Los discursos más largos, los cruces más duros y los desplantes de las asambleas legislativas

Con toda la expectativa puesta en el que será el primer mensaje del presidente Javier Milei ante los diputados y senadores, un repaso a los que sucedió en las últimas dos décadas.

recinto asamblea legislativa 2022

Por ahora, el presidente Javier Milei no se destaca por la extensión de sus discursos. Con 80 días al frente de la primera magistratura, no hay mucha experiencia de donde se pueda analizar al actual mandatario en esa materia. El antecedente más comparable es su mensaje desde las escalinatas del Congreso el día de su asunción. Esa vez habló apenas 33 minutos. También un discurso no más largo en Davos, y otro sí más extenso en su reciente viaje a Estados Unidos para participar de una convención conservadora.

Los discursos de su antecesor, Alberto Fernández, en general rondaron la hora y media. El más largo fue el de 2021, de 107 minutos. El último del exmandatario se extendió 92 minutos. El más breve fue el primero, en vísperas de la pandemia: 100 minutos.

Un análisis de parlamentario.com hecho en base a los discursos inaugurales de las sesiones ordinarias de los últimos 22 años, desde Eduardo Duhalde a Alberto Fernández, permite saber que entre todos suman 2.126 minutos, poco más de 35 horas. Un promedio de poco más de 96 minutos, algo más de una hora y media.

Para llegar a esos guarismos hay que contemplar que tenemos casos muy dispares que van desde los mensajes muy breves de Eduardo Duhalde, a los discursos XL de Cristina Fernández de Kirchner.

Precisamente quien estuvo los últimos cuatro años sentada a la izquierda de Alberto Fernández en cada apertura de sesiones ordinarias, es -previsiblemente- quien ostenta el récord en materia de extensión de discursos: conforme la regla que citábamos al principio, CFK lo alcanzó en 2015, cuando en el último mensaje de sus dos mandatos llegó a los 221 minutos: 3 horas 41 minutos. Como para dejar bien altas sus mediciones al irse y asegurarse de que sea muy difícil que algún presidente vaya a desplazarla alguna vez del primer lugar en la materia.

De hecho, quien la sucedió ni se le acercó. Mauricio Macri se caracterizaba por discursos de alrededor de una hora. Con la coincidencia de que en 2016 y 2017 habló el mismo tiempo: 61 minutos. Y en su último mensaje estuvo cerca de repetir: 58 minutos.

En cambio en 2018 sorprendió por su brevedad: 40 minutos.

De todos los mandatarios consignados en esta reseña, Cristina es la única presidenta que no leía los discursos. Y más allá del récord de 2015, cerca estuvo en 2013, cuando habló 3 horas 36 minutos. El año anterior también había superado las 3 horas en 17 minutos.

Su esposo, Néstor Kirchner, arrancó su gestión con un discurso de menos de una hora, pero ya al año siguiente, en 2005, llegó a la hora y media. Los dos años siguientes superó las dos horas.

Eduardo Duhalde en cambio, como dijimos, se caracterizaba por la brevedad de sus mensajes ante la Asamblea Legislativa que lo había ungido presidente: el primer año habló 44 minutos y en 2003, cuando le restaban dos meses de mandato, habló diez minutos menos.

El clima de las sesiones

Otro detalle a tener en cuenta para este viernes será sin duda la temperatura en el recinto. Con el presidente Milei instalado en un atril, más cerca de sus interlocutores, será todo un desafío la interacción que pueda llegar a darse.

No la pasó tan mal en la última asamblea Alberto Fernández, aunque debió soportar el canto irónico de Juntos por el Cambio “borombonbom, borombombom, para Alberto la reelección”. Los que estuvieron incómodos en cambio ese 1° de marzo fueron los miembros de la Corte Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, ubicados a la derecha del estrado, que con gestos petrificados debieron soportar la andanada de críticas que el jefe de Estado le dirigió al Tribunal Supremo al que su gestión estaba desarrollando un juicio político ese año.

En esa oportunidad, los integrantes de Evolución Radical, encabezados por el senador Martín Lousteau, se retiraron cuando Fernández se refirió a la coparticipación que Nación le había quitado a la Ciudad de Buenos Aires. En ese momento también se levantó Fernando Iglesias, que le daba la espalda en su banca, para gritarle al presidente “mentiroso” y “sinvergüenza”, y se fue. No se fueron en cambio los diputados del Pro, como sí lo habían hecho en la asamblea de 2022, luego de que el presidente Fernández pidiera a la justicia investigar a Mauricio Macri, pero sí se retiraron Javier Milei, Victoria Villarruel, José Luis Espert y Carolina Píparo; más los socialistas santafesinos Mónica Fein y Enrique Estévez. Más tarde se sumarían Graciela Camaño, Florencio Randazzo y Alejandro “Topo” Rodríguez, de Identidad Bonarense. Con la salida de estos cinco, los únicos que se quedaron por el interbloque Federal fueron los tres schiarettistas.

En su discurso de 2022, Alberto reconoció que la inflación era “el gran problema de los argentinos” y la “principal preocupación del Gobierno”, y denunció “complicidad judicial con el poder económico”.

En su primer discurso ante la Asamblea Legislativa, en 2020, el dato saliente fue el estallido de euforia que causó el anuncio de Alberto Fernández de que enviaría el proyecto de legalización del aborto.

En su primer mensaje para inaugurar sesiones ordinarias, Macri también habló de inflación y atribuyó su existencia a que “el Gobierno anterior la promovió”. La característica saliente de esa sesión fue, a diferencia de los años anteriores, el toque sobrio y poco festivo, muy distinto de las ceremonias organizadas los ocho años anteriores para recibir a Cristina Kirchner. Una de las diferencias más visibles era entonces la ausencia de banderas y de militantes de agrupaciones en los palcos superiores de la cámara.

Luego de haber abogado en anteriores intervenciones contra la pobreza, poniendo a su reducción como el principal objetivo de su gestión, en su último mensaje ante los legisladores reconoció que ese flagelo había vuelto “a los niveles de antes”.

Esa fue la asamblea más caliente que protagonizó Macri. No era para menos: el FpV-PJ se había ido preparado con carteles con el hashtag #HayOtroCamino. Agustín Rossi, Leopoldo Moreau y Horacio Pietragalla fueron los más duros contra el presidente.

Los primeros gestos de ironía del bloque kirchnerista no se hicieron esperar. Brotaron cuando Macri relató el mensaje de una mujer que le dijo: “Quería contarles que este año, con mi esposo, no nos fuimos de vacaciones, pero conectamos las cloacas e instalamos el agua corriente. ¡No se imaginan lo que se siente!”. A partir de ese momento, el desorden se apoderó de la sesión. Macri tuvo que levantar la voz varias veces para hacerse oír entre los gritos. Hasta que se salió del libreto para retrucar: “Los gritos, los insultos, no hablan de mí, hablan de ustedes, señores. Yo estoy acá por el voto de la gente. ¡Yo estoy acá por el voto de la gente, señores!”.

