“Topo” Rodríguez calificó al vice de Economía de “provocador e irresponsable”

El diputado bonaerense apuntó contra Gabriel Rubinstein quien celebró que “la inflación está disminuyendo” tras conocerse los datos de INDEC de septiembre del 12,7%.

Luego de que el INDEC informara que los precios aumentaron un 12,7% en septiembre y acumulan un 103,2% anual, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, salió a celebrar que la inflación está disminuyendo y le salió al cruce el diputado nacional y titular del interbloque Federal, Alejandro “Topo” Rodríguez.

Rubinstein, secretario de Política Económica, consideró para su evaluación el ritmo de precios de las últimas cuatro semanas, de acuerdo a la última actualización del relevamiento semanal que implementó Economía tras la disparada. El nuevo índice fue publicado este jueves, coincidentemente con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.

“Se consolida baja del ritmo mensual de inflación, desde valores del orden del 15% en agosto al 7,5%, considerando las últimas 4 semanas”, escribió en su red social.

De la vereda de enfrente, el bonaerense le salió al cruce: “Lo de Rubinstein no es un tuit, es una mojada de oreja a toda la sociedad argentina, especialmente a los más humildes y a toda la clase media trabajadora”, y lo calificó de “provocador e irresponsable”.

En el primer trimestre, creció la actividad económica y cayó el desempleo

Algunos indicadores de la economía argentina se están desarrollando en forma positiva: el PBI creció 0,7 y el consumo privado alcanzó una suba del 2,1 trimestral.

Durante el primer trimestre del año, el empleo continuó creciendo en el país: la tasa de empleo ascendió a 45,0% y logró un récord histórico, ubicándose +1,7 p.p. por encima del mismo trimestre de 2022.

Asimismo, la tasa de desocupación registrada fue de 6,9% de la PEA, y se ubicó 0,1 p.p. por debajo del mismo período de 2022. Cabe remarcar, que es la tasa más baja para un primer trimestre desde el inicio de la serie.

Respecto del PIB, este creció 0,7% trimestral en la serie sin estacionalidad durante el primer trimestre del año, recuperándose de la caída del trimestre anterior: en la comparación interanual, el PIB creció 1,3% y notoriamente acumula nueve trimestres consecutivos en alza.

El consumo

En congruencia con lo anterior, el Consumo Privado impulsó el crecimiento de la economía, con un aumento de 2,1% trimestral en la serie sin estacionalidad y de 6,0% en la comparación interanual.

Al respecto, el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, indicó que “a pesar de las dificultades del contexto y de los efectos de la severa sequía sufrida, algunos indicadores de la economía argentina han venido traccionando en forma positiva”.

Por oferta, crecieron 14 de los 16 sectores productivos, donde se destacan las subas en Minas y Canteras (11,9%) y Hoteles y Restaurantes (8,5%), también con crecimiento de la industria, la construcción y el comercio

Milei polemizó con el viceministro de Economía

El diputado cuestionó al secretario de Programación Económica por aplicar ahora un congelamiento de precios que hasta hace un tiempo fustigaba, y el funcionario salió a contestarle.

A partir de la aplicación del programa Precios Justos, fuertes críticas hubo contra el secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, por su histórico rechazo hacia los congelamientos de precios. Este domingo el funcionario salió a contestarles a Javier Milei y el periodista Manuel Adorni a través de las redes sociales.

“Precios Justos no es para eliminar inflación mientras aumenta el déficit (set 2021). Es sólo para bajarla mientras déficit fiscal baja. Además es acordado con empresas, mayoristas, y supermercados. Y abarca 2000 productos de precios fijos y 30.000 de 4% mensual”.

Agregó que los márgenes empresariales en septiembre de 2021 eran del 30% y ahora del 40%.  Por ende, Javier Milei, Manuel Adorni y otros, los invito a que en lugar de insultar o difamar, piensen en estas diferencias, y cuando quieran, las debatimos seriamente”.

Milei le contestó así: “1. Una pena que alguien con su cargo mienta así; yo no lo insulté; 2. A Ud lo insulta el archivo; 3. Sus tuits y conferencias muestran que no domina la teoría subjetiva del valor; 4. Ignora el principio de imputación de Menger; 5. Por ende Ud es parte del problema”.

“Hablar de márgenes del modo que usted lo hace implica pensar en términos de teoría objetiva del valor. Desconoce a Menger, quien demostró que son los precios los que determinan los costos y no al revés. A su vez, creer que puede hacer el cómputo es caer en la fatal arrogancia (Hayek)”, agregó el legislador libertario.

