperar. Según el padre el monetarismo existen cuatro formas de gastar. Uno puede gastar el dinero propio en uno o en terceros, mientras que lo mismo se puede hacer con el dinero de otros. Así la mejor manera de gastar es el dinero propio en uno mismo, ya que uno sabe lo que quiere y cuánto le costó ganarlo. Es decir se maximiza el beneficio. Por otra parte, cuando se gasta el dinero propio en otras personas se minimiza el costo, mientras que cuando se gasta el dinero de otros en uno mismo se cae en el despilfarro. Por ende, esto se deriva que no hay forma peor de gastar que gastar el dinero de otros en otros. Justamente lo que hace el Estado. Es por ello que a mayor Estado presente, mayor despilfarro y menor bienestar para los argentinos de bien.

El informe de situación de las 114 dependencias de la Administración Pública Nacional realizado por la SIGEN y la Secretaría de Transformación del Estado ha arrojado información alarmante, entre las que destaca una deuda consolidada de cerca de 3.000 millones de dólares en bienes y servicios impagos. Un Estado que no solo no controla sino que lo que controla, lo controla mal. Diseñado no para cumplir sus funciones básicas, sino para generar un kiosco en cada lugar donde sea posible para beneficio del burócrata de turno.

Tal vez el caso de los seguros que hemos visto recientemente los medios sea el mejor ejemplo de esto. Un sistema diseñado para generar un intermediario entre los distintos organismos del Estado de manera de poder cobrar retornos de cada operación. Un sistema corrupto que ha generado cientos de millones de dólares de retorno que terminaron en los bolsillos de los políticos. Es esa tal vez la mejor definición que podemos dar de la situación en la que hemos encontrado el estado: una organización criminal, diseñada para que en cada permiso, en cada regulación, en cada trámite y en cada operación haya una coima para el político de turno.

Este esquema putrefacto está extendido a todos los poderes del Estado: tanto el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial; y en todos sus niveles, nacional, provincial y municipal. Sustentados por medio de comunicación que viven de la pauta oficial y formadores de opinión ensobrados que miran para el otro lado o que eligen cuidadosamente a quien acusar y a quién no. Sustentado también por empresarios prebendarios que apoyan este modelo porque el retorno de pagar una coima es más tentador que el desafío de competir en el mercado. También por sindicalistas que entregan a sus trabajadores, engañándolos con supuestos beneficios mientras promueven un régimen laboral que solo los beneficia a ellos. Es decir un sistema en absoluta bancarrota moral e intrínsecamente injusto. Un sistema que solo puede generar pobres y a costa de ellos produce una casta privilegiada que vive como si fueran Monarcas, que llega absurdos obscenos de impunidad como por ejemplo el que vivimos esta semana cuando nos enteramos de que un ex gobernador metió tras las rejas sin debido proceso a un ciudadano por 50 días, meramente por el crimen de hablar mal de la corona en un chat privado. Ofende el silencio de aquellos que se dicen republicanos

Por si no se escuchó por los aplausos: ofende el silencio de aquellos que se dicen republicanos.

Tras haber visto con mis propios ojos y en detalle la vulgaridad del despilfarro con el que la política se acostumbró a vivir, ratifico una vez más que no se trata de impericia. Que un sistema que haga tanto daño a tanta gente no es casualidad el desastre en lo que nos han sumergido. Se trata de un esquema consciente y planificado se trata de lo que yo llamo el modelo de la casta. Es que hay una relación íntima entre los privilegios de la política y el malestar del común de los argentinos. Es precisamente el modelo económico del Estado presente, un régimen de gasto público alto, déficit fiscal, deuda y emisión monetaria. El sistema del que la casta política se sirve para expropiar riqueza de los argentinos de bien y dárselos a sus clientes y amigos. En este sistema, lo que está en la base del deterioro es generalizado en los últimos 100 años, la construcción de una fachada, un negocio amparado en la mentira. Este es el lamentable estado material y espiritual de nuestra Nación.

Hace muchos años que denunciamos este modelo ante la sociedad. Y hace poco más de tres meses, después de 100 años de paulatina decadencia y más de una década de caída libre a la miseria, una mayoría silenciosa levantó la voz. Esa mayoría silenciosa que se compone de los que trabajan, de los que producen, de los peones rurales que se levantan a las cuatro de la mañana, del que atiende un negocio, del cuentapropista, del trabajador informal, del joven que no encuentra trabajo y de las amas de casas que tienen la enorme tarea de educar a nuestras generaciones futuras.

Una mayoría silenciosa de aquellos ciudadanos argentinos desprotegidos, que no los invitaron a sentarse en la mesa del poder, en la que siempre se definió el rumbo del país. Esa Argentina despertó, asistió a las urnas y puso en la Presidencia a un hombre recién llegado a la vida política, que conduce una fuerza política nueva, que puede no tener mayorías parlamentarias, ni intendentes, ni gobernadores, pero que sabe lo que tiene que hacer, sabe cómo hacerlo y tiene la convicción para hacerlo.

Un Presidente que puede no tener el poder de la política, pero que tiene el poder de la convicción y el apoyo de los millones de argentinos que quieren un cambio de verdad. Porque como dicen las sagradas escrituras en el libro de Macabeos y que se conmemora en la fiesta de janucá: la victoria en la guerra no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo.

Hace 35 años en su primer discurso acerca del estado de la nación el presidente Carlos Saúl Menem dijo que el coraje de un pueblo no se comprueba únicamente en el campo de batalla o al enfrentar desgracias sino que también se comprueba por la cantidad de verdades que es capaz de soportar.

Él le hablaba al pueblo argentino en un contexto con algunas similitudes económicas al contexto actual, que lo instaban a tomar decisiones difíciles similares a las que me toca tomar a mí hoy. Durante la campaña electoral le hablamos al pueblo argentino con la verdad por primera vez en décadas y el pueblo lo comprendió, lo aceptó y nos eligió. A pesar de que había otros candidatos que prometían las mismas soluciones de siempre, repitiendo el mismo discurso conciliador y engañoso de siempre, por primera vez en mucho tiempo la sociedad eligió al candidato que prefería decir una verdad incómoda que una mentira confortable. Nosotros le planteamos a la sociedad que la única forma de evitar una catástrofe económica peor sería con un ajuste del gasto público brutal y rápido. Le planteamos a la sociedad también que la corrección de los precios reprimidos y la inflación rezagada producto de la emisión monetaria generarían meses de inflación muy alta y también que sanear la economía destrozada que heredábamos implicaría sacrificio y dolor y tardaríamos en salir del pozo. Firmamos un contrato electoral de esfuerzo y sacrificio porque 100 años de decadencia no se dan vuelta de un día para el otro.

Pero al mismo tiempo, asumimos un compromiso con los argentinos de que el esfuerzo iba a valer la pena, porque hacerlo nos iba a permitir cumplir dos objetivos: primero nos permitiría terminar con la inflación para siempre y avanzar en las reformas estructurales para que la Argentina vuelva a ser un país próspero y pujante; segundo, nos permitiría terminar con el régimen de apartheid político que hay en la Argentina desde hace décadas. Un régimen en que los políticos y sus amigos son ciudadanos de primera y los argentinos de bien son ciudadanos de segunda.

Por eso, por el mandato de cambio que nos dio la gente y con el aval de haber dicho la verdad y nada más que la verdad en campaña, durante nuestros primeros 82 días en funciones hemos llevado adelante el programa de gobierno más ambicioso del cual se tenga memoria. En el plano económico, comenzamos por destruir el huevo de la serpiente: el déficit fiscal. Hemos avanzado en la reducción del gasto público más profunda de nuestra historia, haciendo un recorte de cinco puntos del PBI en tan solo un mes redujimos el gasto primario del Estado Nacional en 40% en términos reales, donde dicho resultado surgió de eliminar la obra pública, reducir el 98% de las transferencias a las provincias, reducir los ministerios a la mitad, echar empleados públicos fantasmas, eliminar planes sociales a personas que no lo necesitaban, terminar con los intermediarios de la pobreza y reducir al mínimo la flota de autos, asesores y teléfonos celulares. Es decir, si bien ha habido licuación, ha habido mucho más de motosierra, todo para la política

En definitiva es un ajuste que ha sido realizado mayormente sobre el sector público nacional y no como se hizo siempre aumentando impuestos y cargando todo el peso sobre el sector privado. Como ya no se habrán escuchado decir en los últimos 123 años la Argentina tuvo déficit fiscal en 112 de ellos. El déficit fiscal y la lucha contra la alta presión fiscal son para nosotros la madre de todas las batallas, son la causa de la pobreza y del estancamiento de los últimos 100 años. Luego de décadas de gobierno que despilfarraron el dinero de los pagadores de impuestos, la Argentina vuelve a contar con un gobierno que va a cuidar cada uno de los pesos que con trabajo y sudor los argentinos pagan. Segundo: evitamos el default con el FMI y otros organismos multilaterales en el que íbamos a caer a 11 días de haber asumido. Tercero: cortamos con la emisión monetaria que es la única y probada causa de la inflación. Y a través de un ambicioso programa financiero avanzamos con el saneamiento del balance del Banco Central. De hecho, desde que llegamos al gobierno hemos comprado en el mercado cerca de 9 mil millones de dólares, donde pese a esta emisión, la ejecución de puts contra el BCRA y el pago de intereses a los pasivos remunerados, la contracción por BOPREAL y por el ajuste fiscal, ha logrado mantener la base monetaria constante. Esto es, para la misma base monetaria en pesos, hoy tenemos 9.000 millones de reservas adicionales que cubren más del 90% de la misma. No solo eso, la base monetaria que durante el siglo XXI se ha ubicado en torno al 9% del PBI,  hoy solo representa el 3%, mientras que si consideran la versión amplia algo sólo factible en una crisis de confianza furiosa, la misma está en línea con el promedio histórico. Por ello, en el último mes se ha desplomado el precio del dólar paralelo, la brecha con el dólar de importación corregido por impuesto País ha desaparecido y los futuros del dólar se han alineado con las pautas establecidas por el BCRA, en un contexto en el cual el precio de los bonos sube, el riesgo país baja y las acciones vuelan por las nubes, pese a los intentos de algunos degenerados Fiscales por sabotear el futuro de los argentinos de bien.

Por lo tanto en este contexto, pese a que aún quedan algunos meses de alta inflación, la misma seguirá cayendo fuertemente y la salida del cepo estará cada vez más cerca. Cuarto: hemos podido resolver el problema de la deuda de los importadores, que era una espada de Damocles de 42 mil millones de dólares que colgaba sobre la cabeza de todos los argentinos. Como consecuencia de todas estas medidas económicas, llegamos al superávit tanto primario como financiero en nuestro primer mes de gobierno, lo cual constituye un récord global en la historia del capitalismo moderno. Y como si fuera poco hemos tomado todas estas medidas únicamente con los resortes del Poder Ejecutivo sin apoyo de ningún tipo del resto del arco político salvo honrosas excepciones.

Pero nuestro trabajo no se limita únicamente a lo económico. En seguridad hemos inaugurado una nueva doctrina del orden público que nadie se animó a implementar, a pesar de que era inequívocamente el único camino correcto. En primer lugar, empezamos a hacer cumplir la ley sin excepciones. Por eso liberamos la calle del flagelo de los paros constantes a través de nuestro protocolo de orden público. En todas y cada una de las manifestaciones que se convocaron en estos casi tres meses de gobierno y que comenzaron inmediatamente apenas asumimos, rompiendo un récord en la historia democrática, en todas ellas mantuvimos el orden y evitamos el corte indiscriminado de calles mediante un despliegue controlado de las fuerzas de seguridad.

Además, estamos intimando a las organizaciones que convocan a manifestarse para que se hagan cargo del costo de los operativos policiales. Segundo, cuidamos a las víctimas y a quienes nos cuidan. Se terminó con nosotros la cultura vil del despreciar a las fuerzas del orden y a las víctimas del delito y el enaltecer a los delincuentes. Por eso, estamos impulsando una ampliación del marco de legítima defensa y de cumplimiento del deber, para que no termine entre las rejas los ciudadanos que se protegen a sí mismos o los policías que protegen a los ciudadanos, mientras los delincuentes pasean libres por nuestras calles.

Tercero: somos inclementes en el combate contra el crimen organizado. Por eso a través del Operativo Bandera desplegamos efectivos nuevos de las fuerzas federales en Rosario. Y gracias al trabajo de prevención se logró disminuir en estos dos meses casi un 60% el homicidio doloso en la vía pública en las zonas controladas por las fuerzas federales. Por eso, también creamos un sistema de gestión especial para presos de alto riesgo de nuestro sistema penitenciario. De ahora en más estarán controlados por un grupo de élite para evitar que sigan cometiendo delitos desde el encierro, práctica que lamentablemente se volvió moneda corriente en el último tiempo.

Respecto a la asistencia social, nos comprometimos a terminar de una vez y para siempre con el negocio de los gerentes de la pobreza, que usan la intermediación de planes como mecanismo recaudatorio y como recurso extorsivo para manipular a los que menos tienen. Por eso llevamos adelante un proceso de auditoría de los planes sociales que arrojó, como sospechábamos, que al menos 52.000 planes Potenciar Trabajo estaban asignados de forma indebida a beneficiarios que no cumplían las condiciones. Planeros VIP que cobraban fraudulentamente sin necesitarlo, muchos de ellos mientras viajaban en avión al exterior, muchos con conexiones espúreas en la política, muchos empleados públicos y cuya eliminación del padrón redundó en un ahorro anual de 43.000 millones de pesos

Por eso también implementamos la línea 134 del Ministerio de Seguridad, que nos ayudó a poner al descubierto el mecanismo perverso que las organizaciones piqueteras usan para llevar gente contra su voluntad a la manifestaciones, bajo amenaza de quitarles el plan. Recibimos cerca de 80.000 llamados que decantaron en más de 1300 denuncias judicializadas y llegamos a descubrir, gracias a este sistema de denuncias, a la cara más oscura de este fenómeno: una banda política en Chaco que explotaba sexualmente a mujeres y arbitraba sus planes sociales.

Estamos terminando con la extorsión de las organizaciones sociales hacia los beneficiarios. Y gracias al protocolo de seguridad, instrumentado por la ministra Patricia Bullrich, estamos terminando también con la extorsión cotidiana que las organizaciones sociales le imponen a la sociedad cada vez que cortan una calle. Siempre lo dijimos: en nuestro gobierno el que corta no cobra.

Pero nosotros tenemos la vocación de proteger lo más posible a las víctimas del sistema empobrecedor que estamos intentando cambiar. Ningún argentino tiene la culpa de que la inoperancia y avaricia de los políticos hayan destruido sus ingresos y menos los más vulnerables. Por eso decidimos terminar con el sistema de intermediación de la asistencia y fortalecer los mecanismos de asistencia directa. En esa línea, hemos duplicado los montos de la Asignación Universal por Hijo, la asignación por embarazo y la tarjeta Alimentar. Hemos también compatibilizado percibir asistencia social con tener un salario de hasta un millón de pesos, para que quienes perciban un plan social puedan reintegrarse, con el tiempo, al mundo del trabajo. También absorbimos funciones que realizaban en forma no auditada sin registro y sin control las organizaciones sociales como es la entrega de alimentos. Ahora sabemos exactamente qué pasa con cada bolso de comida que se reparte.

En materia educativa multiplicamos por cuatro la ayuda escolar para que las familias que se vieron afectadas por aumentos drásticos en este nuevo inicio de clases puedan comprar los útiles y materiales escolares que sus chicos necesitan. Esta medida va a beneficiar a las familias de 7.300.000 chicos, desde nivel inicial hasta el secundario.

En una Argentina donde los chicos no saben leer y escribir, no podemos permitir más que Baradel y sus amigos usen a los estudiantes como rehenes para negociar paritarias con los gobiernos provinciales

Por eso, incluimos en el decreto de necesidad y urgencia a la educación como servicio esencial, lo cual le sacará el arma de la mano a los sindicatos y los obligará a prestar al menos un 70% del servicio educativo durante cualquier huelga.

Siempre dijimos que le pedimos el voto a la gente, no para que nos dé el poder a nosotros, sino para devolvérselo a los argentinos. Esa cruzada empieza por reducir el tamaño del Estado a su mínimo indispensable y purgarlo de privilegios para los políticos y sus amigos. Por eso pasamos de 18 a 8 ministerios y de 106 a 54 secretarías, reduciendo los cargos públicos jerárquicos en más de un 50%. Eso sí es motosierra.

Por eso, también cancelamos la publicidad oficial en medios de comunicación por un año, lo que va a redundar en un ahorro de más de 100 mil millones de pesos, si tomamos como parámetro lo que se gastó el año pasado. Es una inmoralidad que en un país pobre como el nuestro, los gobiernos gasten el dinero de la gente para comprar voluntades de periodistas.

Además, eliminamos agencias de gobierno como el INADI, que además de cumplir el rol de policía del pensamiento, contaba con un presupuesto anual de 2.800 millones de pesos para mantener militantes rentados.

En esta misma línea, vamos a cerrar la agencia Télam que ha sido utilizada durante las últimas décadas como agencia de propaganda kirchnerista.

Redujimos las transferencias discrecionales a las provincias al mínimo, recursos que históricamente se usaron como moneda de cambio para comprar apoyos políticos. Para que dimensionen de qué se trata: si lo actualizamos al valor de hoy el año pasado el estado nacional gastó 5,4 billones de pesos en transferencia discrecionales a las provincias. Tanto yo como en mis funcionarios, viajamos en vuelos comerciales y no en aviones privados, como están acostumbrados a hacer los políticos que tienen una concepción laxa de Para qué sirve un avión sanitario.

Por eso en los próximos días la Administración Nacional de Aviación civil establecerá un nuevo criterio regulatorio para que ningún político ni familiares de políticos puedan usar aviones privados, salvo para cuestiones estrictamente oficiales.

También desde el primero de marzo ningún funcionario que viaje con un pasaje pagado por un organismo público puede acumular millas para viajes personales, un privilegio sin sentido que grafica la perfección el modelo de la casta.

