Educación en emergencia: la tecnología puede ser una oportunidad para Argentina

Recientemente se conmemoró el Día Internacional de la Educación. Ante esto, el  presidente de la OIEP, y VP de la Cámara Argentina de Formación Profesional y Capacitación Laboral analizó la situación ante una educación en emergencia.

Por Guillermo Suárez

Recientemente se conmemoró el Día Internacional de la Educación, una ocasión que nos enfrenta a una realidad crecientemente compleja y desafiante para las generaciones más jóvenes. En el contexto del desafío que presenta este 2024 y la situación de emergencia que atraviesa la educación, reflexionamos sobre la importancia crucial de abordar estos retos de manera efectiva.

Datos de la UNESCO demuestran que el número de niños sin escolarizar está aumentando.  Si bien en la República Argentina la educación es un derecho consagrado por la Constitución Nacional en su artículo 14 y mediante la Ley 26.206 de Educación Nacional sancionada en 2006, donde se jerarquiza su aporte: “la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado”.

No obstante, en la actualidad nos encontramos ante una crisis estructural en el sistema educativo argentino, observando una disminución en el acceso de los argentinos a la educación formal. Asimismo, cada ocho minutos presenciamos la deserción de un estudiante de la escuela secundaria. Incluso aquellos que logran completar sus estudios secundarios, solo 3 de cada 10 obtienen resultados satisfactorios en la materia de Matemáticas.

En la Era del Conocimiento y la Innovación, se destaca la idea de que para obtener resultados diferentes, es imperativo establecer prioridades distintas. Nos hallamos en plena Revolución del Trabajo, impulsada por la Transformación Digital, marcando una época donde se demandan habilidades y competencias más avanzadas. Esto confirma que la educación constituye el cimiento fundamental para impulsar estos cambios.

¿La Tecnología puede cooperar en esta emergencia?

La omnipresencia de la tecnología digital se manifiesta cada vez más en la vida cotidiana, extendiéndose incluso a los rincones más remotos y dando origen a nuevos universos. En ocasiones, su capacidad integradora desdibuja las fronteras entre lo real y lo imaginario.

En paralelo, su evolución se acelera a un ritmo que supera nuestra capacidad de evaluación; en promedio, los productos de tecnología educativa experimentan cambios cada 36 meses. En este contexto, la educación no puede permanecer inalterada.

Surge así un potencial transformador que abre las puertas de la educación a millones de personas. La tecnología accesible y el diseño universal proporcionan nuevas oportunidades para los estudiantes con discapacidad. De hecho, alrededor del 87% de los adultos con deficiencia visual señalan que los dispositivos de tecnología accesible están reemplazando a las herramientas de apoyo tradicionales.

Los notables avances tecnológicos, especialmente en el ámbito de la tecnología digital, están remodelando rápidamente el panorama global.

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se consagra la idea de que la educación busca el “pleno desarrollo de la personalidad humana”, el “fortalecimiento del respeto a las libertades fundamentales” y la promoción de “la comprensión, la tolerancia y la amistad”. Sin embargo, esta concepción debe evolucionar para adecuarse a la era actual.

Una interpretación más amplia del derecho a la educación podría incorporar un respaldo efectivo de la tecnología, garantizando que todos los estudiantes puedan alcanzar su máximo potencial, sin importar el contexto o las circunstancias.

Argentina para resolver su emergencia en materia educativa necesita priorizar la formación en habilidades y competencias convirtiendo esta Prioridad en una Oportunidad que permita incluir a todos los argentinos a trayectos formativos en pos del desarrollo laboral y emprendedor garantizando la mayor accesibilidad mediante el uso de la tecnología.

Para abordar la emergencia educativa en Argentina, es esencial dar prioridad a la formación en habilidades y competencias, transformando esta necesidad en una oportunidad. Esto posibilitaría la inclusión de todos los argentinos en programas de desarrollo laboral y emprendedor, asegurando una accesibilidad amplia mediante la implementación efectiva de la tecnología.