La era Cristina

“Hemos desendeudado definitivamente a la República Argentina”, proclamó Cristina Kirchner en su último mensaje en 2015. En el que por supuesto la emprendió también contra la justicia: “El Partido Judicial se ha independizado de la Constitución”, disparó.

En 2014, el radicalismo había amenazado con retirarse del recinto en caso de que la militancia cometiera “excesos”. ¿Qué hizo entonces la juventud kirchnerista? Les arrojó pétalos de flores a la oposición cuando la presidenta finalizaba su discurso”.

En su primer mensaje como presidenta, CFK habló de la energía, citándola ya no como un problema argentino, sino regional y mundial. Ahí destacó la importancia de la presencia de Venezuela en el Mercosur, a fin de “cerrar la integración energética”. El detalle le sirvió para destacar que la buena relación con Hugo Chávez, a quien no citó como sí hizo con Lula, “no es una cuestión de simpatías personales o amiguismos personales, sino un ejercicio de racionalidad para integrar y cerrar la ecuación energética de América Latina”, dijo.

Un año después, ya pasada la crisis por la 125, la Asamblea Legislativa volvió a reunir a Cristina Kirchner con su vice, Julio Cobos. Fue la primera vez tras el “voto no positivo”: no se miraron y solo se apretaron dos veces las manos. Un dato de esa ceremonia: la presidenta se olvidó de inaugurar formalmente las sesiones ordinarias.

Los tiempos, año por año

Presidente            Año Tiempo
Alberto Fernández 2023 1 hora 32 minutos
Alberto Fernández 2022 1 hora 37 minutos
Alberto Fernández 2021 1 hora 47 minutos
Alberto Fernández 2020 1 hora 20 minutos
Mauricio Macri 2019 58 minutos
Mauricio Macri 2018 40 minutos
Mauricio Macri 2017 61 minutos
Mauricio Macri 2016 61 minutos
Cristina Kirchner 2015 3 horas 41 minutos
Cristina Kirchner 2014 2 horas 47 minutos
Cristina Kirchner 2013 3 horas 36 minutos
Cristina Kirchner   2012  3 horas 17 minutos
Cristina Kirchner 2011 1 hora 40 minutos
Cristina Kirchner 2010 1 hora 36 minutos
Cristina Kirchner 2009 1 hora 11 minutos
Cristina Kirchner 2008 1 hora 15 minutos
Néstor Kirchner 2007 2 horas 16 minutos
Néstor Kirchner 2006  2 horas 6 minutos
Néstor Kirchner 2005 1 hora 30 minutos
Néstor Kirchner 2004  54 minutos
Eduardo Duhalde 2003 34 minutos
Eduardo Duhalde 2002 44 minutos

Fuente: Indice de Calidad Legislativa

Valdés dice que “a la oposición le hace falta un Cafiero”

A 100 años del nacimiento del recordado dirigente peronista, el diputado del Frente de Todos evocó el gesto que tuvo en los 80 de respaldar al presidente Alfonsín cuando la democracia estuvo en riesgo.

A dos semanas del ataque perpetrado contra la vicepresidenta de la Nación, el diputado nacional Eduardo Valdés destacó la importancia del diálogo en los distintos sectores de la política y la sociedad.

“Valoramos mucho la democracia alcanzada en diciembre en 1983”, sostuvo el legislador del Frente de Todos, quien destacó la figura de Antonio Cafiero como impulsor del diálogo desde la oposición en un contexto de sublevación militar y peligro de desestabilización, como se vivió en tiempos de Raúl Alfonsín.

“Cafiero quiso estar al lado del presidente Alfonsín, para mostrarle al mundo y a los sublevados que el peronismo no iba a avalar un golpe de Estado; ese gesto de Antonio fue muy conmovedor”, sostuvo.

En este sentido señaló: “Pensando esas cosas que hizo bien el radicalismo, como el juicio a las Juntas, y esas cosas que hizo bien el peronismo, de ir a la Plaza de Mayo a apoyar al Gobierno que estaba en la gestión ante el cual se sublevaron los militares que no querían ser juzgados, me hacen pensar que en la oposición falta un Cafiero… Alguien que se anime”.

Entrevistado en Diputados TV, el legislador celebró el encuentro celebrado el jueves pasado entre Cristina Fernández que Kirchner con Curas villeros, Curas en Opción por los pobres y hermanas religiosas. En ese sentido expresó: “No me gusta ni lo que le pasó a Cristina, ni que amenacen a alguien que no piensa como yo, como le sucedió a (Mauricio) Macri, no tengo problema en llamarlo por teléfono y dejarle un mensaje. Me gustaría que eso suceda entre él y la vicepresidenta, que se comunique con ella para repudiar el atentado. Sería bueno que los dueños de los medios, como Magnetto o Saguier tengan también esta conducta”.

Valdés hizo una reflexión sobre la actitud de la dirigencia política en los medios de comunicación: “Hay un comportamiento mediático que es inverso al comportamiento parlamentario. En el Congreso votamos juntos el documento en repudio a la violencia sobre la vicepresidenta, generamos acuerdos importantes ¿Por qué cuando se prenden las cámaras hay que salir a invisibilizar al que piensa diferente? Esto es lo que no debería suceder más, para terminar con esto es necesario trabajar con dueños de los medios y productores televisivos”, afirmó.

Discursos: el récord sigue en manos de Cristina

Alberto Fernández habló poco más de una hora y media. Muy lejos de los récords sucesivos de su actual vicepresidenta.

Con fama de ser poco apegado a la puntualidad, esta vez el presidente Alberto Fernández llegó temprano y arrancó su discurso antes del mediodía, la hora en la que estaba previsto que se hiciera presente.

En efecto, Fernández comenzó su exposición a las 11.56 y concluyó a las 13.33. Esto es, se extendió exactamente una hora y 37 minutos.

Noventa y siete minutos, diez menos que el año anterior, cuando habló por espacio de 107 minutos, casi media hora más que el año anterior.

Un análisis de parlamentario.com hecho en base a los discursos inaugurales de las sesiones ordinarias de los últimos 20 años, desde Eduardo Duhalde a Alberto Fernández, permite saber que entre todos suman 2.034 minutos, casi 34 horas. El promedio entonces es de poco más de 101 minutos, una hora veinte.

Claro que para llegar a esos promedios hay que contemplar que tenemos casos muy dispares que van desde los mensajes muy breves de Eduardo Duhalde, a los discursos XL de Cristina Fernández de Kirchner.

Precisamente quien estuvo este martes sentada a la izquierda de Alberto Fernández es la que ostenta el récord en materia de extensión de discursos: conforme la regla que citábamos al principio, CFK lo alcanzó en 2015, cuando en el último mensaje de sus dos mandatos llegó a los 221 minutos: 3 horas 41 minutos. Como para dejar bien altas sus mediciones al irse y asegurarse de que sea muy difícil que algún presidente vaya a desplazarla alguna vez del primer lugar en la materia.