Terminamos también con el festival de los vehículos oficiales que los usaba cualquiera para cualquier cosa, como si un director de recursos humanos necesitara chofer. Todos los ministerios han cumplido con el mandato de decomisar al menos el 30% de su flota.

También eliminamos las SIRAS y licencias no automáticas para las importaciones, de modo tal que le hemos puesto un punto final a la discrecionalidad y al amiguismo. Ahora el que quiere importar lo puede hacer sin preguntarle a nadie. Se acabó la era de las coimas a cambio de permisos de importación.

Por último, firmamos también un mega decreto de necesidad y urgencia para, por primera vez en tres décadas, devolverle la libertad a los argentinos, en vez de cercenarla. En ese decreto estaban incluidos 366 artículos que eliminan o modifican regulaciones que entorpecían la economía, le complicaban la vida a la gente para proteger algún privilegio o agravaban los problemas que pretendían solucionar. Dentro de estas cosas quiero resaltar: liberamos la elección de las obras sociales para que los trabajadores ya no estén presos del sindicato de su actividad y puedan elegir cuál prestador de servicio prefieren.

Derogamos la nefasta ley de alquileres y pasó exactamente lo que dijimos: la oferta de bienes en el mercado se duplicó de diciembre a febrero y en consecuencia el valor en términos reales de los alquileres bajó. Derogamos también la nefasta ley de abastecimiento, que era una herramienta que los políticos utilizaban para extorsionar a las empresas y prohibimos la potestad de la política de prohibir exportaciones. Modernizamos la legislación laboral para facilitar la contratación del empleo registrado, algo que fue combatido por los sindicatos.

Sin embargo, todos estos logros primerizos representan únicamente la superficie de los grandes cambios que venimos a implementar en la Argentina. Para profundizar en nuestra misión de terminar con los privilegios de la política y sus amigos estamos enviando al Congreso un paquete de leyes anti casta del cual quiero compartir con ustedes alguno de sus componentes.

Eliminaremos las jubilaciones de privilegios para Presidente y Vicepresidente. Obligaremos a los sindicatos a elegir sus autoridades a través de elecciones periódicas, libres y supervisadas por la Justicia Electoral, que limitará los mandatos de esas autoridades a cuatro años y establecerá un tope de una sola reelección posible.

Los convenios colectivos específicos que realizan en asociación libre los trabajadores de una empresa o grupo de empresas primarán sobre los convenios colectivos del sector. Vamos a terminar con esa locura de imponerle a la gente las condiciones laborales que define atrás de un escritorio un señor que no trabaja hace 30 años.

Las personas condenadas por corrupción en segunda instancia no podrán presentarse como candidatos en elecciones nacionales. Además, todo ex funcionario público con condena firme en segunda instancia por delitos de corrupción perderá automáticamente cualquier beneficio que tenga por haber sido funcionario.

Reduciremos drásticamente la cantidad de contratos para asesores de los diputados y senadores de la Nación. Ha sido una práctica común de la política que los representantes del pueblo armen pymes de 30 o 40 asesores cada uno, dilapidando los recursos de los argentinos.

Se descontará la jornada del sueldo a los empleados del Estado que no vayan a trabajar por motivo de paro. Y a su vez, eliminaremos el financiamiento público de los partidos políticos: cada partido tendrá que financiarse con aportes voluntarios de donantes o afiliados propios.

Todos los economistas serios del mundo, salvo algunos perros falderos de la política Argentina, coinciden que financiar el tesoro con dinero emitido por el Banco Central genera inflación. Esto no es opinable: financiar el tesoro con emisión está simplemente mal, técnica y moralmente mal. Esto es así porque genera inflación y porque licúa la capacidad de compra de todos los argentinos ¿y para qué? Para poner plata en la mano de la política que no la usan para otra cosa que su provecho personal. Sin embargo en Argentina lo hemos hecho una y otra vez y como resultado somos uno de los países que más inflación ha tenido en la historia moderna. Con nosotros se acaba: vamos a enviar un proyecto al Congreso para penalizar por ley al Presidente de la Nación, al ministro de Economía, a los funcionarios del Banco Central y a los diputados y senadores que aprueben un presupuesto que contemple financiar déficit fiscal con emisión monetaria, para terminar de una vez por  todas y para siempre con estas prácticas insostenible moralmente y criminal. Y además propondremos que dicho delito esté a la altura de un delito de lesa humanidad de manera tal que sea imprescriptible, para que tarde o temprano paguen el costo de sus acciones.

Estas son solo algunas de las reformas que vamos a implementar. Avanzaremos ya sea a través de proyecto de ley, de decretos o modificando regulaciones, en el proceso de regulación económica más ambiciosa de nuestra historia; porque si no cambiamos este modelo económico de raíz, la Argentina no tiene futuro.

Sin embargo, todas estas medidas que hemos implementado como también los proyectos de reforma que hemos promovido han sido recibidos con recelo y desconfianza por buena parte de la dirigencia política argentina, por no decir con abierto rechazo. Lo que pasó con el capítulo laboral del DNU y con la ley de Bases y Punto de partida para la libertad de los argentinos, que reflejaban algunos de los cambios los que queremos avanzar, demuestra cabalmente este punto. Una ley que tiene como Norte volver a abrazar el modelo de la Libertad inspirados en las ideas de alberdi de la generación del 37 que viene a liberar las fuerzas productivas de los argentinos, a devolver libertades, a terminar con privilegios y negocios de la casta, fue manoseada y rechazada por una parte de la clase política que se resiste a cambiar. Porque no debemos engañarnos hay un sector importante en la vigencia política que no quiere abandonar los privilegios del antiguo régimen. Los vimos en las violentas manifestaciones frente al congreso, en las declaraciones de los sindicalistas que se resisten a entender que la Argentina de los privilegios se terminó, en el accionar de diputados que pidieron el voto apoyando el cambio, pero que pretendieron traicionar su mandato mientras nadie veía. Lo vimos también en la reaparición de los jinetes del fracaso como Sergio Massa, Pablo Moyano, Juan Grabois y Máximo Kirchner. Incluso con la reaparición de la expresidente Cristina Fernández de Kirchner que ha sido responsable de uno de los peores gobiernos de la historia.

Pero también lo vimos con periodistas, que frente a la decisión de terminar con la pauta oficial han decidido salir a defender sus privilegios de manera descarnada, llegando a caer en delitos de calumnia e injurias y mentir de manera depravada. Lo vimos también en gobernadores a los que sólo les importa asegurarse la caja para poder seguir con la fiesta del gasto público, la pauta oficial, los recitales de artista con alto cachet y dudosa calidad, los aviones privados y tantos otros vicios a los que nos tienen acostumbrados los políticos hace décadas. Evidentemente hay muchos actores del establishment político y económico del país que no quieren dejar atrás la Argentina del fracaso; algunos por miedo al cambio, otros porque son los beneficiarios de este antiguo régimen. Es importante que la sociedad comprenda que fue la resistencia de gran parte de la política a renunciar a sus privilegios lo que boicoteó la ley, como quedó de manifiesto cuando hubo 142 votos rechazando el artículo de la eliminación de los fondos fiduciarios. Durante todo el proceso de negociación para la sanción de la ley se puso en evidencia un sector de la clase política que no entiende el momento histórico, ni para qué nos eligió la gente. Nosotros no vinimos a jugar el juego mediocre de la política, no vinimos a prestarnos al toma y daca de siempre, a emular esos políticos que supeditan sus proyectos al intercambio de favores, cargos y negocios. No vinimos a hacer más de lo mismo. Vinimos a cambiar el país en serio. Por eso, antes que aprobar un proyecto vaciado de contenido preferimos retirarlo. No negociamos el cambio y vamos a cumplir la promesa que le hicimos a la sociedad, con o sin el apoyo de la dirigencia política. Lo haremos con las herramientas que nos puedan brindar o lo haremos únicamente con los resortes legales del Poder Ejecutivo, como venimos haciendo hasta ahora. Porque nosotros cuando nos encontramos con un obstáculo, no vamos a dar marcha atrás, vamos a seguir acelerando.

Ahora, la realidad es que hoy nos encontramos frente a un punto de inflexión. La crisis que hemos caracterizado es mucho más profunda que simplemente material: es una crisis de horizonte porque todo lo que hemos probado los argentinos los últimos 100 años ha fracasado. Ya no quedan opciones: la conclusión lógica es que la única alternativa posible es hacer algo diametralmente distinto o lo que se ha hecho en el pasado. Eso es lo que estamos intentando hacer nosotros: volver a las bases volver a las ideas que hicieron grande a este país. Sin embargo, nos hemos encontrado con una resistencia indeclinable a realizar cualquier cambio. Hemos encontrado una voluntad por construir cualquier reforma. Todo atisbo de cambio que implique un sacrificio para la clase política ha sido rechazado. Algunos porque no lo entienden la gravedad de la situación en la que nos encontramos y se aferran a tradiciones pasadas que solo han producido fracasos y otros que se resisten a perder sus privilegios, sus negocios o su comodidad. Esto nos deja de frente a dos escenarios posibles: el primero es el camino en el que estamos inmersos, el camino de la confrontación, el del conflicto. Ese no es el camino que elegimos y lo hemos demostrado, haciendo el intento de enviar a esta honorable casa un ambicioso proyecto de ley, con la expectativa de que fuera acompañado. Ahora, si bien no elegimos el camino de la confrontación, tampoco le escapamos. Porque sabemos desde el día que decidimos meternos en política quedar esta pelea no iba a ser fácil. Quiero decirles, sin embargo que si eligen el camino la confrontación, se encontrarán con un animal muy distinto al que están acostumbrados. Porque a diferencia de algunos de los que están acá o de quienes nos miran desde su provincia, la política para nosotros no es un fin en sí mismo. No vivimos por la política, no vivimos de la política, no tenemos ambición de poder. Lejos de todo eso, lo único que tenemos es sed de cambio.

Nosotros no tomamos decisiones pensando en nuestra carrera política. Nosotros vinimos enarbolar las banderas de la libertad, con plena conciencia de que íbamos a tener que pagar los costos de la fiesta obscena que muchos de ustedes realizaron. Porque lo que nos mueve a nosotros no es el poder por el poder mismo, sino nuestra causa sagrada: la defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada de los argentinos.

No buscamos ni provocamos la confrontación, no queremos discutir el pasado. Venimos a plantear una agenda de futuro, porque como dice el refrán “El Secreto del cambio es concentrar toda tu energía, no en luchar contra los viejos, sino en construir lo nuevo”.

Nosotros venimos a poner nuestra energía en construir lo nuevo, pero quiero decirles a todos los que están acá y a quienes nos están mirando que si lo que buscan es el conflicto, conflicto tendrán.

Porque a diferencia de algunos de ustedes, que están pensando en su próxima elección o en sus propios intereses, nosotros solo pensamos en defender la causa de la Libertad, en reconstruir nuestra Nación y en brindarle un futuro de prosperidad a nuestros hijos a cualquier precio.

Sin embargo, la confrontación no es el camino que queremos ni el que elegimos hay otro camino posible, un camino distinto, un camino de paz y no de confrontación; un camino de acuerdo y no de conflicto. Acuerdo sí no el consenso contra el cambio

Debo ser honesto en decirles que no tengo demasiadas esperanzas de que tomen este camino. Creo que la corrupción, la mezquindad y el egoísmo están demasiado extendidos. Pero si bien no tengo demasiadas esperanzas, tampoco las he perdido. Es más, quiero que me demuestren que estoy equivocado, quiero desafiarlos a que demuestren que la política puede ser más que lo que es, que podemos aspirar a ser mejores, que demuestren a que a pesar de nuestras diferencias podemos anteponer los intereses de la nación a los miserables intereses electorales. Por esta razón y con el deseo de estar equivocado en mi desconfianza hacia muchos de ustedes, es que quiero aprovechar esta ocasión para extenderles una invitación. Hoy, en la primera apertura de sesiones de nuestra administración, quiero convocar tanto a gobernadores como expresidentes y líderes de los principales partidos políticos, a que depongamos nuestros intereses personales y nos encontremos el próximo 25 de mayo en la provincia de Córdoba para la firma de un nuevo contrato social llamado pacto de mayo: un contrato social que establezca los 10 principios del nuevo orden económico argentino.

De esta manera, espero que podamos dejar atrás las antinomias del pasado, abandonar las recetas del fracaso y volver, tal como hicieron nuestros padres fundadores hace más de 200 años, a abrazar de una vez y para siempre las ideas de la libertad. Ese pacto de mayo tendrá por fin establecer las 10 políticas de Estado que el país necesita para abandonar la senda del fracaso y comenzar a recorrer el camino de la prosperidad. Esas 10 políticas de Estado son: uno, la inviolabilidad de la propiedad privada; dos, el equilibrio fiscal innegociable; tres, la reducción del gasto público a niveles históricos en torno al 25% del PIB; cuatro, una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio; cinco, rediscutir la coparticipación Federal de impuestos y terminar para siempre con el modelo extorsivo actual; seis, un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país; siete, una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal; ocho, una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y aporten y permita a quienes prefieran suscribirse un sistema privado de jubilación; nueve, una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados; diez, y por último, la apertura de comercio internacional de manera que la Argentina vuelva a ser un protagonista del mercado global.

Estas 10 ideas, que son las bases del progreso de cualquier nación, podrán sentar las condiciones del crecimiento argentino por los próximos 100 años, para que una vez más Argentina sea un faro de luz para occidente.

Toda la política está convocada a acompañarnos. No nos importa quienes sean, de donde vengan, ni qué de ideas hayan defendido. Para mostrar el compromiso del gobierno de avanzar en esta dirección, he instrumentado al Jefe de Gabinete, al Ministro de Economía y al Ministro del Interior a que, como primer paso antes de firmar el Pacto de Mayo, convoque a los gobernadores de todas las provincias argentinas a la Casa Rosada para firmar un preacuerdo y sancionar tanto la ley bases como un paquete de alivio fiscal para las provincias.

Sancionadas ambas leyes, como muestra de buena voluntad, podremos empezar a trabajar en un documento común basada en estos 10 principios esbozado previamente, para así el 25 de mayo de este año reunidos en la Docta, podamos dar inicio a una nueva época de gloria para nuestro país.

Esta es la oferta que nosotros ponemos sobre la mesa: quedará en ustedes y en el resto de la dirigencia argentina saber aprovechar la oportunidad de cambiar la historia; o de lo contrario pretender continuar por este camino de decadencia, por el cual nos han traído ese día. Veremos quiénes están sentados en la mesa trabajando por los argentinos y quienes pretenden continuar por este camino de servidumbre. Quiero ser claro acerca de la naturaleza de esta convocatoria: nuestras convicciones son inalterables. Ordenaremos las cuentas Fiscales de la Argentina con o sin la ayuda del resto de la dirigencia política. Pero si  el resto de la política acompaña, lo haremos más rápido y mejor, con menor costo social y mayor costo para quienes viven de este sistema. Si el resto de la política acompaña las reformas que implementaremos tendrán un carácter más duradero y en consecuencia, generarán mayor seguridad para los actores económicos locales y extranjeros, lo cual redundará en acelerar el crecimiento económico, la caída de la pobreza y la mejora del bienestar.

Este momento histórico no es para cualquiera. No es para dirigentes que especulan políticamente, no es para quienes piensan que gobernar es un concurso de popularidad, no es para los que quieren mantener sus privilegios a costa de un país quebrado y no es para almas bellas, para los cuales las formas o las comas en un texto pesan más que la voluntad de cambio. Es para hombres o mujeres de Estado, para patriotas, para aquellos que piensan en la historia, que están dispuestos a arriesgarlo todo en beneficio de la Nación, porque arreglar este país requiere de enormes sacrificios.

Nosotros no gobernamos para ser populares. La búsqueda de popularidad es un mal consejo para un líder. Es esa brújula la que empujó a los gobiernos de los últimos 20 años a postergar medidas que si bien eran difíciles, eran también necesarias. Nosotros no escuchamos esos cantos de sirena, no gobernamos para ser populares ni hoy ni mañana. Gobernamos para todos los argentinos, incluso para los argentinos que aún no nacieron. Para que algún día, dentro de 30 años, cuando la Argentina sea una potencia mundial, las generaciones futuras miren para atrás y digan “fue ahí, en la Docta, nuestra querida provincia de Córdoba que comenzó el camino a la prosperidad”.

Por eso tenemos la mano firme, porque tenemos el rumbo claro. Por eso, también aceptamos pagar todos los costos políticos para lograr esos cambios, inclusive costos políticos que no nos correspondan. Porque si el precio de arreglar este país es caer al ostracismo, allí me encontrarán con orgullo, porque para nosotros no hay nada más sagrado que la lucha por la libertad.

Miro a la Argentina y veo un país con todo por hacer, un país rico en recursos naturales, rico en capital humano y con un espíritu hambriento de prosperidad, pero encerrado, encorsetado y reprimido por un modelo que solo puede conducir al fracaso. Nosotros vinimos a devolverle la libertad a los argentinos, porque solo una sociedad libre puede progresar. Solo una sociedad dinámica, que trabaja, que emplea, que comercia, que produce,  que importa, que exporta, sin que nadie le diga que ni cómo puede prosperar. Solo siendo una sociedad libre podemos aprovechar como nación los dones naturales que Dios nos ha concedido. Miro a la Argentina hoy, tengo la certeza de que con las ideas de la libertad como faro este país aún tiene todo para retomar el camino de la prosperidad. Para eso gobernamos, para volver a hacer de la Argentina una de las grandes naciones del mundo líder y referencia de la región, una potencia productiva agrícola energética comercial marítima y tecnológica, llena de vida, voraz por poblar los rincones de la patria con el espíritu de frontera que alguna vez nos caracterizó. Ese es el país con el que sueño y para el que gobierno.