 

* Por Mgter. Guillermo Suárez, Presidente de la OIEP, y VP de la Cámara Argentina de Formación Profesional y Capacitación Laboral.

12 de agosto Día Internacional de la Juventud, una materia pendiente

Por Guillermo Suárez. El magister brinda una reflexión respecto a los derechos y obligaciones de las juventudes. Analiza el contexto actual.

El Día Internacional de la Juventud es una fecha propuesta por la ONU para comprometer a todos los integrantes de la sociedad para abordar en conjunto la problemática que hoy afecta a las generaciones que son el futuro de nuestra sociedad. Hoy, la posibilidad de acceder al mercado laboral global parece hoy una problemática que lleva al menos una década de debate, sin resultados favorables.

En este sentido, mientras la inversión en educación sea un relato y no una política sustentable y focalizada en las principales habilidades y competencias que exige el mercado, la materia permanecerá pendiente y seguiremos en deuda con nuestros jóvenes.

En Argentina hay al menos un 30% de los jóvenes, de entre 18 y 24 años, que no estudia ni trabaja, y la responsabilidad no habita en los jóvenes sino en la falta de inversión en políticas sustentables teniendo en cuenta como dijo Gerd Leonhard “La Humanidad cambiará más en los próximos 20 años que en los 300 anteriores”.

Asimismo, podemos sumar que más del 50% de nuestros empleos van a desaparecer y/o cambiar en el corto plazo por la automatización. Esto aumenta la importancia estratégica de dotar a los jóvenes de aptitudes no sólo para el empleo, el acceso a un trabajo decente y en la capacidad de emprendedurismo, también debemos ampliar la base para “formar a los docentes, formadores y a la juventud para un futuro transformador”.

El papel esencial que desempeñan los docentes, los formadores y otros educadores en la formación de los jóvenes habilitan una transición saludable al mercado laboral y abre las puertas a una participación activa en sus comunidades y sociedades.

Teniendo en cuenta los avances tecnológicos, la transformación digital y la dinámica cambiante que el mercado laboral exige, es justamente la juventud el principal actor capaz de transitar con éxito este proceso de transformación garantizando el logro de una sociedad más justa, inclusiva y sostenible. Pero la realidad indica que son justamente los jóvenes quienes atraviesan hoy las mayores desigualdades sociales, laborales y culturales, junto al incremento de los niveles de desempleo y dificultades para el acceso al mercado laboral y emprendedor

Por ello, al momento de invertir sobre las principales habilidades y competencias en nuestra Juventud podemos indicar:

  • Mayor elasticidad y menor estandarización
  • Mayor Flexibilidad
  • Mayor mediación tecnológica ante la automatización, robotización
  • Mayor bienestar garantizando saludables ecosistemas laborales
  • Mayor formación permanente y continua

Iniciar este proceso desde el nivel secundario favorecerá a fundar bases sólidas, sustentables y transformadoras que al momento de la inserción laboral posterior y/o del ejercicio profesional, y permitirá un crecimiento sostenible y sustentable capaz de potenciar las capacidades de nuestra juventud, estableciendo nuevos desafíos para la construcción de un futuro posible y alentador para nuestros jóvenes.

La educación en contexto de encierro: la esperanza del cambio y la transformación social

Por Guillermo Suárez, vicepresidente de la Cámara Argentina de Formación Profesional y Capacitación Laboral, y presidente de Identidad Argentina.

Un informe del Banco Mundial afirma que alrededor de 170 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe enfrentan una crisis de aprendizaje luego de la Pandemia. Esto posiciona a la región en el segundo peor lugar en el mundo, comprometiendo el futuro de nuestros países ante la posibilidad de ampliar la brecha ya presente de desigualdades.

En este sentido, el aspecto transformador de la educación queda limitado a su acceso y a leyes que permitan la progresión educativa. Esto habilita también a la posibilidad de obtener un trabajo digno, siendo ambos los principales recursos para alcanzar la inclusión de quienes más lo necesitan.