De hecho, quien la sucedió ni se le acercó. Mauricio Macri se caracterizaba por discursos de alrededor de una hora. Con la coincidencia de que en 2016 y 2017 habló el mismo tiempo: 61 minutos. Y en su último mensaje cerca estuvo: 58 minutos.

En cambio en 2018 sorprendió por su brevedad: 40 minutos.

Alberto Fernández arrancó en 2020 con un mensaje de una hora 20; mientras que el año pasado se extendió a una hora 47 minutos.

139¼ Apertura del Per’odo de Sesiones Ordinarias, en Buenos Aires, Argentina el 1 de Marzo de 2021. (Foto: Comunicacion Senado)

Cristina es la única presidenta que no leía los discursos. Y más allá del récord de 2015, cerca estuvo en 2013, cuando habló 3 horas 36 minutos. El año anterior también había superado las 3 horas en 17 minutos.

Su esposo, Néstor Kirchner, arrancó su gestión con un discurso de menos de una hora, pero ya al año siguiente, en 2005, llegó a la hora y media. Los dos años siguientes superó las dos horas.

Eduardo Duhalde en cambio, como dijimos, se caracterizaba por la brevedad de sus mensajes ante la Asamblea Legislativa que lo había ungido presidente: el primer año habló 44 minutos y en 2003, cuando le restaban dos meses de mandato, habló diez minutos menos.

Año tras año

PresidenteAñoTiempo
Alberto Fernández 2022 1 hora 37 minutos
Alberto Fernández 2021 1 hora 47 minutos
Alberto Fernández 2020 1 hora 20 minutos
Mauricio Macri 2019 58 minutos
Mauricio Macri 2018 40 minutos
Mauricio Macri 2017 61 minutos
Mauricio Macri 2016 61 minutos
Cristina Kirchner 2015 3 horas 41 minutos
Cristina Kirchner 2014 2 horas 47 minutos
Cristina Kirchner 2013 3 horas 36 minutos
Cristina Kirchner 2012 3 horas 17 minutos
Cristina Kirchner 2011 1 hora 40 minutos
Cristina Kirchner20101 hora 36 minutos
Cristina Kirchner20091 hora 11 minutos
Cristina Kirchner 2008 1 hora 15 minutos
Néstor Kirchner 2007 2 horas 16 minutos
Néstor Kirchner 2006 2 horas 6 minutos
Néstor Kirchner 2005 1 hora 30 minutos
Néstor Kirchner 2004 54 minutos
Eduardo Duhalde 2003 34 minutos
Eduardo Duhalde 200244 minutos

Asambleas: cuáles fueron los discursos más extensos y cuáles los más breves

Un repaso de parlamentario.com de la inauguración de sesiones ordinarias en las últimas dos décadas.

¿Cuánto se extenderá el discurso de Alberto Fernández de este martes? Lo más probable que sean unas dos horas, si tenemos en cuenta un detalle que surge del repaso de las asambleas legislativas de los últimos 20 años: en general, los presidentes van incrementando la extensión de sus mensajes con el paso del tiempo.

Y si tenemos en cuenta que el mandatario actual habló en 2021 por espacio de 107 minutos, casi media hora más que el año anterior, tranquilamente podrá llegar este año a las dos horas. Se verá.

Un análisis de parlamentario.com hechoen base a los discursos inaugurales de las sesiones ordinarias de los últimos 20 años, desde Eduardo Duhalde a Alberto Fernández, permite saber que entre todos suman 2.034 minutos, casi 34 horas. El promedio entonces es de poco más de 101 minutos, una hora veinte.

Claro que para llegar a esos promedios hay que contemplar que tenemos casos muy dispares que van desde los mensajes muy breves de Eduardo Duhalde, a los discursos XL de Cristina Fernández de Kirchner.

Precisamente quien estará este martes sentada a la izquierda de Alberto Fernández es la que ostenta el récord en materia de extensión de discursos: conforme la regla que citábamos al principio, CFK lo alcanzó en 2015, cuando en el último mensaje de sus dos mandatos llegó a los 221 minutos: 3 horas 41 minutos. Como para dejar bien altas sus mediciones al irse y asegurarse de que sea muy difícil que algún presidente vaya a desplazarla alguna vez del primer lugar en la materia.

De hecho, quien la sucedió ni se le acercó. Mauricio Macri se caracterizaba por discursos de alrededor de una hora. Con la coincidencia de que en 2016 y 2017 habló el mismo tiempo: 61 minutos. Y en su último mensaje cerca estuvo: 58 minutos.

En cambio en 2018 sorprendió por su brevedad: 40 minutos.

Alberto Fernández arrancó en 2020 con un mensaje de una hora 20; mientras que el año pasado se extendió a una hora 47 minutos.

Cristina es la única presidenta que no leía los discursos. Y más allá del récord de 2015, cerca estuvo en 2013, cuando habló 3 horas 36 minutos. El año anterior también había superado las 3 horas en 17 minutos.

Su esposo, Néstor Kirchner, arrancó su gestión con un discurso de menos de una hora, pero ya al año siguiente, en 2005, llegó a la hora y media. Los dos años siguientes superó las dos horas.

Eduardo Duhalde en cambio, como dijimos, se caracterizaba por la brevedad de sus mensajes ante la Asamblea Legislativa que lo había ungido presidente: el primer año habló 44 minutos y en 2003, cuando le restaban dos meses de mandato, habló diez minutos menos.

Año tras año

PresidenteAñoTiempo
Alberto Fernández20211 hora 47 minutos
Alberto Fernández20201 hora 20 minutos
Mauricio Macri201958 minutos
Mauricio Macri 201840 minutos
Mauricio Macri 201761 minutos
Mauricio Macri 201661 minutos
Cristina Kirchner20153 horas 41 minutos
Cristina Kirchner 20142 horas 47 minutos
Cristina Kirchner 20133 horas 36 minutos
Cristina Kirchner 20123 horas 17 minutos
Cristina Kirchner 20111 hora 40 minutos
Cristina Kirchner 20101 hora 36 minutos
Cristina Kirchner 20091 hora 11 minutos
Cristina Kirchner 20081 hora 15 minutos
Néstor Kirchner20072 horas 16 minutos
Néstor Kirchner 20062 horas 6 minutos
Néstor Kirchner 20051 hora 30 minutos
Néstor Kirchner 200454 minutos
Eduardo Duhalde200334 minutos
Eduardo Duhalde200244 minutos

Presentan un proyecto en repudio a las manifestaciones del expresidente Eduardo Duhalde

El senador nacional Sergio Leavy manifestó su “preocupación y repudio”, ante las “desafortunadas expresiones” manifestadas, y sostuvo que se trata de un intento de “denostar y socavar la investidura presidencial”.

sergio leavy nora del vallez gimenez senadores salta

El senador nacional por el Frente de Todos Sergio Leavy presentó un proyecto de declaración de “preocupación y en repudio” ante las “desafortunadas expresiones” manifestadas por el expresidente Eduardo Duhalde, quien, en una entrevista radial, “intentó denostar y socavar la investidura presidencial”. 

