Hacer el foco en lo que importa, sin egoísmos

Por Edgardo Néstor De Vincenzi. El presidente de la Confederación Mundial de Educación propone caminos para salir del estancamiento en el que se encuentra el país.

El pasado domingo 14 de noviembre se llevaron adelante las elecciones de medio término en la Argentina, las que tuvieron el nivel de participación más bajo desde el retorno de la democracia en 1983, con el 71% del padrón electoral, según informó la Cámara Nacional Electoral.  

Si bien fueron cuatro puntos menos que en los comicios generales de 2019, quiero rescatar que sí creció el sufragio desde las últimas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 12 de septiembre, en el cual había votado poco más del 66% del padrón en todo el país.  

Esto último es algo a destacar, ya que las elecciones han estado vinculadas desde el principio con una pandemia de coronavirus que acarreó diversas dificultades y tristezas a todos los argentinos. 

La sensación desde hace varios años, lamentablemente casi permanente, en la que viven los argentinos, y bajo períodos de diferentes signos políticos en el poder, es que estamos inmersos en una especie de “crisis permanente”. Un bucle cuesta abajo difícil de parar.  

Pero más allá del pozo en el que podamos estar al corto plazo, tenemos que pensar que el futuro no será próspero si no fijamos estándares de excelencia para la educación y jerarquización de la política.  

Hay que capacitar a los políticos de hoy y a los del futuro. Necesitamos hacer hincapié en la preparación científica de esta ciencia, que es la más importante por su valor epistémico.  

Los políticos son y serán los “guardianes” del valor primordial de una sociedad, del bien común de los ciudadanos, a fin de lograr asegurar una adecuada alimentación, calidad en los sistemas de salud y educación, y en garantizar trabajo y hábitat dignos.  

Para no fracasar necesitamos del compromiso de todos. Mediáticamente se ha colocado a la famosa “grieta” como algo omnipresente. En lo personal, creo que es un concepto errado y que todos en el arco político y social quieren y buscan lo mismo: el bienestar general del grueso de la gente.  

Los caminos y las formas son las que difieren, con resultado esquivo hasta el momento. Debemos empezar a mirar el futuro con profesionales cualificados en la actividad que convocan, que cuenten con una amplia capacidad de creatividad, de desarrollo de sentimientos, de autoestima y de resiliencia para afrontar la realidad y resolver asertivamente ante las crisis.  

Para terminar, quiero destacar que toda crisis significa una oportunidad, pero que no la podremos ver si no hacemos el foco en lo que realmente importa, sin egoísmos, sin querer sacar ventajas y con la mente abierta.  

Hay que definir qué es el “bien común” y enfocarse en él hacia el futuro

Por Edgardo Néstor De Vincenzi. El presidente de la Confederación Mundial de Educación (COMED) abre el debate sobre las prioridades que debe encarara el Gobierno en este etapa de la pandemia.

Los argentinos continuamos sentidos por la pandemia del nuevo coronavirus que nos pegó de múltiples formas y que aún duele, con muertes reportadas todos los días, crisis económica y un futuro incierto.  

En un principio, la amenaza mayor la vivió la zona del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), mientras las provincias veían de lejos la multiplicación de casos. Luego, con un sistema de salud en tensión, la pandemia se expandió por todo el territorio argentino y fue el interior el que recibió el embate del Covid 19.  

Ahora, si bien la curva de casos pareciera estar en baja en el país, se sabe por la experiencia en Europa que no se puede relajar, ya que los rebrotes de una nueva ola podrían ser aún más dolorosos. 

Ahora bien. ¿Dónde debería apuntar lo primordial? Este es el gran desafío para aquellos que toman las decisiones: los políticos. Lo que en un principio fue un apoyo unánime en la forma de cuidar a la población, encontró lógicamente con el correr de los días una resistencia de quienes quedaron en una situación más vulnerables con la economía paralizada.  

Hay que entender que el principal desafío ante la crisis que vivimos es encontrar la resiliencia y la creatividad para salir de la misma. Hoy, la pandemia nos hace atravesar algo que nunca hemos experimentado, pero también es una oportunidad.  

En este cimbronazo mundial hay que ponderar el bien común de todos los ciudadanos, mejorar la solidez y credibilidad de nuestras instituciones, a través de la formación de “grandes” y “calificados” políticos. La conquista del bien común tiene que ver con la alimentación, educación, salud, trabajo, hábitat y la correcta administración de la Justicia. Porque al Estado, le corresponde garantizar las condiciones de realización individual y colectiva, que permiten y retroalimentan su buen funcionamiento. 

La Ciencia Política como instrumento es la clave del éxito del Estado. Somos conscientes, que los funcionarios que forman parte de las instituciones que lo conforman, deben dominar con solvencia la Ciencia para la que se los convoca desde su rol específico.  

Debemos enfocarnos en la profesionalización de la política, ya que es la ciencia más importante, desde la epistemología, por ser la encargada de calificar el destino de las sociedades democráticas y a los ciudadanos, hacia el éxito o el fracaso post-coronavirus.  

Entonces, será la educación la que deberá preparar para la vida, lo que significa asumirla en su complejidad y diversidad, con la capacidad de mantener los rumbos o direcciones esenciales, pero con la flexibilidad y apertura a las nuevas alternativas, por lo tanto, creativamente, a través de la resiliencia. Familia, escuela, sociedad y Estado conforman un todo, en donde cada una de estas partes se encadena y retroalimenta, construyendo el camino por donde pasa el presente, con la consecuencia del pasado y a la espera del futuro.