Desde una perspectiva propositiva para superar este desfasaje, el Grupo Banco Mundial (GBM), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) proponen 4 compromisos para la recuperación del aprendizaje: 

Un compromiso con la escolaridad: para garantizar que ningún estudiante se quede atrás o abandone los estudios.

Un compromiso con el aprendizaje y el bienestar: para dar prioridad a las habilidades básicas y fomentar niveles adecuados de formación de capital humano a lo largo del proceso. 

Un compromiso con los docentes: para garantizar que los profesores y profesoras sean valorados y apoyados en todo momento.

Un compromiso con la promoción y la financiación: en la medida en que la agenda de recuperación de la educación es una responsabilidad de todos y necesita recursos suficientes, y sabiamente utilizados, para su implementación.

Este abordaje destaca la relevancia de cada educando, más allá de cualquier diferencia, todos son igualmente importantes para revertir esta situación. Sin embargo, millones de personas permanecen excluidas de la educación.

En este sentido, la educación en contextos de privación de libertad demanda atención especial y sigue siendo un pendiente en un marco de inclusión en Argentina, ante cifras que reflejan el incremento de la delincuencia y la reincidencia. La capacidad integradora que brinda la educación en contexto de encierro permite establecer un proyecto de vida propio y trazar un horizonte para aquellas personas que han cometido un delito y se encuentran en la marginalidad social.

Los últimos datos oficiales aportados por la Dirección de Educación, Cultura y Deporte de la Nación arrojaron que de las 100 mil personas en condición de encierro en el país lograron algún tipo de certificación 4.253 personas, siendo la Educación No Formal la alternativa más elegida por los reclusos para alcanzar una salida laboral alternativa.

El Estado debería brindar las herramientas necesarias y promover la formación de los delincuentes para que el delito no sea la única alternativa, y que ante la falta de propuestas laborales se pueda superar la delincuencia con educación. Esta posibilidad tiene un beneficio doble, por un lado promueve el desarrollo educativo desde distintos aspectos y, por el otro, protege a la sociedad frente a la reincidencia, mejorando a tal efecto las oportunidades de una INCLUSIÓN exitosa mediante la EDUCACIÓN y la INSERCIÓN LABORAL.

El éxito en la reintegración social de los detenidos depende en gran medida del apoyo que brindemos para que se desarrollen educativamente. Ante esto, focalizar el compromiso en la educación Permanente (No Formal) les otorgará las herramientas necesarias en habilidades y competencias, con una esperanza de cambio y transformación social para cooperar en su inclusión social y laboral.

Ese compromiso a través de la Educación Permanente debe ser compartido y organizado, es la esperanza para superar, de una vez, la crisis social y delictiva que lastima nuestro presente y amenaza nuestro futuro. Fortalecer las bases educativas para el desarrollo de capacidades de relevancia para el mercado laboral es lo que la Argentina necesita y merece, y es una responsabilidad de todos.

El debate pendiente: la inversión en educación y las metas a alcanzar 

Por Guillermo Suárez, VP de la Cámara Argentina de Formación Profesional y Capacitación Laboral. El autor advierte la necesidad de promover nuevas políticas públicas y de inversión en educación.

Históricamente la educación ha sido el principal motor de cambio y desarrollo, tanto en Argentina como en el Mundo, y eso no ha cambiado sino que se ha profundizado producto de la Era Digital y las demandas de mercado. Ahora, más que nunca, la educación se ha vuelto la única variable constante de ascenso social y crecimiento económico. 

Como gran parte de los países, Argentina suscribió a la Agenda 2030. Estas son una serie de metas a alcanzar como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).  Una de las más importantes implica garantizar educación inclusiva de calidad en menos de una década. 