“Desde esta Honorable Cámara reafirmamos, con profunda convicción, nuestro compromiso con la consolidación del sistema democrático, el fortalecimiento del rol del Estado y el resguardo y preservación de quien encabeza el Poder Ejecutivo nacional”, reza el proyecto. 

En los fundamentos, el senador por Salta manifiesta que “llama la atención que alguien que en su momento supo ser líder y conducir los destinos del país, con toda la responsabilidad que ello implica, demuestre no estar a la altura de las circunstancias realizando declaraciones altisonantes que solamente pretenden generar títulos en letras de molde, que en nada aportan a la unidad de los argentinos y a brindar las respuestas que el país necesita; máxime, cuando transitamos una de las peores crisis epidemiológicas a nivel global de la que se tenga memoria”. 

En este sentido, sostiene que existe una “orquestación por parte de un sector minoritario, aunque muy poderoso en términos de poder económico y mediático, que pretende debilitar y denostar la figura presidencial y socavar la capacidad del Estado como articulador de políticas públicas tendientes a reconstituir la capacidad productiva y el tejido social de nuestro país”. 

“Hoy nos encontramos frente a un intento más, de estos sectores minoritarios, por intentar anteponer sus intereses económicos por sobre los de la mayoría de la sociedad; valiéndose de operaciones financieras, mediáticas, políticas y judiciales tendientes a preservar y hegemonizar ciertos privilegios históricos que supieron conseguir con gobiernos adictos, tanto democráticos como militares”, concluye el legislador. 

Senadores aprobaron un repudio a los dichos de Duhalde

En la Comisión de Asuntos Constitucionales, avalaron un proyecto de declaración de Nancy González contra las declaraciones del expresidente acerca de un posible golpe de Estado.

Tras aprobar una cuestión de privilegio contra el procurador general, Eduardo Casal, la Comisión de Asuntos Constitucionales avaló por unanimidad un repudio a las expresiones del expresidente Eduardo Duhalde sobre la posibilidad de un golpe de Estado o una guerra civil en nuestro país.

El pasado 24 de agosto, en el programa Animales Sueltos, Duhalde lanzó que “es ridículo que piensen que va a haber elecciones el año próximo” y que “Argentina corre el riesgo (de un golpe de Estado) porque este es un desastre tan grande que no puede pasar nada bueno”.

El exmandatario vaticinó que “se va a generar un clima peor al ‘que se vayan todos’” y que “vamos a un escenario evidentemente peor que el 2001″, y agregó que la crisis “puede terminar en una especie de guerra civil”.

Si bien días después reconoció que “se le escapó la tortuga” y que tuvo “un momento de desconexión con la realidad”, el Senado no dejó pasar sus expresiones.

“Como senadores de la Nación tenemos que fortalecer y dignificar la democracia. No podemos permitir ese tipo de expresiones de ninguna persona, y menos de alguien que haya ocupado el poder máximo de la República Argentina”, sostuvo la autora del proyecto de repudio, Nancy González.

La oficialista afirmó: “No sé si serán dichos casuales o no, pero son graves. Se han perdido muchas vidas para estar en un sistema democrático, y que realicen este tipo de expresiones que inquietan a la sociedad es algo que, como senadores, no tenemos que permitir”.

Otros proyectos

La comisión también aprobó un proyecto de Inés Blas (Frente de Todos) que modifica el artículo 60 del reglamento del Senado creando una nueva comisión permanente, la de “Cooperativas y mutuales”.

También recibieron aval dos iniciativas que solicitan la reglamentación de la Ley 27.532, de Encuesta Nacional del Uso del Tiempo; y de la Ley 27.064, de regulación y supervisión pedagógica de las instituciones que brindan cuidado y atención a la primera infancia, no incluidas en la enseñanza oficial.

Por último, obtuvo dictamen un beneplácito por la firma del Convenio complementario Nro. 3, firmado en el marco del Tratado de El Caldén, de cooperación entre las provincias de San Luis y La Pampa, sobre libre paso interprovincial de los residentes en ambas provincias en el marco de la pandemia.

Quieren repudiar los dichos de Eduardo Duhalde sobre un golpe de Estado

El titular de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías de la Cámara de Diputados, Hugo Yasky, anunció que presentó un proyecto de declaración para rechazar las expresiones del expresidente.

El titular de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías de la Cámara de Diputados, Hugo Yasky, anunció este miércoles que presentó un proyecto de declaración para repudiar los dichos del expresidente Eduardo Duhalde, quien habló sobre la posibilidad de un golpe de Estado.

Al comenzar la reunión, en la que se debatió sobre un proyecto de ley para la reparación de los legajos de los trabajadores detenidos-desaparecidos del sector privado, el diputado radical Sebastián Salvador trajo el tema al sostener que esas declaraciones “nos parecen lamentables, desafortunadas y fuera de lugar”.

“No sabemos si tiene información, de dónde las saca o por qué las dice”, señaló el bonaerense y ratificó que desde el bloque de la UCR “siempre” estarán “del lado de la democracia”.

Yasky dijo entonces que se presentó “un proyecto de declaración para que haya un repudio del Congreso de la Nación a estas expresiones”.

“Quienes provenimos de la lucha por la defensa de los derechos humanos, del movimiento sindical, sabemos lo que significa la dictadura militar y el terrorismo de Estado”, manifestó el legislador del Frente de Todos.

Asimismo, el dirigente sindical destacó que “hemos logrado ser el único país del mundo que logró enjuiciar a sus genocidas” y donde “la memoria, verdad y justicia tiene el carácter de una de política de Estado”.

“El único país en que cada año, al recordarse la fecha del golpe de Estado (24 de marzo), millones de argentinos se movilizan en todas las provincias y en la Capital Federal, y esto hay que atesorarlo”, añadió.

En declaraciones a Radio 10, Duhalde expresó que “cuando el deterioro social llega a un límite de anarquía, ¿saben a qué tiene olor la anarquía? A sangre”. “Si nos seguimos peleando vamos hacia un proceso anárquico en la Argentina, yo lo viví en el ’76”, disparó el exmandatario, que luego en otra entrevista habló de que el próximo año no va a haber elecciones.

Piden citar a Duhalde al Congreso

Desde la oposición quieren que explique sus polémicas afirmaciones sobre un posible golpe de Estado.

El diputado nacional Martín Berhongaray (UCR La Pampa) presentó un proyecto en el que pide  “invitar al ex Presidente de la Nación Argentina Dr. Eduardo Alberto Duhalde a concurrir a la Comisión de Asuntos Constitucionales de esta Cámara de Diputados de la Nación,  a fin de que precise los alcances de sus afirmaciones sobre los riesgos de golpe de estado que corre el sistema político argentino, y la supresión del acto electoral previsto para el año 2021 cuya realización, asevera, que es ‘ridículo pensar’”.

“El Congreso de la Nación no puede permanecer impasible frente a la grave afirmación de que se encuentra en peligro la subsistencia del orden constitucional. Constituye una preocupación central de la sociedad el sostenimiento del sistema democrático, más allá de las dificultades que su ejercicio puede atravesar”, señaló el diputado.