En otro tuit, Milei señaló: “Le cuento, en el capitalismo la ganancia resulta de la fuerzas del mercado y las mismas son el faro que guían la asignación de recursos. La inflación es un fenómeno monetario y el dinero hace a la escala nominal de la economía”.

Y remató: “Su confusión mental castiga a 47 millones de argentinos”.

Rubinstein advirtió que “cada vez que hablemos de inflaciones anuales estamos coqueteando con la hiperinflación”

El secretario del Ministerio de Economía reconoció: “No nos conformamos con una inflación del 60%, nos parece horrible”. Además, le aclaró al senador Víctor Zimmermann que “no estamos inmersos en un plan de estabilización”.

En la ronda de preguntas y respuestas en la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, en la que se inició el debate por el presupuesto 2023, el secretario de Programación Económica, Gabriel Rubinstein, hizo hincapié en la inflación y advirtió que “cada vez que hablemos de inflaciones anuales estamos coqueteando con la hiperinflación”, al tiempo que reconoció que la inflación que se prevé del 60% para el año que viene “no nos conforma, nos parece horrible”.

Ante las consultas realizadas por el vicepresidente de la Comisión, el radical Víctor Zimmermann, respecto a si “¿existe un plan de estabilización como dijo el ministro, Sergio Massa, unos días atrás?”, Rubinstein explicó: “No estamos inmersos en un plan de estabilización porque tiene cosas más completas, otras características para llegar a una inflación que en el país tendría que ser de 5% anual. Estamos en una situación diferente de hacer o tomar medidas en los distintos frentes que permitan esa baja de la inflación. Un plan de estabilización es algo mucho más duro en términos de bajar la inflación porque requeriría políticas fiscales más fuertes”.

“Sobre cómo se puede bajar la inflación a pesar de que el gasto pueda ser considerado elevado, hago una distinción entre qué genera la inflación y el crecimiento porque uno puede tener un mismo nivel con distintas estrategias de impuestos y gastos”, sumó a su explicación.

Además, reconoció que “nosotros tenemos un alta de inflación que no tienen otros países, ni los pobres, ni los desarrollados. La inflación es un fenómeno de desequilibrio en el mercado monetario sea por aumento de oferta o disminución de la demanda, pero no por la composición del déficit. Nosotros estamos enredados en niveles altísimos de déficit que no podemos financiar y generan altísima inflación, es una prioridad bajar la inflación”.

“No nos conformamos con una inflación del 60%, nos parece horrible. Los países se escandalizan cuando la inflación llega al 10% anual y nosotros estamos haciendo el gran esfuerzo para llegar al 60%, pero crecer no te garantiza que bajas la inflación”, sostuvo.

En esa línea, advirtió: “Teníamos una situación preinflacionaria en julio, la situación se desbordó y el riesgo de hiperinflación era inminente. Lo hemos reducido, aunque no eliminado, cada vez que hablemos de inflaciones anuales estamos coqueteando con la hiperinflación, pero por lo menos hemos reducido en forma significativa con distintas acciones”.

“Hay medidas que son parciales como las brechas cambiarias que es un problema enorme que crea toda clase de incentivos negativos, fomenta la corrupción, desalienta la exportación. Tomas medidas especiales sabiendo que hay un costo colateral es importante contar con reservas y desarrollar al BCRA, no son un programa integral de estabilización, pero permiten una hoja de ruta con elementos positivos”, comentó el funcionario.

En ese contexto, cerró: “Hasta no tener un mercado unificado de cambios o no tener brechas cambiarias, es la situación heredada y estamos avanzado en mejorar y buscar las políticas que permitan poder dar el salto para eso se necesita superávit fiscal y reservas en el BCRA para lidiar con los vaivenes del mercado”.

“Este presupuesto nos da una mejora en el orden fiscal y nos posibilita hacer realista la inflación del 60%”, afirmó Rubinstein

El secretario de Programación Económica del Ministerio de Economía expuso los lineamientos de la “Ley de leyes”. Además, alertó que “estamos en un proceso de caída de la demanda de dinero que alimenta permanentemente a la inflación”.

La Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado, arrancó este miércoles el debate sobre el proyecto de Presupuesto 2023 con la exposición de diversos funcionarios del Ministerio de Economía, el primero de ellos fue Gabriel Rubinstein, secretario de Programación Económica, quien remarcó que “este presupuesto nos da una mejora en el orden fiscal y nos posibilita hacer realista la inflación del 60%”.

Al comienzo de su presentación, Rubinstein agradeció la invitación a la Cámara alta y se refirió a aspectos de tipo macroeconómico del proyecto, respecto del que explicó que han asumido “niveles de crecimiento del PBI para este año del 4% y 2% para el año que viene”, pero aclaró que son “estimaciones” que están sujetas a revisión porque “es posible que este año termine más alto y eventualmente puede haber algún crecimiento mayor”.