Para concluir este mensaje, a los gobernadores, los dirigentes, los distintos partidos del sistema político, y a los diputados y senadores que se encuentran aquí presentes, hoy les digo, están ante un momento bisagra en la historia Argentina. Pueden aferrarse a un sistema injusto del cual la gran mayoría de la sociedad es víctima, o bien pueden dejar sus intereses particulares y prejuicios ideológicos de lado, colaborar con nuestra misión del cambio, ayudarnos a transformar el país y pasar a la posteridad como patriotas. Si eligen estar a la altura de las circunstancias y presentarse en Córdoba para firmar el Pacto de Mayo, tanto yo como el pueblo argentino reconoceremos ese gesto como un acto de humildad y valentía, y una señal clara de que podemos trabajar juntos sin rencores. A los argentinos les pido solo una cosa, paciencia y confianza. Falta un tiempo para que podamos percibir el fruto del saneamiento económico y de las reformas que estamos implementando. Es más, todavía no hemos visto todos los efectos del desastre que heredamos, pero estamos convencidos que vamos por el camino correcto porque por primera vez en la historia estamos atacando el problema por su causa, el déficit fiscal, y no por sus síntomas. Por eso les pido paciencia y confianza, porque por más oscura que sea la noche, siempre sale el sol por la mañana.

El rey Salomón le pidió a Dios sabiduría para distinguir el bien del mal, coraje para elegirlo y templanza para mantenerse en ese camino. Yo le pido lo mismo para mí y para todos los aquí presentes. De esta manera quedan inauguradas las sesiones ordinarias número 142 del honorable Congreso de la Nación. Que Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen. Muchas gracias y viva la libertad, carajo…viva la libertad, carajo…viva la libertad, carajo.

 

Milei: “El indicador más descarnado recibido es que el 60% de los argentinos se encuentran por debajo de la línea de pobreza”

El jefe de Estado apuntó contra un sector de la oposición: “Para algunos pareciera que la pobreza surgió de un día para el otro”, y enfatizó: “6 de cada 10 argentinos son pobres, mientras que la mayoría de los políticos como muchos de ustedes son ricos”.

En un tramo de su primer discurso ante la Asamblea Legislativa este viernes, el presidente de la Nación habló de la pobreza como “el indicador más descarnado recibido” debido a que “el 60% de los argentinos se encuentran por debajo de la línea de pobreza”.

“El desastre no termina ahí, en la medida en que auditamos la administración pública nacional y se van materializando algunos síntomas rezagados del caos económico que nos dejaron, vamos conociendo en mayor profundidad el tamaño de la crisis que heredamos, una crisis que está presente en todas las dimensiones de la vida de la sociedad. Tal vez el indicador más descarnado que hemos recibido lo conocimos recientemente al haberse hecho público el dato de que cerca del 60% de los argentinos se encuentran por debajo de la línea de pobreza”, apuntó.

Así, Milei cuestionó a la principal oposición: “Para algunos pareciera que la pobreza surgió de un día para el otro”, y chicaneó: “Les comento que el salario real resulta de la productividad marginal del trabajo y que la misma viene dada por la acumulación del capital por eso la tan mentada frase ‘combatiendo al capital’ atenta contra la inversión, reduce el stock de capital por habitante y los salarios reales”.

“Esta locura a la que nos ha llevado el populismo ha hecho que el salario promedio en dólares sea de 300 dólares, cuando en la década de los 90’ había llegado a los 1800 dólares que hoy sería 3.000 dólares expresado a moneda”, precisó y sumó: “El populismo nos quitó el 90% de nuestros ingresos llegando a un nivel de locura tal donde un tercio de los trabajadores formales son pobres”.

El presidente remarcó: “Esto es un dato desgarrador que revela la cruda brutalidad de la herencia que hemos recibido y los estragos que ha producido el famoso modelo del Estado presente”.

“De ser el país más rico del mundo, cuando abrazamos las ideas de la libertad, a ser un país donde 6 de cada 10 argentinos son pobres, mientras que la mayoría de los políticos como muchos de ustedes son ricos”, enfatizó.

Y cerró: “A esta tragedia de la pobreza que se ha multiplicado por 10 en los últimos 50 años se le suman como problemas adicionales la deuda social y problemas profundis en todas las dimensiones del país. Una sociedad con cifras récord de indigencia y que, al mismo tiempo, nunca en su historia repartió tanta asistencia social como ahora, donde buena parte de esa asistencia funciona como botín de guerra para organizaciones de izquierda que le roban la plata a quienes dicen defender y atentan contra aquellos que la producen”.

El presidente brindará este viernes su primer discurso ante los legisladores nacionales

Será en la apertura del 142° período de sesiones ordinarias, convocada para un horario inédito. Gran expectativa respecto de lo que vaya a exponer Javier Milei.

El presidente de la Nación Javier Milei brindará este viernes 1° de marzo a partir de las 21 su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias. Será la primera vez que se presente como presidente en ese ámbito para dar un discurso, teniendo en cuenta que el antecedente más cercano, el 10 de diciembre pasado cuando su asunción, estuvo también rodeado por lo disruptivo, pues en lugar de leer su mensaje ante los legisladores una vez fue ungido, se retiró al exterior del palacio para hablar desde las escalinatas ante la Plaza de los Dos Congresos a sus seguidores.

Este viernes en cambio, a pesar de que mucho se había especulado en torno a la posibilidad de que el presidente pudiera desairar a los legisladores hablando nuevamente en el exterior del Parlamento, eso no sucederá, tal cual el propio Milei se ocupó oportunamente de aventar.

Eso sí, no solo inaugurará un horario inédito para esta experiencia, sino también lo hará desde un sitio no habitual: un atril ubicado en el centro del recinto de la Cámara de Diputados.

El atril fue ubicado debajo del estrado en el cual se sentarán las autoridades de ambas cámaras: la vicepresidenta Victoria Villarruel; el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala; y el titular de Diputados, Martín Menem. Es decir, Milei estará en una posición similar a la que toman los jefes de Gabinete, por ejemplo, cuando asisten a una sesión informativa, aunque él lo hará de pie.

Delante del atril se encuentra la mesa que es usualmente la utilizada por los taquígrafos, que separará por muy pocos metros a Milei de los senadores nacionales. Es que, en cada Asamblea Legislativa, los representantes de la Cámara alta tienen asignado un espacio en ese sector.

La intención del presidente pasa por darle a su discurso una impronta norteamericana, no sólo con la posición que adoptará dentro del recinto, sino con la decisión de hablar en el prime time de las 21 para que “más gente pueda escucharlo”, según confirmaron oficialmente desde Casa Rosada.

La extensión del mensaje

“Milei no va a utilizar el sillón del presidente de la Cámara, sino que se va a hacer desde un atril. Tampoco va a ser un discurso muy extenso”, adelantó el martes un diputado del bloque oficialista.

Sobre el tema, también mucho se ha escrito y dicho mucho los últimos días. La realidad se sabrá recién cuando concluya este viernes el mensaje presidencial, pero todos coinciden en hablar de un mensaje de entre 30 y 40 minutos. Invocan los antecedentes, que no son tantos. Se recuerda que el discurso ante la multitud convocada frente al Congreso el día de su asunción se extendió no más de 33 minutos. También se recuerda el discurso del líder libertario en Davos, que rondó esa media, y el más reciente en la convención conservadora en Estados Unidos, hace pocos días, que se extendió un poco más.

Muy atento a su repercusión personal, Milei insiste en contar con una audiencia este viernes de 40 puntos de rating, que marque un récord en materia de aperturas de sesiones ordinarias. Es “cadena nacional”, así que en ese sentido cuenta con un dato en su favor, pero también debe atender el presidente seguramente -como hombre de los medios que sin duda es- a mayor extensión, el rating desciende, por eso nadie imagina que su mensaje se extienda más de 40 minutos.

El tenor del discurso

Más importante que su extensión es sin duda atender qué tópicos recorrerá el primer mandatario en su mensaje de este viernes. Y sobre todo imaginar el tono que usará respecto de quienes lo escuchan. No es de esperar que use nuevamente invocaciones al “nido de ratas”, como hizo hace unos días en Corrientes, pero nadie imagina que vaya a mostrarse contemplativo con los diputados y senadores.

Atento a que ya trazó una divisora de aguas cuando el fracaso de la ley de Bases, poniendo de un lado los nombres y apellidos de los diputados “dignos” y del otro a los “traidores”, volverá seguramente a ahondar esa grieta. Se verá de qué manera lo hace y en qué tono, pero “no sería Milei” si volviera sobre sus pasos en la materia, tal cual expresó a este medio una fuente gubernamental este jueves.

¿Cómo reaccionarán los legisladores ante cualquier ofensa? parlamentario.com consultó a las diferentes bancadas sobre el tema. En el caso de la oposición más dura, la de Unión por la Patria, no se retirarán del recinto si Milei los ofende, según confió un encumbrado diputado de esa bancada. “Vamos todos juntos y no vamos a retirarnos”, confió un diputado de UP al cabo de una reunión mantenida este jueves a las 18. Se harán escuchar, no se quedarán callados, pero no se irán, porque ya han criticado mucho por eso por ejemplo a diputados del Pro. Eso sí, no pudo precisarse si usarán el recurso de darle la espalda en sus bancas. Algo que hizo el año pasado con Alberto Fernández alguien bien distante del peronismo, como es Fernando Iglesias, que estuvo mirando todo el tiempo hacia el lado opuesto al presidente, hasta que se hartó y se retiró entre gritos de “sinvergüenza”, entre otras lindezas que le lanzó al presidente.

Tampoco se espera que los radicales vayan a retirarse, si hay algo que los molesta puntualmente. Por el contrario, según confió un diputado del interior a este medio, mantendrán su postura “institucional” a pesar de que el presidente suele ensañarse con ellos especialmente. No se irán, se aclaró, haciendo referencia a lo que sí hicieron el año pasado por ejemplo los diputados de Evolución Radical.

¿Qué dirá el presidente, más allá del tono que utilice? Estos días se conoció que trazará un panorama concreto de lo que encontró su Gobierno. Hablará sobre la manera como el Gobierno anterior hipotecó a la futura administración para “bancar una candidatura” el año pasado. El presidente, que escribió de puño y letra el texto que este viernes leerá, recibió de parte de colaboradores cercanos detalles remitidos por la SIGEN para justificar los dardos que dirigirá a la anterior administración.

Entre las novedades que podría traer el discurso de Milei están las referencias a hechos de corrupción que tomaron estado público en las últimas horas, según ha trascendido. Será algo nuevo, en ese caso, escuchar al presidente ahondar en esa materia.

La cuestión económica llevará la mayor parte del mensaje. Hablará del ajuste en marcha, del cumplimiento de metas alcanzadas hasta ahora y del combate contra la inflación como objetivo innegociable.

No se referirá a la dolarización, como había trascendido -y fue desmentido profusamente días pasados-, aunque no se descarta que aluda a una competencia de monedas que pueda llegar a aplicarse en los próximos meses.

En materia de proyectos, no se insistiría con la ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, aunque sí sobre algunos ejes puestos en debate durante el verano, para ser retomados. Dará precisiones sobre su propuesta para condenar penalmente a los funcionarios que autoricen el financiamiento del Tesoro.

Algunas fuentes hablaron también de un anuncio referido a dinero fresco que podría recibir la Argentina de parte del Fondo Monetario Internacional. Sería la parte que quedó pendiente del préstamo que consiguió Mauricio Macri en 2018, y que Alberto Fernández desechó. La utilización de esos fondos, que habría sido analizada días pasados en los contactos oficiales con autoridades norteamericanas, estaría habilitada sin necesidad de contar con un acuerdo del Congreso, por tratarse de un remanente ya concedido.

La relación con los gobernadores también sería parte del discurso de este viernes, y en el mismo sentido que con los legisladores, hay expectativa respecto del tono que usará Milei para con los mandatarios provinciales.

El detalle de la ceremonia

La Asamblea Legislativa fue convocada formalmente para las 20 por las autoridades de ambas cámaras. Desde las 19 comenzará la llegada al recinto de legisladores e invitados, y una vez iniciada la ceremonia, se procederá a la nominación de los integrantes de las comisiones de Interior y Exterior, encargadas de recibir al presidente de la Nación. Se trata de delegaciones compuestas por diputados y senadores de todos los partidos, cuyos nombres serán anunciados inmediatamente antes de que el recinto entre en cuarto intermedio para esperar la llegada del presidente.

Para poco antes de las 21 se espera la llegada del presidente, que ingresará por la explanada de la avenida Entre Ríos y luego de atravesar los salones Gran Hall y de las Provincias será acompañado por la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, para firmar los libros de Honor del Honorable Senado de la Nación y de la Cámara de Diputados de la Nación.

Inmediatamente después, junto con Villarruel y Martín Menem, será conducido al recinto para exponer su mensaje a la Nación.

Milei emplazó a los legisladores advirtiendo sobre una crisis de dimensiones bíblicas

Al reclamarles apoyar la ley ómnibus, el presidente llamó a los legisladores a elegir ser parte de la solución o seguir siendo parte del problema. Pidió además a “los argentinos de bien” reclamarles a sus representantes aprobar el proyecto.

En un mensaje que se anticipaba sería un saludo de fin de año, pero terminó siendo una arenga a los diputados y senadores para aprobar la ley ómnibus enviada esta última semana al Congreso, advirtiéndoles que si no lo hacen la crisis se convertirá en “una catástrofe social de proporciones bíblicas”, el presidente de la Nación se dirigió este sábado por la noche a todos los argentinos.

De entrada nomás, el presidente Javier Milei se refirió al “plan de shock de estabilización” lanzado por su administración, a través del cual “hemos achicado el Estado, hemos implementado una nueva doctrina del orden público y hemos impulsado más de 500 reformas, entre otras muchas iniciativas”.

En un mensaje leído de alrededor de 7 minutos, el mandatario señaló que “a algunos les ha llamado la atención la cantidad y celeridad de las medidas que hemos adoptado; lo cierto es que fueron necesarias para aligerar los efectos de la peor herencia de la historia”.

“Estos son los primeros pasos para dar vuelta la página y dejar atrás de una vez y para siempre el modelo económico de la casta, que hunde a los argentinos en la miseria desde hace más de 100 años”, proclamó Milei, que agregó: “El cambio de raíz de este modelo empobrecedor es un compromiso innegociable que asumí con todos los argentinos. Sin embargo, el problema heredado es demasiado profundo. Hablamos de una economía de 15 puntos de déficit consolidado; con una emisión monetaria de 20 puntos del PBI en los últimos 4 años. Con precios pisados artificialmente en energía y transporte, por hasta un quinto de su valor real. Con un Banco Central sin reservas y con una inflación que en las últimas semanas alcanzó el 1,2% diario, que anualizado implicaría alrededor del 7500% anual”.

Y sentenció: “Una herencia que condena a la mitad de los argentinos a la pobreza, en particular golpeando a 7 de cada 10 de nuestros chicos”.

Según Milei, se trata de “una situación inicial peor que la del año 2001/2002, que fue la peor crisis de nuestra historia”.

Por lo tanto, continuó, “estamos frente a una situación de emergencia nacional que requiere que actuemos de forma inmediata y contundente, con la mayor cantidad de instrumentos posibles, que exceden ampliamente los recursos que hemos utilizado en estas primeras semanas”.

Sin anestesia, dijo a continuación que sería claro: “A menos que hagamos lo necesario ahora, nos dirigimos a una catástrofe económica de una magnitud desconocida para cualquier argentino vivo”.

“Por eso hemos enviado al Congreso de la Nación un proyecto de ley que bien puede determinar el destino de nuestra patria, con la convicción de que se aprobará en las próximas semanas”, sostuvo, cargando la responsabilidad sobre los legisladores de la oposición.

Recordó que la ley ómnibus que anunció la última semana, llamada Bases y Punto de partida para la Libertad de los Argentinos, alude a Juan Bautista Alberdi, “el autor intelectual de nuestra primera Constitución”. Así las cosas, dijo, “con sus ideas como faro, se llevó adelante el proyecto de país que entre fines del siglo XIX y principios del XX hizo de la Argentina el país más rico del mundo”.

“Esta ley brinda al Ejecutivo las facultades necesarias para actuar frente a esta situación de emergencia, evitar la catástrofe económica, además de impulsar reformas profundas en materia comercial, impositiva, productiva, social, de seguridad, educativa, y en todos los órdenes del gobierno –continuó-. El espíritu de la ley es volver a ser un país libre, con un Estado limitado que actúa en defensa de la vida, la libertad y la propiedad de los argentinos; un país donde se respeta el orden público; un país donde la política no se sirve de la ciudadanía, sino que está al servicio de ella”.

“Donde cada uno es libre de trabajar, producir, emplear, comerciar, importar y exportar como considere mejor, no como le dicte un burócrata desde una oficina gubernamental”, agregó el mandatario.

Milei se preguntó entonces “¿quién puede preferir el país devastado de hoy por sobre el país próspero que proponemos nosotros?”. Para señalar luego que “en pocas semanas, cuando llegue la hora de la verdad, los diputados y senadores de la Nación se van a encontrar ante dos opciones: podrán rechazar la ley y continuar con el modelo que durante 100 años nos ha empobrecido; o podrán aprobar la ley para hacer un cambio profundo y abrazar nuevamente las ideas de la libertad”.

Recordó Milei que “a lo largo del último año he entablado con los argentinos un código de honor: es mejor decir una verdad incómoda, que una mentira confortable. Y a pesar de que no les prometí un camino repleto de rosas, sino de esfuerzo y sacrificio, la gran mayoría de los argentinos me correspondieron con su voto”.

Por eso dijo que “voy a insistir con una verdad dura que he dicho muchas veces: debido a las irresponsables decisiones adoptadas por los últimos gobiernos, el próximo año será duro para todos nosotros. Pero la otra certeza que tengo es que si nuestro programa es obstruido por los mismos de siempre, que quieren que nada cambie, no tendremos los instrumentos para evitar que la crisis se convierta en una catástrofe social de proporciones bíblicas”.

