El complejo industrial actual ocupa 350 hectáreas y alberga 26 plantas de proceso, 8 de servicios auxiliares y un extenso parque de tanques.
YPF llevó a cabo la puesta en marcha de nuevas plantas en la Refinería de Ensenada, ubicada en el Complejo Industrial Ingeniero Enrique Mosconi.
Según informó la compañía, este proyecto “es fundamental” para alinear la producción de la petrolera argentina con los estándares internacionales de calidad y sostenibilidad.
La Refinería de Ensenada es la más grande de Argentina y una de las más resonantes de América del Sur. Inaugurado en 1925, el complejo industrial actual ocupa 350 hectáreas y alberga 26 plantas de proceso, 8 de servicios auxiliares y un extenso parque de tanques. También opera dos oleoductos de 1165 km y dos poliductos de 1790 km con estaciones de bombeo y despacho que conectan gran parte del país.
Las obras realizadas en la refinería permiten adaptar sus instalaciones a las Nuevas Especificaciones de Combustibles (NEC), lo que representa una reducción significativa en el contenido de azufre en los combustibles y, por ende, una disminución en las emisiones contaminantes generadas por los motores.
El proyecto NEC A incluyó tres iniciativas clave, llevadas a cabo por la empresa AESA desde la ingeniería de detalle hasta la puesta en marcha: el revamping de Naftas HTN FCC, la ampliación de la capacidad del magnaforming y la construcción de la nueva planta de HTNC "B".
La última es una planta de hidrotratamiento de naftas, crucial para reducir la cantidad de azufre en los combustibles. Por su parte, el magnaforming es una planta dedicada a la producción de hidrógeno, insumo esencial para el proceso de refinación.
Con esta inversión la petrolera argentina incrementará la capacidad de producción, mejorará la calidad de las naftas, producirá combustibles más sustentables y prolongará la vida útil de los motores.
La refinería es de las más grandes del país y alcanzó un volumen de producción de 277.098 metros cúbicos, 174.397 de naftas súper y 102.701 de naftas premium. Con ello YPF logró un récord en mayo y superó el último que se registraba en diciembre de 2023.
El complejo actualmente ya produce más de 14 tipos de combustibles y productos petroquímicos, incluyendo naftas, diésel, fuel oil, JP1 (para aviones), lubricantes, asfaltos, propano, polipropileno y coke, este último un subproducto que se utiliza para generar más combustibles tras un primer destilado.
En ese sentido, la refinería también juega un rol crucial en la distribución nacional, con más de 100 camiones cargados con 30.000 litros de combustibles que salen diariamente de sus 16 estaciones de despacho.
En un acto realizado en Ensenada, el presidente del bloque FdT de Diputados comparó la derrota de las PASO con la que sufrió su padre en 2009. Comparó con “la pandemia menor” que hubo esa vez y que “también tuvimos un colorado del otro lado”.
En el marco de un acto de campaña realizado en Ensenada, el jefe del bloque oficialista de la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner, advirtió: "No hay lugar para la tristeza y la melancolía. Me acuerdo en 2010 luego de la primera intervención, Néstor era trabajar, trabajar, trabajar. Nunca lo vi victimizarse ante una situación, y cuando sintió que su fuerza no alcanzaba recurrió a su pueblo, porque ahí está la fortaleza y en su gente está la información del futuro".
Para Máximo Kirchner, los últimos "fueron años muy duros por las ideas económicas que expresan y expresaron en sus gobiernos (Mauricio) Macri, (María Eugenia) Vidal, (Diego) Santilli y el intendente (Julio) Garro de La Plata. Y hubo un sector de la clase política incapaz de levantar la voz durante el gobierno de Macri, cuando arremetían contra el pueblo y veíamos la caída del poder adquisitivo del pueblo trabajador. Un sector que tampoco supo resolver en el seno de la política para qué lado debe ir la Argentina para que su pueblo logre mejores condiciones de vida".
"Habrá un momento que dure un segundo y cambie las cosas. Los milagros se construyen, la militancia se organiza, trabaja, avanza y articula. Y cuando más participa, más se involucra con el destino de su barrio, de su escuela, de su universidad es cuando fabricamos posibilidades”, señaló el diputado nacional, que agregó: “Trabajemos por una militancia que hará mejorar las condiciones de vida y que hará que surjan los dirigentes que en el futuro representarán a nuestro pueblo. Les pido que la inspiración nos encuentre trabajando, porque nada sucederá porque sí".
Kirchner agradeció “a cada uno de aquellos que trabajaron en los comedores de la organización, porque hubo muchos que abonaron a la idea de que esto explotaba por los aires y si no explotó es porque nuestro pueblo no es tonto, es sabio y maduro y sabe cuidarse a sí mismo".