“Algunos han estimado que ese 2% viene más bajo, peor lógicamente son conjeturas que recogen el espectro de situaciones, cómo vemos que se desenvuelve el comercio exterior, como se lleva el comercio internacional que está más difícil, qué pasa con la sequía, etc. Todas las estimaciones que van cambiando permanentemente, pero creemos que es suficientemente realista y que da un buen marco de lo que podría llegar a ser la actividad económica que viene con un arrastre positivo del año pasado, pero que se espera un arrastre negativo de las bajas de actividades de los últimos meses de este año”, explayó el secretario de economía.

Respecto a la inflación que se contempla de un 95% para este año reconoció que “estará en ese orden”, y del 60% para el 2023. “Un nivel de ingresos del PBI para el año que viene que baja de 17,6% a 16,8% hay una baja de 0.7; y una baja de gastos del 20,0% al 18,7% del PBI con una caída del 1,8”, alertó.

De los supuestos macroeconómicos, Rubinstein manifestó que “el que genera más dudas es el de la inflación del 60%, uno puede preguntarse si es realista una inflación del 60% cuando venimos con una inflación más alta, y ajustes en tarifas, y en general cuando las consultoras locales e internacionales están previendo una inflación del 90 o 100% o incluso más”.

 “Ahí caben varias apreciaciones porque si el Congreso vota este Presupuesto, para nosotros es realista ese nivel de inflación porque es muy importante en los niveles de déficit que vote finalmente el Congreso para hacer las estimaciones financieras y monetarias que le dan el marco general a la inflación”, explicó el funcionario.

Por otro lado, retomó las explicaciones de Sergio Massa sobre el orden fiscal y aclaró que “el orden fiscal es diferente para cada país, para cada situación dentro de cada país. El orden fiscal tiene que ver con las formas de financiamiento sobre ¿qué posibilidades hay de endeudamiento externo de un país?”, y ejemplificó: “Uruguay acaba de renunciar a un bono que coloca 1,20% adicional, una tasa muy baja y nosotros no podemos ni siquiera acceder porque estamos con bonos que rinden 30% van fluctuando en valores de un riesgo país del 2.600% entonces no tenemos esa posibilidad porque hay bajísimos niveles de reservas”.

“Hemos vivido un stress muy grande en junio que hemos superado felizmente, pero la situación no es fácil, no es para nada holgada, entonces lo que queda es la emisión monetaria. Algo puede acompañar el crecimiento del producto en un 2 o 3%, no crece el 50%. Lo que queda es ver si hay demanda de dinero porque a veces hay situaciones donde hay demanda de dinero”, sumó a su disertación.

En ese sentido, siguió: “Se dice que al emitir es una causa de la inflación porque aumenta la demanda de dinero. En la pandemia aumentó la demanda de dinero de la gente porque no la gastaba”, y agregó: “En los planes de estabilización exitoso como el Plan Austral aumentó la demanda de dinero, pero nosotros tenemos los casos que cae la demanda de dinero le pasó al gobierno en 2018-2019 que por más que intentó un control monetario por las devaluaciones y la crisis financiera, hay un desequilibrio monetario que convalidaba tasas de inflación altas y lo mismo pasó en momentos de hiperinflación que se define como una violenta caída de demanda de dinero”.

“Eso nos está pasando ahora”, alertó el secretario y continuó: “En un año la relación base monetaria- PIB era de 6 puntos y ahora está en 4.5 estamos en un proceso de caída de la demanda de dinero que alimenta permanentemente a la inflación”.

Asimismo, planteó que el orden fiscal tiene que ver con “la situación que uno enfrenta y, en este caso, significaría tener el menor déficit posible que es idealmente 0 e idealmente ir hacia el superávit fiscal. Nuestra estimación para este año con un déficit primario del 1,9% considerando todos los aspectos financieros y el financiamiento, nos da esa posibilidad de decir que podemos tener una inflación del 60% incluso menos, pero no 100% porque eso significaría con un proceso de continuidad fuerte de la caída de demanda de dinero que no podamos contener”.

Por otro lado, se refirió al desorden fiscal al que definió: “Cuando un déficit desfinanciado por el impuesto inflacionario que es la permanente desvalorización del dinero”, y relató: “Hace tiempo antes salíamos a la calle con un billete de 100, después salíamos con 500, 800, después con mil, tres mil. Uno si no tiene 10 mil siente que se queda sin plata”.

Este Presupuesto nos da la posibilidad de tener una inflación del 60%, incluso menos”.