“Evitar ese futuro catastrófico al cual nos llevaron depende de todos: depende de nosotros en el Gobierno, que trabajemos todos los días para proteger a los argentinos como lo venimos haciendo. Depende de los dirigentes sindicales y sociales que enfrentarán la responsabilidad histórica de elegir entre el bienestar general o la preservación de sus intereses personales. Depende de los diputados y senadores, que van a estar dando el debate en el Congreso, y que tendrán que elegir si quieren ser parte de la solución, o si quieren seguir siendo parte del problema. Y también depende de los argentinos de bien, que ven que estamos frente a un punto de inflexión de nuestra historia y tienen fe en que como Nación vamos a poder salir adelante”, enumeró.

Por eso Milei invitó a continuación “a todos los argentinos de bien a que les reclamen a sus representantes la aprobación de esta ley; la patria lo necesita”.

Según el presidente, “si todos los actores políticos, sociales y sindicales y empresariales del país comprenden el momento histórico que estamos viviendo y apoyan nuestro programa, estoy seguro que habrá luz al final del camino”.

En esencia, continuó, “nuestras reformas significarían niveles de libertad económica que en un lapso de 45 años nos permitirán aspirar a multiplicar por 10 veces nuestro PBI per capita, alcanzando niveles similares a los de Irlanda, que hoy mismo se encuentra 50% por encima del de Estados Unidos”.

Para terminar, deseó un feliz año para todos los argentinos y llamó a dar vuelta “un siglo de fracasos; dejemos atrás el modelo colectivista que nos hizo pobres, y abracemos nuevamente el modelo de la libertad, que nos hizo el país más rico del mundo. Mi deseo para este nuevo año es que la dirigencia política abandone sus anteojeras ideológicas e intereses personales y esté a la altura de las circunstancias para poder avanzar rápidamente en los cambios que el país necesita”.

El discurso del flamante presidente de la Nación

A podo de asumir al frente de la presidencia de la Nación, Javier Milei se discurso al público aglutinado frente al Congreso y habló desde las escalinatas del Palacio Legislativo.

La oposición salió a contestar el discurso de CFK en Avellaneda

Su opinión sobre el déficit fiscal, la inflación y hasta su referencia a Domingo Cavallo generaron la reacción de legisladores del campo opositor en las redes.

¿Cómo fue la reacción de los legisladores ante el discurso de Cristina Fernández de Kirchner en Avellaneda? Previsible. Críticas severas desde la oposición, sobre todo en referencia a la inflación, mientras que desde el oficialismo en general optaron por replicar frases de la vicepresidenta.

Es el caso de la presidenta del bloque Unidad Ciudadana del Senado, Juliana Di Tullio, quien resaltó este pasaje: “El peronismo es laburo, trabajo. No depender de un señor que me da el alta o la baja. Los tipos rara vez laburan, ¡las que van a laburar siempre son las mujeres! Si Evita los viera… mamita!!!”.

El jefe del bloque radical de la Cámara baja, Mario Negri, señaló: “Para Cristina Kirchner la política económica se reduce a llevar el déficit fiscal hasta donde aguanten la emisión y el endeudamiento en pesos antes de las elecciones y que después al ajuste lo haga otro. Eso hizo antes y eso es lo que quieren hacer ahora. No se les cae otra idea”.

Y agregó el diputado cordobés: “Dice que no tiene problemas con su pasado. Pero parece algo desmemoriada. Recordémosle este video. Fue ella quien eligió como presidente a Alberto Fernández. Este gobierno es creación de Cristina Fernández de Kirchner. Este es su gobierno. No hay operativo despegue que valga”.

El legislador santafesino Luciano Laspina comentó:Después de limar a Martín Guzmán una hora, 10 minutos después la vice Cristina Kirchner  dice que la inflación de 80% que tendremos este año es culpa de Mauricio Macri. ¿Se puede ser tan pero tan hipócrita?”.

Martín Tetaz optó por publicar un extenso hilo que incluyó gráficos. “El discurso de Cristina en la CTA atrasa décadas -arrancó-; Argentina es junto con Venezuela, el único país de América Latina que se queda sin dólares, en el momento de mayor abundancia global de dólares de la historia de la humanidad”.

“Argentina se queda sin dólares porque el peronismo manipula sistemáticamente, desde 1945, el tipo de cambio real, bajando artificialmente el precio del dólar y quedándose sin divisas. Cristina bajo 53% el TCR durante su mandato, en el episodio de plata dulce más brutal desde 1983”, agregó.

Luego dijo que “lo mismo ocurre con la inflación, que se aceleró dramáticamente por los 4 billones que emitió el gobierno de CFK vice. Es cierto que la emisión también aceleró la inflación en EEUU, pero en USA es 8,6% porque hay demanda de dólares en el mundo. Demanda de pesos no hay”.

“Por último, es cierto que según el propio Ministerio de Trabajo 50% de trabajadores registrados gana menos de $98.938. Tradicionalmente los pobres eran los desocupados o los que hacían changas en la informalidad. La novedad de este gobierno es que sos pobre con un trabajo en blanco”, precisó, para concluir con una “nota de color”: “CFK se quiere despegar de Cavallo, pero votó a favor de sostener la Convertibilidad en el Senado en enero del 2002 y es memorable este momento champagne: ‘Cavallo es el cuadro más lúcido que ha generado el gran capital en Argentina’”.

La exgobernadora María Eugenia Vidal tuiteó: “1hs 9min de clase de economía de Cristina Kirchner. ¿Les resumo? Todo es culpa de Macri, el capitalismo, los jueces y los que producen. Nada es culpa del déficit, la emisión, ni de ella que eligió, militó y formó este gobierno”.

Desde el Senado, Alfredo Cornejo consideró que “llama la atención lo de

Cristina Kirchner. Si tiene todas las soluciones para nuestro país, no se entiende qué hizo durante los más de 14 años que destruyeron la economía y todo lo que tocaron”.

El diputado del Pro Federico Angelini se limitó a tuitear: “La inflación es culpa de tu gobierno Cristina Kirchner”.

Desde la Legislatura porteña, Gabriel Solano señaló: “Para CFK el peronismo es trabajo. Pero con este gobierno peronista la mayoría de los trabajadores cobran salarios por debajo de la línea de pobreza. Los que reciben un plan trabajan. ¿O CFK piensa que alguien vive con $ 18.000?”.

“Llamativo que CFK critique a la tercerización y diga que Tomada fue un ‘graaaan ministro de Trabajo’ cuando con él avanzó como con nadie la tercerización. Le recuerdo a CFK que con Tomada como ministro fue asesinando Mariano Ferreyra por enfrentar la tercerización”, agregó.

El radical Miguel Bazze expresó por su parte: “Cristina denuncia la evasión, pero ella y el kirchnerismo  impusieron en el Congreso el perdón por una deuda impositiva millonaria a Cristóbal López”.

Uno de los que más opinó en las redes sobre el mensaje de Cristina fue el libertario José Luis Espert, quien arrancó con un “Cristina, La Bruta, dice que la inflación que tenemos NO está causada por el déficit fiscal. Sigue diciendo que tampoco la inflación está causada por la emisión monetaria”.

“Ahora dice que algunos dicen que la inflación está provocada por los altos impuestos. Ahora dice que Argentina es el 3er país con más evasión del mundo y que la presión impositiva debería pasar de 28% a 45% del PBI”, agregó en tuits sucesivos, e insistió: “Sigue diciendo que somos el 3er país en fuga de capitales del mundo”.

“Argentina no tiene escasez de dólares sino que hay ‘festival’ de importaciones y fuga de capitales. CK dice que hay que controlar importaciones”, expresó.

Y replicó Espert: “A la Argentina no le va mal porque tiene mala suerte, sino porque hacemos todo mal. Una de esas cosas es elegir pésimo en cada elección. Cristina Kirchner no tiene cerebro ni para jugar con tierra pero fue dos veces Presidente y ahora es Vice. Impresentable”.

“Para ella la inflación no es provocada ni por el déficit fiscal y la emisión monetaria sino por el endeudamiento y las importaciones. Al Nobel de Economía”, concluyó.

Waldo Wolff se refirió al “endeudamiento criminal” que CFK le atribuyó al macrismo, recordándole a Cristina que “Alberto Fernández es el presidente que ella puso y tomó más deuda por año en la historia. Criminal es abrazarse con Nicolás Maduro e Irán y abrirles las puertas del país a Hezbollah”.

La oposición criticó el discurso que CFK dio en la apertura de EuroLat

Dirigentes de Juntos por el Cambio apuntaron en redes contra la vicepresidenta de la Nación que usó la apertura de la sesión plena para enviar un mensaje hacia el jefe de Estado: “Que te pongan la banda y te den el bastón, no es todo el poder”.

Luego del discurso que brindo este miércoles la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en la apertura de una nueva Sesión Plenario de EuroLat en cuyo discurso le dejó un fuerte mensaje a Alberto Fernández: Que te pongan la banda y te den el bastón, no es todo el poder”, dirigentes de Juntos por el Cambio la criticaron en redes sociales.

“El operativo demolición de Cristina no para un segundo. Su ataque a la investidura presidencial es contra todas las instituciones. Pretende despegarse de un gobierno que ella creó y de la que es la principal responsable”, escribió el jefe del bloque UCR en Diputados, Mario Negri, en su cuenta de Twitter y agregó: “Vicepresidenta: usted debilita a todos los argentinos”.

En esa misma línea se mantuvo el economista Ricardo López Murphy, quien expresó: “Usted eligió y militó al que tiene el bastón y ‘no hace lo que hay que hacer’, Cristina Kirchner. Este es el cuarto gobierno kirchnerista. No le vamos a permitir que se despegue de este fracaso”.

Por su parte, el diputado del Pro Gerardo Milman se sumó a las críticas y afirmó que “el poder en un país democrático viene del voto” y que “el problema entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández es que engañaron a la gente con el dedo”.

El jefe del bloque Pro en Diputados, Cristian Ritondo, siguió la misma línea, pero apuntó hacia el número de la inflación: “El dato de inflación que va a salir hoy va a confirmar lo que la mayoría de los argentinos sufren cada día cuando van al super y no les alcanza para la comida. Mientras ellos todavía no resuelvan si gobierna Alberto o Cristina. Les importa más su interna que la suba de la carne”.

También, Maximiliano Ferraro, diputado nacional y presidente de la Coalición Cívica ARI, calificó de “vergonzoso” el discurso de Cristina “desdramatizando la invasión criminal y genocida de Putin”. “Suavizar y no condenar enérgicamente crímenes de agresión y guerra, como violaciones a los DDHH es indignante. Además, tribunean y faltan el respeto al resto de los eurodiputados”, cerró.

“Habló Cristina Kirchner en lo que debería haber sido un evento internacional pero que se arreglaron para convertir en un acto partidario”, criticó el presidente del bloque Evolución Radical, Rodrigo de Loredo, y siguió: “Mientras millones de argentinos pasan un momento de zozobra y angustia por la inflación, se dedicó a hablar de lo mal que está para ella el Poder Judicial y a denostar a la institución presidencial”.

En otro tuit, siguió: “Lo que garantiza la calidad de vida de la gente es el fortalecimiento de las instituciones. Con sistemas de pesos y contrapesos para prevenir actos de corrupción, para asegurar la calidad del gobierno”.

“Estamos como estamos porque se trabajó para erosionar la institucionalidad del Estado. Porque se desperdiciaron oportunidades para favorecer agendas personalistas. En eso, hay que admitir, han sido muy coherentes”, concluyó De Loredo.

El discurso completo de Alberto Fernández

parlamentario.com transcribe la versión textual del mensaje de apertura de las sesiones ordinarias brindado por el primer mandatario, que se extendió una hora y 37 minutos.

“Querido pueblo argentino,

Nos han tocado tiempos difíciles signados por crisis sanitarias, económicas y bélicas.

El mundo está conmovido. La tragedia de una pandemia contra la que aún luchamos ha dejado al descubierto las inequidades en las que vivimos. Pudimos ver el modo en que la riqueza se concentra en pocos mientras la pobreza y la marginalidad se distribuye en millones de seres humanos que claman por dignidad y justicia.

Ahora, cuando empezamos a controlar la ferocidad del virus, vemos con pesar que tanto dolor y tanta muerte no han logrado conmover la ética de los poderosos que encerrados en la lógica de un capitalismo financiero que busca perfeccionar su renta, solo logra profundizar aquella desigualdad.

En ese contexto, la paz del mundo se altera por la invasión militar de la Federación de Rusia sobre Ucrania. Europa se conmueve mientras el fantasma de una guerra vuelve a levantarse. Otra vez la violencia bélica arrasa vidas humanas.

Si el mundo no comprende que es este el momento preciso en que debemos darle una oportunidad a la paz y que debemos construir nuevas reglas que saquen de la postergación a los millones de desposeídos que apenas sobreviven, otra vez la humanidad estará siendo condenada a padecer la indecencia de los poderosos.

Argentina es parte de ese mundo y no puede escapar al contexto en el que está inmersa. La guerra, en un mundo que se ha globalizado, indefectiblemente genera consecuencias sobre nuestro país

Aún así, aún cuando esa realidad parece producir un enorme desaliento, estoy convencido que estamos viviendo un momento verdaderamente histórico para la Argentina. Un tiempo bisagra a partir del cual podemos construir el país que nos merecemos.

Hemos atravesado uno de los momentos más graves de nuestra historia. La pandemia que asola a la humanidad se combinó aquí con una enorme crisis económica y social desatada en 2018 y que se hizo visible en toda su magnitud.

Tal vez tengamos ahora la oportunidad de ingresar en un sendero de desarrollo integral convirtiéndonos en verdaderos artífices de nuestro futuro. Seguramente lo atravesaremos encontrando coincidencias y diferencias. Si en esa diversidad logramos afianzar algunos pilares básicos, será un camino seguro con logros paulatinos y continuos. Nada se resuelve de un día para otro. Los argentinos y argentinas podremos constatar esos avances que se exteriorizaran en mejores condiciones de vida.

Nuestra sociedad ha demostrado a lo largo de su historia su enorme capacidad para sobreponerse a la adversidad. Padecimos golpes institucionales, persecuciones, torturas, muertes y desapariciones forzadas. Sobrevivimos al terrorismo de Estado enjuiciando a los genocidas. Cargamos el dolor de la guerra por Malvinas. Sufrimos desastres económicos que aparejaron endeudamiento, inflación, cierres de fuentes de trabajo y aumento de la pobreza. Una y otra vez fuimos capaces de volver a ponernos de pie y retomar nuestra marcha.

Ahora, el destino nos enfrenta a un futuro que debemos construir como sociedad. De nosotros depende cómo edificar ese mañana más próspero.

Yo sé que cuando describimos la cruda realidad que nos tocó enfrentar en la primera parte del gobierno, hay quienes quieren escuchar en esa descripción un decálogo de excusas.  Pero la realidad es que el mundo ha vivido un período excepcional y eso ha golpeado con mayor ferocidad en la Argentina por la situación económica y social que vivíamos en ese momento. Un sistema productivo muy deteriorado, el empleo en crisis, un sistema de salud abandonado, una deuda insostenible con el Fondo Monetario Internacional, otra deuda virtualmente impaga con acreedores privados, una inflación desatada y una pobreza creciente.

Permítanme hacer una cita.

“La pandemia de COVID-19 ha afectado al mundo entero, poniendo en peligro todas las dimensiones de nuestro bienestar y generando una aguda sensación de temor en todo el planeta. Por primera vez, los indicadores de desarrollo humano disminuyeron, y lo hicieron de manera drástica, como no se había experimentado en otras crisis mundiales recientes. La pandemia ha infectado y matado a millones de personas en todo el mundo. Ha perturbado la economía mundial, interrumpido sueños educativos, retrasado la administración de vacunas y tratamientos médicos y trastocado vidas y medios de subsistencia”.

Lo que acabo de decir, no es otra cosa que la exacta descripción que la Organización de las Naciones Unidas ha hecho sobre el fenómeno de la pandemia.

Hemos vivido una crisis que no tiene precedentes. Querer politizar tamaña tragedia cargándole culpas a quienes tuvimos el deber de gobernar en ese instante de la humanidad, es tentador para algunos, pero es definitivamente inaceptable.

Las consecuencias del Covid fueron multidimensionales. Abarcaron la salud física y mental, la vida, la economía, el trabajo, la educación y el bienestar en todas sus esferas.

Mientras la crisis económica de 2018 y 2019 había destruido decenas de miles de puestos de trabajo registrados, la pandemia y las restricciones dispuestas a la movilidad en 2020, afectaron principalmente a las trabajadoras y trabajadores no registrados, muchos de ellos parte de la economía popular. Por eso, en 2021 generamos nuevas medidas que afectaron lo menos posible la movilidad en los horarios más intensos de trabajo. Quisimos minimizar el daño que la pandemia causaba en el sector más vulnerable de nuestra economía.

En ese equilibrio difícil, complejo, hubo quienes criticaron la implementación de medidas de cuidado que implicaban restricciones. Oí en todos los medios de comunicación dominantes esas voces detractoras que a mi juicio fueron muy poco constructivas y sumaron desánimos y desconfianzas.

El pueblo argentino me adjudicó, a través del voto, la responsabilidad de tomar decisiones en situaciones críticas. He debido enfrentar dilemas que siempre he resuelto pensando en la salud y la vida de nuestra gente. Todo, absolutamente todo lo que hice combatiendo la pandemia, no tuvo otro objetivo que no haya sido el de salvar la mayor cantidad de vidas, en un contexto difícil e imprevisible. No soy infalible; lejos de ello, soy un ser humana. Me he equivocado en ocasiones, pero tengo la íntima tranquilidad que ninguna persona que habita nuestro país quedó sin la atención sanitaria que su salud reclamaba. 

Con esa obsesión, sumada al esfuerzo de los hombres y mujeres que, denodadamente, trabajaron en nuestro sistema sanitario y al cuidado de millones de argentinos y argentinas, pudimos hacer posible que el sistema de salud no llegara a su saturación y que las personas pudieran recibir la atención que merecían.