Berhongaray relató que en el marco de una entrevista televisiva Duhalde aseguró que en la Argentina se podría producir un nuevo golpe de Estado si la crisis se agrava y no se llevan adelante los consensos  y que agregó que  entre el 30 y el 83 catorce dictaduras militares, quien ignore hoy que el militarismo se está poniendo nuevamente de pie en América es porque no conoce lo que está pasando, y que no va a haber elecciones porque la Argentina es la campeona de las dictaduras militares.

Cuando una de las entrevistadoras le preguntó si  Alberto Fernández va a tener un golpe la respuesta de Duhalde fue contundente y dijo ‘Por supuesto’ y dio a entender que la  clase militar se encuentra preparada para ello. Al día siguiente reafirmó sus dichos en declaraciones radiales y agregó que no tiene información de lo que pasa en los cuarteles y que la anarquía tiene olor a sangre.

El diputado pampeano destacó que “la gravedad que entrañan semejantes dichos, y el hecho de que ellos provengan de una persona que ha ocupado la máxima magistratura del país, determinan la imperiosa necesidad de convocarlo de manera urgente a fin de que exponga las razones en que fundamenta tales conclusiones de modo que, en su caso, se puedan adoptar las prevenciones suficientes a fin de evitar cualquier nivel de riesgo institucional de esta democracia”, explicó el diputado.

“La sociedad no debe caer en la trampa de la animosidad y el rencor entre unos y otros, sentimientos que en nada contribuirán para seguir construyendo una democracia basada en la paz y el diálogo”, concluyó Berhongaray.

Desde todos los sectores criticaron a Eduardo Duhalde

Oficialistas y opositores se unieron para repudiar las expresiones del expresidente y descartar su verosimilitud.

Desde el Frente de Todos, pero también desde Juntos por el Cambio, legisladores criticaron los dichos de Eduardo Duhalde, quien sacó a la palestra una palabra casi olvidada para nuestra democracia: “golpe de Estado”.

Así es que la diputada oficialista Gabriela Cerruti ironizó con este tuit: “Duhalde toma Nostradamus y le pega mal”, mientras que el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau dijo por Radio 10 que Duhalde dijo “una enorme irresponsabilidad”, aunque advirtió que “sí es cierto que hay sectores de la vida argentina que no resignan a que la derecha haya perdido la elección”.

Desde la oposición, Graciela Ocaña consideró “muy irresponsables las declaraciones del Dr. Duhalde”, y dijo que “debería aclarar las mismas. En momentos donde estamos sufriendo las consecuencias de la pandemia en salud y la economía, los argentinos salimos con más democracia, más instituciones”.

“Desestimo las declaraciones del ex presidente Duhalde, en las que asegura que “en la Argentina no va a haber elecciones” sugiriendo que podría producirse un golpe de Estado. Llama la atención que un dirigente con tanta experiencia formule declaraciones propias de un aficionado hablando en la tertulia de parroquianos de la vecindad. No se puede agregar incertidumbre a la mucha que hoy nos alarma. Creo que Duhalde debe dar consejos reservados -si es que tiene ideas útiles- en lugar de hacer sensacionalismo declarativo en el más inoportuno y complejos momentos del Pais”, afirmó el legislador del partido Unir e integrante de Juntos por el Cambio Alberto Asseff.

El diputado del Frente de Todos Nicolás Rodríguez Saá señaló que “Duhalde que sacó al Adolfo con apoyo de Clarín, porque el puntano no quería devaluar la deuda del grupo! Ahora los defiende vehemente ante la declaración de interés público de las Telecomunicaciones! Es claro Duhalde es Clarín!”.

Por su parte, Héctor “Toty” Flores repudió las declaraciones de Duhalde y agregó que “en 2023 Juntos por el Cambio tendrá un gran candidato e intentará ganar las elecciones con las reglas de la democracia, a la que siempre vamos a defender”.

El diputado y líder de la Corriente Clasista y Combativa Juan Carlos Alderete relacionó los dichos del expresidente con algunas manifestaciones de sectores de la oposición durante la marcha del 17A, estimando que “en Argentina hay sectores que trabajan para generar desestabilización”.

Desde la Legislatura bonaerense, el diputado provincial Maximiliano Abad señaló que “si el ex presidente Duhalde tiene información en el sentido que lo ha expresado, debe denunciar inmediatamente tales intentos o aventuras golpistas ante la Justicia”, mientras que su compañero de bancada Daniel Lipovetzky expresó que “mas allá de no compartir sus dichos, Duhalde los fundamenta en la creciente militarización de América Latina incluyendo la situación en Bolivia. Es una muestra de porqué debemos ser siempre muy claros repudiando los golpes d estado,como el ocurrido en Bolivia el año pasado.#NuncaMas”.

El legislador porteño Leandro Santoro aclaró que “no hay que sobredimensionar lo que dijo Duhalde. Hay que dar vuelta la página y discutir sobre los problemas reales que preocupan a la gente”.

Gioja calificó de “desafortunadas” las declaraciones de Duhalde

Para el diputado nacional sanjuanino, “no hay ninguna chance de una interrupción del orden constitucional”, como aseveró el exmandatario.

El presidente del Partido Justicialista Nacional, José Luis Gioja, se refirió a las declaraciones pronunciadas por Eduardo Duhalde, y ante la consulta periodística, fue terminante al señalar que las declaraciones  del expresidente de la Nación “fueron desafortunadas y no responden a la realidad. No hay ninguna chances de una interrupción del orden constitucional”.

Gioja, quien reconoció la labor desarrollada por Duhalde en la crisis de 2001 y 2002 y el trabajo en conjunto en tiempos que Gioja fue presidente del Bloque del PJ de Senado y presidente provisional de ese cuerpo, no evitó pronunciarse. “Esas declaraciones carecen de realidad, por eso no pueden ser tomadas como serias”, expresó.

“Las Fuerzas Armadas están integradas a la vida democrática del país, el presidente Alberto Fernández es su comandante en jefe y hay una total cohesión en las fuerzas” sostuvo el exgobernador de San Juan, y agregó que “desde el Ministerio de Defensa el ministro Agustín Rossi está desarrollando un gran trabajo solidario con todas las fuerza, armadas y de seguridad, llevando ayuda a los más necesitaos en medio de esta pandemia”.

Gioja, que también es vicepresidente de la Cámara de Diputados, mostró su fastidio ante las declaraciones de Duhalde, “declaraciones como las hechas por el expresidente no contribuyen en nada en la construcción de la confianza que necesita la Argentina, la verdad es que podría haberse llamado a silencio y evitar generar algún tipo de estado de incertidumbre cuando no la existe”.

“La reforma judicial que quieren imponer requiere consenso”

Así se manifestó el expresidente Eduardo Duhalde, respecto al proyecto del Gobierno. Además, consideró que “no podemos anteponer nuestros intereses, nuestras ideas a los intereses generales del país”.