“Por eso la emisión monetaria que no tiene contrapartida en un aumento de la demanda real de dinero, es netamente inflacionaria. Esto no es ni de derecha ni de izquierda, ni liberal ni marxista”, aclaró Rubinstein y agregó: “Si uno tiene 1,9% de déficit, la base monetaria es 4,7% del PBI, no hay posibilidad de financiamiento externo, no hay posibilidad de financiamiento con reservas, el financiamiento interno es un rollover de la deuda, la inflación va a ser del orden del 50% y si se quiere manejar eso con controles, no va a funcionar”.

Sin embargo, aseguró que “las políticas de ingresos, de precios, salarios, tipo de cambio, pueden ayudar para acomodar las cosas a una inflación de financiamiento macroeconómico. Pueden hacer su trabajo para que baje la inflación en un 4%”.

“Para bajar el impuesto inflacionario lo más importante es bajar el déficit todo lo que sea necesario”, resaltó el funcionario y sumó: “Esto lo vemos como un presupuesto de transición en este orden fiscal, tener la situación más ordenada fiscalmente, menos impuesto inflacionario, más impuestos legislados por el Congreso”.

En suma, bregó por tener la macroeconomía de hace 20 años atrás que “logramos tener un superávit fiscal primario del 3% del PBI donde ese ahorro del sector público se traducía en el ahorro externo, con un tipo de cambio unificado sin brechas, sin controles de cambio. En esa situación logramos una inflación del 5% anual”.

“Volver a esos índices macroeconómicos está bien y la economía crecía. Este presupuesto es una transición en ese camino, una mejora fiscal, un orden fiscal, que nos debería posibilitar hacer realista esa inflación del 60% y una macroeconomía para que florezca la inversión, el crecimiento y el empleo”, cerró.

Rubinstein aclaró que la culpa de la inflación no la tienen las empresas

“Es nuestra responsabilidad que todo esto mejore”, planteó el viceministro de Economía, que insistió en considerar realista la meta inflacionaria prevista en el Presupuesto. Y pareció contestarle a CFK.

El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, acompañó este miércoles al titular del Palacio de Hacienda en su presentación del Presupuesto en el Congreso. En ese marco, explicó las razones por las que el 60% de inflación prevista para 2023 sería una meta “realista”.

“Atacando inercia inflacionaria y procurando una razonable caída de márgenes empresariales, podremos lograr que la inflación real se acerque a la ‘teórica’ (impulso monetario de origen fiscal)”, planteó el funcionario, que no había hablado públicamente desde su designación hasta que este miércoles se presentó en Diputados.

“Y si el Congreso mejorase el Presupuesto, eliminando el déficit fiscal primario, nos brindaría una gran herramienta para podamos volver a obtener una inflación normal, del orden 10% anual, en menos tiempo de lo que casi todos creen”, estimó.

A través de Twitter, Rubinstein le contestó a la vicepresidenta Cristina Kirchner, que el día anterior le había apuntado a las empresas alimenticias por los fuertes aumentos de precios que generan un incremento de la indigencia. Sin nombrarla, dijo que “la culpa del desorden cambiario, las altísimas brechas,  la obligación a financiarse a 180 días para importar, cupos, etc., etc., no la tienen las empresas. Aunque haya abusos normativos y corrupción. Es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore. En eso estamos”.

Agregó Rubinstein que “lo antes que podamos deberíamos volver a la macro del 2003-2005: superávit primario del 3% del PIB. Por ende superávit externo (cuenta corriente del 2% PIB). Dólar único. Inflación del 5% anual (sin controles de precios). Tasa Lebac (Leliq) 6% anual.  u$s 40,000 millones de Reservas Netas”.

Según el viceministro de Economía, “el exceso de demanda agregada que provoca el déficit fiscal seguirá impulsando una alta inflación. Actuando sobre la inercia, y sobre márgenes (bajando brecha cambiaria, acuerdos y otras acciones), podremos bajar el IPC del 90% al 60%. Sólo un primer paso”.

Y concluyó señalando que “hasta que no logremos la unificación cambiaria, habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales.  Pero unificar el mercado de cambios, sin robusto Superávit Fiscal Primario, y casi sin Reservas, luce demasiado riesgoso. El norte (3 años?) debería ser ese”.

Gabriel Rubinstein: “Creemos que la inflación del 60% es realista”

El viceministro de Economía expuso los lineamientos generales del proyecto de Presupuesto 2023.

Tras la presentación formal del ministro de Economía, Sergio Massa del Presupuesto 2023, que proyecta un aumento del 2% del crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI), un déficit del 1,9% y una inflación promedio del 60%, expuso el viceministro Gabriel Rubinstein, quien ahondó sobre los lineamientos generales del proyecto.