Mientras el virus atacaba impiadoso a toda la humanidad, el mundo se vio afectado por una inflación global de los alimentos. Con los gravísimos problemas que arrastraba la economía argentina, que se vieron agravados en la pandemia, y con esa costumbre seriamente arraigada en muchos sectores de “remarcar precios por las dudas”, no logramos reducir, en plena pandemia, la muy alta inflación que heredamos.

La inflación es el gran problema que tienen los argentinos y las argentinas en este momento y, sin ninguna duda, es también la principal preocupación y el principal desafío del Gobierno. Hay muchos factores que inciden en la inflación y todos tienen que ser atacados coordinadamente.

En este momento histórico tenemos que asumir que la realidad tiene dos caras. Toda la intensidad de la crisis, del malestar y de las pérdidas; y también todos los logros sanitarios y económicos, que van desde la vacunación hasta la recuperación del trabajo y la producción.

Sería un grave error quedarse con los logros y no ver el sufrimiento. Porque la combinación de ambas crisis produjo desgracias personales y colectivas, que van desde cuestiones económicas hasta la pérdida de seres queridos. Pero también sería un error ver solo lo negativo y obviar los datos que indican una recuperación creciente y constante. Esos logros son muy reales.

Sé que hay personas interesadas en instalar la idea de que cualquier problema que tienen los argentinos es producto de la ineficiencia del Estado. Quieren hacernos creer que si alguien consigue trabajo o un aumento en su salario es solo fruto de su logro individual; que el Estado no sirve ni impulsa el desarrollo personal y social, y por lo tanto buscan debilitarlo. Con un Estado débil ganan siempre los más poderosos y pierden las mayorías populares.

Uno de los desafíos más grandes que tiene la sociedad argentina es enfrentar al fatalismo. Derrotar la falsa creencia que quieren instalar de que la Argentina no tiene salida.

Sé bien que solo las acciones del Estado no bastan. Es imprescindible la confianza colectiva en la Argentina. Reconstruir la confianza en nuestros compañeros y compañeras de trabajo, en nuestros vecinos y vecinas, en nuestra comunidad, en nuestra Argentina, es un paso decisivo para potenciar nuestro futuro.

Le pido a cada argentino y a cada argentina que confíe en su propio país y en las personas que los rodean: en nuestra sociedad. Que se hagan dueños de la construcción del futuro. Para un argentino nada debe ser más importante que otro argentino. Así Perón, hace muchos años, quiso poner fin a la discrepancia social que muchos sembraban.

Entendamos que no habrá soluciones individuales si no construimos soluciones colectivas.

La campaña de vacunación y la recuperación económica han sido dos pasos cruciales que dimos con ese espíritu.

La Argentina necesita poner en valor un hecho: ha llevado a cabo la mayor campaña de vacunación de su historia. Debemos estar orgullosos de lo que fuimos capaces de hacer.

La campaña comenzó el 29 de diciembre de 2020 en las 24 jurisdicciones inicialmente con la vacuna Sputnik producida por el Instituto Gamaleya. En los meses siguientes se incorporaron las vacunas de AstraZeneca, Covishield y Sinopharm. Y posteriormente se sumaron las vacunas de Moderna, Pfizer y Cansino. Es decir, la Argentina compró vacunas creadas o producidas en Rusia, China, India, Estados Unidos y países de Europa. Y, además, comenzamos a producir en el país algunas de esas vacunas.

La llegada de dosis nos permitió ir incorporando grupos de población con menor riesgo de exposición y de enfermedad grave. En los primeros seis meses de la campaña alcanzamos más de 21 millones de dosis aplicadas.

En Argentina se implementaron estrategias de vacunación similares a otros países, como el Reino Unido, Israel o Canadá, generando evidencia a nivel local de su efectividad para prevenir mortalidad y seguridad. A principios de agosto de 2021 se decidió la incorporación de esquemas heterólogos, de combinación de diferentes vacunas. También se fueron incorporando nuevos grupos vacunados hasta alcanzar a la población a partir de los 3 años de edad.

La llegada de la tercera ola, con la variante Omicrón, planteó un nuevo escenario en el que los contagios diarios se aceleraron como nunca antes. Sin embargo, las vacunas protegieron a los argentinos y argentinas. La mortalidad y letalidad se redujeron de manera drástica y a pesar de la cantidad de casos, nunca estuvo en riesgo la capacidad del sistema sanitario.

La Argentina ha recibido 112 millones de dosis de 7 laboratorios diferentes, con eficacia y seguridad probada, logrando de esta manera una cobertura de la población del 89 % con primera dosis, 79 % de esquema completo y más de 13 millones de dosis de refuerzo.

Esta enorme campaña se logró por la cantidad y diversidad de vacunas conseguidas y la capacidad instalada de distribución y vacunación de los equipos del Programa de Inmunizaciones de todo el país.

Hoy, entre los países con más de 30 millones de habitantes, Argentina exhibe los mayores porcentajes de vacunación en un podio que comparte con China y España. Debajo de nuestros porcentajes aparecen potencias mundiales como el Reino Unido, Estados Unidos, Alemania y Rusia, todos ellas productoras de formulaciones autóctonas de dosis contra el Covid-19. 

Los momentos más duros que vivimos durante 2020 y durante el segundo trimestre de 2021 han quedado atrás. Hoy los argentinos y argentinas estamos protegidos contra el Covid-19. Hemos logrado una inmunidad que nos permite avanzar hacia el mañana respetando los cuidados necesarios, sabiendo que la pandemia aún no ha terminado.

Precisamente por eso seguimos vacunando y prestamos ayuda a otros países para que se vacune su población, porque creemos en la solidaridad y porque el Covid es un problema global.

Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a todos los argentinos y las argentinas que, con esfuerzo personal, ayudaron al cuidado colectivo. Quiero agradecer a los trabajadores y las trabajadoras de la salud. A los vacunadores y vacunadoras. A los científicos y científicas. A los gobernadores y gobernadoras, y a los ministros y las ministras de salud de todas las provincias.

La economía asistió a un fin de año de 2021 exhibiendo una profunda recuperación del 10,3 % del PBI, muy superior a la esperada. Esa recuperación nos permitió revertir la caída generada por la pandemia en 2020.

Hubo varios motores importantes de esa recuperación.

La obra pública ha sido y será un motor fundamental del desarrollo integral. No detuvimos la obra pública con la pandemia y no la detendremos en el futuro. Tenemos 3.700 obras a lo largo y a lo ancho del país. Obras pensadas con criterio federal y ejecutadas con transparencia y equidad.

La industria sin dudas fue otro factor relevante que explica el crecimiento. En 2021 no solo recuperó lo perdido en 2020, sino que se ubicó 7 % por encima de 2019. Esta reactivación industrial fue una de las más aceleradas del mundo comparando contra 2019.

La producción automotriz creció 38 % contra 2019, una de las recuperaciones más veloces del mundo.

La producción de alimentos y bebidas tuvo en 2021 el segundo mejor año de la historia, por detrás de 2015.

La producción de maquinaria agrícola tuvo un repunte extraordinario y fue la más alta en lo que va del siglo XXI.

La recuperación también fue muy fuerte en las pymes industriales, con la utilización de la capacidad instalada industrial y la rentabilidad industrial pyme en su mayor nivel en más de 3 años.

Esa recuperación fue generalizada y federal, en la amplia mayoría de los sectores y las provincias teniendo hoy más empleo industrial formal que a fines de 2019. No fue obra de la casualidad. Tampoco fue un rebote como algunos han dicho.

Fue posible por el alto nivel de protección que logramos con la vacunación. Fue posible porque el Estado cuidó a las empresas en la Argentina y también el trabajo registrado e impulsó con fuerza esta recuperación. Fue posible porque el financiamiento en pesos a empresas alcanzó el mayor nivel en tres años. Fue posible porque la participación de las pymes superó el 52 % en 2021 y fue la más alta en 20 años.

Hubo una clara política de desarrollo que convirtió al Estado en una pieza central en el apoyo a los parques industriales, al desarrollo de proveedores, a la baja de retenciones a los bienes finales, a la sustitución selectiva de importaciones y a los incentivos para inversiones, entre muchas otras iniciativas.

En 2021 la inversión productiva fue 13 % mayor que la de 2019. A su vez, entre 2020 y 2021 hubo más de 1.300 anuncios de inversión en distintos sectores de la economía, por una cifra superior a los 57.000 millones de dólares. Dentro de esas inversiones, merece destacarse la de la empresa australiana Fortescue por 8.400 millones de dólares, para producir hidrógeno verde en Río Negro. Es el anuncio de inversión privado más importante en lo que va del siglo XXI, que posicionará a la Argentina a la vanguardia de las energías limpias.

La construcción fue otro gran motor de la recuperación económica, de la mano de la obra pública y de la obra privada.

En 2021 pusimos en marcha la construcción de 85 mil viviendas en todo el país y en diciembre hemos entregado la vivienda número 30 mil. Además se otorgaron 88 mil créditos para construcción o refacción de viviendas.

Los permisos para la construcción, que son un termómetro de obras futuras, tuvieron en 2021 el mayor nivel en por lo menos cinco años. Asimismo, el empleo formal en la construcción se recuperó mes a mes, y ya logró superar los de los últimos meses de la prepandemia.

El petróleo y la minería, dos actividades con fuerte impacto provincial, de salarios altos y con gran importancia en materia de generación de divisas, tuvieron una marcada recuperación en 2021. De la mano de Vaca Muerta y el Plan Gas que pusimos en marcha, la producción de petróleo tuvo el mejor diciembre desde 2011, y la de gas el mejor diciembre desde 2008. En esa actividad, el empleo se recuperó fuertemente.

Las exportaciones de bienes tuvieron una fuerte recuperación en 2021 y alcanzaron los 77.900 millones de dólares, el mayor valor desde 2012, impulsadas por los precios y por las cantidades.

El agro, fundamental para el desarrollo regional y las exportaciones, también tuvo un muy buen 2021. La Argentina tuvo records en producción de maíz, de trigo y de cebada. Además, llevamos un proceso de industrialización de las materias primas del grano sin precedentes. Un ejemplo: tuvimos el mayor valor en la historia para exportaciones de vino fraccionado.

En 2021 hemos continuado con la reducción o eliminación de derecho de exportación para la gran mayoría de los productos de las economías regionales. Los notables incrementos de producción en estos rubros marcan el camino a seguir.

La industria del software no ha parado de crecer desde que iniciamos el gobierno. Hoy tiene más de 135.000 puestos de trabajo registrados, una cifra 17 % mayor a la de 2019 y récord histórico. Las 24 provincias incrementaron su empleo en software. Estamos apoyando al sector de la mano de la nueva Ley de Economía del Conocimiento y a través de la formación de programadoras y programadores.

Los productores y productoras, los empresarios y empresarias, los trabajadores y trabajadoras que han sido protagonistas de esta recuperación en 2021, que han batido records en distintos aspectos, muestran que la Argentina tiene futuro. Queremos agradecerles por el esfuerzo realizado aún en el marco de la pandemia.

El empleo formal se viene recuperando mes a mes desde fines de 2020 y está revirtiendo el daño generado por la doble crisis que mencionamos al iniciar este discurso. La tasa de desocupación fue del 8,2 % en el tercer trimestre de 2021, la menor en más de tres años.

En 2021, alrededor de unas 175 mil personas lograron incorporarse al empleo asalariado registrado en empresas privadas.

También en ese año se incorporaron 440 mil personas al trabajo registrado en el sistema de seguridad social (incluyendo empleo asalariado público y privado, y trabajo autónomo y monotributista). Al finalizar el año 2021, el número total de personas con trabajos formales es un 2 % mayor al verificado en febrero de 2020, justo antes de la irrupción de la pandemia.

Los salarios reales del sector privado registrado, y pese a la elevada inflación, tuvieron una leve recuperación en 2021, aunque a un ritmo inferior al que queremos. Entre noviembre de 2019 y noviembre de 2021, el poder adquisitivo en el segmento privado formal creció 3 %. Esta cifra en sí no exhibe nada para celebrar. Lo que sí es importante es comprender que estamos transitando un nuevo camino, una nueva etapa también signada por la recuperación del salario real, luego de atravesada la peor etapa de la pandemia.

En 2021 el gobierno nacional trabajó para que en las negociaciones colectivas pudieran mejorarse los ingresos. Por eso en 2021 la pobreza dejó de aumentar. Ahora ya estamos en condiciones de iniciar el sendero de su paulatina reducción.

La Argentina padeció, en distintos momentos de su historia, la aplicación de políticas que determinaron la exclusión de millones de argentinos y argentinas. Las políticas aplicadas por la última dictadura militar, las políticas que derivaron en la crisis del 2001 y las políticas impuestas en los cuatro años que precedieron nuestra llegada al gobierno, son prueba de lo dicho.

En todos esos períodos a los que me estoy refiriendo, aumentaron el desempleo, la informalidad y la pobreza.

Un verdadero Estado debe ser capaz de proteger a cada miembro de la comunidad. Pero debe hacerlo haciendo principal hincapié en la necesidad de incluir a todos y a todas al mundo del desarrollo integral. En buena medida, esto depende de la aplicación de políticas activas que pongan su eje en la producción y el empleo formal. Pero inexorablemente también deberán complementarse esas políticas con otras que tengan por objeto la protección social. 

Habiendo pasado lo peor de la pandemia, mientras seguimos reordenando nuestro tremendo endeudamiento y cuando la economía da muestras de recuperarse, debemos enfrentar los problemas de exclusión que existen hoy en nuestra sociedad.   

En este tiempo que debemos abordar, no podemos ignorar la existencia de otros actores en nuestra sociedad. Me estoy refiriendo a quienes trabajan y producen en el marco de lo que se denomina economía popular.

Argentina necesita iniciar un proceso de desarrollo inclusivo que atienda la incorporación de quienes hoy reciben planes sociales y a partir de ellos, asociados en cooperativas o prestando trabajos en el Estado, buscan mejorar sus condiciones de vida.

Mientras alguien la necesite, la asistencia del Estado seguirá presente. Pero es hora de que los argentinos y argentinas que puedan hacerlo, vuelvan paulatinamente al empleo formal y puedan ir prescindiendo de los planes sociales. Debemos saber que ese trabajo existe en la informalidad y que hasta aquí, no ha sido regularizados adecuadamente.

Es hora de reconocer, visualizar y registrar las actividades de la economía popular. Debemos avanzar en su productividad y crecimiento construyendo nuevas generaciones de derechos.

Necesitamos dotarla de créditos para que la producción impulse hacia arriba a los sectores más postergados. Debemos facilitar que el Estado compre sus insumos y haga partícipes a las cooperativas de trabajo en las pequeñas obras públicas que el Estado realiza. Es necesario impulsar su inclusión a través de un monotributo productivo que simplifique su formalización.

La economía popular puede colaborar con la producción y abastecimiento local y regional de alimentos necesarios para la vida comunitaria en el interior de nuestra Patria. El Estado nacional debe ayudar a que eso se concrete con un criterio estrictamente federal. Por eso ya estamos promoviendo la producción y distribución de alimentos sanos, seguros y saludables a través de los Programas Pro huerta y Sembrar Soberanía.

Vamos a asumir el desafío que el Papa Francisco ha propuesto: empujar desde abajo hacia arriba y desde las periferias hacia el centro. La idea del derrame de la riqueza de los poderosos es solo una quimera que jamás se materializa. Ha llegado la hora de que los ingresos se distribuyan en términos de mayor equidad.  

El crecimiento genera empleo y esas tareas requieren cada vez más de saberes y conocimientos. Vamos a potenciar la capacitación a través del Programa Fomentar, que desplegará capacitación presencial y virtual para la inserción laboral. En 2022 llegaremos a 350 mil personas.

Para facilitar la inserción de los y las jóvenes en el mercado de trabajo enviaré al Congreso de la Nación el Proyecto de Ley de Empleo Joven.

Avanzaremos en convertir los planes sociales en empleo formal recurriendo a la formación en oficios, capacitación y fomento de la terminalidad educativa; mediante la registración de la economía popular; y a través de 340 bancos de maquinarias y herramientas.

También avanzamos en la política de urbanización de barrios populares con 364 barrios donde viven 317 mil personas. Continuaremos con el Programa Mi Pieza y lanzaremos el proyecto para el Mejoramiento del Espacio Público en los barrios populares.

Tenemos firmes políticas de seguridad alimentaria y de cuidado de la primera infancia. La Tarjeta Alimentar está llegando a 4 millones de destinatarios. Apoyamos mensualmente más de 1.600 comedores comunitarios y 3.400 merenderos.

Sabemos que los jóvenes están entre los sectores más afectados por la pandemia. Por eso lanzamos varias iniciativas para ayudar a que se sobrepongan.

Con el Programa Potenciar Inclusión Joven generamos capacitación para casi 50 mil jóvenes junto a una beca de estímulo económico.

En 2021 hemos otorgado más de un millón de becas Progresar.

Con el curso Argentina Programa hemos formado a miles de personas en el pensamiento computacional.

Frente a la situación de mujeres que no lograban salir de situaciones de violencia de género por falta de recursos económicos, creamos el Programa Acompañar y ya hay más de 130 mil mujeres a las que ha llegado esa ayuda y ese cuidado.

Todo esto lo hicimos con más inversión pública generada en una mayor recaudación fiscal. La recaudación lleva diecisiete meses consecutivos de crecimiento por encima de la variación de precios. Eso se debe al crecimiento económico, a los cambios en la estructura tributaria y al fortalecimiento institucional de la AFIP.

En el momento más difícil de la pandemia, pensando en quienes más la habían padecido en términos comerciales y en la necesidad de facilitar el esparcimiento de nuestra gente, lanzamos el Programa Pre-Viaje que este año tuvo su segunda edición. La actual temporada de verano fue histórica, con niveles de ocupación plena en todos los destinos turísticos. Pre Viaje es una muestra de lo que puede hacer el Estado y también de la enorme resiliencia de nuestras empresas y de nuestra sociedad en general.