El expresidente Eduardo Duhalde se manifestó respecto a la reforma judicial del Gobierno, y advirtió la necesidad de llegar a consensos para avanzar con el proyecto. “No podemos anteponer nuestros intereses, nuestras ideas a los intereses generales del país. Y eso se requiere consenso y dialogando”, consideró. 

El dirigente peronista se expresó sobre la actualidad política del país, y señaló que “es bastante común la desunión de la sociedad. El tema es cómo hacemos para que cambie. La historia muestra épocas muy largas de pensar distinto, pero el tema de pensar distinto es que no termine en actos que perjudiquen el presente y el futuro de la República”. 

En diálogo con el programa radial “Edición Calificada”, continuó reflexionando: “Estoy convencido, desde que fui intendente en el 74, que hay trabajar con todos. Impuse un nuevo paradigma que es el que gana gobierna y el que pierde también, si no pueden gobernar juntos y eso facilita la acción de gobernar. Los que creen hoy que pueden gobernar desde un partido aun teniendo mayoría parlamentaria, como la actual, se equivocan, se quedaron en el pasado. Eso ya no existe más. Hacer estructuras rígidas no permite el cambio y lo mínimo que se puede hacer es juntarse los partidos”. 

En este sentido, advirtió que “si a las dificultades de la época le agregamos la pelea, los gobiernos no resuelven ningún problema y hay más problemas irresueltos. Entiendo eso porque toda mi vida hice eso”. 

Para el dirigente la política tiene que entender que hay que gobernar distinto: “Las redes controlando todo, no hay que enojarse ni con los periodistas ni con los que piensan distintos. El 20% cree en los políticos y es la que está mejor y el resto tiene razón en no creer. Los países salen adelante trabajando y no haciendo discursos sino produciendo sobre todo en un país como el nuestro que fue bendecido en sus mares, en su superficie en su suelo”. 

Asimismo, Duhalde sostuvo que “el problema de la Argentina no es lo que debe sino lo que no produce. No podemos anteponer nuestros intereses, nuestras ideas a los intereses generales del país. Y eso se requiere consenso y dialogando. Por eso me puse en contra de Vicentín desde el primer día, porque no correspondía y menos para este momento. En crisis como la pandemia es muy poca, porque se dispersa y termina no arreglando nada”. 

Finalmente, Para el expresidente de la Nación los objetivos son “restaurar la institucionalidad y poner a trabajar al país y al capitalismo productivo y ninguna tiene que estar vinculada con la pelea. Esa reforma judicial es una cosa que la quieren imponer, pero requiere consenso aun teniendo mayoría legislativa”. 

Eduardo Duhalde manifestó su apoyo a un proyecto que busca promover la industria del software

Para el expresidente la iniciativa, que se enmarca en la Ley de Economía del Conocimiento, “podría ser la puerta para que la industria del software nacional se convierta en una de las principales exportadoras del país”.

El expresidente de la Nación Eduardo Duhalde manifestó su apoyo a una iniciativa que busca transformar la industria del software nacional en uno de los principales exportadores del país. 

El proyecto, impulsado por las empresas desarrolladoras Unidigital e Itpatagonia, y que cuenta con el apoyo de una gran cantidad de Pymes, se enmarca se enmarca dentro de la Ley de Promoción de la Economía del Conocimiento; y advierte que se trata de uno de los sectores productivos de mayor crecimiento, en especial durante esta crisis, y que hay “una oportunidad para su expansión, tanto local como internacional, que se está desaprovechando por una limitación que se arrastra año tras año”. 

Se trata de una iniciativa que busca fomentar el desarrollo de mano de obra calificada, evitando además que, completada su formación profesional, emigren fácilmente por la gran demanda existente a nivel internacional. 

Duhalde, como presidente del “Movimiento Productivo Argentino”, manifestó su apoyo al proyecto, y aseguró que podría ser “la puerta para que la industria del software nacional se convierta en una de las principales exportadoras del país”. Y agregó que “si no se resuelve este problema radicalmente, seguiremos sufriendo este déficit indefinidamente”. 

El proyecto promete:

  1. Incrementar el PBI.
  2. Exportar horas de talento.
  3. Formar programadores.
  4. Generar el primer empleo de calidad para jóvenes.
  5. Facilitar el proceso de formación profesional, para que las Pymes sean el motor de crecimiento y formación en la industria IT.
  6. Facilitar la inclusión.

“Que la revolución digital cambiará nuestra realidad en forma vertiginosa no es nuevo. En ese contexto, este proyecto de alcance nacional constituye una oportunidad única para convertirnos en una ‘software factory’ y seguir dando protagonismo a nuestra fuerza laboral”, concluyó el dirigente peronista. 

Pagar Creciendo

Por Eduardo Duhalde y Carlos Brown. Los autores advierten la necesidad de unirnos detrás de un “gran programa productivista de largo aliento”, con gobiernos de coalición para salir del encierro de la deuda externa.

Desde 1824, con el préstamo de un millón de libras esterlinas de la Baring Brothers solicitado por Bernardino Rivadavia (el dinero nunca llegó y se pagó un siglo después) nuestro país se debate entre el pago o el default. Y consecuentemente, en la problemática de su permanente endeudamiento. Han pasado casi doscientos años y mucho no hemos cambiado; nuestro endeudamiento a diciembre del 2019 llegaba al 91% de nuestro PIB, un número por demás condicionante y preocupante. Podemos, tal vez, consolarnos pues no estamos solos.

En el mundo, la deuda de los países también es significativa. En el continente americano encabeza el “ranking” EE.UU. con el 107% de su PIB; Canadá con el 89,94%; Brasil con el 87,89%. Y si nos trasladamos a Europa podremos ver a España con el 95,5%; Portugal con el 117,7%; Grecia 176,6% o Italia 134,8 %, por dar algunos ejemplos. Es entonces cuando nos surge una pregunta: cuál es la situación de los habitantes de cada uno de estos países con respecto a su nivel de ingresos per cápita y nos asombra observar que en ejemplos como EE.UU, Canadá, España, Portugal sus habitantes tienen ingresos de u$s 65.060; u$s 48.000; u$s 31.910; o u$s23.490, per cápita respectivamente, mientras que nuestra renta per cápita con relación al PIB es de sólo u$s 9.050.

Más allá del análisis de la deuda en sí, es necesario saber si nuestro país tiene suficiente capacidad económica productiva para ser diferente a lo que es hoy y generar mejores condiciones de vida. ¿Estamos creciendo de acuerdo a nuestras posibilidades o solo somos meros pedigüeños internacionales y malos pagadores seriales? Creo que nunca hemos comprendido el valor productivo de nuestro país y, al margen de las posiciones políticas, solo hemos sabido ser rentistas sin incrementar el valor de nuestros activos.