Al comienzo de su alocución, se refirió al tema de la inflación, y explicó que existe un “impulso monetario de origen fiscal”, que “no solo es por lo que se conoce como adelantos transitorios, o cualquier transferencia directa del Banco Central”, sino que también hay otros mecanismos indirectos, que “están establecidos en el Presupuesto, y son del 0,6% del PBI, y la estimación de la expansión monetaria indirecta por esta vía representa aproximadamente 1,2% del PBI. Esto quiere decir que, en total, la expansión de origen monetario del Estado, del sector público nacional, es del 1,9%, para redondear 2% del PBI”, indicó el viceministro.

Respecto a las previsiones del 60% de inflación, Rubinstein señaló: “Si tomamos el 2% del PBI de expansión monetaria en adelante, directa o indirecta, y 5% del PBI como denominador, nos da que hay una expansión de 40% de la base monetaria originada en las necesidades del Estado”, y que esto quiere decir dos cosas, una negativa y una positiva: “La negativa es que es difícil hacer política económica con este déficit que nos dé una inflación menor al 40%. No sería muy congruente, o seria tensionar demasiado sobre valores, cuando la macroeconomía nos está diciendo que estamos generando una inflación de origen fiscal del orden del 40%. La buena noticia es que estamos con inflación de 90% o más. Y que estamos proyectando 60% en adelante. Que nos daría la posibilidad de bajar de 90 al 60, y eventualmente más. Ahora bien, que creemos las condiciones macroeconómicas para una inflación del orden del 40% no quiere decir que automáticamente vamos a bajar del 90 al 40 por esa razón. No es así cómo funciona la economía o no es nuestra visión”.

Sobre qué se puede hacer para que la inflación que vemos todos los días sea similar a la inflación que da la macroeconomía, señaló que intervienen dos factores que “tienen que ver, primero, con el desorden o la problemática del sistema cambiario en el que estamos metidos, y la otra cuestión tiene que ver con la coordinación para frenar la inercia inflacionaria. Esa inercia está trayendo entre otros problemas graves, en la medida que aumenta, una caída adicional de la demanda de dinero, o sea de la base monetaria que retroalimenta y genera más inflación. O sea hay que buscar mecanismos para cortar la inercia y al mismo tiempo ir solucionando el sistema cambiario”.

En este sentido, advirtió la importancia de mantener una coordinación efectiva sobre las medidas: “Esta responsabilidad que como Poder Ejecutivo sería a través de la política cambiaria, a través de la política de ingresos, la mejorar de las circunstancias y de mantener una coordinación efectiva, para que esa inflación que tengamos todos los días en la calle se acerque a ese 40%. Que sea 3% mensual de inflación”.

“Y tomamos 60% porque sabemos que partimos de una situación desordenada, que no creemos que fácilmente vayamos a hacerlo de un día para otro, y que ya vayamos rápidamente para el 40%. No es algo automático, tenemos que actuar sobre una realidad complicada, llena de de distorsiones”, agregó al respecto, y continuó: “Por esto 60% es una inflación realista, no lo vemos como algo irrealizable o que tengamos que resignarnos a decir vamos a seguir con esta inercia, y si se va al 90 o 100 dale que va, porque evidentemente no es nuestra idea de lo que hay que hacer”.

Finalmente, manifestó una consideración respecto a cómo la inflación opera como un impuesto: “el efecto de la inflación, la erosión del poder adquisitivo del peso, o bajar otro impuesto, subir tarifas, bajar otros gastos, a nivel macroeconómico, es similar. Si ustedes permiten bajar, o incluso eliminar el impuesto inflacionario, eso no es de por sí recesivo. No piensen que cada vez que bajan gastos o aumentaran impuestos sería de por si recesivo, porque estarían bajando el impuesto inflacionario que es una erosión permanente que funciona como un impuesto”.

Diputados de JxC pedirán que Rubinstein se presente en la Comisión de Presupuesto

Así lo adelantó el cordobés Rodrigo De Loredo luego de que el viceministro saliera a desmentir una posible devaluación del dólar.

El diputado nacional y presidente del bloque Evolución Radical, Rodrigo De Loredo (Córdoba), adelantó que pedirán la presencia del viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, en la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja para que “ratifique o rectifique” si el audio que circuló este fin de semana es de su autoría en la cual desmentía una devaluación del dólar

Rubinstein tuvo que hacer circular un audio en el que desmentía rumores de que preparaban una suba del 50% del dólar oficial para el próximo jueves. El funcionario recientemente nombrado hizo circular sus comentarios entre economistas como resultado de la difusión de un informe con propuestas para un plan de estabilización que se le atribuye y que había sido elaborado antes de su nombramiento.