Impulsar la industria turística y el crecimiento del empleo sirvió también para promover la formalidad en la actividad económica. Por eso no sorprende que el Programa Pre Viaje haya obtenido un premio a la excelencia en el Feria de Madrid y haya sido reconocido por la Organización Mundial del Turismo.

Pre Viaje también acompañó a las argentinas y los argentinos que querían tomarse un descanso luego de tiempos tan difíciles. Los ayudó a reencontrarse con sus familias y sus amigos y amigas, a conocer lugares nuevos o a regresar a los conocidos. Cuatro millones quinientos mil argentinos y argentinas participaron de la segunda edición del Programa.

Una vez más reitero: tengo muy en claro que estos logros son importantes, pero no son suficientes. Aún falta mucho para resolver los problemas de los argentinos y argentinas. Pero estamos en un camino que debemos consolidar y potenciar.

Vengo hoy a esta Asamblea Legislativa con la humildad de alguien que sabe que sus convicciones son tan inconmovibles como que su accionar es humano y por consiguiente, susceptible de errores. Esa humildad que aquí expreso es necesaria en toda la dirigencia. Es muy ingrato ver que, viniendo de años tan difíciles, los niveles de polarización política están llevando a algunos compatriotas a debates y enfrentamientos estériles. 

En estos casi 40 años de democracia, es la primera vez que se rechaza un presupuesto en este recinto, a lo que se debe sumar aquella vez cuando no se trató en 2010. Propusimos un presupuesto que dejamos a consideración del Parlamento con honestidad y humildad, que jamás fue un paquete cerrado, que siempre estuvo abierto a correcciones y mejoras.

Dicen que los peronistas manejamos el Congreso como una escribanía, pero lo cierto es que en estos casi 40 años el Congreso Nacional solo ha dejado sin presupuesto a Cristina en 2010 y a mí en este año.

Convoco a todos y todas a reflexionar con humildad. Y debo dejar tranquilos a los compatriotas que me están escuchando. Me dejaron sin la herramienta del presupuesto pero no me han quitado la decisión política de cumplir lo que le prometimos a millones de argentinos y argentinas en la campaña electoral.

Con esas convicciones, déjenme introducirlos al tema de nuestra deuda externa. Propongo recordar como llegamos hasta aquí. 

En el año 2018 el entonces presidente Mauricio Macri, decidió endeudar a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional, por un monto total de 57 mil millones de dólares.

Conocimos esa decisión a través de un discurso transmitido en cadena nacional. El Congreso Nacional no autorizó ese endeudamiento ni fue consultado respecto de las obligaciones que el Estado Nacional asumía al tiempo de tomar la deuda.

El dinero que ingresó de ese préstamo no fortaleció las reservas del Banco Central porque fue enteramente utilizado para pagar deuda externa insostenible y financiar la fuga de capitales. No quedó nada del dinero recibido en Argentina. Ni un puente ni una carretera. Sólo nos quedó una deuda externa impagable.

Los compromisos asumidos en 2018 eran definitivamente incumplibles teniendo en consideración el desmadre que la economía mostraba. Téngase en cuenta que tan solo en este ejercicio 2022, Argentina se comprometió a pagar en concepto de capital e intereses la suma de 19 mil millones de dólares. Y se comprometió a pagar una suma aún mayor el año próximo. Estoy hablando de cifras que no tienen precedentes en la historia universal de la economía moderna. 

Al acceder al gobierno renuncié a recibir alrededor de 12 mil millones de dólares que restaban desembolsarse a efectos de no hacer crecer aún más semejante deuda con el Fondo Monetario Internacional. Mientras tomé esa decisión, di inicio a una serie de negociaciones tendientes a refinanciar la deuda con ese organismo.

El 10 de diciembre de 2019, al asumir como Presidente de la Nación, me referí con estas palabras al tema de la deuda externa frente a esta Asamblea Legislativa:

“Vamos a encarar el problema de la deuda externa. No hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar hay que crecer primero. Buscaremos una relación constructiva y cooperativa con el Fondo Monetario Internacional y con nuestros acreedores. Resolver el problema de una deuda insostenible, que hoy tiene la Argentina, no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie. El país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo”.

Lo que hemos venido haciendo y lo que voy a anunciar ahora me da la tranquilidad de que estamos cumpliendo ese compromiso. 

En 2020 logramos una exitosa reestructuración de la deuda privada en moneda extranjera. Entonces, Argentina logró ahorrar al cabo de diez años más de 38.000 millones de dólares. Ahora el Gobierno de la Argentina ha llegado a un acuerdo con el staff del Fondo Monetario Internacional para llevar adelante un programa que nos permita refinanciar la deuda con ese organismo que nos dejó el gobierno anterior y al cual nos opusimos en su oportunidad.

Estamos dando un nuevo paso en este tema, que no es el primero y no será el último.

Se trata de una deuda inmensa. Sufríamos un grave problema y necesitábamos una solución. Ahora tenemos un camino para solucionarlo.

Teníamos una soga al cuello, una espada de Damocles, y ahora tenemos un sendero que podemos recorrer. Sin acuerdo, no podremos ayudar a construir certezas.

El acuerdo que anunciamos semanas atrás sobre el marco de políticas económicas es el mejor acuerdo que el gobierno de la Argentina podía conseguir. Me hubiera gustado que el gobierno anterior no hubiera recurrido en 2018 al FMI y muchos menos en las condiciones que ya describí.

Pero esto es lo que sucedió y trabajé desde el primer día de mi presidencia para encontrar una solución. Con el entendimiento que logramos, podemos ordenar el presente y construir un futuro.

Repito: este es el mejor acuerdo que se podía lograr. Y gobernar es un ejercicio de responsabilidad. Gobernamos con convicciones firmes y con el pragmatismo necesario para saber qué es lo mejor para los argentinos y argentinas.

El nuevo acuerdo no acumulará nueva deuda a la ya tomada por el gobierno anterior. Es una refinanciación de aquél préstamo que nos permite no usar en estos años recursos nacionales para pagar los compromisos. Se usará dinero del propio FMI que empezará a pagarse dentro de 4 años y medio. Podremos utilizar ese tiempo para que semejante carga de deuda no detenga el crecimiento. El acuerdo no resuelve el problema de la deuda externa, pero da un paso importante en esa dirección.

Se iniciarán los pagos en 2026 para terminar en 2034.

Logramos un entendimiento inusual en el marco de un programa con el FMI. Es un acuerdo sin políticas de ajuste y con incremento del gasto real en todos los años del programa. Esto nos pone en un camino transitable para nuestro país con mayor previsibilidad, certezas y visión de futuro.

Habrá una expansión en infraestructura, inversiones en ciencia y tecnología y en políticas sociales.

Este acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo, a diferencia de otros que la Argentina firmó en el pasado. La reducción gradual del déficit será compatible con una expansión moderada del gasto primario real que permitirá apuntalar la fuerte recuperación económica en curso.

Quiero ser muy claro ante esta Asamblea Legislativa. No habrá una reforma previsional. La edad jubilatoria no será alterada. Jubilarse es un derecho y se debe respetar a rajatabla. Si por el motivo que fuere una persona deseara continuar trabajando después de cumplir la edad que establece la ley, nadie, en principio, debería obligarla a retirarse.

Este acuerdo no restringe los derechos de nuestros jubilados y jubiladas que recuperamos en el año 2020. Derechos de los jubilados que mejoramos con los medicamentos gratis y que acabamos de volver a mejorar con la libertad para elegir médicos y médicas especialistas de los afiliados y afiliadas a PAMI.

Este acuerdo no doblega nuestra soberanía. Somos nosotros los que decidiremos nuestro futuro. Pero no dejo de reconocer que debimos extremar nuestros esfuerzos por definir con autonomía nuestras políticas públicas ante un acreedor poderoso. Todo es resultado del nivel de endeudadamiento externo al que con una frivolidad alarmante nos han dejado expuestos.

La Argentina necesita ordenar su política monetaria y fiscal. El mayor problema que tenemos, la inflación, es multicausal. Y es nuestra responsabilidad atender todas sus causas.

Seguiremos la senda de ordenar las cuentas públicas sin condicionar nuestras políticas de justicia social.

En Argentina se acabaron los tarifazos.

Vamos a segmentar los subsidios para lograr niveles de tarifas razonables, con justicia y equidad distributiva para los servicios públicos de gas y electricidad. Por eso, en principio, apuntamos a que el 10 % de mayor capacidad económica deje de ser beneficiario de subsidios.

Para el resto de los usuarios, nuestra política se inspirará en la Ley 27.443 votada en este Congreso de Nación en el año 2018 y vetada por el entonces presidente Mauricio Macri. Esa normativa establecía que las tarifas solo podrían incrementarse teniendo como tope el Coeficiente de Variación Salarial. Lo que nosotros haremos será utilizar ese mismo indicador, pero estableciendo que la evolución de las tarifas estará claramente por debajo de la evolución de los salarios. Así, alineamos el tema de las tarifas con una política clara para recomponer los ingresos en términos reales.

El Estado está construyendo capacidad para hacer de modo justo y razonable esta segmentación. Si alguna persona considerara injusto dejar de percibir un subsidio que a su criterio le corresponde, siempre podrá hacer su reclamo para que su derecho le sea reconocido en tiempo oportuno.

Quiero ser claro: no habrá una reforma laboral.

Los derechos de los que trabajan no pueden ser alterados en su perjuicio. La justicia social jamás puede ser objeto de una negociación. El futuro de los argentinos y argentinas que trabajan lo hemos defendido y lo vamos a defender de manera inclaudicable.

He escuchado con sorpresa opiniones que critican que hayamos logrado un acuerdo sin los condicionamientos que tantas veces tuvieron consecuencias desastrosas para nuestro país.

A esas críticas les contesto: No queremos más ajustes. Nunca defendimos los ajustes. Trabajo para una Argentina grande, con crecimiento y empleo, sin exclusiones y con ampliación de derechos.

Pero además, al igual que la inmensa mayoría de la sociedad, he luchado toda mi vida por recuperar y consolidar nuestra democracia. Así como aceptar condicionamientos externos hubiera debilitado nuestra democracia, no aceptarlos solo la fortalece.

Este entendimiento prevé sostener la recuperación económica ya iniciada. Llevaremos adelante nuestras políticas de crecimiento, desarrollo y justicia social.

Nadie consultó al Congreso Nacional para tomar esta enorme deuda. En cambio, nosotros elevaremos los documentos que constituyan el Acuerdo al Congreso de la Nación con la totalidad de los detalles. Necesitamos que nos acompañen y apelo así al compromiso nacional de todos y todas. A partir de esta semana esperamos que esté en manos de los legisladores y las legisladoras nacionales considerar la aprobación del acuerdo que se alcance con el staff del FMI para dar previsibilidad a los argentinos y argentinas. Ese será el acuerdo de la Argentina toda y nosotros como poder administrador nos ocuparemos de que sea cumplido para que haya más producción, más trabajo, mejores ingresos y menor inflación. 

Aún hoy seguimos negociando aspectos vinculados a la formalización de ese acuerdo que confío concluir a la brevedad. En el contexto mundial que vivimos y teniendo en cuenta la magnitud de los compromisos que asumió Argentina y que buscamos modificar, defender los derechos de nuestro pueblo demanda mucho más que cinco minutos.

El año pasado, a través del Decreto 8/2021 instruí a la Procuración del Tesoro para que iniciara una querella criminal tendiente a establecer la verdad y las responsabilidades sobre este endeudamiento. Este Acuerdo tampoco releva al Poder Judicial de avanzar en esa investigación. Los argentinos y las argentinas tienen el derecho de saber como ocurrieron los hechos y quienes fueron los responsables de tanto desatino.

Y mientras actuamos defendiendo los intereses de nuestra Patria en el marco de un multilateralismo que se debe una profunda reforma para estar de verdad al servicio de los pueblos, seguimos trabajando junto a las naciones del mundo para lograr una integración que nos fortalezca. Y vamos dando pasos para una integración que potencie nuestras posibilidades productivas y fortalezca la estabilidad de nuestra economía. 

Puedo anunciarles hoy, que ayer he recibido la confirmación del gobierno Chino de que han accedido a nuestro pedido de ampliación y uso del Swap en función de lo expresado en la “declaración conjunta” que firmáramos en mi visita oficial. China siempre nos ha apoyado en los momentos difíciles, y confiamos en que pronto tendremos la autorización técnica correspondiente.  Con ello también fortaleceremos la estabilidad cambiaria.  

Invito al pueblo argentino y a las fuerzas políticas a mirar hacia adelante, sin olvidar el pasado. Somos un ejemplo ante el mundo de cómo construir Verdad, Justicia y Memoria sobre una tragedia histórica sin detenernos y mirando hacia el futuro. También ahora podemos hacerlo.

De hecho, nuestro proyecto político nació para oponernos a lo que, desde nuestro punto de vista, era el desastre y el desorden de la administración anterior. Nacimos para ser una alternativa, para dar una respuesta de esperanza al despropósito.

Ahora bien, un proyecto político no se sostiene solo como una coalición coyuntural o solo como una respuesta puntual ante una crisis específica. Un proyecto político se sostiene con su vocación de seguir representando a las mayorías, con propuestas inclusivas y reformadoras, con espíritu de amplitud y diversidad. Se potencia construyendo la gran avenida del progreso, del desarrollo y de la justicia social para la Argentina. Se trata de proponer. Se trata de construir.

Una gran parte de los logros que tuvimos en la primera etapa de nuestro gobierno son poco visibles porque concentramos nuestra atención en el ataque a la pandemia. Pero mientras lo hacíamos, impedíamos desastres mucho mayores. Impedimos que se saturara el sistema de salud. Impedimos que cerraran miles de empresas. Impedimos que el desempleo creciera desmedidamente. Impedimos que la pobreza y la indigencia fueran mucho más altas. Impedimos que la Argentina terminara en un default con acreedores privados y organismos internacionales de crédito.

Evidentemente, los desastres que podrían haber sucedido y que fueron evitados por el Estado y por la sociedad, fueron directamente invisibilizados.

Es necesario tomar conciencia de lo que hubiera ocurrido si no hubiéramos impedido semejantes fracasos.

Gracias a esos logros, en la segunda mitad de nuestro mandato, con la población mayoritariamente vacunada, dedicaremos nuestros esfuerzos no ya a evitar daños, sino a construir las acciones que marcarán el futuro económico, productivo, educativo, ambiental, sanitario y el desarrollo integral de la Argentina

Es el momento, hoy más que nunca, de hablar del mañana. Debemos dejar de lado el desaliento que atrapa a algunos. Yo los escucho. Recorro el país y hablo con ustedes. Y veo como estamos volviendo a ponernos de pie. Veo la enorme capacidad y energía social que hay en toda nuestra patria.

Vengo aquí a compartir con ustedes mis ideas acerca de cómo podemos construir ese nuevo tiempo que nos merecemos.

Si aprendemos las lecciones de nuestra historia, la Argentina ingresará en un desarrollo sostenido, potenciando la industria, cuidando el ambiente y redistribuyendo con equidad los ingresos.

Vamos a expandir la inversión pública y dirigir los recursos del Estado allí donde Argentina lo requiera.

No he venido hoy aquí a pedir que acompañen a un Presidente. He venido a pedirles que acompañen a un país que todavía atraviesa un enorme duelo colectivo, con su dolor y sus enseñanzas. Un país que, a pesar de ello, está ingresando en un sendero virtuoso de desarrollo integral.

Necesitamos planificar. Sepamos que el corto, el mediano y el largo plazo comienzan en el mismo momento. Es ahora. Planificar con una acción colectiva, liderada por el gobierno y acompañada con la fuerza de todos los sectores sociales: la comunidad, la producción, el trabajo, la ciencia y la tecnología. Los desafíos requieren continuidad de acciones y compromisos de los actores involucrados.

¿Cuáles son objetivos realistas que la Argentina se puede proponer para los próximos años?

1) Podemos crear anualmente, solo con la ampliación de la matriz productiva, al menos 200.000 puestos de trabajo de calidad en el sector privado.

2) Podemos poner en marcha 10.000 nuevas empresas por año.

3) Podemos reducir la inflación año tras año, de modo sostenido y paulatino.

4) Podemos alcanzar y superar los 100 mil millones de dólares de exportaciones sumando bienes y servicios.

Nuestro principal desafío es salir del péndulo de políticas económicas contradictorias. Debemos darle sostenibilidad a este desarrollo integral y salir definitivamente de la famosa “restricción externa”.

En el mediano plazo podemos duplicar las exportaciones de la Argentina. Necesitamos aumentar las exportaciones por la vía de una mayor producción, no con menos consumo interno. Producir para exportar, no saldos exportables.

Vamos a impulsar la producción y las exportaciones para generar empleo, mejorar los ingresos, generar divisas y bajar la inflación. No se trata de exportar a costa del mercado interno. Se trata de exportar para mejorar la vida de los argentinos.

La lógica del futuro es clara: debemos crecer, aumentar y diversificar nuestra oferta exportable para estabilizar nuestra economía. No se trata de estabilizar para después crecer, sino de crecer para estabilizar.

Nuestro plan para este año indica que las exportaciones de bienes crecerán entre un 5% y un 13% respecto a 2021. En materia de servicios en 2021 se estiman unos 9.000 millones de dólares y también se prevé una mejora para 2022. Por eso, sumando bienes y servicios, existe la posibilidad de que este mismo año nos acerquemos a los 100 mil millones de dólares de exportaciones.

Nuestro Plan de Desarrollo Integral debe contemplar diversos aspectos. La Argentina necesita tener una economía ordenada para darle previsibilidad a los trabajadores y a las trabajadoras, a las clases medias, a las empresarias y empresarios. Las PYMES serán protagonistas de este proceso, junto al movimiento obrero y a las organizaciones de la economía popular.

Por eso, elaboramos un plan fundado en “ Nueve Misiones Industrializadoras”.