"Pero otro tiempo está comenzando, el tiempo de que vuelvan a comer en su casa, con sus familias, que vuelvan a las escuelas, al club, a juntarse. Es tiempo de que avancemos, el país debe volver a crecer, pero pesa sobre él un pesado yunque que el pueblo no solicitó, pero hubo un presidente que sí firmó y se llama Macri”, disparó, aunque luego dijo: “Ya no vale la pena, no perdamos tiempo con ellos. La pandemia nos ha quitado mucho, no caigamos en eso, ganemos tiempo con nuestro pueblo".
Luego la emprendió contra la exgobernadora: "Sacar chapa de gatito y maleva por no abrir hospitales no debería ser lo que el pueblo quiera para sí mismo. Todos y todas, muchos hemos perdido alguien querido. Parecía que estábamos en la cima del agobio, pero poco a poco se fueron consiguiendo las vacunas, fundamentales y centrales para estar reunidos hoy acá, o para que muchos argentinos vuelvan a los estadios a alentar a su equipo, para que los pibes y las pibas vuelvan a la escuela con sus docentes o vayan a bailar con sus amigos y amigas".
Además, Máximo recordó los vencimientos de 2022 por el endeudamiento con el FMI contraído por Mauricio Macri y habló de "18 mil millones de dólares que son menos plata que el Estado argentino tiene para invertir en salud en las provincias y en los pueblos. Les pido por favor que usemos la palabra invertir. Es una vergüenza que en pleno siglo XXI hablemos de gasto público cuando invertimos en salud. ¿Cómo va a ser gasto público invertir en salud? ¿No hemos aprendido en esta pandemia? ¿Qué más le hace falta a los economistas para entender que un pueblo debe prepararse siempre para poder salir adelante y resistir en ese momento, que los Excel y las políticas liberales nunca imaginan?”.
En otro pasaje aludió a la primera derrota del kirchnerismo en el poder: "En 2009 tuvimos una pandemia menor que esta (por la Gripe A) y también tuvimos un colorado del otro lado”, dijo en referencia a Francisco de Narváez. Agregó que “hoy tenemos algo que no teníamos en ese momento, las PASO, y ahora tenemos la posibilidad de poder revertir lo que no pudo Néstor. Pero eso no va a pasar porque yo lo diga acá arriba, sino porque ustedes lo van a militar barrio por barrio”.
A continuación volvió a hacer referencia a los jefes de Gobierno que han llegado o pueden llegar a la presidencia. Se refería, sin nombrarlos, a Fernando de la Rúa, Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. “Ustedes tienen que entender que esto es una trilogía de los jefes de Gobierno de la Ciudad, que poco conocen este país, que nada comprenden de las asimetrías no solo del conurbano, sino de las que van de punta a punta, a lo largo y ancho de nuestra patria. No es casualidad que la Ciudad de Buenos Aires ha votado jefes de Gobierno y que dos de ellos fueron presidentes, con una mirada de unas pocas manzanas donde viven y trabajan para someter al pueblo argentino a una lógica de un sistema financiero que se reproduce a sí mismo y nada tiene que ver con ese interior pujante que necesita producir”, expresó.
Para finalizar Máximo preguntó: “¿Ustedes quieren como presidente a otro jefe de Gobierno porteño que no entiende lo que le pasa a su país? ¿Quieren que vuelva Mauricio Macri, María Eugenia Vidal? ¿Quieren los tarifazos? Entonces dejemos todo y pongamos lo mejor de nosotros para poner a la Argentina de pie. A trabajar, a marchar y a construir una victoria”.
El presidente se esmera en mantener un protagonismo que las actitudes del propio oficialismo afectan. Ahora buscará en el Viejo Continente recuperar centralidad y distanciarse de las internas.
Por José Angel Di Mauro
Es obvio que Horacio Rodríguez Larreta debe haber seguido con sumo interés el resultado de las elecciones en Madrid, donde esta última semana Isabel Díaz Ayuso arrasó en las elecciones autonómicas. No solo porque la derecha del Partido Popular venció ampliamente a la coalición progresista del presidente Pedro Sánchez y su socio Pablo Iglesias, líder de Podemos. Este último había dejado su cargo de vicepresidente para liderar la candidatura de Podemos en Madrid, y tal fue la derrota, que anunció que dejará la política.
Recordemos que Podemos es una fuerza que tiene apenas 7 años de vida en España y se le atribuye financiamiento chavista y una gran simpatía mutua con el kirchnerismo.
Amén de cuestiones ideológicas afines, el jefe de Gobierno porteño debe haber reparado especialmente en las razones de la amplia victoria de Díaz Ayuso, una escéptica de las grandes cuarentenas que en nombre de la libertad resistió muchas de las medidas de aislamiento promovidas por el socialista Pedro Sánchez. Tan distintas son las realidades entre ambos países que no es aconsejable hacer extrapolaciones trasatlánticas, pero no pocos analistas trazaron los últimos días paralelismos entre lo sucedido en Madrid y la pulseada entre Nación y CABA.