En ese contexto, el diputado de Evolución Radical señaló a través de sus redes sociales: “Si el audio que se filtró es del viceministro Rubinstein es de una extrema gravedad económica e institucional. Este tipo de información impacta directamente en bonos atados al dólar y en los contratos de dólar futuro, además de condicionar el mercado y generar expectativas”.

“Ofrecer información privilegiada y confidencial a un conjunto de operadores económicos amigos de forma extraoficial, permite que los mismos anticipen movimientos en beneficio de sus operaciones financieras, con ventaja sobre el resto de los actores económicos y sociales del país”, cuestionó De Loredo.

En ese sentido, agregó: “En esta ocasión anuncia que “no va a devaluar, por lo menos este jueves”. ¿Tendremos que esperar un audio a su grupo de amigos anticipando cuándo lo va a hacer?”, y remarcó que “si el viceministro tiene algo que anunciar debe hacerlo de forma oficial y por los canales institucionales”.

“Presentaremos un pedido para que Rubinstein se presente en la Comisión de Presupuesto de Diputados y ratifique o rectifique si el audio es de autoría de él mismo”, adelantó el diputado cordobés y cerró: “De serlo, evaluaremos las implicancias legales toda vez que nuestra legislación sanciona al funcionario que “suministrare o utilizare información privilegiada a la que hubiera tenido acceso en ocasión de su actividad…”.

López Murphy: “Rubinstein es un hombre preparado, pero tiene que resolver el descalabro fiscal”

El diputado de Juntos por el Cambio manifestó su parecer sobre la situación económica actual y aseguró que “en 2023 los números serán aún más negativos”.

El diputado nacional Ricardo López Murphy (JxC-CABA) se refirió este lunes a la designación de Gabriel Rubinstein como viceministro Economía y sostuvo que “es un hombre preparado, pero tiene grandes desafíos”.

En diálogo por Radio Rivadavia, el economista opinó: “En lo inmediato hay que resolver el descalabro fiscal, cambiario y monetario que estamos atravesando; rehacer el programa con los organismos multilaterales; presentar el presupuesto; y, por último, hacer las correcciones necesarias y explicarle a la gente por qué se cometieron tantos disparates”.

“Ojalá Rubinstein tenga suerte, pero estamos en una situación delicada, no tenemos presupuesto y hay una negociación con los organismos multilaterales que no va a ser fácil. Si bien ya no hay margen para más errores, el problema empezó en diciembre del 2019 cuando recibieron un país con muchas reservas y en dos años las dilapidaron”, resaltó el liberal.

Para el legislador, “la falta de reservas es más dañina que la inflación, pero ambas son producidas por el descalabro fiscal de estos tres años”, y afirmó: “Sin reservas en dólares dentro del Banco Central el país colapsa”.

Sobre una de las tantas medidas que buscaría tomar Sergio Massa, López Murphy señaló que “se habla de un préstamo de 5.000 millones de dólares que no va a dar vuelta las expectativas porque ya no hay espacio para seguir colocando más deuda. Además tenemos un riesgo país extravagante”.

En el final, el opositor habló sobre el Presupuesto 2023 que preparan desde el Ministerio de Economía y deslizó que “se habla de una inflación del 60% y un déficit del PBI del 1,5%, pero todos sabemos que esos números serán peores”.

Cómo reaccionó la oposición ante la designación de Rubinstein

Los legisladores no le dejaron pasar al nuevo viceministro de Economía su pedido de disculpas al oficialismo.

“Quiero destacar además la amplitud del gobierno de incorporarme al equipo a pesar de comentarios agraviantes de mi parte en redes sociales que no correspondía efectuar”, tuiteó este domingo el designado viceministro de Economía Gabriel Rubinstein, en busca de dar vuelta la página de sus críticas al Gobierno en general y a Cristina Kirchner en particular. Y rubricando su nombramiento como segundo de Sergio Massa en el Palacio de Hacienda.

Ante ello, desde la oposición no se la dejaron pasar. El jefe del bloque radical de la Cámara baja, Mario Negri, tuiteó: “Cristina absolvió de las críticas feroces primero a Alberto Fernández y ahora a Gabriel Rubinstein. Giros pragmáticos y desesperación. Pero no olvidemos que siempre se hace lo que ella ordena. Poco alentador que el viceministro de Economía arranque pidiéndole perdón a la Reina”.

En el mismo sentido, Waldo Wolff advirtió que “Rubinstein va a asumir el mismo día que CFK sea acusada por corrupción, pidiendo perdón por haberla llamado corrupta. La señal de credibilidad que esperaban los mercados. #LaLocuraEsTotal”.