1) Desarrollar una industrialización verde para una transición ecológica justa. Reemplazaremos tecnologías y fuentes energéticas contaminantes por otras que reduzcan considerablemente o eliminen emisiones tóxicas. Apostamos al hidrógeno verde, al litio, a las energías renovables y a la fabricación nacional de equipamiento, a la reconversión tecnológica, siempre con eje en el trabajo argentino. Con la fuerza de nuestras cooperativas avanzaremos en la economía circular y el reciclaje de residuos. Reduciremos las emisiones de carbono, impulsando un fuerte despegue productivo.

2) Desarrollar la explotación de nuestros recursos naturales en consonancia con los objetivos de la transición ecológica justa, con acuerdo social y con estrictos controles ambientales ejecutados por el Estado.

3) Fortalecer la economía de la salud para lograr la autosuficiencia de insumos críticos para la producción de aparatos y medicamentos. Vamos a avanzar decisivamente en la producción de vacunas.

4) Impulsar la economía para la defensa potenciando la implementación del Fondo Nacional de la Defensa. Debemos avanzar en la fabricación de radares, buques, drones, indumentaria, industria satelital, entre otros.

5) Modernizar a los sectores tradicionales de la industria argentina, adoptando nuevos desafíos tecnológicos, de mejora de productividad y de masiva creación de empleo.

6) Digitalizar el sistema productivo nacional fortaleciendo nuestra economía del conocimiento. Pretendemos incrementar las capacidades digitales del aparato productivo y de la sociedad, mejorando la productividad.

7) Transformar el sistema de producción de alimentos para lograr que el complejo agro-bioindustrial tenga alta intensidad en conocimiento para impulsar la producción industrial de base biológica en Argentina.

8) Desarrollar la electromovilidad para convertir a la Argentina en la plataforma sudamericana de vehículos eléctricos.

9) Duplicar las exportaciones de nuestro país, con 25 complejos productivos de bienes y servicios, que en 2021 exportaron 84.000 millones de dólares y que para 2030 aspiramos que exporten 170.000 millones de dólares. Tendremos así una tasa de crecimiento compatible con equilibrios en la balanza de pagos, de modo tal de eliminar las crisis cíclicas que sufre nuestro país.

Estos y otros temas serán objeto de debates legislativos y de acuerdos sectoriales. Queremos una industrialización con perspectiva de género que contribuya a que la Argentina tenga un territorio equilibrado, que haya polos productivos potentes en todas las provincias, que los argentinos y argentinas puedan desarrollar su vida donde hayan nacido.

Para que esos nueve objetivos puedan alcanzarse, es fundamental que avancemos en la agenda legislativa que hemos propuesto en 2021:

1. El desarrollo del cannabis para uso medicinal y cáñamo industrial, que ya tiene media sanción, nos permitirá generar 10.000 puestos de trabajo en los próximos años con una perspectiva federal.

2. La ley de inversiones automotrices, para estimular nuevos proyectos y crear nuevos puestos de trabajo.

3. La Ley de electromovilidad, para estimular la fabricación y difusión local de los vehículos eléctricos y trabajar en la cadena de valor del litio.

4. La Ley agro bio industrial, para estimular a la inversión en la cadena agroindustrial y agregar valor en las economías regionales. Con el horizonte 2030 esta ley permitirá crear 700 mil puestos de trabajo e impulsar exportaciones por 100 mil millones de dólares.

5. La Ley de Compre Argentino, para fortalecer el poder de compra del Estado como elemento de tracción para el desarrollo industrial, en particular en nuestras PYMES y cooperativas. Más trabajo argentino.

6. La Ley de desarrollo hidrocarburífero, que amplíe el potencial de nuestra industria, sea palanca para el desarrollo industrial, la creación de empleos y el desarrollo exportador.

A esta agenda agregaremos 3 nuevos proyectos que serán remitidos durante este año:

1.       Una Ley de Nano-biotecnología, que extienda y supere a la actual ley de Biotecnología moderna.

2. Una Ley de Hidrógeno que estimule y reglamente el desarrollo de esta actividad que es presente y es futuro, y donde Argentina aspira a presentarse en un lugar de liderazgo mundial.

3. Una Ley del Sistema Nacional de Calidad para dotar a nuestra producción de mayor autonomía, control y desarrollo que permita evitar los frecuentes casos en que Argentina no puede exportar productos de clase mundial.

Le pido a este Honorable Congreso de la Nación enriquezca y mejore las propuestas que hemos enviado como así también las que vamos a enviar. Por nuestra Argentina, por nuestros hijos e hijas, espero que cada uno de estos proyectos de ley se concrete lo antes posible.

Así estamos construyendo la Argentina del futuro. Necesitamos alcanzar con nuestras políticas todos los nichos productivos que existen.

Por eso lanzamos y profundizaremos Argentina Programa, las herramientas para que chicas y chicos de todo el país se formen en programación, una llave central para conseguir trabajo. Apuntamos a formar 200.000 jóvenes de todo el país.

Lanzamos el Plan Ganadería Argentina para aumentar la producción de carne con el doble objetivo de cumplir con la demanda interna e incrementar la oferta de exportación. Incluimos una línea de créditos y una bonificación de la tasa de crédito de los bancos adheridos.

Avanzaremos en un Plan Nacional de Forestación para la plantación y el cuidado de 100 millones de árboles nuevos hasta fin de 2023. Los árboles son el mecanismo natural manejable más eficiente para la captura de carbono.

Vamos a consolidar a la Argentina como un gran productor audiovisual que aliente el talento que tenemos y disfrutamos. Un país productor de películas, series y libros con una fuerte industria cultural.

El futuro exige dar un enorme impulso a la ciencia y la tecnología. Son herramientas fundamentales para resolver los problemas que afectan a la humanidad. Hay que continuar invirtiendo para lograr una creciente autonomía científico-tecnológica que nos permita aportar a la resolución de los problemas del país.

Quiero agradecer a este Congreso el haber aprobado las Leyes de Financiamiento de la Ciencia y la de Economía del Conocimiento. Así podremos alcanzar en los próximos años una inversión de más del 1 % del PBI, lo que implica multiplicar por 4 el presupuesto actual. La segunda Ley garantizará que la inversión pública traccione también inversión privada en investigación y desarrollo. Estoy convencido que en educación como en ciencia, los argentinos y argentinas debemos avanzar hacia políticas de Estado. Es por ello que en los próximos días estaré enviando a este Congreso Nacional el proyecto de Ley del Plan Argentino de Ciencia y Tecnología 2030 que fue debatido y concertado con los actores de la comunidad científica, universitaria y productiva del país.

Uno de los grandes objetivos del presente año será iniciar un enorme proceso de federalización de la ciencia. Agregar valor, fortalecer las cadenas productivas con modernas tecnologías allí donde está la producción primaria permitirá abrir numerosas fuentes laborales.

Este futuro es con la educación en el centro de nuestras prioridades. Cada peso invertido en educación es un peso invertido en el futuro de la Argentina. Seguiremos construyendo nuevos edificios, dotando de equipamiento y de toda la infraestructura necesaria, con un Programa especial para nuevos jardines de infantes. Construiremos 100 edificios integrados para la Educación Técnica Profesional y mejoraremos la infraestructura existente. Continuaremos con el Programa de Infraestructura Universitaria.

Tenemos un Plan para multiplicar la Conectividad en las escuelas y un plan para expandir la tecnología informática para nuestros niños, niñas, jóvenes y nuestros docentes. En los próximos 90 días brindaremos conectividad a 2.700 escuelas que no tenían. Para el resto de 2022 tenemos previsto conectar 10.000 escuelas más. Esto significa que 3 millones de chicos y chicas que no tenían conectividad en sus escuelas pasarán a estar conectados. Sumados estos 3 millones a los 5.200.000 estudiantes que ya tienen conectividad en sus escuelas, terminaremos el año cubriendo el 90 % de la matrícula total del Sistema Educativo argentino.

Respecto al Plan Conectar Igualdad, estamos distribuyendo 600 mil computadoras para cada uno de los chicos y chicas de escuelas secundarias públicas. Hemos licitado la compra de 1 millón más.

Debo anunciar además que este año vamos a comenzar a distribuir computadoras a nuestros y nuestras docentes de las escuelas primarias de gestión pública. Tenemos la obligación de facilitar la inclusión de nuestros educadores y nuestras educadoras a la era digital.

Vamos a construir 3000 aulas digitales para los chicos de nivel inicial. Esperamos construir 7000 más en 2023.

Entregaremos más de 8 millones de libros de lengua y matemática a 3 millones 600 mil estudiantes y docentes de nivel primario, de escuelas públicas.

Con el trabajo colectivo para re vincular estudiantes a la escuela tendremos logros muy importantes. Mañana, cuando comience el ciclo lectivo en la mayor parte del país, empezaremos a recuperar el estudio con la vuelta a clases.

Mañana más de 10 millones de niños, niñas y jóvenes regresarán a las aulas. Quiero desearles a todos los chicos y chicas, a los docentes y a las familias de la Argentina que tengan un buen inicio de clases. Comienza un ciclo lectivo reparador, con 190 días de clase, con presencialidad plena, segura y continua.

Pensando en quienes estudian, las Becas Progresar van a llegar a fin de este año a 2 millones, exactamente el doble que a fin del año pasado.

Vamos a seguir apoyando a las cooperadoras. Y vamos a fortalecer la Educación Sexual Integral. Queremos que los niños, niñas y adolescentes, sepan cuidar de sus cuerpos y de su salud reproductiva y sean responsables y tengan respeto con sus pares y, en particular, con las mujeres y las personas de las diversidades sexuales.

Para el desarrollo integral, potenciando el conocimiento, debemos generar la infraestructura necesaria que acompañe ese esfuerzo. Es momento de grandes obras. Tenemos 120 obras que son el eje para transformar la matriz productiva del país con un desarrollo territorial equilibrado.

Con la infraestructura, el objetivo es multiplicar y distribuir oportunidades en el territorio. La obra pública es una de las principales palancas para realizar un país más integrado, más desarrollado y más justo.

El desarrollo requiere mejor infraestructura vial. Quienes viajaron a la costa por las Autovías 11 y 56 saben el cambio que implica esto para la seguridad vial. Otros dos ejemplos emblemáticos son la Autopista Presidente Perón en el AMBA y el Puente Chaco-Corrientes con una inversión de 600 millones de dólares.

En un país que se desarrolla toda familia tiene derecho a tener un techo que la proteja. Para el 2023 vamos a haber construido 144 mil viviendas, habremos otorgado 120 mil nuevos créditos para la construcción o refacción de viviendas y alcanzado en total 264 mil soluciones habitacionales.

Como resultado de las inversiones que hicimos en modernización del sistema ferroviario, ya en 2021 los trenes de carga que opera el Estado incrementaron un 60% lo transportado en 2019.

Estamos reactivando y renovando líneas ferroviarias de pasajeros en todo el país y realizando obras de infraestructura en 8 aeropuertos. Estamos incorporando nuevas ciudades en el uso de la Tarjeta SUBE y queremos que esa tarjeta llegue a todo el país.

Construiremos un sistema de gasoductos que es uno de los proyectos más importantes para la estabilidad macroeconómica. El gasoducto que llevará el nombre de nuestro siempre recordado Néstor Kirchner tendrá 1.000 kilómetros y demandará una inversión de 2.500 millones de dólares.

Este año YPF cumple 100 años. Hemos recuperado YPF y la volvimos a poner en el camino del crecimiento. YPF cerró uno de los mejores años desde 2012. Invirtió 2.700 millones de dólares en 2021 y este año sus inversiones aumentarán un 40 %. Tenemos enormes recursos por desarrollar. De la mano de YPF podemos generar un proceso de desarrollo que ubique al país como un gran exportador de energía. Como argentinos y argentinas, tenemos que estar orgullosos de esta empresa que con un pie en su historia sigue mirando al futuro para garantizar la energía que el país necesita para seguir creciendo.

El desarrollo integral requiere más conectividad. Con ARSAT estamos finalizando la actualización de la Red Federal de Fibra Óptica para incrementar 10 veces la capacidad del tráfico de banda ancha. Relanzamos nuestro plan geoestacionario con la construcción de ARSAT SG-1 y hoy anuncio la construcción simultánea de un segundo satélite, ARSAT SG-2, para la exportación de servicios de valor agregado en América del Sur y brindar soluciones de conectividad en banda ancha.

Vamos a continuar profundizando la cultura del diálogo y el encuentro en el marco del Consejo Económico y Social, con participación de trabajadores y trabajadoras, empresarios y empresarias de todos los sectores, científicos, académicos y miembros de la sociedad civil. La experiencia demuestra que no resulta utópico ponernos de acuerdo, cuando priman la armonía y el bien común.

Todas estas acciones y proyectos son medios para nuestro objetivo principal: mejorar la vida de los argentinos y argentinas.

Buscamos que en la Argentina no sólo crezca la economía, sino que también crezca el bienestar. Que mejoren los empleo y que mejore la convivencia. Que disminuya la pobreza y disminuya también la violencia. Que suba la inversión y suba también el acceso a derechos. Que baje la inflación y también baje la inseguridad.

A los problemas hay que llamarlos por su nombre. Reconocerlos para poder resolverlos. Tenemos un sendero para ir reduciendo paulatinamente la inflación y la pobreza.

Necesitamos reconocer también que hay problemas con el valor de los alquileres. Pensando en todos los argentinos y argentinas que hoy son inquilinos, le pido al Congreso de la Nación que asuma la tarea de avanzar en los cambios que sean necesarios para mejorar la ley actual y generar un mejor acceso a la vivienda.

Y también debemos admitir el muy serio problema de la inseguridad. Luchamos de manera implacable contra el narcotráfico y el contrabando. Priorizamos la lucha contra el crimen organizado y entendemos a la seguridad democrática como un derecho de los argentinos y argentinas.

No hay modo de combatir al crimen organizado sin un sistema judicial eficiente.

Queremos que el Poder Judicial recupere la confianza pública que ha perdido y supere su crisis de funcionamiento, que sea eficaz y completamente independiente de todos los poderes, fácticos y políticos.

Déjenme hacer una observación. En el mes de enero los servicios de telecomunicaciones registraron el mayor aumento de precios. Eso fue posible porque algunos jueces dictaron medidas cautelares en favor de empresas prestatarias del servicio e impidieron la aplicación del decreto que declaraba servicios públicos a la telefonía celular, internet y la televisión por cable o satelital. A casi dos años de dictadas esas medidas cautelares no se expiden sobre el diferendo ni los tribunales que las dictaron ni la Corte Suprema que añeja la cuestión en algún armario.

Esto que acabo de describir no es otra cosa que un acto de complicidad judicial con el poder económico.

Necesitamos una Reforma integral del sistema de administración de justicia federal.

Lamentablemente, el Proyecto de Ley de Reforma Judicial que envié en 2020 que fue aprobado por el Senado ahora ha perdido estado parlamentario. Lo que está sucediendo con el Poder Judicial en Argentina es grave.

Esa reforma que impulsé fue resistida por la oposición para beneficiar a algunos funcionarios del gobierno anterior que deben rendir cuentas. Saben que tienen aliados en fiscales y jueces de la justicia federal. Por eso siempre su primer planteo ha sido y sigue siendo reclamar la competencia de los tribunales afincados en Comodoro Py.  

En ese proyecto de Ley, además, se creaba el juzgado federal y una fiscalía en San Lorenzo y la Cámara Federal de Apelaciones Rosario, instrumentos jurídicos indispensables en la lucha contra el narcotráfico. También ese proyecto establecía la creación de una nueva sala y una Secretaría de Narcotráfico en la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario. No se debería demorar más tiempo en tomar decisiones tan fundamentales.

Yo le solicito al Honorable Congreso de la Nación aborde la cuestión que planteamos. Que haga los cambios adecuados, que generen los consensos necesarios y que resolvamos este problema.

Ya hemos enviado el proyecto de ley de reforma del Consejo de la Magistratura. Avanzaremos en la implementación del Código Procesal Penal Federal y ampliaremos también los mecanismos de acceso a la justicia.

La conformación y funcionamiento de la Corte Suprema de Justicia también debe ser objeto de análisis y decisión en este ejercicio legislativo.

Yo, como titular del Poder Ejecutivo Nacional, hice cuanto estuvo a mi alcance para poner fin a las malas prácticas que se observaban en el sistema judicial.

Durante la administración anterior, existieron serias interferencias de los servicios de inteligencia en el funcionamiento de las instituciones de la república, afectando los derechos y garantías de los y las habitantes de nuestra nación. A la luz de lo que hoy sabemos, no habíamos llegado a tener real dimensión del enorme daño que esas intromisiones causaron.

Cuando asumí la Presidencia me comprometí a terminar con los sótanos de la democracia prometiendo que NUNCA MÁS esas prácticas oscuras pondrían en riesgo la institucionalidad.

Tengo la tranquilidad de haber cumplido con la palabra que empeñé.

Me ocupé de que no existan causas armadas entre los servicios de inteligencia, las autoridades de los poderes públicos y miembros que deshonran la administración de justicia. 

Garanticé que no existan nuevos encarcelamientos sin sustento jurídico.

Puse fin a las escuchas o seguimientos ilegales a dirigentes opositores, a sus familiares o a sus representantes jurídicos.

En síntesis, dije NUNCA MÁS a esos sótanos que propusimos desmantelar y por eso los desmantelamos.

Lo dijimos en 2019 y lo sostenemos hoy. Este debe ser un compromiso de los tres poderes del Estado.

En la Argentina de hoy no hay espionaje político. No se intervienen teléfonos sin causa judicial. En la Argentina de hoy cada uno piensa y dice lo que se le da la gana.  El secreto no puede ser NUNCA MÁS la excusa para que el Estado institucionalice un sistema de espionaje cuyo fin sea la persecución a opositores políticos o la extorsión. Ese es el entramado que la intervención de la AFI develó y denunció.

En los próximos días enviaré un proyecto de Ley que permita consolidar el trabajo hecho en estos años en materia de inteligencia. Es indispensable que el Congreso acompañe este camino. Necesitamos contar con organismos de inteligencia que permitan producir información estratégica de calidad que contribuya a tomar decisiones y a proteger (no a espiar) al conjunto de la población frente a los riesgos y desafíos de un mundo cada vez más dinámico.