Es probable que Larreta haya pensado mucho estos días en la experiencia madrileña en plena pandemia; pero tampoco debería desatender los sucesos en Colombia, donde el Gobierno ya ha retirado la reforma impositiva que desató una gran crisis en ese país, pero las protestas no cesan. El objetivo no tan oculto parece ser ahora la caída del gobierno de derecha de Iván Duque. Semejantes protestas recuerdan lo sucedido anteriormente con otro gobierno de derecha en la región, el chileno, que cesaron por imperio de la pandemia. Sin temor a equivocarse, es el destino que muchos analistas sugieren hubiera corrido Mauricio Macri en caso de haber resultado reelecto.
Más allá de esas reflexiones que el contexto internacional puede plantearle, Rodríguez Larreta celebró esta semana lo que en los días previos al fallo de la Corte Suprema ya era un secreto a voces: el revés del DNU impulsado por el presidente Fernández, que supuso un severo traspié para el Gobierno nacional. El jefe de Gobierno se pregunta por estos días si la Corte se animará en breve a fallar en el mismo sentido en una disputa que a él le interesa más que la presencialidad en las escuelas: la demanda por los fondos que Nación le retrajo a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Habida cuenta la confirmación del concepto de “provincia” que el Tribunal Supremo le reconoció a CABA, no debería extrañar que el fallo favoreciera también a Larreta, más allá de que muchos insistan con la teoría de las compensaciones.
Como sea, el oficialismo en pleno reaccionó para muchos de manera sobredimensionada contra la CSJN. Luego del tuit de Cristina Kirchner que comparó prácticamente el fallo cortesano con un golpe de Estado, el sector más duro del frente gobernante machacó insistentemente con el mismo concepto.
Hay quienes sostienen que una eventual sobreactuación frente al fallo judicial podría obedecer a la intención de tapar el escándalo del funcionario de Energía que se resistió a dejar el cargo pese a la decisión de Martín Guzmán, desairando en consecuencia también a Alberto Fernández.
Como sea, cuando ya el Gobierno presentía su traspié en la Corte se gestó la señal de unidad que pretendió brindar en Ensenada. El presidente apareció allí flanqueado por Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa -la dueña de los votos de la victoria, y el garante del triunfo por aportar el porcentaje faltante, respectivamente-, y dos metros más allá Axel Kicillof, para completar el eje del poder en el Frente de Todos. Por si hiciera falta explicar lo obvio, Alberto Fernández pidió retratar esa que definió como “la foto de la unidad”.
Más allá del fallido que vendría inmediatamente después, en boca del mandatario: “Aquí estamos los que estamos convencidos de lo que hay que hacer en la Argentina. Y no va a haber ni tapa de los diarios, ni sentencia judicial que nos lleve a hacer aquello que debemos hacer en favor de los argentinos”. Riesgos de quien habla mucho y todo el tiempo…
El esmerilamiento del ministro de Economía está en marcha y es una consecuencia obvia de no haber podido echar a Federico Basualdo, como se lo propuso. En la Rosada buscaron minimizar la situación afirmando que ese funcionario se irá cuando se calmen las aguas, pero no es lo que sugirieron fuentes de La Cámpora que, por el contrario, advirtieron que será Guzmán el que se vaya… cuando ellos quieran. No mucho más se puede esperar del titular del Palacio de Hacienda en este contexto.
Muy preocupado por las cuentas fiscales, Guzmán considera que no se puede dar más IFE y así y todo cada vez son más las voces del oficialismo que se lo reclaman. Sin medias tintas lo advirtió el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, que arrancó la semana considerando “indispensable que continúe una política como es el Ingreso Familiar de Emergencia, y creemos que debemos reconvertir esas instancias en políticas para que no reciban ningún tipo de cuestionamientos”. El “Cuervo” Larroque es además secretario general de La Cámpora.
Habría que considerar que el discípulo de Joseph Stiglitz estaría decidido a dejar el cargo más temprano que tarde, y hay en el Gobierno quienes aclaran que antes concluirá las negociaciones con el Fondo Monetario, para darle un marco adecuado a su salida. Convencidos de que un eventual recambio no representará una mejora, el jueves el vocero del FMI, Gerry Rice, expresó un enfático respaldo al ministro. “Estamos plenamente implicados en las conversaciones con el ministro Guzmán. Es nuestro interlocutor en esas conversaciones”, dijo ante la pregunta sobre los problemas internos que debe afrontar por estos días. “Estamos plenamente implicados con él en este momento”, insistió el director de Comunicaciones del Fondo.