“¿Qué decía Groucho Marx? Tengo estos principios, si no te gusta tengo otros… Porque después de todas las barbaridades que dijo del kirchnerismo, arrastrarse por un cargo…”, lo despachó Javier Milei por Canal 26, mientras que José Luis Espert planteó: “Gaby tuvo que pedirle disculpas a la Reina antes de asumir. Ya sabemos cual será su margen de maniobra. Lamentable”.

Otro que comparó a Rubinstein con Groucho Marx fue el diputado Gerardo Milman.

“¿Lo de ‘consultando el saldo con una pala’ no va más entonces, compañero?”, planteó con ironía Fernando Iglesias, que en otro tuit posteó las disculpas del nuevo viceministro con esta reflexión: “Madonna, la genuflexión ante el kirchnerismo de los funcionarios que deben aplicar políticas económicas contrarias a los deseos de Cristina! La señal que esperaban los mercados”.

El superministro no pudo evitar mostrar ya algunas limitaciones

Con un presidente cuyo mandato ha quedado reducido de manera dramática, Cristina sigue haciendo gala del poder principal en el seno del oficialismo. Sea cual sea el resultado de la gestión de Sergio Massa, quien encarna la bala de plata en el seno de un oficialismo disciplinado por el pánico.

Por José Angel Di Mauro

Alentados por un juicio oral y público que realmente incomoda a la vicepresidenta de la Nación y la expone de una manera impiadosa, no son pocos los que los últimos días, con motivo del empoderamiento de Sergio Massa, comenzaron a augurar “el final” de Cristina Fernández de Kirchner.

El argumento es demasiado sintético para justificar semejante consecuencia, pero señala que si a Massa le va bien al frente del Ministerio de Economía, ella “está liquidada”, interpretando que el tigrense será el depositario de todo el éxito de su gestión y cosechará entonces los resultados (de manera electoral). Y si le va mal… ella está liquidada, pues este gobierno ya no encontrará manera de reponerse y no podrá evitar -como mínimo- una catástrofe electoral que se lleve puesto a todo el oficialismo.

Por más razonable que parezca, tal conclusión omite matices. En principio habría que precisar qué significaría que al nuevo ministro de Economía le fuera bien y si le garantizaría una victoria electoral en 2023. Pero el caso de un fracaso no necesariamente impactaría definitivamente en Cristina Fernández de Kirchner. En rigor, un traspié de esta apuesta causaría un efecto devastador en un oficialismo que presentó este recambio con aires triunfalistas, pero también afectaría fuertemente a los sectores dialoguistas de Juntos por el Cambio.

La imagen emblemática de la entronización de Sergio Massa.

En el sube y baja de la grieta, un desastre del gobierno potenciaría a los halcones y postergaría a quienes abogan por un gobierno de consenso que deje atrás a los extremos. Un Mauricio Macri cada vez más alentado a competir en busca de un “segundo tiempo”, podría dejar de lado sus prevenciones y animarse a candidatearse… Y ya se sabe que su presencia habilita la de su Némesis. Léase Cristina.

La presencia de uno alienta la del otro.

Esto no significa que la vicepresidenta esté incitando una debacle. Por el contrario, si dejó de lado prevenciones es porque “el pánico disciplina”, y se acordó un armisticio cuya extensión temporal es una incógnita. Con todo, Miguel Angel Pichetto es bastante crudo a la hora de sugerir el desenlace de cualquier experiencia de esta administración. “Este es un gobierno de bloqueo”, afirma el experimentado exsenador al justificar sus reservas: “Cuando te va mal, te vas rápido; y si te va bien, te liman”.

Nadie le podrá negar audacia a Sergio Massa por haberse animado a estar donde nadie quería estar. Lo peor -incluso para él- es que eso se nota por las dificultades que ha tenido el nuevo ministro para armar su equipo. No están las figuras rutilantes que supieron rodear al tigrense durante tantos años, y la razón es binaria: por un lado, a Massa le ha costado mucho convencer gente para sumar; y también que la vicepresidenta mantiene su poder de veto. A pesar de que los rechazos de Cristina no son definitivos, como bien saben Massa y Alberto por sus propias experiencias. La expresidenta dialoga con todos, recuerda ante este medio un legislador que la conoce muy bien y que no pone como ejemplo el caso reciente de Carlos Melconian, sino su propia experiencia de haberse cruzado a Guillermo Nielsen en 2015, cuando éste salía de la casa de Cristina Kirchner en Barrio Norte. “Yo hablo con todos”, le argumentó ella esa vez a nuestra fuente. Empero, Massa no pudo hacer volver a Nielsen de Yemen.