Sin embargo, en materia educativa tenemos varios objetivos pendientes, con resultados que hacen dudar que podamos cumplir con las metas acordadas. Hoy, la realidad muestra que más del 50% de los argentinos no finaliza sus estudios secundarios, el 30%, entre los 18 y 24 años no estudian ni trabajan, y sólo el 4,5% ingresa a la universidad. Sumado a ello, la transformación digital produjo una revolución en los modos y formas de trabajo. En los próximos años el 50% de los puestos laborales van a cambiar demandando capacidades que aún no son consideradas en términos educativos. 

La demanda de formaciones cortas, de 2 meses a 2 años, de rápida inserción laboral es la tendencia en materia educativa. Por su cualidad como principal generador de saberes en oficios, habilidades y competencias, la Educación No Formal (conocida como Educación Permanente) crece a una tasa del 600% en Argentina. Destaca por ser la alternativa más inclusiva que además engloba formatos diversos, tanto presencial como virtual, y no distingue edad ni conocimiento previo. 

La Educación Permanente no excluye la necesidad de incrementar espacios y alternativas de educación formal accesible e inclusiva, es complementaria a la formación académica a la vez que actualiza el conocimiento. Asimismo, toda la Educación Formal Superior, tanto terciaria como universitaria está ampliando su oferta de educación continua, de trayectos cortos, buscando adaptarse a esta coyuntura que no es ajena a lo que sucede en el Mundo. 

En este contexto, la formación y la actualización permanente resultan un excelente recurso para el crecimiento y permanencia laboral. Así como también, en esta acelerada coyuntura que estamos viviendo, la Educación permanece como el motor de cambio por excelencia y la única variable “constante” que permite la formación continua en habilidades y competencias que exige el mercado, e incluso para las que se vienen. 

La promoción de políticas públicas y la inversión en educación, tanto privada como pública, implicarán un compromiso con el desarrollo sostenible y permitirá acercarnos a las metas planteadas en la Agenda 2023. Mejorando la calidad de vida, el empleo y los recursos económicos, algo que anhelamos los ciudadanos y a lo que aspiran alcanzar los decisores políticos. 

Repudian video de la TV Pública en el que se celebra el golpe del 43

Diputados de Vamos Juntos expresaron que no se puede “recuperar algo de un gobierno golpista”. “Nunca Más un golpe militar, Nunca Más una exculpación o celebración a un golpe militar”, afirmaron.

Legisladores del bloque Vamos Juntos presentaron un proyecto para que la Legislatura porteña exprese “su profundo y enérgico repudio” a una producción audiovisual emitida por la Televisión Pública en la que “se celebra el aniversario del golpe militar del 4 de Junio de 1943”. La iniciativa es de autoría del diputado Guillermo Suárez y lleva las firmas de sus colegas Matías López, Hernán Reyes, Gonzalo Straface, Guillermo González Heredia, Natalia Fidel, Lucía Romano, Ana María Bou Pérez, Claudio Congolani, Cecilia Ferrero, Marilú Estevarena, Victoria Roldán Méndez y Jorge Apreda.

En sus fundamentos, se explica que “la Televisión Pública emitió un breve video” con el que “conmemoró el golpe militar y en el que relata que, a partir de allí, comenzó una nueva historia”.

https://twitter.com/TV_Publica/status/1268614101342748673?s=20

“El video tiene muchas afirmaciones que la historiografía académica cuestiona hace tiempo, pero no es eso lo que nos preocupa. Lo grave es la exaltación que hace de un golpe de Estado. Textualmente, el actor que enuncia el guión dice: ‘MÁS ALLÁ DE LA RUPTURA INSTITUCIONAL’, como si en un país con la historia del nuestro fuera posible recuperar algo de un gobierno golpista”, se manifiesta en el escrito.

“Quedará para los académicos discutir matices entre golpes de Estado. Nuestro rol ciudadano y nuestra conciencia política nos lleva a repudiarlos a todos por igual, toda vez que ellos significaron la violación de la voluntad general. Nunca Más un golpe militar, Nunca Más una exculpación o celebración a un golpe militar”, concluye el documento.