Pero no la tiene fácil Guzmán, a quien permanentemente desde el kirchnerismo duro le marcan la cancha. Lo hizo Fernanda Vallejos, que suele expresar el pensamiento de la vicepresidenta, y que relativizó la conveniencia de un acuerdo con el FMI, que a su juicio implicaría en el mediano y largo plazo la sujeción del país a “la supervisión y auditoría del organismo, lo que equivale a que ningún gobierno de signo popular pueda desarrollar su programa, sometido a los ajustes permanentes”.
Similar melodía se escuchó el jueves en la Cámara alta, donde a fines del año pasado los senadores oficialistas redactaron una carta que enviaron al FMI acusando a sus miembros de haberle dado “irresponsablemente” fondos al Gobierno de Mauricio Macri. Ahora, encabezados por el ultracristinista Oscar Parrilli, el oficialismo dio dictamen a un proyecto para que los fondos extra del FMI que llegarán al país -unos 4.350 millones de dólares- se utilicen para atender gastos por la pandemia y no para pagar deuda. En sus negociaciones, Martín Guzmán tenía en el menú de opciones la posibilidad de usar esa plata para afrontar los vencimientos correspondientes a este año, mientras se dilataban las negociaciones con el Fondo, conforme lo que pide Cristina Kirchner de no arreglar con ese organismo antes de las elecciones. Con lo cual, esta decisión del oficialismo senatorial condiciona las negociaciones que lleva adelante el ministro. Al punto tal que durante el plenario que el jueves discutió este tema, el radical chaqueño Víctor Zimmermann preguntó a sus pares oficialistas si ese proyecto no podría llegar a entorpecer la negociación con el Fondo, y si el ministro Guzmán está de acuerdo con el mismo”.
Parrilli insistió en que estaban tratando de darle a Guzmán “una herramienta de qué decirle y plantearle al FMI”, y en consecuencia no hacían otra cosa que ayudar al Gobierno “para que cuando se siente a negociar, además del equilibrio fiscal, además del equilibrio comercial, además de pagar las deudas, hay que lograr un equilibrio social en Argentina”.
El presidente se adecuó el viernes a esa sintonía. No solo anunció -en presencia de Guzmán- un refuerzo asistencial para los sectores más humildes, sino también mandó un mensaje a los acreedores, que “deberán esperar hasta que los argentinos recuperen la dignidad” para que se les pague.
Así y todo, por más esfuerzo que ponga el presidente en esa empresa, desde el kirchnerismo cada vez se preocupan menos de mostrar sus discrepancias, aun en detalles mínimos, como cuando Jorge Taiana planteó en ese plenario del Senado sobre los fondos extras del FMI que no le gusta “eso de Juan Domingo Biden” que AF repitió varias veces los últimos días. “Juan Domingo Perón era Juan Domingo Perón; el señor Biden debería llamarse en todo caso Franklin Delano Biden, porque es una política que intenta rescatar el New Deal de Roosevelt”.
En ese marco es que el presidente emprendió su postergado viaje a Europa. En un momento se había especulado con reducir la gira, pero finalmente se reflotaron todos los destinos y reuniones. Será una ocasión ideal para recuperar protagonismo, salir de la encerrona local, y buscar respaldos para las negociaciones con el Fondo. Por eso Fernández subió al avión a Martín Guzmán, para alejarlo de paso de las impiadosas internas.
Es uno de los siete que se habilitarán en el distrito bonaerense. La inversión permite sumar 49 nuevas camas con cámaras de oxígeno.
El municipio de Ensenada es el primer distrito de la provincia de Buenos Aires que recibe de la administración de Axel Kicillof un generador de oxígeno que permitió transformar el centro de aislamiento del nuevo Polideportivo de Punta en un Centro Alternativo de Atención Médica Extrahospitalaria (CAAME).
El jefe comunal Mario Secco estuvo con el viceministro de Salud bonaerense Nicolás Kreplak, en el lugar para recibir la nueva tecnología que permitirá atender a pacientes de complejidad moderada de Covid 19.
Los nuevos concentradores de oxígeno que entrega el Gobierno bonaerense son para ayudar a los pacientes que necesitan asistencia para respirar frente al coronavirus o cualquier dolencia respiratoria.
A diferencia de los tanques de oxígeno y los sistemas de oxígeno líquido, que requieren reemplazo y recarga, estos equipos purifican y concentran el oxígeno del aire que respiran para brindarles un flujo con hasta un 90 por ciento de este elemento.
Al respecto, Kreplak dijo que “el oxígeno es un insumo que fue escaso en todos los países del mundo que colapsaron. Hoy recibimos los primeros 300 concentradores de oxígeno, para asegurar este recurso y que a ningún bonaerense le falte”.
Cabe resaltar que el municipio acondicionó el polideportivo para su uso ante la tensión del sistema sanitario en esta segunda ola de coronavirus, equipándolo para descomprimir las terapias intensivas.