Esas dificultades fueron coronadas de la peor manera: el viernes anunciaron desde su entorno que el viceministro de Massa sería Gabriel Rubinstein, y ese nombre fue recibido con beneplácito general, teniendo en cuenta sus conocimientos en macroeconomía. Precisamente lo que necesita el ministro Massa, que no es economista. Pero con el correr del día y luego de que se reflotaran sus tuits hipercríticos y declaraciones en el mismo tono para con esta gestión en general y el kirchnerismo en particular, su designación comenzó a desinflarse.

Si bien este sábado algunas fuentes insistían en que finalmente “será Rubinstein”, el tema sigue en veremos. Recién el martes se resolvería quién acompañará al expresidente de la Cámara baja, lo cual no deja de ser una mala noticia para los mercados, que ya se sabe tienen poca paciencia y prestan especial atención a este tipo de situaciones. No es una buena señal que le veten nombres a Massa o que los elegidos le digan que no.

En su mensaje inicial, el flamante ministro de Economía adelantó una serie de medidas que parecieran ir en la dirección apropiada, incluyendo algunas más rigurosas que las esbozadas en su momento por el defenestrado Guzmán. Pero los críticos objetaron que se trató de un cúmulo de buenas intenciones y sigue faltando el plan.

A ello hay que agregar la indefinición en el área de Energía, donde lo único certero es que ese espacio seguirá siendo territorio cristinista. Federico Basualdo, el subsecretario al que Guzmán no pudo echar el año pasado y cuya permanencia este año motivó su reacción final, seguirá en su lugar. No ascenderá en lugar del neuquino Darío Martínez, pero tampoco lo moverán, y esa es una señal que, como otras, podrá ser soslayada por un tiempo por quienes se encargan de diagnosticar nuestra economía, pero más temprano que tarde pasarán las facturas correspondientes. Todas juntas.

Cristina Kirchner le concedió a Sergio Massa la foto de la que hablábamos la semana pasada para brindarle musculatura a la renovada gestión. Fue un apoyo medido, lo máximo que puede esperarse de la vicepresidenta. Podría interpretarse también que el servicio fue inverso, justo el día en que el fiscal Diego Luciani derramaba lluvia ácida sobre la expresidenta en el juicio por la obra pública de Santa Cruz.

El alegato de Diego Luciani, uno de los datos más contundentes de la última semana.

Así como el análisis gestual de una foto de Massa con Alberto Fernández la semana pasada lo mostraba al primero en señal de superioridad respecto del Presidente, en la foto del lunes pasado en su despacho Cristina era quien ostentaba esa característica. Sentados ambos en los extremos de una mesa larga, con una presidenta del Senado sonriente y con papeles, jugando de local obviamente. El para entonces todavía no asumido ministro aparecía con una sonrisa menos efusiva, con la campera puesta como con ganas de irse pronto. Por si hiciera falta, la imagen ratificaba dónde radica el poder hoy en la Argentina.

Como también lo hizo aquella tan difundida de un Presidente con la cabeza gacha alejándose del escenario, en cuyo centro y sonriente permanecía la figura central del acto del miércoles pasado en el Museo del Bicentenario: Sergio Massa.

Debe haber disfrutado ese momento el expresidente de Diputados; y bien que hace: como alguien sugirió ese día, fue su último festejo por un buen tiempo; en adelante solo tendrá que lidiar con contratiempos.

En el mismo sentido se pronunció el diputado Julio Cobos al participar el martes pasado de la última reunión de Labor Parlamentaria que encabezó Massa antes de la sesión especial en la que se aprobó su renuncia. Ese día le comentó el mendocino a Massa: “Yo siempre digo que un ministro tiene 6 meses para saber si anda en la función, y si no resulta en ese tiempo, ya no resulta más… Vos tenés un día, ese día es mañana, porque no hay mucho tiempo que perder”.

De ahí que muchos sostengan que el miércoles en el que asumió y adelantó sus medidas, Massa debió haber anunciado las decisiones más drásticas de su gestión, pues el primer día es cuando más poder reúne. Si de devaluar hablamos, no hacerlo fue un pedido especial de la vicepresidenta.

Va en línea con el discurso de Horacio Rodríguez Larreta, quien en tono electoral pero siempre hablando en tercera persona afirma aquello de que históricamente un presidente recién asumido tiene 100 días de “luna de miel”; pero hoy, crisis mediante, ese lapso se ha reducido a 100 horas: ese será el tiempo que tenga quien asuma el 10 de diciembre de 2023.

Ese es el tiempo indicado para lanzar sin anestesia las medidas menos amigables. Parecieran entender en la oposición que el gradualismo elegido por Macri en 2015 fue una decisión errónea. Fácil decirlo con el diario del lunes…