Fuera del discurso simplista, la Argentina podría haber cuadriplicado su actividad productiva con la industria vinculada al sector agroproductivo y haberse lanzado con fuerza a responder a la creciente demanda del Asia Pacífico. Ni que decir de la actividad minera, subexplotada con relación a nuestros vecinos. La pesca y nuestro extenso litoral marítimo. Las producciones regionales intensivas, olvidadas y castigadas sistemáticamente. La fuerza y el potencial vigor de la industria y el comercio de nuestros aglomerados urbanos. El turismo con su actividad multiplicadora, por sólo dar unos ejemplos, todas ellas actividades generadoras del más genuino empleo digno.

Nosotros podemos hacerlo, estamos en capacidad, sólo necesitamos un cambio de mentalidad. En los últimos doscientos años el endeudamiento del Estado, su pago o su default, nos ha condicionado extremadamente. Han sido muy pocos los periodos donde ello no sucedido y fue ahí cuando crecimos en serio.

Hoy estamos inmersos en una nueva coyuntura, preocupantemente crítica, pero en esta ocasión sumada a la pandemia internacional del Covid 19. El panorama que se nos presentará en breve, a la salida de la pandemia, es la mayor razón que tenemos para cambiar. Para producir un gran cambio. La prioridad debe ser la producción y la generación de riqueza con justa distribución. Crecimiento económico y pleno empleo. Eso se llama Justicia Social en nuestra doctrina política y en la doctrina social de la Iglesia.

Para alcanzarlo la estructura de los estados nacionales, provinciales, y municipales deben estar direccionados en ese sentido. Somos un país federal que funciona unitariamente, debemos transformarnos en un país integrado. Los sistemas impositivos, financieros y logísticos deben priorizar este concepto.

Suena difícil, pero pensemos todo lo que hemos hecho. La producción en la Argentina es un riesgo y debe dejar de serlo. Hoy comenzar una actividad es empezar a pagar y solo recibir trabas burocráticas; no existen incentivos impositivos que premien la actitud de iniciar un emprendimiento productivo, mucho menos desde el sector financiero. La aventura suele concluir en el abandono o en la actividad clandestina en perjuicio de todos, empezando por sus trabajadores en negro.

¿Cómo se resuelven estas cosas? Empezando un día. Claro que si ese día nunca llega nunca lo vamos a lograr. Si lo hubiéramos iniciado y continuado como política de Estado hace muchos años, hoy sería diferente. Pero marche preso.

Podremos pagar o salir de la deuda, podremos evitar el endeudamiento en el futuro o solo utilizarlo debidamente, pero el principio indiscutible debe ser crecer, producir y trabajar en un país federal, integrado y como dije antes con el principio de Justicia Social como objetivo.

Para eso, será necesaria una nueva institucionalidad. Si se sigue pensando que un solo partido, aunque obtenga el 51% de los votos, puede gobernar –y más aun enfrentando y atacando a la oposición, y viceversa-, no saldremos jamás del largo período de decadencia en que estamos. Unirnos todos detrás de un gran programa productivista de largo aliento, con gobiernos de coalición y con leyes que impidan la corrupción en el Estado y que fortalezcan los tres poderes del Estado, tendremos una mejor democracia y una salida definitiva a los males que padecemos.

El Congreso puede -y debería- estar funcionando

Desde el tratamiento de los DNU, hasta las leyes postergadas, el Parlamento tiene que cumplir la función que le asiste en esta crisis, y no convertirse sus miembros en meros espectadores de una crisis inédita.

Por José Angel Di Mauro

Con la crudeza que lo caracteriza, Eduardo Duhalde calificó de “una vergüenza” que el Congreso no esté funcionando. El exmandatario suele comparar toda situación crítica con la que le tocó pilotear y no dudó en recordar que cuando la crisis de 2001/2002, el Congreso no dejó de funcionar, sino todo lo contrario.

Habrá que admitir que las circunstancias no son las mismas, pero la crisis de entonces no era menor. Y por esos días, con un gobierno que acababa de ser eyectado del poder y su partido dispuesto a colaborar con los que se hacían cargo, una administración emergida precisamente desde el Congreso de la Nación -Duhalde había sido elegido formalmente en su condición de senador nacional-, bien podría haber echado mano ese Gobierno a los DNU para tomar las medidas que la emergencia demandaba. No hubiera habido un número de legisladores importante que lo resistiera; pero el Congreso siguió funcionando a pleno y todas las leyes -algunas con gran dificultad- pasaron por el tamiz legislativo.

“No puedo entender por qué no funciona el Parlamento”, insistió Eduardo Duhalde y habrá que darle entonces el crédito que la autoridad que acabamos de graficar le corresponde. Porque en efecto, no hay razón que justifique que el Congreso haya cerrado sus puertas.

Que en tiempos en que la tecnología es capaz de mantener al mundo comunicado cualquiera sea la distancia de los interlocutores, no se encuentre la manera de hacer que un cuerpo legislativo pueda estar funcionando, no tiene demasiada explicación.

Desde el Parlamento se ha tratado de emitir señales que exhibieran a sus miembros activos y preocupados por demostrarlo, pero claramente esas acciones han sido insuficientes. Arrancaron con una suerte de reunión de labor parlamentaria en la que se dieron cita los presidentes de bloques, convocados por el titular de la Cámara de Diputados, pero ya la siguiente reunión no fue televisada. Lo cual es un dato menor; no pasa por mostrar el trabajo legislativo, sino que el mismo se lleve adelante; y las reuniones de labor parlamentaria son siempre a puertas cerradas. Claro que esas reuniones preceden a las sesiones, y eso es algo que de momento está lejos de poder llegar a concretarse en el Congreso argentino.

Las comisiones de ambas cámaras deberían seguir reuniéndose, pero ya no solamente para escuchar las voces de los funcionarios, sino para la tarea que les corresponde.

Después fue el turno de reuniones de comisión de las que tomaron parte ministros nacionales. Siempre son bienvenidas las exposiciones de funcionarios ante los legisladores y el sistema de videoconferencia parece ser un buen mecanismo. Y de hecho, fue en una de esas reuniones donde uno de esos ministros -Ginés González- anticipó un decreto de necesidad y urgencia que levantó reacciones de inmediato y terminó siendo frenado: el que declaraba de interés público a todos los recursos sanitarios.

Las comisiones de ambas cámaras deberían seguir reuniéndose, pero ya no solamente para escuchar las voces de los funcionarios, sino para la tarea que les corresponde. En un activo verano, el Poder Ejecutivo anunció numerosas iniciativas, aunque no todas alcanzaron a llegar al recinto. Quedaron pendientes y ahora pareciera que de manera indefinida. Deben pasar por las respectivas comisiones, donde habrá que implementar el sistema de firma digital que habilite esos proyectos para cuando puedan llegar a ser debatidos.

Hay también un mandato constitucional que establece la obligatoriedad de que el jefe de Gabinete se presente de mensualmente de manera alternativa en cada una de las cámaras. No hay razón para que esa rutina no se cumpla: las preguntas deben ser enviadas por escrito por todos los legisladores y respondidas por la misma vía por el jefe de Gabinete, pero éste también debe presentarse ante los legisladores y el esquema de videoconferencia parece ser suficiente para cumplir ese mandato. De hecho, desde la oposición ya hubo reclamos en ese sentido y bien podría organizarse tal actividad sin mayores inconvenientes técnicos. El jefe de Gabinete podría exponer ante diputados y senadores, y estos a su vez hacerle las preguntas correspondientes en una sesión fácil de organizar y que bien podría ser la prueba piloto para sesiones especiales donde sí se vaya a votar.