Como siempre lo hemos hecho, mantendremos en lo más alto las políticas de memoria, verdad y justicia. Estamos iniciando la construcción del Espacio de Memoria y las actividades en el ex Centro Clandestino de Detención “Campo de Mayo”. Además, recuperaremos el Regimiento de infantería 9 de Corrientes y el Vesubio.

La Argentina tiene la obligación ética de prevenir y erradicar la violencia institucional. Enviaré un proyecto de Ley que establezca estándares básicos de comportamiento de las fuerzas de seguridad en todo el territorio argentino.

Queremos un país respetuoso de todos y todas. De todas las diversidades y de todas las diferencias.

Por eso, reforzaremos el trabajo para garantizar los derechos constitucionales garantizados a los pueblos originarios.

Por eso, ya implementamos el DNI no binario.

Por eso, necesitamos avanzar en reducir las desigualdades que genera la discapacidad, para proteger los derechos de más de 4 millones de argentinos y argentinas. Este año, después de recoger las sugerencias de todos los sectores, enviaremos el Proyecto de Ley para proteger los derechos de las personas con discapacidad, para tener una Argentina justa e inclusiva. Y para que el marco normativo sobre discapacidad sea fruto de nuestra democracia.

Todas y todos necesitamos ser cuidados en algún momento de nuestras vidas. En la primera infancia y en la ancianidad. También en circunstancias de enfermedad o de necesidades especiales. La desigual distribución del trabajo de cuidado es el corazón de las desigualdades entre los géneros. Al igual que otros países enviaremos un proyecto de Ley que establezca un sistema integral de cuidados con perspectiva de género que permitirá crear más de 200.000 puestos de trabajo  para quienes cuidan a más de 1 millón de personas que necesitan de esos cuidadas.

Este año avanzaremos en la construcción de 326 nuevos espacios de Primera Infancia y finalizaremos otras 200 obras de mejora edilicia para 50 mil niños y niñas de hasta 4 años de edad.

Estamos construyendo una Red de 30 Centros Territoriales de Políticas de Género y Diversidad en todas las provincias, para resolver las situaciones de violencia por motivo de género. Estamos creando 80 equipos interdisciplinarios que asistan en casos de violencias de género y promuevan derechos en todo el territorio nacional.

Argentina es uno de los países latinoamericanos más retrasados en regímenes de licencias parentales. Por eso enviaré un proyecto de Ley para lograr en nuestro país un régimen de licencias parentales igualitarias. Ampliaremos días por maternidad, paternidad y adopción e incluiremos a trabajadores monotributistas y autónomos sin generar mayores erogaciones a los empleadores.

Para simplificar el acceso ciudadano al Estado, hemos modernizado la gestión del Registro Nacional de las Personas. Los nuevos sistemas de identificación permitirán certificar la identidad de las personas de modo más veloz, confiable y llevar la calidad de los documentos de identidad a los más altos estándares. Los padres, madres o tutores podrán descargar los DNI de las personas menores a su cargo en su celular. El mejoramiento informático hará más sencillos una serie de trámites ciudadanos.

Este año tendremos Documentos Nacionales de Identidad y Pasaportes electrónicos. Y se avanzará para realizar el trámite de emisión de DNIs y Pasaportes de forma remota.

Quiero detenerme ahora en un tema prioritario para nuestro gobierno. Los eventos climáticos que estamos atravesando y sus catastróficas consecuencias a nivel humano, natural y productivo, muestran la necesidad de asumir firmes compromisos en materia ambiental.

Durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Glasgow, Argentina presentó un objetivo más ambicioso que el de 2016. Aumentamos 27,7 % nuestros compromisos de limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y nos comprometimos a alcanzar la neutralidad de carbono al 2050, lo que nos convierte en uno de los países que más ha aumentado su meta en la lucha contra el cambio climático.

Estas acciones se consolidarán en instrumentos como el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático y en la Estrategia de Desarrollo Resiliente con Bajas Emisiones a Largo Plazo, que presentaremos a fin de año en la COP 27 en Egipto.

Hemos enviado el proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Evaluación Ambiental, con el objetivo establecer criterios aplicables a todo el territorio nacional para proveer un piso de protección ambiental.

Para cuidar nuestros ecosistemas fortaleceremos con mayores recursos el Servicio Nacional de Manejo del fuego. Además de comprar centros de operaciones móviles, transportes y otros insumos, mejoramos las bases de Chubut, Misiones y San Luis, y ampliaremos el sistema de alerta temprana. Además, enviaremos la modificación de la Ley de Bosques Nativos.

Este año el INDEC llevará adelante el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda, que tuvo que ser postergado por la pandemia. Será el 18 de mayo, con opción de completarlo previamente por medios electrónicos. El Censo producirá información indispensable para la toma de decisiones y también para que todos podamos conocer la realidad de nuestro país.

La Argentina lleva a cabo una política exterior basada en el multilateralismo cooperativo. Apoya con firmeza la paz, la seguridad internacional, la solución pacífica de controversias, los derechos humanos, la defensa de la democracia y el cuidado del medio ambiente. En todos los foros bregamos por soluciones cooperativas e igualitarias a los grandes problemas globales.

Fomentamos el diálogo en nuestra región superando diferencias que existen. Promovemos el diálogo constructivo con nuestros socios del Mercosur y aceptamos el desafío de presidir la CELAC. Por primera vez este año la Argentina ha sido elegida para presidir el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

La República Argentina, fiel a los principios de la convivencia internacional, hace un llamamiento a la paz y a la resolución pacífica de las controversias internacionales. La Argentina siempre rechazará el uso de la fuerza armada y reitera la necesidad del respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas.

La Cuestión Malvinas debe ser una política de Estado que cumpla con el mandato de la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional diseñando estrategias consensuadas que permitan conducir con éxito el reclamo. La vocación de construcción de ese consenso ha quedado expresada en las leyes que impulsamos y que fueron sancionadas por unanimidad en ambas Cámaras.

A cuarenta años del Conflicto de Atlántico Sur lanzamos la Agenda Malvinas 40 Años y hemos declarado el año 2022 como año de homenaje del pueblo argentino a los caídos así como a sus familiares y a los veteranos de Malvinas. Visibilizamos así a uno de los últimos resabios de colonialismo.

La República Argentina reitera su búsqueda de una solución negociada y pacífica de la disputa de soberanía, para cumplir con el objetivo irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio que se encuentra usurpado. Agradecemos todos los apoyos de países, regiones y foros Internacionales que se expresan en favor de la Argentina.

Nuestro compromiso de homenaje a los caídos en Malvinas se expresa en sostener la política de identificación de nuestros soldados que quedaron en esa parte del territorio nacional. Por eso, hemos expresado al Comité Internacional de la Cruz Roja el interés de la República Argentina en la concreción de una tercera etapa de identificación de caídos en el marco del Plan Proyecto Humanitario, como parte de una iniciativa que fue lanzada en 2012 y ha tenido continuidad en los sucesivos gobiernos.

Tengo la convicción que Malvinas nos une en una causa nacional que convoca y moviliza al pueblo argentino. Las Malvinas fueron, son y serán argentinas.

Miremos al 2023. Ese año debe unirnos en la pluralidad. Cuando el actual mandato presidencial esté concluyendo, se cumplirán 40 años de democracia. Una conquista fundamental e irrenunciable. Con sus diferencias, sus logros, sus errores y sus desafíos invito a todos y todas a trabajar incansablemente para que los 40 años de democracia nos encuentren en una Argentina próspera, más justa, en paz, con mejores instituciones, donde la vida de todos y todas esté mejorando y donde nos unamos en el juramento “democracia para siempre”.

Al iniciar este discurso llamé la atención sobre este tiempo singular que atravesamos. En el inicio de su “Historia de dos ciudades”, Dickens describe una época del mundo que tiene plena vigencia en este presente. Decía: “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos. La edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero nada teníamos, íbamos directamente al cielo y nos perdíamos en sentido opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, en lo que se refiere tanto al bien como al mal, solo es aceptable la comparación en grado superlativo”.

Esta época bisagra de la historia, de Argentina, del mundo, del universo, necesita que le propongamos un sueño. Un propósito: queremos dejar de ser víctimas de todo y pasar a ser propulsores de algo.  Pasar del miedo a la ilusión. De la muerte a la creación. Hay que sacar la utopía del pasado y volver a ponerla en el futuro.

Muchas gracias”.

El presidente expondrá ante un Congreso más complicado que en su última visita

La presencia de Alberto Fernández es esperada para el mediodía de este martes y se aguardan con atención sus anuncios y los gestos de quien estará sentada a su izquierda. Los ejes del mensaje.

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, inaugurará este martes el 140° período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, con un mensaje que estará signado por el debate central que se apresta a encarar el Parlamento en los próximos días: el acuerdo con el Fondo Monetario.

Obligado por la Ley 27.612, de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública que esta misma administración decidió hacer votar el año pasado, el oficialismo deberá aprobar en ambas cámaras el acuerdo con el FMI, lo cual ha generado un clima deliberativo en el seno del Frente de Todos, cuyo punto central de tensión estuvo marcado por la decisión de Máximo Kirchner de renunciar a la presidencia del bloque.

Pero más allá de esa decisión que marcó un punto de inflexión en el frente constituido en 2019, todos los ojos estarán puestos este martes en la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Sentada a la izquierda del primer mandatario, la titular del Senado volverá a mostrarse después de mucho tiempo junto a su compañero de fórmula, pero sobre todo habrá una gran expectativa en ver sus gestos durante el discurso de Alberto Fernández. Sobre todo cuando haga referencia a las negociaciones con el FMI, que se espera anuncie como concluidas, de cara al envío al Congreso del proyecto para aprobar el acuerdo.

Cristina Fernández de Kirchner se ha mantenido en silencio respecto del acuerdo con el Fondo, y solo alteró su silencio en las redes sociales el último domingo, cuando recordó su actuación cuando el conflicto entre Rusia y Ucrania por la península de Crimea. Respecto del entendimiento por la deuda, Alberto Fernández admitió en declaraciones al periodismo que ella tiene diferencias con el entendimiento, pero aseguró que ella no compartía la decisión de su hijo de dejar la presidencia del bloque oficialista, al punto tal de haberle pedido reconsiderarla. Hay muchos que ponen en duda que realmente la decisión de su hijo no haya sido consensuada con la vicepresidenta.

Por lo pronto, CFK ya reapareció en público el jueves pasado, para presidir la sesión preparatoria del Senado, y esa vez se mostró distendida.

A la derecha del presidente de la Nación se sentará este martes el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien ha contribuido en buena medida al avance del entendimiento con el FMI, según ha podido saberse. El será -junto a Germán Martínez, sucesor de Máximo Kirchner- el encargado de llevar adelante buena parte de la tarea de reunir los votos necesarios para aprobar el acuerdo en la Cámara baja con la mayor cantidad posible.

El tema del acuerdo con el FMI será entonces el que más expectativa atraerá este martes, aunque no se sabe cuánto tiempo le dedicará el presidente al mismo, ni tampoco qué lugar ocupará en el orden del discurso en cuya elaboración colaboran los asesores presidenciales Alejandro Grimson y Ricardo Forster.

Es de esperar que una vez más el presidente deje claro que la deuda en cuestión ha sido contraída por la administración que lo antecedió, pero el tono que use en esas circunstancias merecerá también especial atención, pues bien sabe Fernández que los legisladores de Juntos por el Cambio serán indispensables a la hora de votar el acuerdo. No sea cosa que suceda como con el Presupuesto, cuando la ira de Máximo Kirchner desbarató todo tipo de acuerdos por los que se había trabado durante la extensa sesión en Diputados.

La inflación será otra cuestión a la que el primer mandatario se referirá sin dudas, haciendo hincapié en el control de precios para combatirla. Hablará del tema, según ha trascendido, como una de las prioridades de esta administración.

La cuestión económica será comentada por el presidente en el marco de datos auspiciosos que le han aportado sus funcionarios para su difusión. Fernández hará hincapié en el crecimiento de la actividad económica de un 9,3% en el mes de noviembre, enfatizando que es la novena suba consecutiva. También resaltará el crecimiento del 15,8% de la actividad industrial en 2021 y de un 7,1% respecto del año anterior.

Hablará de la construcción, que creció 30,8% respecto de 2020 y 5,4% comparado con 2019. Lo encadenará con el tema del empleo, que  llevará un buen espacio en el discurso presidencial, que enfatizará que en el último trimestre de 2021 la tasa de empleo fue del 42,9% (con 422 mil nuevos puestos de trabajo), la más elevada desde 2016 para un tercer trimestre.

La tasa de desempleo bajó al 8,2%, la menor para un tercer trimestre desde 2016 y en noviembre el empleo total registrado aumentó 3,7% con relación a noviembre 2020.

Para un país ávido de divisas, resaltará el saldo comercial positivo de 2021 del orden de los 14.750 millones de dólares: el segundo mayor registro desde 2009.

Fernández vinculará todos estos datos con la salida de la pandemia, a la que no obviará en su discurso, y respecto a ello pondrá especial énfasis en destacar la campaña de vacunación, con más de 35 millones de argentinos con esquema completo.

Seguramente destacará que ese “logro” fue alcanzado a partir del acuerdo alcanzado en primer lugar con Rusia para la llegada de las vacunas Sputnik V, aunque para equilibrar destacará también la llegada de vacunas de otros orígenes, como las norteamericanas Moderna y Pfizer.

A propósito del acuerdo con Rusia por las vacunas, se espera que haga referencia al conflicto con Ucrania. Por primera vez su canciller, Santiago Cafiero, pronunció en nombre del Gobierno este lunes en la ONU la palabra “invasión”. Previamente lo había hecho el titular de la Cámara baja, Sergio Massa, inmediatamente después de desatada la guerra.

Es de esperar que en materia de relaciones exteriores el presidente resalte su reciente viaje a China y los acuerdos alcanzados en ese país, remarcando sobre todo los que tienen que ver con la Ruta de la Seda.

Según adelantaron voceros consultados, también hablará del tema salud mental de la población tras la pandemia, como así también sobre el cambio climático, haciendo especial hincapié en los incendios registrados en la provincia de Corrientes.

En materia de proyectos que vaya a enviar al Congreso, o sobre los que pedirá su aprobación, basta con echar un vistazo en el temario de extraordinarias, ninguna de cuyas iniciativas tuvo tratamiento en el mes de febrero.

Uno de esos proyectos tiene que ver con el Consejo de la Magistratura. Para cumplir con el requerimiento de la Corte Suprema de redactar una nueva ley, sobre el tema el PEN mandó un proyecto al Senado cuyo tratamiento nunca comenzó.

Cannabis medicinal, movilidad sustentable y ley de hidrocarburos: los proyectos que llegarán al Congreso

El presidente habló de un paquete de seis proyectos, que incluye además incentivos para los sectores automotriz y agroindustrial.

El presidente Alberto Fernández anunció este lunes, al inaugurar el período de sesiones ordinarias, que enviará este año al Congreso seis proyectos de ley vinculados al cannabis para uso medicinal, la movilidad sustentable y una nueva ley de hidrocarburos, entre otros temas.

Movilidad sustentable

“El mundo avanza hacia vehículos eléctricos con baterías de litio o el uso del hidrógeno verde. Argentina debe ingresar paulatinamente en este sendero. Implementaremos incentivos tanto en la incorporación de movilidad sustentable como de la producción en el país de ese tipo de vehículos y su cadena de valor, que comienza en el litio”.

Incentivos para el sector automotriz

“Luego de un año de trabajo con los actores de la cadena automotriz, empresarios fabricantes de autos y autopartes, trabajadores y el gobierno, llegamos a un acuerdo para este proyecto de ley que incluye dos grandes capítulos: incentivos fiscales para la inversión y la creación del Instituto de la Movilidad. La ley facilitará la realización de inversiones por más de 5.000 millones de dólares”.

Cannabis medicinal

“El cannabis tiene propiedades de gran utilidad con fines medicinales e industriales. La industria mundial del cannabis medicinal triplicará su volumen de negocios en los próximos cinco años. El proyecto prevé la utilización del cultivo exclusivamente con fines de industrialización para uso medicinal e industrial”.

Compras del Estado

“Vamos a proponer mejoras para fortalecer las compras nacionales de medicamentos: la elevación de márgenes de preferencia para empresas nacionales, hasta el 20% para el caso de PYMES; y promover nuevas herramientas como las compras públicas para la innovación, estimulando al sector privado para proveer soluciones creativas a problemas de gestión pública”.

Incentivos para el sector agroindustrial

“Hemos trabajado durante 2020 con el Consejo Agroindustrial Argentino en iniciativas destinadas a fortalecer la inversión para agregar valor, aumentar la producción y las exportaciones. Vamos a promover la inversión agroindustrial con incentivos impositivos y previsibilidad para estimular las inversiones en el sector, generando más empleo y valor agregado”.

Ley de hidrocarburos

“Vamos a promover la industria hidrocarburífera mediante el envío de una ley que aborde en forma integral al sector, desde su extracción hasta su industrialización, y genere las condiciones para el desarrollo de los recursos energéticos que tiene el país en beneficio de los argentinos y las argentinas”.

El discurso completo del presidente ante la Asamblea Legislativa

Alberto Fernández habló casi dos horas ante diputados y senadores para inaugurar el 139° período de sesiones ordinarias.

A continuación, el discurso completo del presidente Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa:

DISCURSO-ALBERTO-FERNANDEZ-ASAMBLEA-LEGISLATIVA-2021

El discurso completo de Alberto Fernández sobre la reforma judicial

El texto que leyó el presidente en Casa Rosada al anunciar el proyecto que enviará al Congreso.

A continuación, el discurso completo del presidente Alberto Fernández este miércoles al anunciar el proyecto de organización y competencia de la Justicia Federal que enviará al Congreso.

Discurso-Reforma-Judicial