“El Poder Ejecutivo tiene la facultad de legislar en materias excepcionales y esta es una situación excepcional”, reconoció Luis Naidenoff.

Mientras tanto, el Gobierno emite decenas de DNU. Práctica que fue avalada por el propio jefe del principal bloque opositor del Senado, Luis Naidenoff, quien sin ningún empacho estimó que “es la primera vez en muchos años que realmente se están utilizando los decretos de necesidad y urgencia en un extremo de emergencia real y palpable”.

“El Poder Ejecutivo tiene la facultad de legislar en materias excepcionales y esta es una situación excepcional”, reconoció el formoseño. Pero eso no debe llevar a que se olviden las reglamentaciones, por más emergencia que haya. Máxime cuando la Constitución lo establece.

En efecto, en el artículo 99 de la Carta Magna, donde se habla de las atribuciones del Poder Ejecutivo, se refiere la posibilidad de firmar decretos “por razones de necesidad y urgencia”. Pero establece que “el jefe de Gabinete de Ministros personalmente y dentro de los diez días someterá la medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente”. No por nada esa comisión es la única autorizada a reunirse durante el verano, y es por eso que la Coalición Cívica reclamó el viernes pasado su “urgente convocatoria”, atento a que la misma se constituyó en diciembre del año pasado y todavía no se reunió este año.

“Entendiendo que la emergencia actual exige nuestros mayores esfuerzos, la comisión a su cargo debe encontrar la forma de continuar funcionando aun en este estado de excepción y atendiendo a la gran cantidad de decretos de necesidad y urgencia dictados, en tanto el normal desenvolvimiento del Congreso es fundamental para garantizar la vigencia de la democracia y el Estado de Derecho”, expresó el bloque de diputados de la Coalición Cívica a través de una carta enviada al titular de esa bicameral, el diputado camporista Marcos Cleri.

En el mismo sentido se expresó este lunes el senador nacional del radicalismo Julio Cobos, que estimó que, en la necesidad de que el Congreso funcione, los legisladores puedan reunirse “con el uso de las nuevas tecnologías, tal como ya lo hizo la Legislatura de Mendoza”. Y apuntó puntualmente al tema de los decretos al señalar que “la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo debe tratar los DNU del presidente, y además necesitamos que se constituya la Comisión de Salud del Senado y que se involucre en forma activa en el proceso que se lleva a cabo”.

“Entendemos que es difícil sesionar en forma presencial por la distancia y la logística que implica, pero el Congreso debe funcionar”, concluyó.

Por el contrario, el debate sobre si el Parlamento puede -y/o debe- estar en funciones fue reemplazado por una inocua polémica en torno a una eventual rebaja de sueldos de los legisladores. Juntos por el Cambio tomó la posta sugiriendo un traslado del 30% de los haberes de los miembros jerárquicos de los tres poderes a instituciones de salud, y el siempre hábil Sergio Massa redobló la apuesta, llevando el ajuste al 40%, aunque circunscripto a la Cámara que él preside. Pero al esbozar su propuesta, incluyó en principio la posibilidad de suspender por cinco meses el pago a los asesores de los legisladores, lo que podía interpretarse como la certeza de que los diputados no van a analizar leyes por casi lo que resta del período ordinario.

La propuesta -que no encontró eco en el Poder Ejecutivo, cuyo extremo de la pirámide ya se pronunció de manera crítica sobre ese tipo de recortes- siempre fue reconocida como una cuestión simbólica. Lo cual refuerza la sensación de que se trató de fuegos de artificio de quienes cumplen en esta crisis un papel de espectadores. Debieran revertir esa condición y tomar el protagonismo que les corresponde.

Mientras son cada vez más las legislaturas provinciales que han encontrado la manera de sesionar en esta particular coyuntura, la pregunta quehay que hacerse remite al planteo inicial que hacía el citado Eduardo Duhalde: ¿Por qué el Congreso no funciona? El propio expresidente sugirió que se reúna en el Teatro Colón, con la distancia suficiente entre sus miembros, pero que lo haga.

El Palacio Legislativo es el lugar adecuado y que corresponde. Bien podría hacerlo con una presencia menguada, que garantice el quórum y sus miembros sentados a distancia prudencial entre sí. Cumplir su tarea tal cual lo hacen quienes se reúnen asiduamente en Olivos, o los que desempeñan tareas “esenciales” cualquiera sea la rama que corresponda.

Con temas consensuados, o bien sin excluir aquellos que puedan generar discordia. O incluso con legisladores que aporten su presencia de manera virtual, pero que puedan votar. Con la composición del Frente de Todos que absorbió a todos los bloques que lo integran, se redujo sustancialmente la cantidad de jefes de bloques, y con ello la extensión de las eventuales sesiones, en las que podrían dejarse de lado homenajes o cuestiones de privilegio.

En lugar de aportar parte de sus sueldos al sistema de salud, diputados y senadores podrían destinarlos a pagar su estadía en Buenos Aires, pues es allí donde deben cumplir sus funciones. Y si no pueden regresar a sus provincias porque entonces deberían cumplir cuarentena… aguantársela, pues para eso han sido elegidos.

Lo que no puede ni debe permitirse el Congreso es no funcionar. Solo falta que haya voluntad para abrir sus puertas. Tal vez eso debería ser lo que las cacerolas tendrían que reclamar, y no gestos inocuos.

Para Duhalde, “es una vergüenza” que el Congreso no funcione

El exmandatario cuestionó que el Parlamento esté paralizado por la coyuntura de la pandemia y se preguntó si los legisladores “tienen coronita”.

Muy molesto se mostró el expresidente Eduardo Duhalde con los legisladores nacionales que no hacen funcionar el Congreso en esta coyuntura. “No puedo entenderlo”, se quejó.

Duhalde recordó el papel que tuvo el Congreso durante la crisis de 2001/2002, y se quejó: “No puedo entender por qué no funciona el Parlamento. No puedo entenderlo, tienen que dar el ejemplo los legisladores”.

Entrevistado por radio Continental, dijo que el titular de la Cámara baja, Sergio Massa, “me dijo que él quiere funcionar”, y sugirió que pueden sesionar en el Teatro Colón, guardando la distancia que puedan guardar.

“Son muchos” para hacer una videoconferencia, admitió al descartar que puedan realizar una sesión, pero afirmó que en cambio “andan los que levantan la basura, los enfermeros, los taxímetros”, y se preguntó “qué tienen” los legisladores. “¿Coronita? Es una vergüenza que no funcione el Congreso”.

Luego fue por más y se preguntó “qué están esperando para rebajarse el salario”. “¿Que la gente se enoje más? Si es una cosa que sabemos que hay que hacer”.